LECTURAS BÍBLICAS PARA LA LITURGIA

 

IGLESIA EN MARCHA

EL PAN VIVO DE CADA DÍA

 
PERIPLOS D


LECTURAS DE MARZO 2016

 

Marzo 2016

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1 MARZO – MARTES – 3ª SEMANA DE CUARESMA


Dn 3, 25.34-43 / Sal 24 / Mt 18, 21-35 – Morado

5. Oración Colecta
Que tu gracia, Señor, nos acompañe, para que nos impulse a entregarnos a tu servicio y nos obtenga siempre tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Dn 3, 25.34-43
Lectura del libro del profeta Daniel
Azarías, en medio del fuego, empezó a orar y dijo: “Por tu mismo honor, no nos abandones del todo, no deshagas tu alianza con nosotros, no retires de nosotros tu misericordia. Hazlo por Abraham tu amigo, por Isaac tu siervo y por Israel consagrado a ti. Tú les prometiste que harías su descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y como los granos de arena en la playa del mar. Pero, Señor, hemos venido a ser más pequeños que cualquier otra nación; por nuestros pecados estamos humillados en toda la tierra. Actualmente no tenemos ni rey ni profeta ni jefe, ni holocausto ni sacrificio ni ofrenda, ni incienso ni lugar donde ofrecerte los primeros frutos y encontrar tu misericordia. Pero este sacrificio que te ofrecemos hoy, con corazón afligido y espíritu humillado, acéptalo tú como si fuera un holocausto de carneros y novillos, y de miles y miles de corderos gordos, para que te podamos seguir íntegramente, porque los que confían en ti no quedarán en ridículo. Ahora queremos seguirte de todo corazón, te reverenciamos, queremos agradarte; no nos hagas quedar en ridículo. Trátanos según tu bondad y tu gran misericordia. ¡Líbranos, Señor, por tu maravilloso poder; muestra qué glorioso es tu nombre!” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 24
R. Señor, recuerda tu misericordia.
Muéstrame tus caminos; guíame por tus senderos; guíame, encamíname en tu verdad, pues tú eres mi Dios y Salvador. R.
Señor, acuérdate del amor y la ternura que siempre nos has manifestado. Señor, acuérdate de mí, por tu gran amor y bondad. R.
El Señor es bueno y justo; él corrige la conducta de los pecadores y guía por su camino a los humildes; ¡los instruye en la justicia! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 18, 21-35

† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Pedro fue y preguntó a Jesús: —Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete?
Jesús le contestó: —No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
“Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó: ‘Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo.’ Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad.
“Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: ‘¡Págame lo que me debes!’ El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.’ Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: ‘¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti.’ Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.”
Jesús añadió: –Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano. Palabra del Señor. Gloria a ti,Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, de nuestros pecados y nos obtenga la ayuda de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Que nuestra participación en este misterio, renueve, Señor, toda nuestra vida y nos alcance tu perdón y tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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2 MARZO – MIÉRCOLES – 3ª SEMANA DE CUARESMA

Dt 4, 1.5-9 / Sal 147 / Mt 5,17-19 – Morado

5. Oración Colecta
Te pedimos, Señor, que purificados por tu gracia y alimentados con tu palabra, podamos entregarnos enteramente a tu servicio y perseverar unidos en la oración. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Dt 4, 1.5-9
Lectura del libro del Deuteronomio
Habló Moisés al pueblo, diciendo: “Ahora pues, israelitas, escuchen las leyes y decretos que les he enseñado, y pónganlos en práctica, para que vivan y ocupen el país que el Señor y Dios de sus antepasados les va a dar. Yo les he enseñado las leyes y los decretos que el Señor mi Dios me ordenó, para que los pongan en práctica en el país que van a ocupar. Cúmplanlos y practíquenlos, porque de esta manera los pueblos reconocerán que en ustedes hay sabiduría y entendimiento, ya que cuando conozcan estas leyes no podrán menos que decir: ‘¡Qué sabia y entendida es esta gran nación!’ Porque, ¿qué nación hay tan grande que tenga los dioses tan cerca de ella, como tenemos nosotros al Señor nuestro Dios cada vez que lo invocamos? ¿Y qué nación hay tan grande que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta enseñanza que yo les presento hoy? Así pues, tengan mucho cuidado de no olvidar las cosas que han visto, ni de apartarlas jamás de su pensamiento; por el contrario, explíquenlas a sus hijos y a sus nietos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 147
R. Jerusalén, alaba al Señor.
Jerusalén, alaba al Señor; Sión, alaba a tu Dios. Pues él reforzó los cerrojos de tus puertas y bendijo a tus hijos dentro de la ciudad. R.
Él envía su palabra a la tierra, y su palabra corre a toda prisa. Él produce la nieve como si fuera lana, y esparce la escarcha como si fuera polvo. R.
Él dio a conocer a Jacob, a Israel, su palabra, sus leyes y decretos. No hizo lo mismo con las otras naciones, las cuales nunca conocieron sus decretos. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 5,17-19
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos: “No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor. Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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3 MARZO – JUEVES – 3ª SEMANA DE CUARESMA

Jer 7, 23-28 / Sal 94 / Lc 11, 14-23 – Morado

5. Oración Colecta
Te pedimos, Señor, humildemente, que conforme se acerca la fiesta de nuestra redención, crezca en nosotros el fervor para celebrar santamente la Pascua de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios.

6. Primera Lectura: Jer 7, 23-28
Lectura del libro del Profeta Jeremías
El Dios de Israel, dice a su pueblo: “Lo que les ordené fue que me obedecieran; pues
así yo sería su Dios y ellos serían mi pueblo. Y les dije que se portaran como yo les había ordenado, para que les fuera bien. Pero no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que tercamente se dejaron llevar por las malas inclinaciones de su corazón. En vez de volverse a mí, me volvieron la espalda. Desde que sus antepasados salieron de Egipto hasta ahora, yo les he enviado a ustedes, uno tras otro, a todos mis siervos los profetas. Pero ustedes no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que se portaron aún más tercamente que sus antepasados.               “Tú, Jeremías, diles todas estas cosas, aunque no te hagan caso; grítales, aunque no te respondan. Diles: ‘Esta es la nación que no obedece al Señor su Dios ni quiere ser corregida. La sinceridad ha desaparecido por completo de sus labios.’” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 94
R. Escuchen lo que el Señor les dice.
Vengan, cantemos al Señor con alegría; cantemos a nuestro protector y Salvador. Entremos a su presencia con gratitud, y cantemos himnos en su honor. R.
Vengan, adoremos; arrodillémonos delante del Señor, pues él nos hizo. Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo; somos ovejas de sus prados. Escuchen lo que él les dice. R.
“No endurezcan su corazón, como en Meribá; como aquel día en Masá, en el desierto, cuando me pusieron a prueba sus antepasados, aunque habían visto mis obras. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 11, 14-23
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús estaba expulsando un demonio que había dejado mudo a un hombre; y cuando el demonio salió, el mudo comenzó a hablar. La gente se admiró de esto, pero algunos dijeron: “Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre el poder de expulsarlos.”
Otros, para tenderle una trampa, le pidieron una señal milagrosa del cielo.
Pero él, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: “Todo país dividido en bandos enemigos, se destruye a sí mismo y todas sus casas se derrumban una sobre otra. Así también, si Satanás se divide contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su poder? Esto lo digo porque ustedes afirman que yo expulso los demonios por el poder de Beelzebú; pero si es así, ¿quién da a los seguidores de ustedes el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos los condenarán a ustedes. Porque si yo expulso los demonios por la mano de Dios, eso significa que el reino de Dios ya ha llegado a ustedes.
“Cuando un hombre fuerte está bien armado y cuida su casa, lo que en ella guarda está seguro. Pero si otro más fuerte que él viene y lo vence, le quita las armas en que confía, y sus pertenencias, y dispone de ellas.
“El que no está a mi favor, está en contra mía, y el que conmigo no recoge, desparrama.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Preserva, Señor, a tu pueblo de toda maldad para que sus ofrendas te sean agradables; no permitas que nos entreguemos a los falsos placeres, para que podamos alcanzar la recompensa prometida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Señor, que la gracia, que hemos recibido en este sacramento, transforme, toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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4 MARZO – VIERNES – 3ª SEMANA DE CUARESMA

Os 14,2-10 / Sal 80 / Mc 12,28-34 – Morado

5. Oración Colecta
Infunde Señor, en nosotros tu gracia para que podamos dominar nuestras pasiones y permanecer fieles a tu Palabra de vida eterna. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Os 14,2-10
Lectura del libro del profeta Oseas
Esto dice el Señor: ¡Vuélvete, Israel, al Señor tu Dios, tú que caíste a causa de tu pecado! Vuélvanse al Señor llevando con ustedes esta oración: “Perdona toda nuestra maldad y recibe con benevolencia las alabanzas que te ofrecemos. Ya no llamaremos ‘Dios nuestro’ a nada fabricado por nosotros mismos, porque solamente en ti, Señor, el huérfano encuentra compasión.”
Dice el Señor: “Voy a curarlos de su rebeldía; voy a amarlos aunque no lo merezcan, pues ya se ha apartado de ellos mi ira. Voy a ser para Israel como el rocío, y él dará flores, como los lirios. Sus raíces serán tan firmes como el monte Líbano; sus ramas se extenderán hermosas como las ramas del olivo, y será su aroma como el de los cedros del Líbano. Israel vivirá de nuevo bajo mi protección; entonces crecerán como el trigo, florecerán como la vid y serán famosos como el vino del Líbano.”
Efraín dirá: “‘¿Qué me importan ya los ídolos?’ ¡Yo soy quien atiendo y cuido a mi pueblo! Yo soy como un pino siempre verde, y en mí encontrará mi pueblo su fruto.”
Que los sabios y prudentes entiendan este mensaje: Los caminos del Señor son rectos, y los justos los siguen; pero los malvados tropiezan en ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 80
R. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Oí una voz que yo no conocía: “Te he quitado la carga de los hombros, te he aliviado del trabajo duro. En tu angustia me llamaste, y te salvé. R.
Te contesté desde la nube que tronaba; te puse a prueba junto a las aguas de Meribá. Escucha, pueblo mío, mi advertencia; ¡ojalá me obedezcas, Israel! R.
No tengas dioses extranjeros; no adores dioses extraños. Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto. R.
¡Si mi pueblo me hubiera escuchado! ¡Si Israel hubiera seguido mis caminos, Dios alimentaría a su pueblo con lo mejor del trigo, y con miel silvestre apagaría su sed. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mc 12,28-34
† Lectura del Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, uno de los maestros de la ley, se acercó a Jesús y le preguntó: — ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?
Jesús le contestó: —El primer mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ Pero hay un segundo: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos.      El maestro de la ley le dijo: —Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: hay un solo Dios, y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios que se queman en el altar.
Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo: —No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas. Palabra del Señor. Gloria a ti,Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con benevolencia los dones que te presentamos; que te sean agradables y se conviertan para nosotros en fuente de salvación. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Que la fuerza de tu Espíritu vigorice, Señor, todo nuestro ser para que podamos participar plenamente de la salvación, cuya prenda hemos recibido en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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5 MARZO – SÁBADO – ANIVERSARIO ARQUIDIÓCESIS CENTRO AMÉRICA

Fil. 3, 1.7-14 / Sal 125 / Jn 15, 7-20 / Blanco

La incorporación a la Santa Sede Siro-Ortodoxa de Antioquía y la creación de la Arquidiócesis de Centro América. El 5 de marzo de 2013, después de años de búsqueda y discernimiento, la Iglesia Católica Ecuménica en Guatemala, fue aceptada como parte de la Santa Iglesia Siro-Ortodoxa de Antioquía y erigida como Arquidiócesis de Centro América de la misma.

5. Oración Colecta
Oh Señor, al celebrar el aniversario de la creación de la Arquidiócesis de Centro América de tu Santa Iglesia Siro-Ortodoxa, te suplicamos que, unida a su pastor, por el Evangelio y la Eucaristía, se congregue en el Espíritu Santo, para que manifieste la universalidad de tu pueblo y sea signo e instrumento de la presencia de Cristo en el mundo, que vive y reina.

6. Primera Lectura: Fil. 3, 1.7-14
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses
Hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es ninguna molestia repetir lo que ya les he escrito, y para ustedes es útil. Pues lo que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor. Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él y encontrarme unido a él; no con una justicia propia, adquirida por medio de la ley, sino con la justicia que se adquiere por la fe en Cristo, la que da Dios con base en la fe. Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos; haciéndome semejante a él en su muerte, espero llegar a la resurrección de los muertos. No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 125
R. “¡El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros!”
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos pareció que estábamos soñando. Entonces nuestra boca y nuestros labios se llenaron de risas y gritos de alegría. R.
Entonces los paganos decían: “¡El Señor ha hecho grandes cosas por ellos!” Sí, el Señor había hecho grandes cosas por nosotros, y estábamos alegres. R.
¡Señor, haz que cambie de nuevo nuestra suerte, como cambia el desierto con las lluvias! R.
Los que siembran con lágrimas, cosecharán con alegría. Aunque lloren mientras llevan la semilla, volverán cantando de alegría, con manojos de trigo entre los brazos. R.

9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn 15, 7-20
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a sus discípulos: “Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. En esto se muestra la gloria de mi Padre, en que den mucho fruto y lleguen así a ser verdaderos discípulos míos. Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
“Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. “Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros. Si el mundo los odia a ustedes, sepan que a mí me odió primero. Si ustedes fueran del mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya no son del mundo. Acuérdense de esto que les dije: ‘Ningún servidor es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; y si han hecho caso de mi palabra, también harán caso de la de ustedes.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Al celebrar el memorial del amor infinito de tu Hijo, te rogamos, Señor, que los frutos de la acción salvadora sirvan, por el ministerio de tu Iglesia, para la salvación de toda la humanidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Te rogamos, Señor, que en nuestra Arquidiócesis de Centro América, se manifiesten con toda su fuerza, la integridad de la fe, la santidad de las costumbres, la caridad fraterna y, ya que no dejas de alimentar a tu pueblo con tu palabra y con el Cuerpo de tu Hijo, no ceses tampoco de conducirlo bajo tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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6 MARZO – DOMINGO – 4ª SEMANA DE CUARESMA

Jos 5, 9a.10-12 / Sal 33 / 2 Cor 5, 17-21 / Lc 15, 1-3.11-32 – Morado

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que has reconciliado contigo a la humanidad entera por medio de tu Hijo, concede al pueblo cristiano prepararse con fe viva y entrega generosa a celebrar las fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

6. Primera Lectura:Jos 5, 9a.10-12
Lectura del libro de Josué
El Señor le dijo a Josué: “Les he quitado la vergüenza de los egipcios.”
Los israelitas acamparon en Guilgal, y el día catorce del mes, por la tarde, celebraron la Pascua en los llanos de Jericó. Ese mismo día comieron panes sin levadura y trigo tostado, pero al día siguiente comieron ya de lo que la tierra producía. Desde entonces no volvió a haber maná, así que los israelitas se alimentaron aquel año de lo que producía la tierra de Canaán. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 33
R.Recurrí al Señor, y me libró de mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. Yo me siento orgulloso del Señor; ¡óiganlo y alégrense, hombres humildes! R.
Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor. Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. R.
Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. Este pobre gritó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. R.

8. Segunda Lectura: 2 Cor 5, 17-21
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: El que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación. Es decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje. Así que somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios. Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 15, 1-3.11-32
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Todos los que cobraban impuestos para Roma y otra gente de mala fama se acercaban a Jesús, para oírlo. Los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban por esto, diciendo:—Este recibe a los pecadores y come con ellos.
Entonces Jesús les dijo esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el más joven le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca.’ Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. Pocos días después el hijo menor vendió su parte de la propiedad, y con ese dinero se fue lejos, a otro país, donde todo lo derrochó llevando una vida desenfrenada. Pero cuando ya se lo había gastado todo, hubo una gran escasez de comida en aquel país, y él comenzó a pasar hambre. Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Y tenía ganas de llenarse con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Al fin se puso a pensar: ‘¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores.’ Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre.
“Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo: ‘Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo.’ Pero el padre ordenó a sus criados: ‘Saquen pronto la mejor ropa y vístanlo; pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el becerro más gordo y mátenlo. ¡Vamos a celebrar esto con un banquete! Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.’ Comenzaron la fiesta.
“Entre tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Cuando regresó y llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. El criado le dijo: ‘Es que su hermano ha vuelto; y su padre ha mandado matar el becerro más gordo, porque lo recobró sano y salvo.’ Pero tanto se enojó el hermano mayor, que no quería entrar, así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciera. Le dijo a su padre: ‘Tú sabes cuántos años te he servido, sin desobedecerte nunca, y jamás me has dado ni siquiera un cabrito para tener una comida con mis amigos. En cambio, ahora llega este hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, y matas para él el becerro más gordo.’
“El padre le contestó: ‘Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero había que celebrar esto con un banquete y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.’ ” Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos al Señor, que no desea la muerte del pecador sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo. Respondemos: R. Escúchanos, Padre.
Para que Dios aumente la fe y fortalezca a los que se preparan a recibir el sacramento de la penitencia, y les conceda un verdadero arrepentimiento, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que en la fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor. R.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que son tentados, y a los que con su sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor. R.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios rico en misericordia, que acoges con el abrazo del perdón a tus hijos arrepentidos, escucha nuestras oraciones, perdónanos y revístenos con tu Espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión
Dios nuestro, luz que alumbra a cada ser humano, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que nuestros pensamientos te sean agradables y te amemos con toda sinceridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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7 MARZO – LUNES – 4ª SEMANA DE CUARESMA

Is 65, 17-21 / Sal 29 / Jn 4,43-54 – Morado

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que renuevas este mundo por medio de tus sacramentos, concede a tu Iglesia aprovechar estos signos misteriosos de tu presencia y asístela siempre en sus necesidades. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

6. Primera Lectura: Is 65, 17-21
Lectura del libro del profeta Isaías
Esto dice el Señor: “Miren, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Lo pasado quedará olvidado, nadie se volverá a acordar de ello. Llénense de gozo y alegría para siempre por lo que voy a crear, porque voy a crear una Jerusalén feliz y un pueblo contento que viva en ella. Yo mismo me alegraré por Jerusalén y sentiré gozo por mi pueblo. En ella no se volverá a oír llanto ni gritos de angustia. Allí no habrá niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no completen su vida. Morir a los cien años será morir joven, y no llegar a los cien años será una maldición. La gente construirá casas y vivirá en ellas, sembrará viñedos y comerá sus uvas.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 29
R. Señor, yo te alabo porque tú me libertaste.
Señor, yo te alabo porque tú me libertaste, y no has permitido que mis enemigos se burlen de mí; tú, Señor, me salvaste de la muerte; me diste vida, me libraste de morir. R.
Ustedes, fieles del Señor, ¡cántenle himnos!, ¡alaben su santo nombre! Porque su enojo dura un momento, pero su buena voluntad, toda la vida. Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría. R.
Señor, óyeme y ten compasión de mí; Señor, ¡ayúdame! Has cambiado en danzas mis lamentos; ¡te cantaré himnos de alabanza y siempre te daré gracias! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 4,43-54
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y siguió su viaje a Galilea. Porque, como él mismo dijo, a un profeta no lo honran en su propia tierra. Cuando llegó a Galilea, los de aquella región lo recibieron bien, porque también habían ido a la fiesta de la Pascua a Jerusalén y habían visto todo lo que él hizo entonces.
Jesús regresó a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Y había un alto oficial del rey,  que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm.
Cuando el oficial supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir. Jesús le contestó: —Ustedes no creen, si no ven señales y milagros.
Pero el oficial le dijo: —Señor, ven pronto, antes que mi hijo se muera.
Jesús le dijo entonces: —Vuelve a casa; tu hijo vive.
El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: — ¡Su hijo vive!
Él les preguntó a qué hora había comenzado a sentirse mejor su hijo, y le contestaron: —Ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre.
El padre cayó entonces en la cuenta de que era la misma hora en que Jesús le dijo: “Tu hijo vive”; y él y toda su familia creyeron en Jesús.
Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús, cuando volvió de Judea a Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Como fruto de este sacrificio que vamos a ofrecerte, líbranos, Señor, de la esclavitud de nuestros vicios y danos fortaleza para vivir de acuerdo con tu Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Que esta santa comunión, Señor, renueve y santifique nuestra vida y nos dé participación en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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8 MARZO – MARTES – 4ª SEMANA DE CUARESMA

Ez 47, 1-9.12 / Sal 45 / Jn 5,1-3a.5-16 – Morado

5. Oración Colecta
Concédenos, Señor, la gracia de perseverar en el fiel cumplimiento de tu voluntad, para que tu pueblo santo aumente en número y crezca en santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Ez 47, 1-9.12
Lectura del libro del profeta Ezequiel
En aquellos días, el hombre me hizo volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de la puerta brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba orientado el templo. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur del altar. Luego me hizo salir del terreno del templo por la puerta norte, y me hizo dar la vuelta por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de agua brotaba por el lado sur de la entrada. El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos. Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba entonces hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba ya a la cintura. Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que solo se podía cruzar a nado. Entonces me dijo: “Fíjate bien en lo que has visto.”
Después me hizo volver por la orilla del río, y vi que en las dos orillas había muchos árboles. Entonces me dijo: “Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. Cuando llegue allá, el agua del mar se volverá dulce. En cualquier parte a donde llegue esta corriente, podrán vivir animales de todas clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga en agua dulce, y habrá todo género de vida. En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas no se caerán nunca, ni dejarán de dar fruto jamás. Cada mes tendrán fruto, porque estarán regados con el agua que sale del templo. Los frutos servirán de alimento y las hojas de medicina. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 45
R. ¡El Señor es nuestro refugio!
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia.
No tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra y se hundan los montes en el mar. R.
Un río alegra con sus brazos la ciudad de Dios, la más santa de las ciudades del Altísimo. Dios está en medio de ella, y la sostendrá; Dios la ayudará al comenzar el día. R.
¡El Señor todopoderoso está con nosotros! ¡El Dios de Jacob es nuestro refugio! Vengan a ver las cosas sorprendentes que el Señor ha hecho en la tierra. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5,1-3a.5-16
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, los judíos celebraban una fiesta, y Jesús volvió a Jerusalén. En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betzatá. Tiene cinco pórticos, en los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en el suelo. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó: — ¿Quieres recobrar la salud?
El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero.
Jesús le dijo: —Levántate, alza tu camilla y anda.
En aquel momento el hombre recobró la salud, alzó su camilla y comenzó a andar. Pero como era sábado, los judíos dijeron al que había sido sanado: —Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla.
El hombre les contestó: –El que me devolvió la salud, me dijo: ‘Alza tu camilla y anda.’
Ellos le preguntaron: — ¿Quién es el que te dijo: ‘Alza tu camilla y anda’?
Pero el hombre no sabía quién lo había sanado, porque Jesús había desaparecido entre la mucha gente que había allí. Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: –Mira, ahora que ya estás sano, no vuelvas a pecar, para que no te pase algo peor.
El hombre se fue y comunicó a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud. Por eso los judíos perseguían a Jesús, pues hacía estas cosas en sábado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte, perdona nuestros pecados y orienta hacia ti nuestros corazones. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que la frecuente participación en tus sacramentos nos acerque cada vez más a ti, que eres el único bien verdadero. Por Jesucristo.


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9 MARZO – MIÉRCOLES – 4ª SEMANA DE CUARESMA

Is 49, 8-15 / Sal 144 / Jn 5, 17-30 – Morado

5. Oración Colecta
Ilumina, Señor, el corazón de tus hijos, purificado por tu gracia y concédenos manifestar en nuestra vida el deseo de servirte que nos inspiras. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Is 49, 8-15
Lectura del libro del Profeta Isaías
El Señor dice: “Vino el momento de mostrar mi bondad, y te respondí; llegó el día de la salvación, y te ayudé. Yo te protegí para establecer por ti mi alianza con el pueblo, para reconstruir el país, para hacer que tomen posesión de las tierras arrasadas, para decir a los presos: ‘Queden libres’, y a los que están en la oscuridad: ‘Déjense ver.’ Junto a todos los caminos encontrarán pastos, y en cualquier monte desierto tendrán alimento para su ganado. “No tendrán hambre ni sed, ni los molestará el sol ni el calor, porque yo los amo y los guío, y los llevaré a manantiales de agua. Abriré un camino a través de las montañas y haré que se allanen los senderos.” ¡Miren! Vienen de muy lejos: unos del norte, otros de occidente, otros de la región de Asuán. ¡Cielo, grita de alegría! ¡Tierra, llénate de gozo! ¡Montañas, lancen gritos de felicidad! Porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha tenido compasión de él en su aflicción. “Sión decía: ‘El Señor me abandonó, mi Dios se olvidó de mí.’ Pero ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 144
R.El Señor es tierno y compasivo.
El Señor es tierno y compasivo, es paciente y todo amor. El Señor es bueno para con todos, y con ternura cuida sus obras. R.
Tu reino es un reino eterno, tu dominio es por todos los siglos. El Señor sostiene a los que caen y levanta a los que desfallecen. R.
El Señor es justo en sus caminos, bondadoso en sus acciones. El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5, 17-30
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos: —Mi Padre siempre ha trabajado, y yo también trabajo. Por esto, los judíos tenían aún más deseos de matarlo, porque no solamente no observaba el mandato sobre el sábado, sino que además se hacía igual a Dios al decir que Dios era su propio Padre.
Jesús les dijo: “Les aseguro que el Hijo de Dios no puede hacer nada por su propia cuenta; solamente hace lo que ve hacer al Padre. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo. Pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará cosas todavía más grandes, que los dejarán a ustedes asombrados. Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, también el Hijo da vida a quienes quiere dársela. Y el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado a su Hijo todo el poder de juzgar, para que todos den al Hijo la misma honra que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre, que lo ha enviado. Les aseguro que quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ya ha pasado de la muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora, y es ahora mismo, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo, y le ha dado autoridad para juzgar, por cuanto que es el Hijo del hombre. No se admiren de esto, porque va a llegar la hora en que todos los muertos oirán su voz y saldrán de las tumbas. Los que hicieron el bien, resucitarán para tener vida; pero los que hicieron el mal, resucitarán para ser condenados. Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que has querido que te ofrezcamos para alabanza tuya y salvación nuestra. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Señor, que este sacramento que hemos recibido, nos purifique y nos dé la fuerza para permanecer en tu amistad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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10 MARZO – JUEVES – 4ª SEMANA DE CUARESMA

Ex 32, 7-14 / Sal 105 / Jn 5, 31-47 – Morado

5. Oración Colecta
Asiste y protege siempre, Señor, a esta familia tuya, que ha puesto en ti toda su esperanza, a fin de que purificados de nuestros pecados, permanezcamos fieles a nuestro compromiso bautismal y obtengamos la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Ex 32, 7-14
Lectura del libro del Éxodo
El Señor le dijo a Moisés: —Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: ‘¡Israel, este es tu dios, que te sacó de Egipto!’
Además, el Señor le dijo a Moisés: —Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación.
Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras:
—Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: ‘Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra’? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: ‘Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.’
El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 105
R. Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo.
En el monte Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro fundido, y lo adoraron: ¡cambiaron al Dios glorioso por la imagen de un buey que come hierba! R.
Olvidaron a Dios, su Salvador, que había hecho grandes cosas en Egipto, que había hecho maravillas en el país de Cam y cosas sorprendentes en el Mar Rojo. R.
Dios habló de destruirlos; pero Moisés, su escogido, se interpuso y calmó el furor de Dios, evitando que los destruyera. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5, 31-47
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos: —Si yo diera testimonio en favor mío, mi testimonio no valdría como prueba. Pero hay otro que da testimonio en favor mío, y me consta que su testimonio sí vale como prueba. Ustedes enviaron a preguntarle a Juan, y él dio testimonio a favor de la verdad. Pero yo no dependo del testimonio de ningún hombre. Solo digo esto para que ustedes alcancen la salvación. Juan era como una lámpara que ardía y alumbraba, y ustedes quisieron gozar de su luz por un corto tiempo. Pero tengo a mi favor un testimonio más valioso que el de Juan. Lo que yo hago, que es lo que el Padre me encargó que hiciera, comprueba que de veras el Padre me ha enviado. Y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio a mi favor, a pesar de que ustedes nunca han oído su voz ni lo han visto, ni dejan que su palabra permanezca en ustedes, porque no creen en aquel que el Padre envió. Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida.
“Yo no acepto gloria que venga de los hombres. Además, los conozco a ustedes y sé que no tienen el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me aceptan; en cambio, si viniera otro en nombre propio, a ese lo aceptarían. ¿Cómo pueden creer ustedes, si reciben gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que viene del Dios único? No crean que yo los voy a acusar delante de mi Padre; el que los acusa es Moisés mismo, en quien ustedes han puesto su confianza. Porque si ustedes le creyeran a Moisés, también me creerían a mí, porque Moisés escribió acerca de mí. Pero si no creen lo que él escribió, ¿cómo van a creer lo que yo les digo?” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con agrado el sacrificio que vamos a ofrecerte y concédenos por él, la conversión de nuestra vida y la salvación del mundo. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Por medio de este sacramento que ya desde ahora nos comunica tu fuerza,  concédenos, Padre misericordioso, participar de la vida eterna. Por Jesucristo.


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11 MARZO – VIERNES – 4ª SEMANA DE CUARESMA

Sab 2, 1a.12-22 / Sal 33 / Jn 7, 1-2.10.25-30 – Morado

5. Oración Colecta
Perdona, Señor, nuestras culpas y que tu amor y tu bondad nos libren del poder del pecado, al que nos somete nuestra debilidad. Por nuestro Señor.
6. Primera Lectura: Sab 2, 1a.12-22
Lectura del libro de la Sabiduría
Los necios, razonando equivocadamente se han dicho: “Pongamos trampas al bueno, pues nos es molesto; se opone a nuestras acciones, nos reprocha que no cumplamos la ley y nos echa en cara que no vivamos según la educación que recibimos. Dice que conoce a Dios, y se llama a sí mismo hijo del Señor. Es un reproche a nuestra manera de pensar; su sola presencia nos molesta. Su vida es distinta a la de los demás, y su proceder es diferente. Nos rechaza como a moneda falsa, y se aparta de nuestra compañía como si fuéramos impuros. Dice que los buenos, al morir, son dichosos, y se siente orgulloso de tener a Dios por padre. Veamos si es cierto lo que dice y comprobemos en qué va a parar su vida. Si el bueno es realmente hijo de Dios, Dios lo ayudará y lo librará de las manos de sus enemigos. Sometámoslo a insultos y torturas, para conocer su paciencia y comprobar su resistencia. Condenémoslo a una muerte deshonrosa, pues, según dice, tendrá quien lo defienda.”
Así piensan los malos, pero se equivocan; su propia maldad los ha vuelto ciegos. No entienden los planes secretos de Dios, ni esperan que una vida santa tenga recompensa; no creen que los inocentes recibirán su premio. Palabra de Dios. Tealabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 33
R. El Señor está cerca de los atribulados.
El Señor está en contra de los malhechores, para borrar de la tierra su recuerdo. El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias. R.
El Señor salva a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza. El hombre honrado pasa por muchos males, pero el Señor lo libra de todos ellos. R.
Él le protege todos los huesos; ni uno solo le romperán. Pero el Señor salva la vida a sus siervos; ¡no serán castigados los que en él confían! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 7, 1-2.10.25-30
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús andaba por la región de Galilea. No quería estar en Judea, porque allí los judíos lo buscaban para matarlo. Pero como se acercaba la fiesta de las Enramadas, una de las fiestas de los judíos, después de que se fueron sus hermanos, también Jesús fue a la fiesta, aunque no públicamente, sino casi en secreto.
Algunos de los que vivían en Jerusalén comenzaron entonces a preguntar: — ¿No es a este al que andan buscando para matarlo? Pues ahí está, hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que las autoridades creen de veras que este hombre es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene.
Al oír esto, Jesús, que estaba enseñando en el templo, dijo con voz fuerte: —¡Así que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! Pero no he venido por mi propia cuenta, sino que vengo enviado por uno que es digno de confianza y a quien ustedes no conocen. Yo lo conozco porque procedo de él, y me ha enviado.
Entonces quisieron arrestarlo, pero ninguno le echó mano porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Que tu ayuda, Señor, nos haga dignos de acercarnos a tu altar, a fin de que la frecuente participación en este sacrificio nos obtenga la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Que la fuerza de este sacramento que nos une a ti, Señor, no nos abandone nunca y aleje siempre de nosotros todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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12 MARZO – SÁBADO – 4ª SEMANA DE CUARESMA

Jr 11, 18-20 / Sal 7 / Jn 7, 40-53 – Morado

5. Oración Colecta
Señor, tú que buscas nuestra salvación y nos otorgas gracias abundantes, mira con amor a esta familia tuya y concede tu auxilio a quienes se preparan al bautismo y a quienes hemos renacido ya a una vida nueva. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Jr 11, 18-20
Lectura del libro del profeta Jeremías
Dijo Jeremías: El Señor me hizo saber que mis enemigos estaban tramando algo malo. Él me abrió los ojos, para que me diera cuenta. Yo estaba tranquilo, como un cordero que llevan al matadero, sin saber que estaban haciendo planes contra mí. Decían: “Cortemos el árbol ahora que está en todo su vigor; arranquémoslo de este mundo de los vivientes, para que nadie vuelva a acordarse de él.”
Pero tú, Señor todopoderoso, eres un juez justo; tú conoces hasta lo más íntimo del hombre. Hazme ver cómo castigas a esa gente, pues he puesto mi causa en tus manos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 7
R. Señor, mi Dios, en ti busco protección.
Señor, en ti busco protección; ¡sálvame de todos los que me persiguen! ¡Líbrame, pues son como leones; no sea que me despedacen y no haya quien me salve! R.
Júzgame conforme a mi honradez; júzgame conforme a mi inocencia. Dios justo, que examinas los pensamientos y los sentimientos más profundos, ¡pon fin a la maldad de los malvados, pero al hombre honrado mantenlo firme! R.
Mi protección es el Dios altísimo, que salva a los de corazón sincero. Dios es un juez justo que condena la maldad en todo tiempo. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 7, 40-53
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, había algunos entre la gente que, cuando oyeron las palabras que Jesús pronunciaba, dijeron: —Seguro que este hombre es el profeta.
Otros decían: —Este es el Mesías.
Pero otros decían: —No, porque el Mesías no puede proceder de Galilea. La Escritura dice que el Mesías tiene que ser descendiente del rey David, y que procederá de Belén, el mismo pueblo de donde era David.
Así que la gente se dividió por causa de Jesús. Algunos querían llevárselo preso, pero nadie lo hizo.
Los guardianes del templo volvieron a donde estaban los fariseos y los jefes de los sacerdotes, que les preguntaron: — ¿Por qué no lo trajeron?
Los guardianes contestaron: — ¡Jamás ningún hombre ha hablado así!
Entonces los fariseos les dijeron: — ¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o de los fariseos? Pero esta gente, que no conoce la ley, está maldita. ..…………………………………… ……… Nicodemo, el fariseo que en una ocasión había ido a ver a Jesús, les dijo: —Según nuestra ley, no podemos condenar a un hombre sin antes haberlo oído para saber qué es lo que ha hecho. ……………………………………………………………… Ellos le contestaron: — ¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea jamás procede un profeta. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Dios eterno y todopoderoso, que por medio del sacramento del bautismo haces renacer a quienes confiesan tu nombre, acepta nuestros dones y plegarias para que, cuantos en ti esperan, puedan ver realizados sus deseos y perdonadas sus culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Señor, tú que nos has hecho partícipes del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos participar también de su vida divina. Por Jesucristo.


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13 MARZO –DOMINGO – 5ª SEMANA DE CUARESMA

Is 43, 16-21 / Sal 125 / Flp 3, 8-14 / Jn 8, 1-11 – Morado
5. Oración Colecta
Ven, Padre, en nuestra ayuda, para que podamos vivir y actuar siempre con aquel amor que impulsó a tu Hijo a entregarse por nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Is 43, 16-21
Lectura del libro del profeta Isaías
El Señor abrió un camino a través del mar, un sendero por entre las aguas; hizo salir todo un poderoso ejército, con sus carros y caballos, para destruirlo. Quedaron derribados y no pudieron levantarse; se acabaron como mecha que se apaga.
Ahora dice el Señor a su pueblo: “Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril. Me honrarán los animales salvajes, los chacales y los avestruces, porque hago brotar agua en el desierto, ríos en la tierra estéril, para dar de beber a mi pueblo elegido, el pueblo que he formado para que proclame mi alabanza. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 125
R.El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos pareció que estábamos soñando. Entonces nuestra boca y nuestros labios se llenaron de risas y gritos de alegría. R.
Entonces los paganos decían: “¡El Señor ha hecho grandes cosas por ellos!” Sí, el Señor había hecho grandes cosas por nosotros, y estábamos alegres. R.
¡Señor, haz que cambie de nuevo nuestra suerte, como cambia el desierto con las lluvias! Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría. R.
Aunque lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando de alegría, con manojos de trigo entre los brazos. R.

8. Segunda Lectura: Flp 3, 8-14
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses
Hermanos: A nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él y encontrarme unido a él; no con una justicia propia, adquirida por medio de la ley, sino con la justicia que se adquiere por la fe en Cristo, la que da Dios con base en la fe. Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos; haciéndome semejante a él en su muerte, espero llegar a la resurrección de los muertos.
No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8, 1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús se dirigió al Monte de los Olivos y, al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él se sentó y comenzó a enseñarles. Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer, a la que habían sorprendido cometiendo adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes, y dijeron a Jesús: –Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de cometer adulterio. En la ley, Moisés nos ordenó que se matara a pedradas a esta clase de mujeres. ¿Tú qué dices?
Ellos preguntaron esto para ponerlo a prueba, y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en la tierra con el dedo. Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les dijo:—Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Y volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto, uno tras otro comenzaron a irse, y los primeros en hacerlo fueron los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, se enderezó y le preguntó:–Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? Ella le contestó:–Ninguno, Señor.
Jesús le dijo:—Tampoco yo te condeno; ahora, vete y no vuelvas a pecar. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
13. Oración de los Fieles
+ Imploremos la misericordia del Señor para que, compadecido, escuche nuestras plegarias. Respondemos: R. Por tu misericordia, Señor, escúchanos.
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante el Padre por los pecadores, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor del mundo, que experimentó el sufrimiento, se compadezca de los que sufren y les dé fortaleza, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor del mundo nos consuele, pues nos disponemos a recordar su cruz y nos reconforte con su fuerza, roguemos al Señor. R.
+ Padre, que quieres renovar en Cristo el universo entero, escucha nuestras oraciones y perdona nuestros pecados. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas
Tú, que nos has iluminado con las enseñanzas de la fe, escucha, Señor, nuestra oración y purifícanos por medio de este sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, a cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, vivir siempre como miembros suyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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14 MARZO – LUNES – 5ª SEMANA DE CUARESMA

Dn 13,41-62 / Sal 22 / Jn 8, 1-11 – Morado

5. Oración Colecta
Señor, que nos colmas de bendiciones, transfórmanos en una nueva criatura, para que estemos preparados a la Pascua gloriosa de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Dn 13,41-62
Lectura del libro del profeta Daniel
En aquel tiempo, dos ancianos dieron falso testimonio contra Susana. El pueblo que estaba reunido les creyó, pues eran ancianos del pueblo y además jueces. Así que la condenaron a muerte.
Entonces Susana gritó con todas sus fuerzas: “¡Dios eterno, que conoces las cosas ocultas, que sabes todo antes de que suceda, tú sabes que estos hombres han declarado falsamente contra mí! ¡Mira que voy a morir, a pesar de no haber hecho ninguna de las cosas que han inventado contra mí estos malvados!”
El Señor escuchó los gritos de Susana. Y mientras la llevaban para matarla, Dios despertó el espíritu santo en un joven que se llamaba Daniel, el cual gritó con todas sus fuerzas:–¡Yo no me hago responsable de la muerte de esta mujer!
Todos se volvieron hacia él, y le preguntaron:–¿Qué significa eso que acabas de decir?
Él se puso en medio de ellos y les dijo: –¿Son ustedes tan tontos, israelitas, que condenan a una mujer de nuestro pueblo sin averiguar ni examinar bien el asunto? Vuelvan al juzgado, porque lo que estos hombres han declarado contra ella es mentira.
Entonces todo el pueblo volvió rápidamente. Y los otros ancianos le dijeron a Daniel: —Ven, siéntate con nosotros e infórmanos, pues Dios te ha dado el mismo derecho que a los ancianos.
Daniel les dijo: —Separen a los dos viejos, y yo les haré un interrogatorio.
Y los separaron. Entonces mandó llamar a uno y le dijo: –Viejo en años y en maldad, ahora van a recaer sobre ti los pecados que cometiste en otro tiempo, cuando dictabas sentencias injustas condenando a los inocentes y absolviendo a los culpables, a pesar de que el Señor ha dicho: ‘No condenes a muerte al hombre inocente y sin culpa.’ Bueno, si de veras la viste pecar, dinos debajo de qué árbol los viste juntos.
Él respondió: —Debajo de un castaño.
Y Daniel dijo: — ¡Muy bien! Dijiste una mentira que va a ser tu perdición. ¿Conque debajo de un castaño? ¡Pues el ángel de Dios ya recibió de él la orden de castigarte partiéndote en dos!
Entonces mandó que se llevaran a este y trajeran al otro viejo. Y le dijo: –¡Hombre de
la raza de Canaán, y no de Judá; la belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón! Así es como estaban ustedes haciendo con las mujeres de Israel, y ellas, por miedo, se les entregaban. Pero esta mujer de la tribu de Judá no quiso consentir en la maldad de ustedes. Ahora dime, ¿debajo de qué árbol los sorprendiste juntos?
—Debajo de una encina —respondió él.
Y Daniel dijo: –¡Muy bien! Tú también dijiste una mentira que va a ser tu perdición. ¿Con que debajo de una encina? ¡Pues el ángel de Dios está esperando, con la espada lista, para dejártela caer encima y rajarte por la mitad! ¡Así va a matarlos a los dos!
Entonces todo el pueblo reunido levantó el grito y bendijo a Dios, que salva a los que confían en él. Y como Daniel hizo que los dos viejos mostraran por su propia boca que habían declarado falsamente, todos se volvieron contra ellos y les aplicaron el mismo castigo que ellos, en su maldad, pensaban aplicar a Susana: de acuerdo con la ley de Moisés, los mataron. Y así aquel día se salvó la vida de una persona inocente. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 22
R. Tu bondad y tu amor me acompañan.
El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas. R.
Me lleva por caminos rectos. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. R.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. R.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8,1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús se dirigió al Monte de los Olivos y, al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él se sentó y comenzó a enseñarles. Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer, a la que habían sorprendido cometiendo adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes, y dijeron a Jesús: –Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de cometer adulterio. En la ley, Moisés nos ordenó que se matara a pedradas a esta clase de mujeres. ¿Tú qué dices?
Ellos preguntaron esto para ponerlo a prueba, y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en la tierra con el dedo. Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les dijo:—Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Y volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto, uno tras otro comenzaron a irse, y los primeros en hacerlo fueron los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, se enderezó y le preguntó:–Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? Ella le contestó:–Ninguno, Señor.
Jesús le dijo:—Tampoco yo te condeno; ahora, vete y no vuelvas a pecar. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Concede, Señor, a tus hijos, reunidos para celebrar esta Eucaristía, ofrecerte como fruto de su penitencia, una conciencia limpia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Que la fuerza de tus sacramentos nos libre, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos ayude a seguir a Cristo, para acercarnos cada vez más a ti. Por Jesucristo.


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15 MARZO – MARTES – QUINTA SEMANA CUARESMA

Num 21,4-9 / Sal 101 / Jn 8, 21-30 / Morado

5. Oración Colecta
Concédenos, Señor, la gracia de perseverar en el fiel cumplimiento de tu voluntad, para que tu pueblo santo aumente en número y crezca en santidad. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura:Num 21,4-9
Lectura del libro de los Números
Los israelitas salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo, dando un rodeo
para no pasar por el territorio de Edom. En el camino, la gente perdió la paciencia y empezó a hablar contra Dios y contra Moisés. Decían: — ¿Para qué nos sacaron ustedes de Egipto? ¿Para hacernos morir en el desierto? No tenemos ni agua ni comida. ¡Ya estamos cansados de esta comida miserable!
El Señor les envió serpientes venenosas, que los mordieron, y muchos israelitas murieron. Entonces fueron a donde estaba Moisés y le dijeron: –¡Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti! ¡Pídele al Señor que aleje de nosotros las serpientes!
Moisés pidió al Señor que perdonara a los israelitas, y el Señor le dijo:–Hazte una serpiente como esas, y ponla en el asta de una bandera. Cuando alguien sea mordido por una serpiente, que mire hacia la serpiente del asta, y se salvará.
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en el asta de una bandera, y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se salvaba. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 101
R. Señor, escucha mi oración, ¡que mi grito llegue a ti!
Señor, escucha mi oración, ¡permite que mi grito llegue a ti! No te escondas en mi angustia; ¡dígnate escucharme!, ¡respóndeme pronto cuando te llame! R.
Todas las naciones honrarán el nombre del Señor cuando reconstruya a Sión y aparezca en su gloria, cuando atienda a la oración del desamparado y no desoiga sus ruegos. R.
Que esto quede escrito para las generaciones futuras, para que alaben al Señor los que aún han de nacer. El Señor miró la tierra desde el cielo, desde su santa altura, para atender los lamentos de los prisioneros y libertar a los condenados a muerte. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8, 21-30
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos: —Yo me voy, y ustedes me van a buscar, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden ir. Los judíos dijeron: — ¿Acaso estará pensando en matarse, y por eso dice que no podemos ir a donde él va?
Jesús les dijo: —Ustedes son de aquí abajo, pero yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, pero yo no soy de este mundo. Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados.                    Entonces le preguntaron: — ¿Quién eres tú?
Jesús les respondió: —En primer lugar, ¿por qué he de hablar con ustedes? Tengo mucho que decir y que juzgar de ustedes, pero el que me ha enviado dice la verdad, y lo que yo le digo al mundo es lo mismo que le he oído decir a él.
Pero ellos no entendieron que les hablaba del Padre. Por eso les dijo: –Cuando ustedes levanten en alto al Hijo del hombre, reconocerán que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; solamente digo lo que el Padre me ha enseñado. Porque el que me ha enviado está conmigo; mi Padre no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que a él le agrada. Cuando Jesús dijo esto, muchos creyeron en él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte, perdona nuestros pecados y orienta hacia ti nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que la asidua participación en tus sacramentos nos acerque cada vez más a ti, que eres el único bien verdadero. Por Jesucristo.


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16 MARZO – MIÉRCOLES – 5ª SEMANA DE CUARESMA

Dn 3, 14-20. 24-26.28. 49-50 / Dn 3 / Jn 8, 31-42 – Morado

5. Oración Colecta
Ilumina, Señor, el corazón de tus hijos, purifícanos y concédenos manifestar en nuestra vida el deseo de servirte que nos has inspirado. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Dn 3, 14-20. 24-26.28. 49-50
Lectura del libro del profeta Daniel
En aquellos días Nabucodonosor preguntó a Sadrac, Mesac y Abed-negó: — ¿Es verdad que ustedes no adoran a mis dioses ni a la estatua de oro que yo he mandado hacer? ¿Están ustedes dispuestos, tan pronto como oigan la música, a inclinarse ante la estatua que yo he mandado hacer, y adorarla? Porque si no la adoran, ahora mismo serán arrojados a un horno encendido; y entonces, ¿qué dios podrá salvarlos?
—No tenemos por qué discutir este asunto —contestaron los tres jóvenes—. Nuestro Dios, a quien adoramos, puede librarnos de las llamas del horno y de todo el mal que Su Majestad quiere hacernos, y nos librará. Pero, aun si no lo hiciera, sepa bien Su Majestad que no adoraremos a sus dioses ni nos arrodillaremos ante la estatua de oro.
Al oír Nabucodonosor estas palabras, la cara se le puso roja de rabia contra los tres jóvenes. Entonces ordenó que se calentara el horno siete veces más de lo acostumbrado; luego mandó que algunos de los soldados más fuertes de su ejército ataran a Sadrac, Mesac y Abed-negó, y que los arrojaran a las llamas del horno. Pero el ángel del Señor bajó al horno para estar con ellos y echó fuera del horno las llamas de fuego, haciendo que el horno quedara por dentro como si soplara un viento fresco. El fuego no los tocó en absoluto ni les causó ningún daño ni molestia.
Entonces Nabucodonosor se levantó rápidamente, y muy asombrado dijo a los consejeros de su gobierno: —¿No arrojamos al fuego a tres hombres atados?
—Así es —le respondieron.
—Pues yo veo cuatro hombres desatados, que caminan en medio del fuego sin que les pase nada, y el cuarto hombre tiene el aspecto de un ángel.
Y diciendo esto, Nabucodonosor se acercó a la boca del horno y gritó: —¡Sadrac, Mesac y Abed-negó, siervos del Dios altísimo, salgan y vengan aquí!
Los tres salieron de entre las llamas. En ese momento Nabucodonosor exclamó: “¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-negó, que envió a su ángel para salvar a sus siervos fieles, que no cumplieron la orden del rey, prefiriendo morir antes que arrodillarse y adorar a otro dios que no fuera su Dios! Palabra de Dios. Tealabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: De Daniel 3
R. A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros antepasados, digno de honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito tu nombre santo y glorioso, digno de todo honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres tú, que te sientas en trono de rey, digno de todo honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres tú, que estás sentado sobre querubines y con tu mirada penetras los abismos, digno de honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres en la bóveda del cielo, digno de alabanza y de gloria por siempre. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8, 31-42
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: —Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Ellos le contestaron: —Nosotros somos descendientes de Abraham, y nunca hemos sido esclavos de nadie; ¿cómo dices tú que seremos libres?
Jesús les dijo: —Les aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado. Un esclavo no pertenece para siempre a la familia; pero un hijo sí pertenece para siempre a la familia. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres. Ya sé que ustedes son descendientes de Abraham; pero quieren matarme porque no aceptan mi palabra. Yo hablo de lo que el Padre me ha mostrado; así también ustedes, hagan lo que del Padre han escuchado.
Ellos le dijeron: — ¡Nuestro padre es Abraham!
Pero Jesús les contestó: —Si ustedes fueran de veras hijos de Abraham, harían lo que él hizo. Sin embargo, aunque les he dicho la verdad que Dios me ha enseñado, ustedes quieren matarme. ¡Abraham nunca hizo nada así! Ustedes hacen lo mismo que hace su padre.
Ellos le dijeron: –¡No somos hijos bastardos; tenemos un solo Padre, que es Dios!
Jesús les contestó: —Si de veras Dios fuera su padre, ustedes me amarían, porque yo vengo de Dios y aquí estoy. No he venido por mi propia cuenta, sino que Dios me ha enviado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que tú has querido que te ofrezcamos para alabanza tuya y salvación nuestra. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Señor, que este sacramento que hemos recibido, nos purifique de todos nuestros vicios y nos confirme para siempre en tu amistad. Por Jesucristo.


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17 MARZO – JUEVES – 5ª SEMANA DE CUARESMA

Gn 17, 3-9 / Sal 104 / Jn 8,51-59 – Morado

5. Oración Colecta
Asiste y protege siempre, Señor, a esta familia tuya, que ha puesto en ti toda su esperanza, a fin de que purificados de nuestros pecados, permanezcamos fieles a nuestro compromiso bautismal y obtengamos la herencia prometida. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Gn 17, 3-9
Lectura del libro del Génesis
En aquel tiempo, Abram se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, mientras Dios seguía diciéndole: —Esta es la alianza que hago contigo: Tú serás el padre de muchas naciones, y ya no vas a llamarte Abram. Desde ahora te llamarás Abraham, porque te voy a hacer padre de muchas naciones. Haré que tus descendientes sean muy numerosos; de ti saldrán reyes y naciones. La alianza que hago contigo, y que haré con todos tus descendientes en el futuro, es que yo seré siempre tu Dios y el Dios de ellos. A ti y a ellos les daré toda la tierra de Canaán, donde ahora vives, como su herencia para siempre; y yo seré su Dios.
Además, Dios le dijo a Abraham: —Pero tú, cumple con mi alianza tú y todos tus descendientes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 104
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Recurran al Señor, y a su poder; recurran al Señor en todo tiempo. Recuerden sus obras grandes y maravillosas, y los decretos que ha pronunciado. R.
Ustedes, descendientes de su siervo Abraham; ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos. Él es el Señor, nuestro Dios; ¡él gobierna toda la tierra! R.
Ni aunque pasen mil generaciones se olvidará de las promesas de su alianza, de la alianza que hizo con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8,51-59
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos:–Les aseguro que quien hace caso de mi palabra, no morirá.
Los judíos le contestaron: –Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham y todos los profetas murieron, y tú dices: ‘El que hace caso de mi palabra, no morirá.’ ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham? Él murió, y los profetas también murieron. ¿Quién te has creído que eres?
Jesús les contestó: –Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no vale nada. Pero el que me glorifica es mi Padre, el mismo que ustedes dicen que es su Dios. Pero ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería yo tan mentiroso como ustedes. Pero ciertamente lo conozco, y hago caso de su palabra. Abraham, el antepasado de ustedes, se alegró porque iba a ver mi día; y lo vio, y se llenó de gozo.
Los judíos dijeron a Jesús: –Todavía no tienes cincuenta años, ¿y dices que has visto a Abraham?
Jesús les contestó:–Les aseguro que yo existo desde antes que existiera Abraham.
Entonces ellos tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con agrado el sacrificio que vamos a ofrecerte y concédenos por él la conversión de nuestra vida y la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Por medio de este sacramento que ya desde ahora nos comunica tu fuerza, concédenos, Padre misericordioso, participar de la vida eterna. Por Jesucristo.


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18 MARZO – VIERNES – 5ª SEMANA DE CUARESMA

Jr 20, 10-13 / Sal 17 / Jn 10,31-42 – Morado

5. Oración Colecta
Perdona, Señor, nuestras culpas y que tu amor y tu bondad nos libren del poder del pecado, al que nos somete nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Jr 20, 10-13
Lectura del libro del profeta Jeremías
Puedo oír que la gente cuchichea: “¡Hay terror por todas partes!”
Dicen: “¡Vengan, vamos a acusarlo!”
Aun mis amigos esperan que yo dé un paso en falso.
Dicen: “Quizá se deje engañar; entonces lo venceremos y nos vengaremos de él.”
Pero tú, Señor, estás conmigo como un guerrero invencible; los que me persiguen caerán, y no podrán vencerme; fracasarán, quedarán avergonzados, cubiertos para siempre de deshonra inolvidable. Señor todopoderoso, tú que examinas con justicia, tú que ves hasta lo más íntimo del hombre, hazme ver cómo castigas a esa gente, pues he puesto mi causa en tus manos.¡Canten al Señor, alaben al Señor!, pues él salva al afligido del poder de los malvados. Palabra de Dios. Te alabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 17
R. En el peligro invoqué al Señor y me escuchó.
Tú, Señor, eres mi fuerza; ¡te amo! Tú eres mi protector, mi refugio, mi libertador. R.
Mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite. Tú, Señor, eres digno de alabanza: cuando te llamo, me salvas de mis enemigos. R.
La muerte me enredó en sus lazos; sentí miedo ante el torrente destructor. La muerte me envolvió en sus lazos; ¡me encontré en trampas mortales! R.
En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mis gritos llegaron a sus oídos! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 10,31-42
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, los judíos tomaron piedras para tirárselas a Jesús, pero él les dijo:
—Por el poder de mi Padre he hecho muchas cosas buenas delante de ustedes; ¿por cuál de ellas me van a apedrear?
Los judíos le contestaron: —No te vamos a apedrear por ninguna cosa buena que hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra Dios. Tú no eres más que un hombre, pero te estás haciendo Dios a ti mismo.
Jesús les dijo: —En la ley de ustedes está escrito: ‘Yo dije que ustedes son dioses.’ Sabemos que lo que la Escritura dice, no se puede negar; y Dios llamó dioses a aquellas personas a quienes dirigió su mensaje. Y si Dios me consagró a mí y me envió al mundo, ¿cómo pueden ustedes decir que lo he ofendido porque dije que soy Hijo de Dios? Si yo no hago las obras que hace mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean en las obras que hago, para que sepan de una vez por todas que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre.
Otra vez quisieron arrestarlo, pero Jesús se les escapó.
Regresó Jesús al otro lado del Jordán, y se quedó allí, en el lugar donde Juan había estado antes bautizando. Mucha gente fue a verlo, y decían: –De veras, aunque Juan no hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo de este hombre era verdad. Y muchos en aquel lugar creyeron en Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Que tu ayuda, Padre misericordioso, nos haga dignos de acercarnos a tu altar, a fin de que la asidua participación en este sacrificio nos obtenga la salvación. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Que la fuerza de este sacramento que nos une a ti, Señor, no nos abandone nunca y aleje siempre de nosotros todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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19 MARZO – SÁBADO – SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA

2Sm 7,4-5.12-14.16/ Sal 88/Rm 4,13.16-18.22/Mt 1,16.18-21.24 – Blanco

San José, esposo de la Virgen María, nació de la estirpe de David, e hizo las veces de padre al Hijo de Dios. Jesús fue llamado hijo de José y le estuvo sujeto con docilidad. La Iglesia lo venera como su patrón.

5. Oración Colecta
Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura:2Sm 7,4-5.12-14.16
Lectura del segundo libro de Samuel
El Señor se dirigió a Natán y le dijo: Ve y habla con mi siervo David, y comunícale que yo, el Señor, he dicho: ‘No serás tú quien me construya un templo para que habite en él. Y que cuando tu vida llegue a su fin y mueras, yo estableceré a uno de tus descendientes y lo confirmaré en el reino. Él me construirá un templo, y yo afirmaré su reino para siempre. Yo le seré un padre, y él me será un hijo. Y cuando cometa una falta, yo lo castigaré y lo azotaré como todo padre lo hace con su hijo. Tu dinastía y tu reino estarán para siempre seguros bajo mi protección, y también tu trono quedará establecido para siempre.’ Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 88
R. Su descendencia será perpetua.
Señor, siempre diré en mi canto que tú eres bondadoso; constantemente contaré que tú eres fiel. Proclamaré que tu amor es eterno; que tu fidelidad es invariable, invariable como el mismo cielo. R.
Hiciste una alianza con David; prometiste a tu siervo escogido: “Haré que tus descendientes reinen siempre en tu lugar.” R.
Él me dirá: ‘Tú eres mi Padre; eres mi Dios, que me salva y me protege.’ R.
Mi amor por él será constante, y mi alianza con él será firme. R.

8. Segunda Lectura: Rm 4,13.16-18.22
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos         
Hermanos: Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que como herencia recibirían el mundo; pero esta promesa no estaba condicionada al cumplimiento de la ley, sino a la justicia que se basa en la fe.
Por eso, para que la promesa hecha a Abraham conservara su valor para todos sus descendientes, fue un don gratuito, basado en la fe. Es decir, la promesa no es solamente para los que se basan en la ley, sino también para todos los que se basan en la fe, como Abraham. De esa manera, él viene a ser padre de todos nosotros, como dice la Escritura: “Te he hecho padre de muchas naciones.”Este es el Dios en quien Abraham creyó, el Dios que da vida a los muertos y crea las cosas que aún no existen.
Cuando ya no había esperanza, Abraham creyó y tuvo esperanza, y así vino a ser “padre de muchas naciones”, conforme a lo que Dios le había dicho: “Así será el número de tus descendientes.” Por eso, Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 1,16.18-21.24
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jacob fue padre de José, el marido de María, y ella fue madre de Jesús, al que llamamos el Mesías.
El origen de Jesucristo fue este: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes que vivieran juntos, se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. José, su marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque su hijo lo ha concebido por el poder del Espíritu Santo. María tendrá un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados.”
Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos, hermanos y hermanas, al Señor y pidámosle que se acuerde de nosotros, obra de sus manos. Respondemos: R. Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que el Señor, que puso en manos de san José el cuidado de su Hijo, asista a los pastores de la Iglesia, roguemos al Señor. R.
Para que surjan abundantes vocaciones para el servicio de la Iglesia y para la predicación del Evangelio, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor conceda a los trabajadores el sustento necesario y una vida digna y feliz, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor venga en auxilio de los emigrantes y de todos los que viven en medio de dudas y tormentos, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Que nos ayude, Señor, la intercesión de san José, esposo de la Madre de Jesús, para alcanzar tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, celebrar esta Eucaristía con el mismo amor y la pureza de corazón con que se entregó san José a servir a tu Hijo unigénito, nacido de santa María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Señor, protege sin cesar a esta familia tuya que se alegra hoy al celebrar la festividad de san José, y conserva en ella la vida de la gracia que le has comunicado por medio de la Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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20 MARZO – DOMINGO DE RAMOS

Is 50, 4-7 / Sal 21 / Flp 2, 6-11 / Lc 22, 14-71; 23, 1-56 – Rojo

Procesión con los Ramos
Se reúnen en un lugar conveniente, fuera del Templo.

Hermanos: Desde el principio de la Cuaresma nos venimos preparando con obras de penitencia y caridad.
Hoy, cercana ya la noche de Pascua, en comunión con toda la Iglesia, nos reunimos para iniciar la celebración de los misterios de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Acompañemos con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada a la ciudad santa, para que participando ahora de su cruz, merezcamos un día tener parte en la Resurrección.

Se hace la siguiente oración sobre los Ramos:

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, dígnate bendecir estos ramos y, a cuantos acompañamos jubilosos a Cristo, nuestro rey y Señor, concédenos vivir contigo en la Jerusalén del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 

En silencio, rocía con agua bendita los ramos
Luego se proclama el Evangelio de la entrada del Señor.

Lectura del Evangelio según san Lucas (19,28-38)
En aquel tiempo Jesús siguió su viaje a Jerusalén. Cuando ya había llegado cerca de Betfagé y Betania, junto al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:—Vayan a la aldea que está enfrente, y al llegar encontrarán un burro atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo. Y si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle que el Señor lo necesita.
Los discípulos fueron y lo encontraron todo como Jesús se lo había dicho. Mientras estaban desatando el burro, los dueños les preguntaron:—¿Por qué lo desatan?
Ellos contestaron:—Porque el Señor lo necesita.
Y poniendo sus capas sobre el burro, se lo llevaron a Jesús y lo hicieron montar. Conforme Jesús avanzaba, la gente tendía sus capas por el camino. Y al acercarse a la bajada del Monte de los Olivos, todos sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto. Decían:—¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas! Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Luego se va en procesión hacia el Templo.

5. Oración Colecta
Señor, que has querido entregarnos como ejemplo de humildad a tu Hijo, hecho hombre y clavado en una cruz, concédenos vivir según las enseñanzas de su pasión, para participar con él, de su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura:Is 50, 4-7
Lectura del libro del profeta Isaías
Isaías dijo: El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente. El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas. Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían. El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo. Palabra de Dios. Tealabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 21
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Los que me ven, se burlan de mí; me hacen muecas, mueven la cabeza y dicen: “Este confiaba en el Señor; que él lo libre. Ya que tanto lo quiere, que lo salve.” R.
Como perros, una banda de malvados me ha rodeado por completo; me han desgarrado las manos y los pies. ¡Puedo contarme los huesos! R.
Se han repartido mi ropa entre sí, y sobre ella echan suertes. Pero tú, Señor, que eres mi fuerza, ¡no te alejes!, ¡ven pronto en mi ayuda! R.
Ustedes, los que honran al Señor, ¡alábenlo! ¡Glorifíquenlo todos los descendientes de Jacob! ¡Adórenlo todos los descendientes de Israel! R.

8. Segunda Lectura: Flp 2, 6-11
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses 
Hermanos: Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz. Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres, para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todos las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 22, 14.25-34.39-71; 23, 1-54
† Pasión de nuestro  Señor Jesucristo según san Lucas
N. Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. Jesús les dijo:
†. “Entre los paganos, los reyes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y a los jefes se les
da el título de benefactores. Pero ustedes no deben ser así. Pues yo estoy entre ustedes como el que sirve.”
N. Dijo también el Señor:
†. —Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.
N. Simón le dijo:
P. —Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel, y hasta a morir contigo.
N. Jesús le contestó:
†. —Pedro, te digo que hoy mismo, antes que cante el gallo, tres veces negarás que me conoces.
N. Luego Jesús salió y, según su costumbre, se fue al Monte de los Olivos; y los discípulos lo siguieron. Al llegar al lugar, les dijo:
†. —Oren, para que no caigan en tentación.
N. Se alejó de ellos como la distancia de un tiro de piedra, se puso de rodillas para orar. Dijo:
†. “Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.”
N. En esto se le apareció un ángel del cielo, para darle fuerzas. En medio de su gran sufrimiento, Jesús oraba aún más intensamente, y el sudor le caía a tierra como grandes gotas de sangre.
Cuando se levantó de la oración, fue a donde estaban los discípulos, y los encontró dormidos, vencidos por la tristeza. Les dijo:
†. —¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren, para que no caigan en tentación.
N. Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegó mucha gente. El que se llamaba Judas, que era uno de los doce discípulos, iba a la cabeza. Este se acercó a besar a Jesús, pero Jesús le dijo:
†. —Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?
N. Los que estaban con Jesús, al ver lo que pasaba, le preguntaron:
P. —Señor, ¿atacamos con espada?
N. Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Jesús dijo:
†. —Déjenlos; ya basta.
N. Y le tocó la oreja al criado, y lo sanó. Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, a los oficiales del templo y a los ancianos, que habían venido a llevárselo:
†. —¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos, como si yo fuera un bandido? Todos los días he estado con ustedes en el templo, y no trataron de arrestarme. Pero esta es la hora de ustedes, la hora del poder de las tinieblas.
N. Arrestaron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía de lejos. Allí, en medio del patio, habían hecho fuego, y se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. En esto, una sirvienta, al verlo sentado junto al fuego, se quedó mirándolo y dijo:
P. —También este estaba con él.
N. Pero Pedro lo negó, diciendo:
P. —Mujer, yo no lo conozco.
N. Poco después, otro lo vio y dijo:
P. —Tú también eres de ellos.
N. Pedro contestó:
P. —No, hombre, no lo soy.
N. Como una hora después, otro insistió:
P. —Seguro que este estaba con él. Además es de Galilea.
N. Pedro dijo:
P. —Hombre, no sé de qué hablas.
N. En ese mismo momento, mientras Pedro aún estaba hablando, cantó un gallo.
Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: “Hoy, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.” Y salió Pedro de allí y lloró amargamente. Los hombres que estaban vigilando a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban. Le taparon los ojos, y le preguntaban:
P. —¡Adivina quién te pegó!
N. Y lo insultaban diciéndole otras muchas cosas. Cuando se hizo de día, se reunieron los ancianos de los judíos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, y llevaron a Jesús ante la Junta Suprema. Allí le preguntaron:
P. —Dinos, ¿eres tú el Mesías?
N. Él les contestó:
†. –Si les digo que sí, no me van a creer. Y si les hago preguntas, no me van a contestar. Pero desde ahora el Hijo del hombre estará sentado a la derecha del Dios todopoderoso.
N. Luego todos le preguntaron:
P. —¿Así que tú eres el Hijo de Dios?
N. Jesús les contestó:
†. —Ustedes mismos han dicho que lo soy.
N. Entonces ellos dijeron:
P. —¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de sus propios labios.
N. Todos se levantaron, y llevaron a Jesús ante Pilato. En su presencia comenzaron a acusarlo, diciendo:
P. —Hemos encontrado a este hombre alborotando a nuestra nación. Dice que no debemos pagar impuestos al emperador, y además afirma que él es el Mesías, el Rey.
N. Pilato le preguntó:
P. —¿Eres tú el Rey de los judíos?
N. Contestó Jesús
†.  —Tú lo has dicho.
N. Entonces Pilato dijo a los jefes de los sacerdotes y a la gente:
P. —No encuentro en este hombre razón para condenarlo.
N. Pero ellos insistieron con más fuerza:
P. —Con sus enseñanzas está alborotando a todo el pueblo. Comenzó en Galilea, y ahora sigue haciéndolo aquí, en Judea.
N. Al oír esto, Pilato preguntó si el hombre era de Galilea. Y al saber que Jesús era de la jurisdicción de Herodes, se lo envió, pues él también se encontraba aquellos días en Jerusalén. Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento. Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le contestó nada. También estaban allí los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, que lo acusaban con gran insistencia. Entonces Herodes y sus soldados lo trataron con desprecio, y para burlarse de él lo vistieron con ropas lujosas, como de rey. Luego Herodes lo envió nuevamente a Pilato. Aquel día se hicieron amigos Pilato y Herodes, que antes eran enemigos.
Pilato reunió a los jefes de los sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo:
P. —Ustedes me trajeron a este hombre, diciendo que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no lo he encontrado culpable de ninguna de las faltas de que lo acusan. Ni tampoco Herodes, puesto que nos lo ha devuelto. Ya ven, no ha hecho nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.
N. Pero todos juntos comenzaron a gritar:
P. —¡Fuera con ese! ¡Déjanos libre a Barrabás!
N. A este Barrabás lo habían metido en la cárcel por una rebelión ocurrida en la ciudad, y por un asesinato. Pilato, que quería dejar libre a Jesús, les habló otra vez; pero ellos gritaron más alto:
P. —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
N. Por tercera vez Pilato les dijo:
P. —Pues ¿qué mal ha hecho? Yo no encuentro en él nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.
N. Pero ellos insistían a gritos, pidiendo que lo crucificara; y tanto gritaron que consiguieron lo que querían. Pilato decidió hacer lo que le estaban pidiendo; así que dejó libre al hombre que habían escogido, el que estaba en la cárcel por rebelión y asesinato, y entregó a Jesús a la voluntad de ellos. Cuando llevaron a Jesús a crucificarlo, echaron mano de un hombre de Cirene llamado Simón, que venía del campo, y lo hicieron cargar con la cruz y llevarla detrás de Jesús. Mucha gente y muchas mujeres que lloraban y gritaban de tristeza por él, lo seguían. Pero Jesús las miró y les dijo:
†. —Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí, sino por ustedes mismas y por sus hijos. Porque vendrán días en que se dirá: ‘Dichosas las que no pueden tener hijos, las mujeres que no dieron a luz ni tuvieron hijos que criar.’ Entonces comenzará la gente a decir a los montes: ‘¡Caigan sobre nosotros!’, y a las colinas: ‘¡Escóndannos!’ Porque si con el árbol verde hacen todo esto, ¿qué no harán con el seco?
N. También llevaban a dos criminales, para crucificarlos junto con Jesús.
Cuando llegaron al sitio llamado La Calavera, crucificaron a Jesús y a los dos criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda. Jesús dijo:
†. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
N. Y los soldados echaron suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús. La gente estaba allí mirando; y hasta las autoridades se burlaban de él, diciendo:
P. —Salvó a otros; que se salve a sí mismo ahora, si de veras es el Mesías de Dios y su escogido.
N. Los soldados también se burlaban de Jesús. Se acercaban y le daban a beber vino agrio, diciéndole:
P. —¡Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo!
N. Y había un letrero sobre su cabeza, que decía: “Este es el Rey de los judíos.” Uno de los criminales que estaban colgados, lo insultaba:
P. —¡Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y sálvanos también a nosotros!
N. Pero el otro reprendió a su compañero, diciéndole:
P. —¿No tienes temor de Dios, tú que estás bajo el mismo castigo? Nosotros estamos sufriendo con toda razón, porque estamos pagando el justo castigo de lo que hemos hecho; pero este hombre no hizo nada malo.
N. Luego añadió:
P. —Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar.
N. Jesús le contestó:
†. —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.
N. Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde, toda la tierra quedó en oscuridad. El sol dejó de brillar, y el velo  del templo se rasgó por la mitad. Jesús gritó con fuerza y dijo:
†. —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
N. Y al decir esto, murió.
Cuando el capitán romano vio lo que había pasado, alabó a Dios, diciendo:
P. —De veras, este hombre era inocente.
N. Toda la multitud que estaba presente y que vio lo que había pasado, se fue de allí golpeándose el pecho. Todos los conocidos de Jesús se mantenían a distancia; también las mujeres que lo habían seguido desde Galilea estaban allí mirando. Había un hombre bueno y justo llamado José, natural de Arimatea, un pueblo de Judea. Pertenecía a la Junta Suprema de los judíos. Este José, que esperaba el reino de Dios y que no estuvo de acuerdo con lo que la Junta había hecho, fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana de lino y lo puso en un sepulcro excavado en una peña, donde todavía no habían sepultado a nadie. Era el día de la preparación para el sábado, que ya estaba a punto de comenzar. Hasta aquí la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Lucas. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Imploremos, a Jesús, que en la cruz presentó, oraciones y súplicas al Padre, y oremos por toda la humanidad. Respondemos: R. Escúchanos, Señor.
Para que el Señor, tenga piedad de quienes han caído en el pecado, les dé la gracia de la conversión y les conceda el gozo del perdón, roguemos al Señor. R.
Para que la sangre de Jesús, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la indiferencia, o el pecado, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y los conforte, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de nosotros y nos admita en su reino, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Señor, tú enviaste a tu Hijo al mundo, para que destruyese el pecado y nos diese la vida, escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo.

Oración sobre las Ofrendas
Que la pasión de tu Hijo, actualizada en este santo sacrificio que vamos a ofrecerte, nos alcance, Señor, de tu misericordia, el perdón que no podemos merecer por nuestras obras. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la confianza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo.


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21 MARZO – LUNES – DE LA SEMANA SANTA

Is 42, 1-7 / Sal 26 / Jn 12, 1-11 – Morado

5. Oración Colecta
Concédenos, Señor, nueva fuerza para no sucumbir a nuestras humanas debilidades, por los méritos de la pasión de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Is 42, 1-7
Lectura del profeta Isaías
“Aquí está mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito. He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones. No gritará, no levantará la voz, no hará oír su voz en las calles, no acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Verdaderamente traerá la justicia. No descansará ni su ánimo se quebrará, hasta que establezca la justicia en la tierra. Los países del mar estarán atentos a sus enseñanzas.”
Dios, el Señor, que creó el cielo y lo extendió, que formó la tierra y lo que crece en ella, que da vida y aliento a los hombres que la habitan, dice a su siervo: “Yo, el Señor, te llamé y te tomé por la mano, para que seas instrumento de salvación; yo te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo, luz de las naciones. Quiero que des vista a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo donde viven en la oscuridad.” Palabra de Dios. Tealabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 26
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? R.
Los malvados, mis enemigos, se juntan para atacarme y destruirme; pero ellos son los que tropiezan y caen. R.
Aunque un ejército me rodee, mi corazón no tendrá miedo; aunque se preparen para atacarme, yo permaneceré tranquilo. R.
Estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida. ¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 12, 1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado. Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. Entonces Judas Iscariote, que era aquel de los discípulos que iba a traicionar a Jesús, dijo: —¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres?
Pero Judas no dijo esto porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella. Jesús le dijo: —Déjala, pues lo estaba guardando para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
Muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba en Betania, y fueron allá, no solo para ver a Jesús sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque por causa suya muchos judíos se estaban separando de ellos para creer en Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con bondad, este sacrificio que tú instituiste misericordiosamente para hacernos partícipes de tu vida, y hazlo producir en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Quédate, Señor, con nosotros y protege con tu amor nuestros corazones santificados por esta Eucaristía, para que podamos conservar siempre las gracias que hemos recibido de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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22 MARZO – MARTES  – DE LA SEMANA SANTA

Is 49, 1-6 / Sal 70 / Jn 13, 21-33.36-38 – Morado

5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, ayúdanos a celebrar los misterios de la pasión del Señor con tal fe y arrepentimiento, que alcancemos tu perdón. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Is 49, 1-6
Lectura del libro del profeta Isaías
Óiganme, países del mar, préstenme atención, naciones lejanas: “El Señor me llamó desde antes de que yo naciera; pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre. Convirtió mi lengua en espada afilada, me escondió bajo el amparo de su mano, me convirtió en una flecha aguda y me guardó en su aljaba.
Me dijo: “Israel, tú eres mi siervo, en ti me mostraré glorioso.”
Y yo que había pensado: “He pasado trabajos en vano, he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.” En realidad mi causa está en manos del Señor, mi recompensa está en poder de mi Dios. He recibido honor delante del Señor mi Dios, pues él ha sido mi fuerza. El Señor, que me formó desde el seno de mi madre para que fuera su siervo, para hacer que Israel, el pueblo de Jacob, se vuelva y se una a él, dice así: “No basta que seas mi siervo solo para restablecer las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo haré que seas la luz de las naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la tierra.” Palabra de Dios. Te alabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 70
R. Mi boca contará tu auxilio.
Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Líbrame, ponme a salvo, pues tú eres justo! Dígnate escucharme, y sálvame. R.
Sé tú mi roca protectora, ¡sé tú mi castillo de refugio y salvación! ¡Tú eres mi roca y mi castillo! Dios mío, líbrame de las manos del malvado. R.
Pues tú, Señor, desde mi juventud eres mi esperanza y mi seguridad. Aún estaba yo en el vientre de mi madre y ya me apoyaba en ti. R.
Todo el día anunciaré con mis labios que tú nos has salvado y nos has hecho justicia. ¡Esto es algo que no alcanzo a comprender! Dios mío,  tú me has enseñado desde mi juventud, y aún sigo anunciando tus grandes obras. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 13, 21-33.36-38
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús se sintió profundamente conmovido, y, con toda claridad, dijo a los discípulos: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban, y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando. Él, acercándose más a Jesús, le preguntó: —Señor, ¿quién es?
Jesús le contestó: —Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ese es.
En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón.
Jesús le dijo: —Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso. Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres.
Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche.
Después que Judas hubo salido, Jesús dijo: —Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy.
Simón Pedro le preguntó a Jesús: —Señor, ¿a dónde vas?
—A donde yo voy —le contestó Jesús—, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.
Pedro le dijo: –Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti!
Jesús le respondió: –¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Palabra del Señor. Gloriaati,Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el pan y el vino que te presentamos, y concede a cuantos participamos del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, participar de la vida de tu Reino. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Por medio de este sacramento, que nos comunica tu fuerza, concédenos, Padre misericordioso, participar, desde ahora, de la vida eterna. Por Jesucristo.


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23 MARZO – MIÉRCOLES  – DE LA SEMANA SANTA

Is 50, 4-9a / Sal 68 / Mt 26,14-25 – Morado

5. Oración Colecta
Padre misericordioso que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Is 50, 4-9a
Lectura del libro del profeta Isaías
Isaías dijo: El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente. El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas. Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían. El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo. A mi lado está mi defensor: ¿Alguien tiene algo en mi contra? ¡Vayamos juntos ante el juez! ¿Alguien se cree con derecho a acusarme? ¡Que venga y me lo diga! El Señor es quien me ayuda; ¿quién podrá condenarme? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 68
R. Señor, que tu bondad me proteja en la dificultad.
Por ti he soportado ofensas; mi cara se ha cubierto de vergüenza; ¡soy como un extraño y desconocido para mis propios hermanos! Me consume el celo por tu casa. R.
¡Estoy sin ánimo y sin fuerzas! Inútilmente he buscado quien me consuele y compadezca. En mi comida pusieron veneno, y cuando tuve sed me dieron a beber vinagre. R.
Alabaré con cantos el nombre de Dios; lo alabaré con gratitud, Al ver esto, se alegrarán los afligidos y se animará el corazón de los que buscan a Dios; pues Él los escucha. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 26,14-25
† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes y les dijo: –¿Cuánto me quieren dar, y yo les entrego a Jesús?
Ellos le pagaron treinta monedas de plata. Y desde entonces Judas anduvo buscando el momento más oportuno para entregarles a Jesús.
El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: — ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él les contestó:–Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está cerca, y voy a tu casa a celebrar la Pascua con mis discípulos.’
Los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la cena de Pascua.
Cuando llegó la noche, Jesús estaba a la mesa con los doce discípulos; y mientras comían, les dijo: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Ellos se pusieron muy tristes, y comenzaron a preguntarle uno tras otro: —Señor, ¿acaso seré yo?
Jesús les contestó: —Uno que moja el pan en el mismo plato que yo, va a traicionarme. El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.
Entonces Judas, el que lo estaba traicionando, le preguntó: —Maestro, ¿acaso seré yo? —Tú lo has dicho —contestó Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos la gracia de traducir en una vida de amor y de obediencia a tu voluntad, el misterio de la pasión de tu Hijo, que estamos celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Señor, Dios nuestro, creer profundamente que por la muerte de tu Hijo, padecida en el Calvario y actualizada en cada Eucaristía, tú nos das la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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24 MARZO – JUEVES – CENA DEL SEÑOR  – DE LA SEMANA SANTA

Ex 12, 1-8.11-14 / Sal 115 / 1 Cor 11,23-26 / Jn 13, 1-15 – Blanco

ev3pa11b.gif5. Oración Colecta
Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar aquella Cena en la cual tu Hijo único, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su amor, concédenos alcanzar por la participación en este sacramento, la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura:Ex 12, 1-8.11-14
Lectura del libro del Éxodo
El Señor habló en Egipto con Moisés y Aarón, y les dijo: “Este mes será para ustedes el principal, el primer mes del año. Díganle a toda la comunidad israelita lo siguiente: El día diez de este mes, cada uno de ustedes tomará un cordero o un cabrito por familia, uno por cada casa. Y si la familia es demasiado pequeña para comerse todo el animal, entonces el dueño de la casa y su vecino más cercano lo comerán juntos, repartiéndoselo según el número de personas que haya y la cantidad que cada uno pueda comer. El animal deberá ser de un año, macho y sin defecto, y podrá ser un cordero o un cabrito. Lo guardarán hasta el catorce de este mes, y ese día todos y cada uno en Israel lo matarán al atardecer. Tomarán luego la sangre del animal y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa donde coman el animal. Esa noche comerán la carne asada al fuego, con hierbas amargas y pan sin levadura. No coman ni un solo pedazo crudo o hervido. Todo el animal, lo mismo la cabeza que las patas y las entrañas, tiene que ser asado al fuego, y no deben dejar nada para el día siguiente. Si algo se queda, deberán quemarlo. Ya vestidos y calzados, y con el bastón en la mano, coman de prisa el animal, porque es la Pascua del Señor. Esa noche yo pasaré por todo Egipto, y heriré de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a las primeras crías de sus animales, y dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor, lo he dicho. La sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren. Y así, cuando yo hiera de muerte a los egipcios, ninguno de ustedes morirá, pues veré la sangre y pasaré de largo.
“Éste es un día que ustedes deberán recordar y celebrar con una gran fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 115
R. El cáliz que bendecimos es comunión con la sangre de Cristo. 
¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? ¡Levantaré la copa de la salvación e invocaré su nombre! R.
Mucho le cuesta al Señor ver morir a los que lo aman. ¡Oh Señor, yo soy tu siervo! ¡Yo soy el hijo de tu sierva! Tú has roto los lazos que me ataban. R.
En gratitud, te ofreceré sacrificios, e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo. R.

8. Segunda Lectura: 1Cor 11,23-26

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: Yo recibí esta tradición dejada por el Señor, y que yo a mi vez les transmití: Que la misma noche que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan y, después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo,  que muere en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.” Así también, después de la cena, tomó en sus manos la copa y dijo: “Esta copa es la nueva alianzaconfirmada con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria de mí.” De manera que, hasta que venga el Señor, ustedes proclaman su muerte cada vez que comen de este pan y beben de esta copa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 13,1-15
† Lectura del Evangelio según san Juan
Era antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la horade que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.
El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?
Jesús le contestó: –Ahora no entiendes lo que hago, pero después lo entenderás.
Pedro le dijo: — ¡Jamás permitiré que me laves los pies!
Respondió Jesús: —Si no te los lavo, no podrás ser de los míos.
Simón Pedro le dijo: — ¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza!
Pero Jesús le contestó: —El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.
Dijo: “No están limpios todos”, porque sabía quién lo iba a traicionar.
Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo: — ¿Entienden ustedes lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Lavatorio de los Pies
Después de la predicación, el que preside comienza a hacer el lavatorio de pies de las doce personas que han sido elegidas para representar a los apóstoles. Es importante que estas personas representen a toda la Comunidad. Se les lava el pié derecho y luego el celebrante besa el pie que ha lavado y da un saludo de paz. Mientras tanto, se entonan cantos que se refieran a la caridad y al servicio.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos a Dios Padre, que en Jesucristo su Hijo nos ha amado hasta el extremo. Respondemos todos: R. Te rogamos, Señor, óyenos.
Por la Iglesia, cuerpo de Cristo: para que guarde la unidad en la caridad que quiso para ella Jesucristo, y así el mundo crea. Roguemos al Señor. R.
Por los obispos, los presbíteros y todos los que ejercen algún ministerio en la Iglesia: que su vida sea, de servicio y entrega. Roguemos al Señor. R.
Por la unión de los cristianos de Oriente y Occidente: para que encontremos la unidad en la Cena del Señor. Roguemos al Señor. R.
Por nosotros: para que, siguiendo el ejemplo de Cristo, vivamos el mandamiento de amar a todos, incluso a los que nos quieren mal. Roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios, Padre nuestro, que has amado tanto al mundo que entregaste a tu Hijo, concédenos lo que te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión
Señor, tú que nos permites disfrutar en esta vida de la Cena instituida por tu Hijo, concédenos participar también del banquete celestial en tu  Reino. Por Jesucristo.


PERIPLOS DEL OBISPO
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25 MARZO – VIERNES – SEMANA SANTA

Is 52,13-15; 53,1-12/Sal 30/Heb 4,14-16;5,7-9/Jn 18,1-40;19,1-42 / Rojo

Hoy no se celebra la Misa, sino solamente los Oficios especiales. Por eso la Celebración sigue un orden diferente. Normalmente la celebración se hace por la tarde. Se entra en silencio y lo primero que se hace es la siguiente oración:

5. Oración:
+ ¡Oh Dios!, tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro, por medio de su pasión ha destruido la muerte, que, como consecuencia del antiguo pecado, a todos los humanos alcanza. Concédenos hacernos semejantes a él. De este modo, los que hemos llevado grabada, por exigencia de la naturaleza humana, la imagen de Adán, el humano terreno, llevaremos grabada en adelante, por la acción santificadora de tu gracia, la imagen de Jesucristo, el humano celestial. Él que vive y reina, por lo siglos de los siglos.

6. Primera Lectura:Is 52,13-15; 53,1-12
Lectura del libro del profeta Isaías
Mi siervo tendrá éxito, será levantado y puesto muy alto.
Así como muchos se asombraron de él, al ver su semblante, tan desfigurado que había perdido toda apariencia humana, así también muchas naciones se quedarán admiradas; los reyes, al verlo, no podrán decir palabra, porque verán y entenderán algo que nunca habían oído.
¿Quien va a creer lo que hemos oído? ¿A quién ha revelado el Señor su poder?
El Señor quiso que su siervo creciera como planta tierna que hunde sus raíces en la tierra seca. No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta. Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado. Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud. Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros. Fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la boca, como una oveja cuando la trasquilan. Se lo llevaron injustamente, y no hubo quien lo defendiera; nadie se preocupó de su destino.
Lo arrancaron de esta tierra, le dieron muerte por los pecados de mi pueblo.
Lo enterraron al lado de hombres malvados, lo sepultaron con gente perversa, aunque nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso oprimirlo con el sufrimiento. Y puesto que él se entregó en sacrificio por el pecado, tendrá larga vida y llegará a ver a sus descendientes; por medio de él tendrán éxito los planes del Señor.
Después de tanta aflicción verá la luz y quedará satisfecho al saberlo; el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de ellos.
Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 30
R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Ponme a salvo, pues tú eres justo! En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡rescátame, Señor, Dios de la verdad! R.
Soy objeto de burla de mis vecinos, horror de quienes me conocen. ¡Huyen de mí cuantos me ven! Me han olvidado por completo. Soy como un jarro hecho pedazos. R.
Pero yo, Señor, confío en ti; yo he dicho: “¡Tú eres mi Dios!” Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos, que me persiguen! R.
Mira con bondad a este siervo tuyo, y sálvame, por tu amor. Den ánimo y valor a sus corazones todos los que confían en el Señor. R.

8. Segunda Lectura: Heb 4,14-16;5,7-9
Lectura de la carta a los Hebreos 
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo Sacerdote que ha entradoen el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos. Pues nuestro Sumo Sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; solo que él jamás pecó. Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad. Mientras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarlo de la muerte; y por su obediencia, Dios lo escuchó. Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia; y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Jn 18,1-5.12-17.19.21.25-19,20.23ª.25-30.34ª.
† Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
N. En aquel tiempo, Jesús salió con sus discípulos para ir al otro lado del arroyo de Cedrón. Allí había un huerto, donde Jesús entró con sus discípulos. También Judas, el que lo estaba traicionando, conocía el lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Así que Judas llegó con una tropa de soldados y con algunos guardianes del templo enviados por los jefes de los sacerdotes y por los fariseos. Estaban armados, y llevaban lámparas y antorchas. Pero como Jesús ya sabía todo lo que le iba a pasar, salió y les preguntó:
— ¿A quién buscan?
N. Ellos le contestaron:
P. —A Jesús de Nazaret.
N. Jesús dijo:
—Yo soy.
N. Los soldados, con su comandante y los guardianes judíos del templo, arrestaron a Jesús y lo ataron. Lo llevaron primero a la casa de Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Este Caifás era el mismo que había dicho a los judíos que era mejor para ellos que un solo hombre muriera por el pueblo.
Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. El otro discípulo era conocido del sumo sacerdote, de modo que entró con Jesús en la casa; pero Pedro se quedó fuera, a la puerta. Por esto, el discípulo conocido del sumo sacerdote salió y habló con la portera, e hizo entrar a Pedro. La portera le preguntó a Pedro:
P. — ¿No eres tú uno de los discípulos de ese hombre?
N. Pedro contestó:
P. —No, no lo soy.
N. El sumo sacerdote comenzó a preguntarle a Jesús acerca de sus discípulos y de lo que él enseñaba. Jesús le dijo:
—Yo he hablado públicamente delante de todo el mundo; siempre he enseñado en las sinagogas y en el templo, donde se reúnen todos los judíos; así que no he dicho nada en secreto. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que me han escuchado, y que ellos digan de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho.
N. Entre tanto, Pedro seguía allí, calentándose junto al fuego. Le preguntaron:
P. — ¿No eres tú uno de los discípulos de ese hombre?
N. Pedro lo negó, diciendo:
P. —No, no lo soy.
N. Luego le preguntó uno de los criados del sumo sacerdote, pariente del hombre a quien Pedro le había cortado la oreja:
P. — ¿No te vi con él en el huerto?
N. Pedro lo negó otra vez, y en ese mismo instante cantó el gallo. 
Llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Como ya comenzaba a amanecer, los judíos no entraron en el palacio, pues de lo contrario faltarían a las leyes sobre la pureza ritual y entonces no podrían comer la cena de Pascua. Por eso Pilato salió a hablarles. Les dijo:
P. — ¿De qué acusan a este hombre?
N. Le contestaron:
P. —Si no fuera un criminal, no te lo habríamos entregado.
N. Pilato les dijo:
P. —Llévenselo ustedes, y júzguenlo conforme a su propia ley.
N. Pero las autoridades judías contestaron:
P. —Los judíos no tenemos el derecho de dar muerte a nadie.
N. Así se cumplió lo que Jesús había dicho sobre la manera en que tendría que morir. Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó:
P. — ¿Eres tú el Rey de los judíos?
N. Jesús le dijo:
† —¿Eso lo preguntas tú por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí?
N. Le contestó Pilato:
P. — ¿Acaso yo soy judío? Los de tu nación y los jefes de los sacerdotes son los que te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
N. Jesús le contestó:
—Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
N. Le preguntó entonces Pilato:
P. — ¿Así que tú eres rey?
P. Jesús le contestó:
—Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan.
N. Pilato le dijo:
P. — ¿Y qué es la verdad?
N. Después de hacer esta pregunta, Pilato fue otra vez a hablar con los judíos, y les dijo:
P. —Yo no encuentro ningún delito en este hombre. Pero ustedes tienen la costumbre de que yo les suelte un preso durante la fiesta de la Pascua: ¿quieren que les deje libre al Rey de los judíos?
N. Todos volvieron a gritar:
P. — ¡A ese no! ¡Suelta a Barrabás!
N. Y Barrabás era un bandido.
Pilato tomó entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados trenzaron una corona de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús y lo vistieron con una capa de color rojo oscuro. Luego se acercaron a él, diciendo:
P. — ¡Viva el Rey de los judíos!
N. Y le pegaban en la cara. Pilato volvió a salir, y les dijo:
P. –Miren, aquí lo traigo, para que se den cuenta de que no encuentro en él ningún delito.
N. Salió, pues, Jesús, con la corona de espinas en la cabeza y vestido con aquella capa de color rojo oscuro. Pilato dijo:
P. — ¡Ahí tienen a este hombre!
N. Cuando lo vieron los jefes de los sacerdotes y los guardianes del templo, comenzaron a gritar:
P. — ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
N. Pilato les dijo:
P. –Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes, porque yo no encuentro ningún delito en él.
N. Las autoridades judías le contestaron:
P. —Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se ha hecho pasar por Hijo de Dios.
N. Al oír esto, Pilato tuvo más miedo todavía. Entró de nuevo en el palacio y le preguntó a Jesús:
P. — ¿De dónde eres tú?
N. Pero Jesús no le contestó nada. Pilato le dijo:
P. — ¿Es que no me vas a contestar? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, lo mismo que para ponerte en libertad?
N. Entonces Jesús le contestó:
—No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si Dios no te lo hubiera permitido; por eso, el que me entregó a ti es más culpable de pecado que tú
N. Desde aquel momento, Pilato buscaba la manera de dejar libre a Jesús; pero los judíos le gritaron:
P. — ¡Si lo dejas libre, no eres amigo del emperador! ¡Cualquiera que se hace rey, es enemigo del emperador!
N. Pilato, al oír esto, sacó a Jesús, y luego se sentó en el tribunal, en el lugar que en hebreo se llamaba Gabatá, que quiere decir El Empedrado. Era el día antes de la Pascua, como al mediodía. Pilato dijo a los judíos:
P. — ¡Ahí tienen a su rey!
N. Pero ellos gritaron:
P. — ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!
N. Pilato les preguntó:
P. — ¿Acaso voy a crucificar a su rey?
N. Y los jefes de los sacerdotes le contestaron:
P. — ¡Nosotros no tenemos más rey que el emperador!
N. Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron. Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado “Lugar de la Calavera” (que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, quedando Jesús en el medio. Pilato escribió un letrero que decía: “Jesús de Nazaret, Rey de los judíos”, y lo mandó poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron aquel letrero, porque el lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre:
—Mujer, ahí tienes a tu hijo.
N. Luego le dijo al discípulo:
—Ahí tienes a tu madre.
N. Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa.
Después de esto, como Jesús sabía que ya todo se había cumplido, y para que se cumpliera la Escritura, dijo:
—Tengo sed.
Había allí un jarro lleno de vino agrio. Empaparon una esponja en el vino, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús bebió el vino agrio, y dijo:
—Todo está cumplido.
N. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. Hasta aquí la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Juan.

13. Oración de los Fieles: Se hace la siguiente oración universal:
Por la Santa Iglesia: Oremos, hermanos y hermanas, por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la proteja en todo el mundo y nos conceda una vida serena para alabar a Dios Padre todopoderoso.
+ Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra de tu amor para que tu Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

– Por el Patriarca de Antioquía: Oremos por el legítimo Sucesor de Pedro, el Patriarca de Antioquía Ignacio Efrén II, para que Dios nuestro Señor, que lo eligió para presidir en la caridad, lo asista y proteja en el cumplimiento de su ministerio.
+ Dios todopoderoso y eterno, cuya providencia gobierna todas las cosas: atiende nuestras súplicas y protege con tu amor a nuestro Venerable Patriarca Su Santidad N., para que, según tu voluntad, proclame el Evangelio y se mantenga fiel a la Tradición Apostólica. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por el pueblo de Dios y sus ministros: Oremos también por los obispos, presbíteros, diáconos, y por todos los miembros del pueblo Santo de Dios.
+ Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda tu Iglesia; escucha nuestras súplicas y concédenos tu gracia para que todos, según nuestra vocación, podamos servirte con fidelidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los catecúmenos: Oremos también por los catecúmenos, para que Dios nuestro Señor les ilumine interiormente y les comunique su amor; y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, nuestro Señor.
+ Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia; aumenta en los catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan renacer por el bautismo a la vida nueva de tus hijos de adopción. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por la unidad de los cristianos: Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor les conceda vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo rebaño.
+ Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad; mira con amor a todos los cristianos, a fin de que cuantos están consagrados por un solo bautismo formen una sola familia unida por el amor y la integridad de la fe. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los judíos: Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en la fidelidad a su alianza.
+ Dios todopoderoso y eterno, que prometiste llenar de bendiciones a Abrahán y su descendencia; escucha las súplicas de tu Iglesia y concede al pueblo de la primitiva alianza alcanzar la plenitud de la redención. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que no creen en Cristo: Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo,  puedan encontrar el camino de la salvación.
+ Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo buscar sinceramente agradarte para que encuentren la verdad; y a nosotros, tus fieles, concédenos progresar en el amor fraterno y en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un testimonio creíble de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que no creen en Dios: Oremos también por los que no admiten a Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y puedan alcanzar el premio de llegar a él.
+ Dios todopoderoso y eterno, que creaste a los seres humanos para que te busquen, y, sólo al encontrarte hallen descanso; concédenos que, en medio de las adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y estimulados por el testimonio de nuestra vida tengan por fin la alegría de reconocerte como único Dios y Padre de todos los humanos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los gobernantes: Oremos también por los gobernantes de todas las naciones, para que Dios nuestro Señor les inspire decisiones que promuevan el bien común en un ambiente de paz y libertad.
+ Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos está mover el corazón de los humanos y defender los derechos de los pueblos; asiste a los que gobiernan para que, con tu ayuda, promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social  y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que se encuentran en alguna tribulación: Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso por todos los que en el mundo sufren las consecuencias del pecado, para que cure a los enfermos, dé alimento a los que padecen hambre, libere de la injusticia a los perseguidos, redima a los encarcelados, conceda volver a casa a los emigrantes y desterrados, proteja a los que viajan y dé la salvación a los moribundos.
+ Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los que lloran y fuerza de los que sufren; lleguen hasta ti las súplicas de quienes te invocan en su tribulación, para que sientan en sus adversidades la ayuda de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

VENERACIÓN DE LA CRUZ
Si se considera oportuno, después de la oración universal, se puede pasar a venerar la cruz, sin crucificado. Si no se considera oportuno, se pasa directamente a la distribución de la comunión. Si se hace la veneración, se procede así: Semuestratresveceslacruz sin crucificadoycuando se muestra se canta o se dice la siguiente frase:

+ «Miren el árbol de la cruz, del cual estuvo colgada la salvación del mundo».

Todos responden:
R. «Vengan a venerarlo».

Después los participantes besan la cruz sin crucificado, en señal de veneración.

Luego se sigue con la guía a partir del Padre nuestro. (Seguir a partir del número 17 del Esquema de Celebración)

21. Oración después de la Comunión 
+ Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo, por medio de nuestra participación en este sacramento prosigue en nosotros la obra de tu amor y ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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26 MARZO – SÁBADO –  VIGILIA PASCUAL

Ex 14,15-31;15,1 / Ez 36,16-28 / Rm 6,3-11 / Sal 117 / Lc 24,1-12 – Blanco

ciripasLa celebración de la Vigilia Pascual, es la más importante de todas las celebraciones cristianas, porque conmemora la resurrección de Jesucristo. Consta de varias partes:
- La bendición del fuego nuevo, encendida del cirio y proclamación de la Resurrección de Cristo.
- Las lecturas del Antiguo Testamento, recordando la Pascua.
- Las lecturas del Nuevo Testamento.
- La bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales.
- La distribución de la Comunión, siguiendo el esquema a partir del No. 13.

Bendición del fuego, encendida del cirio y proclamación de la Resurrección.

Se apagan las luces de la iglesia. En un lugar adecuado fuera del templo, se enciende el fuego.
Se hace el siguiente saludo.
– Hermanos: en esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Si conmemoramos así la Pascua del Señor, escuchando su palabra y participando en sus sacramentos, podremos esperar tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con él siempre en Dios.
+ Oremos: Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has comunicado el fuego de tu luz: bendice este fuego, y concédenos que la celebración de estas fiestas pascuales encienda en nosotros el deseo del cielo, para que podamos llegar con el espíritu renovado a la fiesta de la eterna luz.

Bendecido el nuevo fuego, un servidor lleva el cirio pascual ante el que preside, y con un punzón graba la cruz en el mismo cirio. Después hace sobre él la letra griega alfa, y debajo la letra omega, y entre los brazos de la cruz los númerosque expresan el año en curso, mientras dice:

Cristo ayer y hoy. (Traza la línea vertical.)
Principio y fin. (Traza la línea horizontal.)
Alfa. (Traza la letra alfa arriba de la línea vertical.)
Y omega. (Traza la letra omega debajo de la línea vertical.)
Suyo es el tiempo. (Trazaelnúmero “2” en el ángulo superior izquierdo de la cruz.)
Y la eternidad. (Traza el número “0” el ángulo superior derecho.)
A él la gloria y el poder. (Traza número “1” en el ángulo inferior izquierdo.)
Por los siglos de los siglos. Amén. (Traza el “6” en el ángulo inferior derecho.)

Seguidamente, del fuego nuevo se enciende el cirio pascual, diciendo:
La luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu.
Después se entra en procesión al Templo, el cirio lo lleva el que preside o, si lo hay, el diácono. Dice o canta al inicio de la procesión, a la entrada al Templo y al llegar al altar la frase:
LUZ DE CRISTO.
Y todos responden: DEMOS GRACIAS A DIOS.

En la entrada del templo todos encienden las velas que llevan, del cirio que se ha bendecido y al llegar al altar, se prenden las luces del templo. Después, desde el ambón, el que preside u otro ministro elegido, proclama la Resurrección, recitando o cantando el Pregón Pascual:

En verdad es justo y necesario, aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del corazón a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán y, derramando su sangre, canceló la condena del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Esta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Esta es la noche en que el fuego esclareció en las tinieblas del pecado.
Esta es la noche en la que, los que creen en Cristo por toda la tierra, son arrancados de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, son restituidos a la gracia y son agregados a los santos.
Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De que nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal redentor!
¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento que Cristo resucitó de entre los muertos.
Esta es la noche de la que estaba escrito: «Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mi gozo». Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos. Amén.

LECTURAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO, RECORDANDO LA PASCUA.
Si por razones pastorales se considera oportuno hacer las siete lecturas del Antiguo Testamento, se hará de la siguiente manera: 1ª Lectura: Gén 1,1.26-31a, Sal. 32; 2ª Lectura: Gén 22,1-2.9a.10-13.15-18, Sal: 15; 3ª Lectura, la que está abajo, tomada del Éxodo, con su salmo; 4ª Lectura: Is 54, 5-14, Sal: 29; 5ª Lectura: Is 55,1-11, Intreleccional Is 12,2-3.4.5-6; 6ª Lectura: Bar 3, 9-15.32-4,4, Sal: 18,8.9.10.11; 7ª la que está en p. 157, tomada de Ezequiel y su salmo.

Primera Lectura:Ex 14,15-31; 15,1
Lectura del libro del Éxodo
En aquel tiempo, el Señor le dijo a Moisés:— ¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante! Y tú, levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los israelitas lo crucen en seco. Yo voy a hacer que los egipcios se pongan tercos y los persigan; entonces mostraré mi poder en el faraón y en todo su ejército, y en sus carros y caballería. Cuando haya mostrado mi poder en el faraón, y en sus carros y caballería, los egipcios sabrán que yo soy el Señor.
En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos. Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche.
Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca, y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar; pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos; descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron: —Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros.
Pero el Señor le dijo a Moisés: —Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería.
Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en él. Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda. En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés. Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor: “Cantaré en honor del Señor, que tuvo un triunfo maravilloso al hundir en el mar caballos y jinetes.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial: Éxodo 15
R. Cantemos al Señor por su victoria.
“Cantaré en honor del Señor, que tuvo un triunfo maravilloso al hundir en el mar caballos y jinetes. Mi canto es al Señor, quien es mi fuerza y salvación. Él es mi Dios, y he de alabarlo; es el Dios de mi padre, y he de enaltecerlo. R.
El Señor es un gran guerrero. El Señor, ¡ese es su nombre! El Señor hundió en el mar los carros y el ejército del faraón; ¡sus mejores oficiales se ahogaron en el Mar Rojo! R.
Cayeron hasta el fondo, como piedras, y el mar profundo los cubrió. Oh, Señor, fue tu mano derecha, fuerte y poderosa, la que destrozó al enemigo. R.
Oh, Señor, llévanos a vivir a tu santo monte, al lugar que escogiste para vivir, al santuario que afirmaste con tus manos. ¡El Señor reina por toda la eternidad!” R.

+ Oremos: Tus antiguos prodigios se renuevan, Señor, también en nuestros tiempos, pues lo que tu poder hizo con las aguas para librar un solo pueblo de la esclavitud del faraón, lo repites ahora por medio del agua del bautismo, para salvar a todas las naciones. Concede a los humanos del mundo entero contarse entre los hijos de Abrahán y participar de la dignidad del pueblo elegido. Por Jesucristo.

Segunda Lectura: Ez 36,16-28
Lectura del libro del profeta Ezequiel
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: “Cuando los israelitas vivían en su tierra, la profanaron con sus malas acciones. Su manera de vivir era para mí algo sucio y repugnante. Entonces descargué mi ira sobre ellos por los asesinatos que cometieron en el país y por la manera en que lo profanaron adorando a los ídolos, y en castigo de sus malas acciones los dispersé entre los demás países y naciones. Pero en todos los pueblos a donde ellos llegaban, ofendían mi santo nombre, pues la gente decía: ‘Estos son el pueblo del Señor, pero tuvieron que salir de su país.’ Entonces me dolió ver que, por culpa de Israel, mi santo nombre era profanado en cada nación adonde ellos llegaban.
“Por eso, dile al pueblo de Israel: ‘Esto dice el Señor: Lo que voy a realizar no es por causa de ustedes, israelitas, sino por mi santo nombre, que ustedes han ofendido entre las naciones a donde han ido. Yo voy a mostrar ante las naciones la santidad de mi gran nombre, que ustedes han ofendido entre ellas; cuando yo lo haga, ellas reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. Yo los sacaré a ustedes de todas esas naciones y países; los reuniré y los haré volver a su tierra. Los lavaré con agua pura, los limpiaré de todas sus impurezas, los purificaré del contacto con sus ídolos; pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil. Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis leyes y decretos; vivirán en el país que di a sus padres, y serán mi pueblo y yo seré su Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial: De los salmos 41 y 42
R. Como ciervo sediento en busca de un río, así te busco, Dios mío.
Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo volveré a presentarme ante Dios? R.
Recuerdo cuando yo iba con la gente, conduciéndola al templo de Dios entre gritos de alegría y gratitud. ¡Qué gran fiesta entonces! R.
Envía tu luz y tu verdad, para que ellas me enseñen el camino que lleva a tu santo monte, al lugar donde tú vives. R.
Llegaré entonces a tu altar, oh Dios, y allí te alabaré al son del arpa, pues tú, mi Dios, llenas mi vida de alegría. R.

+ Oremos: Señor, Dios todopoderoso, poder inmutable y luz sin ocaso, prosigue bondadoso a través de tu Iglesia, sacramento de salvación, la obra que tu amor dispuso desde la eternidad; que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que se renueva lo que había envejecido y que todo se integra en Aquél que es el principio de todo, Jesucristo, nuestro Señor. Él que vive y reina, por lo siglos.

LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTO.
4. Canto del “Gloria a Dios en el cielo”
5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor resucitado, aviva en tu Iglesia el espíritu filial para que, renovados en toda nuestra vida, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por Jesucristo nuestro Señor.

8. Epístola: Rm 6,3-11
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Hermanos: ¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Pues Cristo, al morir, murió de una vez para siemprerespecto al pecado; pero al vivir, vive para Dios. Así también, ustedes considérense muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya, aleluya, aleluya.Del Sal 117
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” R. «Aleluya, aleluya, aleluya».
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. R.

10. Evangelio:Lc 24,1-12
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Las mujeres descansaron el sábado, conforme al mandamiento, pero el primer día de la semana regresaron al sepulcro muy temprano, llevando los perfumes que habían preparado. Al llegar, se encontraron con que la piedra que tapaba el sepulcro no estaba en su lugar; y entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían qué pensar de esto, cuando de pronto vieron a dos hombres de pie junto a ellas, vestidos con ropas brillantes. Llenas de miedo, se inclinaron hasta el suelo; pero aquellos hombres les dijeron:—¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que ha resucitado. Acuérdense de lo que les dijo cuando todavía estaba en Galilea: que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de pecadores, que lo crucificarían y que al tercer día resucitaría.
Entonces ellas se acordaron de las palabras de Jesús, y al regresar del sepulcro contaron todo esto a los once apóstoles y a todos los demás. Las que llevaron la noticia a los apóstoles fueron María Magdalena, Juana, María madre de Santiago, y las otras mujeres. Pero a los apóstoles les pareció una locura lo que ellas decían, y no querían creerles. Sin embargo, Pedro se fue corriendo al sepulcro; y cuando miró dentro, no vio más que las sábanas. Entonces volvió a casa, admirado de lo que había sucedido. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Seguidamente se hace una reflexión o predicación a partir de las lecturas de la Escritura.

BENDICIÓN DEL AGUA Y RENOVACIÓN DE PROMESAS BAUTISMALES

Quien preside junto a toda la asamblea, ora para que el agua sea bendecida:
+ Invoquemos, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que bendiga esta agua, que va a ser derramada sobre nosotros en memoria de nuestro bautismo; y pidámosle que nos renueve interiormente para que permanezcamos fieles al espíritu, que hemos recibido.

Todos extienden la mano y oran:
Señor Dios nuestro, escucha las oraciones de tu pueblo que vela en esta noche santa, en que celebramos nuestra creación y la maravilla aún más grande de nuestra redención; dígnate bendecir esta agua.
La creaste para hacer fecunda la tierra y para favorecer nuestros cuerpos con el frescor y la limpieza. La hiciste también instrumento de misericordia al librar a tu pueblo de la esclavitud y al apagar con ella su sed en el desierto; por los profetas la revelaste como signo de la nueva alianza que quisiste sellar con los humanos. Y cuando Cristo descendió a ella en el Jordán, renovaste nuestra naturaleza pecadora con el baño del nuevo renacimiento. Que esta agua, Señor, avive en nosotros el recuerdo de nuestro bautismo, y nos haga participar en el gozo de nuestros hermanos bautizados en la Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Después se hace la Renovación de las promesas bautismales. Quien preside hace las preguntas y todo el pueblo responde:

+ ¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios? R. Sí, renuncio.
+ ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que el pecado no los esclavice? R. Sí, renuncio.
+ ¿Renuncian a Satanás, padre y príncipe del pecado? R. Sí, renuncio.
+ ¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra? R. Sí, creo.
+ ¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de Santa María Virgen, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre? R. Sí, creo.
+ ¿Creen en el Espíritu Santo, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria; y en la santa Iglesia que es una, santa, católica y apostólica; en la comunión de lo santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? R. Sí, creo.
+ Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con su gracia, unidos a Jesucristo, nuestro Señor, para la vida eterna.

Seguidamente se rocía con el agua bendecida a toda la Asamblea.

Se sigue el esquema a partir del No. 13.

13. Oración de los Fieles
+ Hermanos: Oremos a Cristo, el Ungido de Dios, en cuyas manos el Padre ha puesto todas las cosas. Todos respondemos: Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que los obispos y todos los ministros, vivan plenamente conformes a Jesús y sean siempre fieles a la misión que han recibido. R.
Para que el Señor conceda la conversión a los que por el pecado se han alejado de la Iglesia, roguemos al Señor. R.
Para que los enfermos, que al ser ungidos con el óleo santo, experimenten la protección del Señor y alivio en sus dolores, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que, nos purifica y con su cuerpo nos alimenta, nos ilumine para que amemos los misterios que hoy celebramos, roguemos al Señor. R.
+ Señor Jesucristo, ya que nos invitas a participar al altar, haz que seamos también invitados al banquete de la Pascua eterna.Tú, que vives y reinas por los siglos. 

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que el memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo, que estamos celebrando, nos obtenga la fuerza para participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Infúndenos, Señor, tu espíritu de caridad para que vivamos siempre unidos en tu amor los que hemos participado en este sacramento de la muerte y resurrección de Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.


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27 MARZO – DOMINGO DE PASCUA

Hch 10, 34a.37-43 / Sal 117 / Col 3, 1-4 / Jn 20, 1-9 – Blanco
pascua25. Oración Colecta
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos has abierto las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos hoy la Pascua de Resurrección, resucitar también a una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura:Hch 10, 34a.37-43
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro comenzó a hablar, y dijo: —Ahora entiendo que de veras Dios no hace diferencia entre una persona y otra. Ustedes bien saben lo que pasó en toda la tierra de los judíos, comenzando en Galilea, después que Juan proclamó que era necesario bautizarse. Saben que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que Jesús anduvo haciendo bien y sanando a todos los que sufrían bajo el poder del diablo. Esto pudo hacerlo porque Dios estaba con él, y nosotros somos testigos de todo lo que hizo Jesús en la región de Judea y en Jerusalén. Después lo mataron, colgándolo en una cruz. Pero Dios lo resucitó al tercer día, e hizo que se nos apareciera a nosotros. No se apareció a todo el pueblo, sino a nosotros, a quienes Dios había escogido de antemano como testigos. Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó. Y él nos envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como Juez de los vivos y de los muertos. Todos los profetas habían hablado ya de Jesús, y habían dicho que quienes creen en él reciben por medio de él el perdón de los pecados. Palabra de Dios. Te alabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R. Este es el día del triunfo del Señor, sea nuestra alegría y gozo.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” R.
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. R.

8. Segunda Lectura: Col 3, 1-4
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 
Hermanos: Ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos de gloria. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn 20, 1-9
† Lectura del Evangelio según san Juan 
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro; y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. Entonces se fue corriendo a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo: — ¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Los dos iban corriendo juntos; pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se agachó a mirar, y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas; y además vio que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado, y creyó. Pues todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que él tenía que resucitar. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Llenos de gozo por la resurrección del Señor y renovados en nuestro espíritu, supliquemos al Señor, diciendo. R. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su resurrección ha vencido la muerte y ha destruido el pecado: pidámosle que los cristianos sean fieles a las promesas del bautismo. R.
A Cristo que, ha hecho renacer a los nuevos hijos de la Iglesia, por el agua y el Espíritu Santo: pidámosle que reafirme en ellos sus dones pascuales. R.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha abierto las puertas de su reino y ha otorgado la vida nueva: pidámosle por los que sufren. R.
A Cristo que, anunció la alegría a las mujeres y a los apóstoles: pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo, roguemos al Señor. R.
+ Señor Jesucristo, enaltecido por el Padre y adorado por tu Iglesia; compadécete de tu pueblo y escucha nuestras súplicas. Tú, que vives y reinas por los siglos.

Oración sobre las Ofrendas
Regocijados con la alegría de la Pascua, te ofrecemos, Señor, esta Eucaristía, mediante la cual tu Iglesia se renueva y alimenta de un modo admirable. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Señor, protege siempre a tu Iglesia con amor paterno, para que, renovada ya por los sacramentos de Pascua, participe de la gloria de la resurrección. Por Jesucristo.


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28 MARZO – LUNES – 1ª SEMANA DE PASCUA

Hch 2, 14.22-32 / Sal 15 / Mt 28, 8-15 – Blanco

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que por medio del bautismo das nuevos hijos a tu Iglesia y la haces crecer continuamente, concédenos vivir siempre de acuerdo con la fe que recibimos en el bautismo. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 2, 14.22-32
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
El día de Pentecostés, Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles, y con voz fuerte dijo: “Escuchen, israelitas, lo que voy a decir: Como ustedes saben muy bien, Dios demostró ante ustedes la autoridad de Jesús de Nazaret, haciendo por medio de él grandes maravillas, milagros y señales. Y a ese hombre, que conforme a los planes y propósitos de Dios fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados. Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado. El rey David, refiriéndose a Jesús, dijo: ‘Yo veía siempre al Señor delante de mí; con él a mi derecha, nada me hará caer.
Por eso se alegra mi corazón, y mi lengua canta llena de gozo. Todo mi ser vivirá confiadamente, porque no me dejarás en el sepulcro ni permitirás que se descomponga el cuerpo de tu santo siervo. Me mostraste el camino de la vida, y me llenarás de alegría con tu presencia.’
“Hermanos, permítanme decirles con franqueza que el patriarca David murió y fue enterrado, y que su sepulcro está todavía entre nosotros. Pero David era profeta, y sabía que Dios le había prometido con juramento que pondría por rey a uno de sus descendientes. Así que, viendo anticipadamente la resurrección del Mesías, David habló de ella y dijo que el Mesías no se quedaría en el sepulcro ni su cuerpo se descompondría. Pues bien, Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 15
R. ¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección!
¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección! Yo te he dicho: “Tú eres mi Señor, mi bien. Tú, Señor, eres mi todo; tú me colmas de bendiciones; mi vida está en tus manos. R.
Bendeciré al Señor, porque él me guía, y en lo íntimo de mi ser me corrige por las noches. Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. R.
Por eso, dentro de mí, mi corazón está lleno de alegría. Todo mi ser vivirá confiadamente, pues no me dejarás en el sepulcro, ¡no abandonarás en la fosa a tu amigo fiel! R.
Me mostrarás el camino de la vida. Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 28, 8-15
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Las mujeres se fueron rápidamente del sepulcro, con miedo y mucha alegría a la vez, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En eso, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas se acercaron a Jesús y lo adoraron, abrazándole los pies, y él les dijo:—No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allá me verán.
Mientras iban las mujeres, algunos soldados de la guardia llegaron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había pasado. Estos jefes fueron a hablar con los ancianos, para ponerse de acuerdo con ellos. Y dieron mucho dinero a los soldados, a quienes advirtieron:—Ustedes digan que durante la noche, mientras ustedes dormían, los discípulos de Jesús vinieron y robaron el cuerpo. Y si el gobernador se entera de esto, nosotros lo convenceremos, y a ustedes les evitaremos dificultades.
Los soldados recibieron el dinero e hicieron lo que se les había dicho. Y esta es la explicación que hasta el día de hoy circula entre los judíos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, con bondad, nuestras ofrendas, y tú, que nos llamaste a la fe y nos has hecho renacer por el bautismo, danos la felicidad eterna. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Que la gracia de este sacramento, memorial de la Pascua de tu Hijo, fructifique, Señor, en nuestros corazones para que podamos corresponder a los dones de tu amor, que nos han hecho partícipes de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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29 MARZO – MARTES  – 1ª SEMANA DE PASCUA

Hch 2,36-41 / Sal 32 / Jn 20,11-18 – Blanco

5. Oración Colecta
Señor, tú que nos has librado del pecado por medio de la muerte y resurrección de tu Hijo, prosigue en nosotros la obra liberadora de tu gracia y concédenos el gozo de celebrar la Pascua eterna, que ya desde ahora nos llena de esperanza y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 2,36-41
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
El día de Pentecostés, Pedro dijo a los judíos: “Sepa todo el pueblo de Israel, con toda seguridad, que a este mismo Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías.”
Cuando los allí reunidos oyeron esto, se afligieron profundamente, y preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer?
Pedro les contestó: —Vuélvanse a Dios y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados, y así él les dará el Espíritu Santo. Porque esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y también para todos los que están lejos; es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.
Con estas y otras palabras, Pedro les habló y les aconsejó, diciéndoles: — ¡Apártense de esta gente perversa!
Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 32
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
La palabra del Señor es verdadera; sus obras demuestran su fidelidad. El Señor ama lo justo y lo recto; ¡su amor llena toda la tierra! R.
Pero el Señor cuida siempre de quienes lo honran y confían en su amor, para salvarlos de la muerte y darles vida en épocas de hambre. R.
Nosotros confiamos en el Señor; ¡él nos ayuda y nos protege! ¡Que tu amor, Señor, nos acompañe, tal como esperamos de ti! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 20,11-18
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, María se quedó afuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó para mirar dentro, y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús; uno a la cabecera y otro a los pies. Los ángeles le preguntaron: —Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo: —Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.
Apenas dijo esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, pero no sabía que era él. Jesús le preguntó: —Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo: —Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo.
Jesús entonces le dijo: — ¡María!
Ella se volvió y le dijo en hebreo: — ¡Rabuni! (que quiere decir: “Maestro”).
Jesús le dijo: —No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos  que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes.
Entonces María Magdalena fue y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también les contó lo que él le había dicho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, en tu bondad, los dones que te presentamos, y concédenos tu protección para conservar tu gracia y participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión

Tú que nos has concedido la gracia inmerecida del bautismo, purifica, Señor, y fortalece nuestros corazones, para que participemos de la felicidad eterna. Por Jesucristo.

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30 MARZO – MIÉRCOLES  – 1ª SEMANA DE PASCUA

Hch 3,1-10 / Sal 104 / Lc 24,13-35 – Blanco

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que en la liturgia pascual nos concedes cada año la alegría de revivir la resurrección del Señor, haz que por la presencia del Espíritu Santo en nosotros, experimentemos su fuerza transformadora. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 3,1-10
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro y Juan fueron al templo para la oración de las tres de la tarde. Allí, en el templo, estaba un hombre paralítico de nacimiento, al cual llevaban todos los días y lo ponían junto a la puerta llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban. Cuando el paralítico vio a Pedro y a Juan, que estaban a punto de entrar en el templo, les pidió una limosna. Ellos lo miraron fijamente, y Pedro le dijo: —Míranos.
El hombre puso atención, creyendo que le iban a dar algo. Pero Pedro le dijo: —No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Dicho esto, Pedro lo tomó por la mano derecha y lo levantó, y en el acto cobraron fuerzas sus pies y sus tobillos. El paralítico se puso en pie de un salto y comenzó a andar; luego entró con ellos en el templo, por su propio pie, brincando y alabando a Dios. Todos los que lo vieron andar y alabar a Dios, se llenaron de asombro y de temor por lo que le había pasado, ya que conocían al hombre y sabían que era el mismo que se sentaba a pedir limosna en el templo, en la puerta llamada la Hermosa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 104
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
¡Den gracias al Señor! ¡Proclamen su nombre! Cuenten a los pueblos sus acciones. Canten himnos en su honor. ¡Hablen de sus grandes hechos! R.
Siéntanse orgullosos de su santo nombre. ¡Siéntase alegre el corazón de los que buscan al Señor! Recurran al Señor, y a su poder; recurran al Señor en todo tiempo. R.
ustedes, descendientes de su siervo Abraham; ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos. Él es el Señor, nuestro Dios; ¡él gobierna toda la tierra! R.
Ni aunque pasen mil generaciones se olvidará de las promesas de su alianza, de la alianza que hizo con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 24,13-35
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban hablando de todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos. Pero aunque lo veían, algo les impedía darse cuenta de quién era. Jesús les preguntó: –¿De qué van hablando ustedes por el camino?
Se detuvieron tristes, y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, contestó: — ¿Eres tú el único que ha estado alojado en Jerusalén y que no sabe lo que ha pasado allí en estos días?
Él les preguntó: — ¿Qué ha pasado?
Le dijeron: –Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que pasó todo eso. Aunque algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro, y como no encontraron el cuerpo, volvieron a casa. Y cuentan que unos ángeles se les han aparecido y les han dicho que Jesús vive. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como las mujeres habían dicho, pero a Jesús no lo vieron.
Entonces Jesús les dijo:—¡Qué faltos de comprensión son ustedes y qué lentos para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado?
Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.
Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba a seguir adelante. Pero ellos lo obligaron a quedarse, diciendo:—Quédate con nosotros, porque ya es tarde. Se está haciendo de noche.
Jesús entró, pues, para quedarse con ellos. Cuando ya estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero él desapareció. Y se dijeron el uno al otro: — ¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?
Sin esperar más, se pusieron en camino y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a sus compañeros, que les dijeron:—De veras ha resucitado el Señor, y se le ha aparecido a Simón.
Entonces ellos dos les contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio con el que has redimido a la humanidad, y concédenos, por medio de él, la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Te rogamos, Señor, que, purificados ya de nuestras pasadas culpas, la participación en este sacramento de tu Hijo nos transforme en criaturas nuevas. Por Jesucristo.


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31 MARZO – JUEVES  – 1ª SEMANA DE PASCUA

Hch 3, 11-26 / Sal 8 / Lc 24,35-48 – Blanco

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que has reunido pueblos de toda la tierra para alabar tu nombre, concede
a todos tus hijos, nacidos a una vida nueva por medio del bautismo, tener una misma fe y manifestarla en la vida con un mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 3, 11-26
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, el paralítico que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan. Toda la gente, admirada, corrió a la parte del templo que se llama Pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver esto, les dijo: “¿Por qué se asombran ustedes, israelitas? ¿Por qué nos miran como si nosotros mismos hubiéramos sanado a este hombre y lo hubiéramos hecho andar por medio de algún poder nuestro o por nuestra piedad? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha dado el más alto honor a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a las autoridades y a quien ustedes rechazaron, después que Pilato había decidido soltarlo. En vez de pedir la libertad de aquel que era santo y justo, ustedes pidieron que se soltara a un criminal. Y así mataron ustedes al que nos lleva a la vida. Pero Dios lo resucitó, y de esto nosotros somos testigos. Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que ustedes ven y conocen, es la fe en el nombre de Jesús. Esa fe en Jesús es la que lo ha hecho sanar completamente, como todos ustedes pueden ver.
“Ya sé, hermanos, que cuando ustedes y sus jefes mataron a Jesús, lo hicieron sin saber en realidad lo que estaban haciendo. Pero Dios cumplió de este modo lo que antes había anunciado por medio de todos sus profetas: que su Mesías tenía que morir. Por eso, vuélvanse ustedes a Dios y conviértanse, para que él les borre sus pecados y el Señor les mande tiempos de alivio, enviándoles a Jesús, a quien desde el principio había escogido como Mesías para ustedes. Aunque por ahora Jesucristo debe permanecer en el cielo hasta que Dios ponga en orden todas las cosas, como dijo por medio de sus santos profetas que vivieron en los tiempos antiguos. Moisés anunció a nuestros antepasados: ‘El Señor su Dios hará que salga de entre ustedes un profeta como yo. Obedézcanlo en todo lo que les diga, porque todo aquel que no haga caso a ese profeta, será eliminado del pueblo.’
“Y todos los profetas, desde Samuel en adelante, hablaron también de estos días. Ustedes son herederos de las promesas que Dios hizo por medio de los profetas, y son también herederos de la alianza hecha por Dios con los antepasados de ustedes. Pues Dios le dijo a Abraham: ‘Todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.’ Cuando Dios resucitó a su Hijo, lo envió primero a ustedes, para bendecirlos, haciendo que cada uno de ustedes se convierta de su maldad.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 8
R. Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!
Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!, Pienso: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano? ¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él? R.
Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad, le diste autoridad sobre tus obras. R.
Lo pusiste por encima de todo: sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 24,35-48
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, los discípulos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan.
Estaban todavía hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo: —Paz a ustedes.
Ellos se asustaron mucho, pensando que estaban viendo un espíritu. Pero Jesús les dijo: — ¿Por qué están asustados? ¿Por qué tienen esas dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tóquenme y vean: un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que tengo yo.
Al decirles esto, les enseñó las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó: — ¿Tienen aquí algo que comer?
Le dieron un pedazo de pescado asado, y él lo aceptó y lo comió en su presencia. Luego les dijo: —Lo que me ha pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos.
Entonces hizo que entendieran las Escrituras, y les dijo: —Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer día, y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Comenzando desde Jerusalén, ustedes deben dar testimonio de estas cosas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, con bondad, el sacrificio que vamos a ofrecerte, para darte gracias por los nuevos bautizados y pedirte para ellos tu constante ayuda. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y a participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo.


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