El miércoles 28 por la mañana, en la parroquia renovada de Santa Eulalia, se celebró el decanato del Centro de Huehuetenango.

Estuvieron presentes delegados de las parroquias de Santa Eulalia, San José, Santos Arcángeles y Guadalupe.

El arzobispo desarrolló la formación detenidamente y respondió a las diferentes preguntas del pueblo de Dios.

Al final exhortó a todos los participantes a asumir con seriedad el compromiso de vivir y trabajar como lo hicieron los apóstoles y los primeros cristianos.

Después de la celebración del decanato, el arzobispo tuvo una breve reunión con los miembros del consejo del futuro Centro Pastoral de San Miguel Acatán, en la cual participaron el padre Pedro González y los epesistas.

Se trató, sobre todo, de hacer que se tome conciencia que la identidad de nuestras parroquias consiste en ser una comunión de comunidades, lo cual exige que cada comunidad alcance una cierta organización y madurez y sea capaz de ofrecer los servicios propios de una parroquia.

Los participantes se mostraron entusiastas de la aclaración y se comprometieron a informar a todos los servidores y a animarles a asumir los compromisos que son requeridos.

El 28 por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la sede parroquial de los Santos Arcángeles en San Rafael la Independencia.

Se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a varios niños.

El arzobispo animó a los hermanos a seguir trabajando con sostenido entusiasmo en la organización de la comunidad y en la proyección misionera, a ejemplo de lo que hicieron los apóstoles.

El miércoles 28, la actividad del arzobispo en el área concluyó con la Divina Liturgia en la cual fueron ungidos con el óleo santos ancianos y enfermos.

La celebración se hizo en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Ixlaquitz, Soloma y fue orientada especialmente a los miembros de la comunidad central de la parroquia.

El arzobispo explicó el sentido de la unción y animó a los hermanos a profundizar en la fe para participar de los frutos que da la unción.

El jueves 29, Mor Santiago Eduardo llegó hasta Nebaj, para presidir la celebración del decanato de la zona sur de la Región Ixil.

Esta región abarca las comunidades de los municipios del sur de Nebaj y de San Juan Cotzal.

Participó un buen número de hermanos y el Padre Paulino, encargado pastoral de la zona.

El arzobispo impartió la formación y los hermanos tuvieron el tiempo para plantear diversas cuestiones que tenían acerca de varios temas.

Se pudo notar que las comunidades se mantienen en constante crecimiento y, sobre todo, profundizan en su identidad y en los alcances de su misión.

El jueves, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Xoloché, que había preparado una auténtica fiesta del Espíritu Santo.

Se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a varios hermanos, incluyendo algunos adultos, se administraron confirmaciones y envío misionero y se celebraron dos matrimonios.

El arzobispo animó a los hermanos a consolidarse en la vida en el Espíritu Santo y a tratar de dar un auténtico testimonio de vida cristiana.

También les animó a profundizar en la organización y en la formación litúrgica.

El jueves, al caer del día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Uchuch, Nebaj.

Los hermanos habían preparado un grupo de hermanos para recibir la confirmación y el envío misionero.

El arzobispo explicó a los hermanos el sentido que tiene esta ceremonia, como confirmación de la Crismación y el compromiso que se asume, de tratar de vivir como auténticos misioneros.

Los hermanos agradecieron la visita y asumieron el compromiso de profundizar en su organización y compromiso misionero.

El 29, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Xolacul para presidir la Divina Liturgia de la Cena del Señor.

En la homilía recordó el significado de la institución de la Eucaristía y cómo eso hace posible que la misma vida y fuerza de la Iglesia primitiva, se mantengan intactas en medio de nosotros.

Animó a los hermanos a seguir el ejemplo de Jesús de hacerse el último y el servidor de todos, para que se manifieste en la vida de cada quien, toda la fuerza de la resurrección.

El viernes 30, por la mañana, se celebró el decanato de la zona norte de la región ixil, en la sede parroquial provisional de Chel, Chajul.

Los hermanos, aunque tuvieron que caminar por varias horas, llegaron en gran número para participar en la formación.

El arzobispo les habló acerca de la identidad de la iglesia y de las formas concretas de vida y de trabajo, a través de las cuales nosotros podemos hacer visible y presente a la iglesia apostólica.

Después del decanato, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia con los hermanos de la comunidad local de Chel y con algunos servidores.

En ese día se conmemoró también a los bienaventurados mártires de Chel que el tres de abril tienen su fiesta principal.

El arzobispo recordó el amor del Señor hacia nosotros, al dar su vida para nuestra salvación y cómo, nosotros, si queremos ser realmente discípulos, tenemos que estar dispuestos también a dar nuestra vida.

El viernes por la tarde, el arzobispo llegó hasta la lejana comunidad de Sajsiván, ubicada en la parte norte del municipio de Nebaj.

Los hermanos habían preparado una gran celebración. Se celebraron numerosas iniciaciones cristianas, tanto de niños como de adultos.

También se celebraron varios matrimonios.

El arzobispo animó a los hermanos a seguir trabajando con el mismo entusiasmo que les ha caracterizado, para poder seguir creciendo, como ha sucedido hasta el momento.

La actividad pastoral del arzobispo en la zona ixil terminó con la celebración de la comunidad de La Perla, Chajul.

Con ocasión de la visita, numerosos hermanos recibieron la confirmación y el envío misionero.

El arzobispo animó a todos a trabajar con toda la energía posible en la actividad misionera, para que la presencia de la iglesia pueda extenderse y sea cumplido el mandato misionero del Señor.

El sábado treinta y uno por la mañana, el arzobispo llegó hasta el Centro Misionero de Cunén, El Quiché, para presidir la celebración del decanato del centro de El Quiché.

Había representantes de las diferentes comunidades de Cunén y de Sacapulas, así como algunos miembros de comunidades de idioma k’iché, del área de San Juan Cotzal.

El arzobispo impartió la formación y seguidamente se tuvo largo tiempo para compartir ideas y perspectivas acerca de diferentes cuestiones.

Las comunidades se encuentran muy animadas y están en constante crecimiento.

Hacia el mediodía del sábado 21, el arzobispo llegó hasta la comunidad del Sector Uno de Xecaxlut, Cunén.

Los hermanos estaban reunidos en oración y el arzobispo les animó a seguir profundizando en el misterio de la resurrección del

Señor, para dejar que la vida de cada quien sea transformada y se pueda cumplir la misión que el Señor nos ha encomendado.

Los hermanos están muy animados y están planeando comprometerse más activamente en la misión.

El 31 por la tarde, el arzobispo visitó a los hermanos de la comunidad de San José, una pequeña comunidad cercana al centro del pueblo.

Los hermanos se sienten animados y, aunque aún no tienen un templo, están tratando de organizarse para impulsar su construcción.

El arzobispo animó a los hermanos a vivir con el espíritu de pascua y a permitir que la presencia de Cristo Resucitado, ilumine y transforme la vida de cada uno.

La actividad pastoral del arzobispo en esa región concluyó con una visita a la comunidad de Puente Chuatuj, del municipio de Sacapulas.

En la comunidad el arzobispo celebró con sencillez, la liturgia de la resurrección del Señor.

Los hermanos, algunos venidos de otras comunidades vecinas, participaron con gran provecho y devoción en la liturgia.