El jueves trece por la mañana, el arzobispo presidió la celebración del decanato del área sur de la zona Ixil de El Quiché, en la sede de la comunidad de Salquilito, del centro de Nebaj.

La celebración del decanato se prolongó por largo tiempo, pues en un ambiente de fraternidad, después de la formación, los hermanos plantearon una serie de cuestiones al arzobispo sobre temas de fe y de organización eclesial.

En general se pudo detectar que la situación de las comunidades es positiva. En varias de ellas se está dando un cierto crecimiento e incluso están en proceso de formación otras comunidades.

Sin embargo, también se llegó a la conclusión de la urgencia de tener un Consejo Pastoral organizado, por lo que para la próxima visita del Arzobispo se pidió que cada comunidad envíe delegados, para poder organizar el Consejo y dar mayor impulso a la actividad pastoral y misionera en el área tanto de Nebaj como de San Juan Cotzal.

El jueves trece por la tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Pentecostés, en el área de Salquil Grande, del Municipio de Nebaj, El Quiché.

Los hermanos Jacinto Ceto y Jacinto Rivera son los líderes de la comunidad.

Durante la homilía el arzobispo exhortó a los hermanos a intensificar el compromiso de vivir con autenticidad su fe y de compartirla con los que aún no han renovado su vida.

En la visita el arzobispo estuvo acompañado por el Padre Paulino Bizarro, encargado pastoral de toda el área Ixil.

Al caer del día trece, en medio de fuerte lluvia, el arzobispo llegó hasta la lejana comunidad de Parramos Grande, del Municipio de Nebaj.

Se trató de la segunda visita que el arzobispo hace a la comunidad en los tiempos recientes.

Durante la homilía el arzobispo animó a los hermanos a intensificar su compromiso misionero, para poder cumplir el encargo que el Señor nos ha dado.

El hermano Pedro, líder de la comunidad, agradeció la visita y manifestó la disponibilidad a tratar de cumplir con fidelidad las orientaciones que el arzobispo les dio.

El viernes catorce, el arzobispo presidió la celebración del Decanato del norte del área Ixil, en la comunidad de Ilom, del municipio de Chajul.

La presencia de hermanos al decanato fue muy numerosa.

Después de la formación los hermanos, en forma reiterada, agradecieron las orientaciones que se les dieron, tendientes a impulsar la renovación personal, familiar y comunitaria, para hacer más eficaz la acción pastoral de la Iglesia.

Varias comunidades expresaron con alegría que están experimentando un sostenido crecimiento. Solamente la comunidad anfitriona expresó que varios hermanos se han retirado por problemas que enfrentarona miembros de la comunidad, aunque los mismos son ajenos a la vida de fe.

El arzobispo animó a los hermanos a superar las dificultades y a tratar de organizarse mejor.

También se dialogó acerca de que, en la próxima formación que se tenga, se elegirá, entre los delegados de las diferentes comunidades, a quien ejerza el papel de coordinador del sector de la parroquia, que comprende las comunidades en torno a Ilom.

Después de la celebración del Decanato, el arzobispo presidió la celebración de la Liturgia, en la misma comunidad de Ilom.

En la celebración participaron los delegados de las diferentes comunidades de la parroquia, así como un buen número de miembros de la comunidad local.

El arzobispo animó a los hermanos a tratar de profundizar más en la vida de fe, pues eso constituye el fundamento para alcanzar tanto la realización personal, como el cumplimiento de la misión que nos ha sido confiada.

Los hermanos expresaron su gratitud por la animación, así como su disponibilidad a poner en práctica las recomendaciones.

Después del medio día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Sotzil, del área norte de Chajul.

Los hermanos estaban esperando la llegada del arzobispo en buen número y participaron con devoción en la celebración Litúrgica que se realizó.

Se inició con la administración del sacramento de la Reconciliación para todos los que desearon acercarse.

Después, durante la homilía, el arzobispo exhortó a los hermanos a ser más emprendedores y tomar más iniciativas para organizarse mejor, organizar más adecuadamente el espacio litúrgico y el templo y cumplir con mayor eficacia la misión que nos ha sido confiada, de anunciar el Evangelio y llevar la renovación de la vida.

Los hermanos agradecieron la visita y manifestaron su disponibilidad a acoger las sugerencias del arzobispo.

La actividad pastoral del arzobispo en el área norte de la zona Ixil, se realizó en la comunidad de Batzchocolá.

Esta comunidad, aunque civilmente hace parte del municipio de Nebaj, por su posición geográfica, está unida pastoralmente al área de Chajul.

Los hermanos habían preparado la celebración de cuatro iniciaciones cristianas.

Para ello habían comenzado la oración desde la mañana y aún después de la partida del arzobispo, siguieron en oración y alabanzas al Señor.

La comunidad local está creciendo y los hermanos se muestran muy animados a cumplir con fidelidad la misión que el Señor nos ha confiado.

El sábado quince por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de la Santísima Trinidad, de Uspantán, El Quiché, para presidir la celebración del decanato del oriente de El Quiché.

Aquí se reúnen delegados de la parroquia local, el Centro Pastoral de Chicamán, el de la Zona Reyna y la parroquia de Chamá Grande, Cobán.

Los hermanos se mostraron muy animados con la marcha de la Iglesia y fueron muy receptivos de la formación que el arzobispo les impartió.

Se determinó a la próxima visita del arzobispo será más prolongada, para poder visitar el Centro Pastoral de Chicamán y dos comunidades de la Parroquia de la Santísima Trinidad.

Después de la celebración del Decanato del oriente de El Quiché, el arzobispo sostuvo una reunión con el Consejo Pastoral del Centro de Chicamán.

La finalidad de la reunión fue determinar el futuro que tendrá el Centro Pastoral.

Se llegó a la conclusión de que a partir de la reunión, el Padre Julio Ortiz trabajará a tiempo completo en el Centro Pastoral de Chicamán, con sede en Las Anonas, así como en las comunidades que estén dispuestas a aceptarle en la Zona Reyna.

De esa manera se espera poder dar el impulso necesario para que, en un futuro próximo, ese Centro Pastoral pueda ser convertido en Parroquia.

Los hermanos se mostraron contentos y agradecidos con el apoyo que se les da y aseguraron su compromiso para mejorar en la organización y la proyección misionera.

El sábado quince, después del medio día, el arzobispo visitó por primera vez, la comunidad del Sector Uno de Xecaclut, Cunén, El Quiché.

Los hermanos han construido un hermoso templo. En esa aldea, se cuenta con dos comunidades, cada una de las cuales tiene su propio templo.

El arzobispo felicitó a los hermanos por su dinamismo y compromiso y los animó a intensificar el compromiso misionero, para trabajar en la renovación de todos los que aún no han renovado su vida.

Los hermanos agradecieron la visita del arzobispo y se comprometieron a trabajar con mayor intensidad y a acoger las recomendaciones que recibieron.

El quince por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta el Centro Misionero de Cunén, en donde presidió la celebración del decanato del Centro de El Quiché.

En este decanato se reúnen delegados de Cunén, el área quiché de San Juan Cotzal y de Sacapulas.

Participó el Padre Bernabé Mateo, encargado pastoral de Cunén.

La formación transcurrió con mucha animación y los hermanos expresaron su disponibilidad a trabajar con mayor organización y a tratar de dar un seguimiento más cercano a los hermanos que, por diferentes razones, algunas veces se enfrían en su compromiso de vida y en la participación en la vida del Centro Pastoral.

El quince, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Suasité, ubicada en las cimas de las montañas de Sacapulas, El Quiché.

La pequeña comunidad estaba esperando ansiosa al arzobispo, para la administración del sacramento de la Reconciliación y la celebración de la Divina Liturgia.

El arzobispo animó a los hermanos a recibir el don del Espíritu Santo con corazón abierto, para que pueda producir abundantes frutos en la vida de cada quien.

Los hermanos agradecieron la visita y asumieron el compromiso de organizarse más adecuadamente.

El sábado quince por la noche, el arzobispo administró los sacramentos de la iniciación cristiana a cinco niños, miembros de la comunidad de Puente Chuatuj, de Sacapulas, El Quiché.

Los hermanos participaron con mucha devoción y asumieron el compromiso de tratar de vivir acorde a la fe que se profesa.

El arzobispo animó a la comunidad a tratar de ser buena tierra en la que el don del Espíritu Santo cae, para producir abundantes frutos.

El domingo dieciseis por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Renovación Carismática de Chiantla, ubicada en la comunidad de La Capellanía.

Varios miles de miembros de la parroquia se habían reunido para participar en la celebración.

La razón específica de la celebración fue el instituir dos nuevos ministros de distribución de la comunión, así como hacer la renovación de los ministros anteriores.

El arzobispo, antes de la celebración se reunió con el Consejo Parroquial, para revisar diferentes aspectos referentes a la vida y el futuro de la parroquia.

Durante la homilía el arzobispo explicó cómo la palabra de Dios viva se nos da actualmente por medio del don continuado del Espíritu Santo y cómo es fundamental que ese don se reciba con corazón abierto, para que dé abundantes frutos.

El domingo dieciseis, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia en el Centro de formación de Jumaj, Huehuetenango, para administrar los sacramentos de la iniciación a una niña.

Durante la homilía el arzobispo explicó el sentido de los sacramentos de la iniciación cristiana y cómo, exige de padres y padrinos también una renovación en la forma de vivir y en el testimonio de la fe.

La celebración transcurrió en un ambiente de profunda fe y espiritualidad.

El martes diecisiete, en el Seminario de la Comunión Santa María del Nuevo Éxodo, el arzobispo se encontró por largo tiempo cone l Padre Roberto Aguirre Lima, Vicario para las misiones de Venezuela.

El Padre estaba terminando un tiempo de estadía con su familia, especialmente en El Salvador, después de varios años de no haberles visitado, y se preparaba para su regreso a Venezuela.

Se abordaron diferentes temas relacionados con la vida de la Iglesia en Venezuela.

Se habló del crecimiento que se ha tenido, especialmente en el área del Estado Barinas y en otras zonas de Venezuela.

El arzobispo recomendó al Padre la urgencia de que se hagan los trámites para el reconocimiento jurídico de la Iglesia en Venezuela, a pesar de todas las dificultades que existen, por el momento especial que atravisesa ese país.

Quizás uno de los puntos centrales del encuentro fue el fijar la visita pastoral del arzobispo a Venezuela, la cual, con la ayuda de Dios, se celebrará del trece al dieciseis de octubre. Una semana después de la visita que se planificó para Colombia.

El Padre también regresó con todo el equipo litúrgico necesario para las celebraciones.

El arzobispo bendijo al padre, le animó a seguir adelante, a pesar de todos los desafíos y dificultades, le agradeció por su dedicación y fidelidad y le encomendó que haga extensiva la bendición a todos los miembros de las comunidades de Venezuela, a los ministros ordenados que las acompañan y a todo el país, asegurándole de sus oraciones, para la solución pacífica de los desafíos que se afrontan en ese país.

El jueves 20 de julio, inició el arzobispo la primera visita a la misión de Houston, Texas, ubicada en el Sur de la Ciudad, en el Santuario dedicado al Divino Niño.

Esta misión ha sido iniciada hace varios años por el diácono Miguel Vásquez y cuenta con unos 600 miembros, todos hispanos, la mayor parte, procedente de México, Centro América y Colombia.

Desde principios del año, el Padre Carlos Henríquez Reyes, ha estado encargado de las celebraciones sacramentales en la misión. Después de haberse trasladado de Los Ángeles y haber tenido una breve estadía en Maryland, el arzobispo le encomendó el cuidado sacramental de la misión.

En torno a la misión, se ha desarrollado un ministerio de liberación y está en proceso de organizarse la parroquia, para atender a las necesidades de los fieles.

El diácono dio la bienvenida al arzobispo, después de haber recibido el saludo de numerosos fieles que estaban ataviados con diferentes tipos de trajes.

En ese día se celebra la fiesta principal del Divino Niño. El ministerio gira en torno a lo que significó la infancia de Jesús y el modelo que eso implica para la vida cristiana.

El diácono Miguel y los numerosos fieles, habían organizado, antes de la celebración de la Divina Liturgia, una caminata por varias calles de la Ciudad de South-Houston.

El arzobispo y el padre Carlos participaron en la actividad, que estubo marcada por una serie de trajes coloridos, siguiendo la tradición de México. La mayor parte de fieles de la misión, proceden de Guanajuato, México.

Uno de los aspectos especialmente coloridos y significativos, fue la presencia de banderas de México, Centro América, las Islas del Caribe, Colombia, España e Israel.

Las actividades en honor del Divino Niño culminaron con la celebración de la Divina Liturgia, por la noche.

La misma se celebró en los patios de la misión, con la participación de varios centenares de fieles.

El arzobispo inició la celebración con la imposición del Huroro al diácono Miguel. Luego se administró el sacramento de la Reconciliación a los que quisieron participar en el mismo.

Durante la homilía el arzobispo hizo énfasis que la fiesta tiene como sentido litúrgico el recordar que, como Jesús entró en el templo para dar testimonio de que los tiempos se habían cumplido, dar consolación a quienes aguardaban la salvación y convertirse en luz que ilumina; actualmente, Él quiere entrar en el templo vivo de nuestros corazones, para dar esperanza, purificar los corazones e iluminar la vida de cada creyente.

Después de la homilía se hizo la bendición de ministros de liberación e intercesión.

Los fieles acudieron numerosos a participar en la Sagrada Comunión y a saludar al arzobispo, así como al presbítero y al diácono.

Todos expresaron su gratitud por la visita, su alegría y el compromiso.

La visita se prolongará hasta el domingo 23, y se tiene planificada una serie de diferentes actividades.

El viernes veintiuno, a partir de medio día y por más de dos horas, el arzobispo se reunión con el equipo de coordinación del ministerio y parroquia del Divino Niño en Houston, Texas.

Estuvieron presentes, participando en el encuentro el diácono Miguel Vásquez, coordinador del Ministerio, el hermano Juan, presidente del consejo del ministerio, el Padre Carlos Reyes, encargado de la administración sacramental y el arzobispo.

Se comenzó haciendo una evaluación de la marcha del trabajo a lo largo de los últimos cuatro meses, tiempo en que el Padre Carlos ha estado presente en el acompañamiento del ministerio.

Después de expresar las diferentes posiciones y perspectivas, se llegaron a sacar algunas conclusiones: Ante todo, es fundamental que se trabaje en una profunda unidad, tratando de resolver las dificultades y posibles malos entendidos, de la forma más rápida y tratando de asumir actitudes positivas. Además se habló de la necesidad de que cada uno de los miembros del Consejo sea plenamente conocedor de su papel específico y trata de cumplirlo a cabalidad, con humildad y en profunda comunión.

La reunión transcurrió en un ambiente de franqueza y se noto la buena voluntad que todos tenían para lograr garantizar la estabilidad, tanto del movimiento como de la parroquia.

El viernes por la noche, durante más de dos horas, el arzobispo tuvo un encuentro con los diferentes servidores del ministerio y de la parroquia.

Se inició haciendo énfasis en las características que debe tener el ejercicio de los diferentes ministerios y de la prontitud que se requiere en estar abierto a la transformación total, por obra del Espíritu Santo. Se hizo énfasis en la urgencia de trabajar con humildad y amor.

Después los participantes tuvieron la oportunidad de plantear diferentes preguntas de explicación y de solución de algunas dudas que se tenían.

Todo el encuentro transcurrió en un ambiente de profunda armonía.

Se espera que todos los participantes hayan reafirmado la certeza de haber sido elegidos por el Señor para integrarse y actuar dentro del ministerio y, por lo mismo, que se dé una superación de las dificultades y desalientos y se trabaje con entusiasmo en la consolidación y crecimiento del ministerio y de la parroquia.

El sábado 22 de julio, antes de comenzar la segunda fase de diálogo y formación con líderes de la parroquia del Divino Niño en South Houston, Texas, el arzobispo invitó a los participantes a entrar en un tiempo de oración.

Conscientes de que la misión que se ha recibido y de que los desafíos y dificultades son numerosas, el arzobispo animó a los hermanos a ponerse en oración, para que cuanto se habrá de realizar está moldeado plenamente de acuerdo a la voluntad del Señor.

Todos los presentes hicieron un tiempo de oración, pidiendo al Señor que con entusiasmo se puedan dar los pasos necesarios, tanto en el ámbito espiritual como organizativo y administrativo, para lograr establecer con todo lo que implica, los servicios propios de la parroquia y para que se fortalezca la proyección y difusión del ministerio del Divino Niño.

Durante más de dos horas, el sábado por la noche, el arzobispo se reunió en una sesión de diálogo con el diácono Miguel, el padre Carlos y los líderes y servidores del Ministerio y de la Parroquia del Santuario del Divino Niño, de South Houston, Texas.

Al inicio el arzobispo hizo la presentación durante una media hora acerca del proceso de organización de la Iglesia apostólica y de la importancia que tuvo la Sede de Antioquía como sede del Apóstol San Pedro.

Después de la preesentación, los hermanos tuvieron el tiempo necesario para plantear las diferentes preguntas, no solamente sobre temas históricos sino, sobre todo, sobre cuestiones pastorales.

Todos manifestaron su disponibilidad de emprender con entusiasmo y espiritualidad el proceso de organización y reactivación de las diferentes actividades que se deberán emprender, para responder a las exigencias de la misión que el Señor ha confiado a esta nueva rama de la Arquidiócesis de Centro América.

El arzobispo hizo énfasis en que la característica fundamental que tiene que identirficarnos como Iglesia apostólica, católica y ortodoxa, es precisamente vivir, estar organizados y trabajar como lo hicieron las primeras comunidades cristianas.

Los hermanos se mostraron muy contento por el proyecto que se tiene y agadecieron la presencia del arzobispo, así como el procesos que se está emprendiendo.

El domingo 23 de julio, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia en la Parroquia - Santuario del Divino Niño, de South Houston, Texas.

Dentro del marco de la celebración se confirió la confirmación y el envío misionero a deiciseis miembros de la parroquia. Unos doce jóvenes hicieron la comunión solemne y un grupo numeroso de hermanos fueron instituidos como ministros de la comunión y de la palabra.

Durante la homilía el arzobispo explicó cuál es el proceso que se sigue en la apertura y crecimiento del Reino de Dios en la vida de los cristianos, animando a los hermanos a emprender con entusiasmo la misión que el Señor ha confiado al ministerio y a la parroquia, de hacer presente la presencia de la Iglesia, Madre de todas las Iglesias, tratando de vivir, de organizarse y de misionera como lo hicieron los primeros cristianos.

Los hermanos expresaron su total disponibilidad a asumir con entusiasmo la misión, lo cual fue especialmente subrayado para los que fueron enviados como misioneros y los que fueron instituidos como ministros.

Después de la celebración de la Divina Liturgia, por más de dos horas, el arzobispo tuvo un encuentro con numerosas parejas que son parte de la parroquia y del ministerio y que se encuentran en proceso de preparación para la celebración del matrimonio sacramental.

Varias de las parejas tienen diferente dificultades y el arzobispo fue respondiendo a inquietudes, cuestiones y discernimientos espirituales que le fueron presentados.

Los hermanos expresaron su agradecimiento por el encuentro que tuvieron y reafirmaron su intención de seguir adelante en el proceso de preparación para el matrimonio, tratando de encontrar las formas de solventar las difucultades que afrontan algunas de las parejas.

Al final se hizo una oración por los matrimonios y se les animó a tratar de seguir profundizando en el hecho de que el matrimonio es una vocación especial que se tiene y que has que sintonizarla en la relación con el Señor, para poder superar las dificultades y los desafíos que se presentan en la vida diaria.

La visita pastoral del arzobispo a Houston terminó con una reunión conclusiva que se tuvo con el diácono Miguel Vásquez, coordinador y director espiritual del ministerio y de la parroquia, el padre Carlos Reyes, Encargado pastoral y responsable de la vida sacramental de la parroquia y numerosos líderes.

Entre los puntos que se abordaron estuvieron:

Todos expresaron su alegría y gratitud por la visita, que les sirvió para disipar dudas y para sentirse fortalecidos para emprender el camino al cual se ha sido llamados.

Se asumió el compromiso de consolidar la organización y la ministerialización de la parroquia, para poder responder a las diferentes exigencias que se tienen. Especialmente se subrayó que se trabajará en la pastoral infantil, juvenil y de acompañamiento y consejería a los matrimonios.

Se determinó que pronto se establecerá una misa y retiros bilingues, para poder responder a las necesidades y exigencias que tienen los miembros de la parroquia del ministerio.

Se habló de que en el año próximo se abrirá una Escuela de formación teológica y ministerial, para que los miembros de los ministerios puedan irse capacitando y, eventualmente, acceder a diferentes órdenes.

Se habló de que, a partir del presente, se asumirá un compromiso misionero más intenso, tratando de impulsar el ministerio en todos los lugares en donde sea posible.

Al final, el diácono Miguel agradeció la visita al arzobispo, el pueblo expresó su deseo de que pueda ser visitado nuevamente en un futuro no lejano y el arzobispo también expresó su satisfacción por todo lo que se realizó, así como su certeza porque está convencido de que el camino emprendido está respondiendo a la voluntad de Dios.