El domingo 2 de agosto, se celebró la Divina Liturgia en el seminario Santa Maríoa del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

La liturgia fue presidida por el arzobispo, Mor Santiago Eduardo, concelebraron los padres formadores del seminario y participaron todos los seminaristas.

Se realizó la transmisión a través de las redes sociales, para compartir con los hermanos que, debido a la crisis que se afronta actualmente, no tienen acceso directo a la celebración.

El arzobispo, a la luz de las lecturas bíblicas, recordó que el Señor nos ha elegido para derramar en nosotros la abundancia de sus bienes y, para que a través de quienes creemos, estos bienes lleguen a toda la humanidad. Sin embargo, hizo énfasis que, para recibir la sobreabundancia de dones de Dios, es necesario entregarle a Él todo lo que somos y tenemos. De esa manera, Él derrama en nosotros su amor y nada ni nadie nos pueden apartar de la comunión con Él.

El martes cuatro, por la mañana, se celebró la santa misa, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez. La misma fue presidida por Mor Santiago Eduardo y concelebrada por los padres Edwin y José Ramón.

Se contó con la participación de todos los seminaristas y fue transmitida a través de la página de Facebook de la Arquidiócesis ICASOAC SIRO ORTODOXO.

Durante la homilía, el arzobispo explicó, a la luz del profeta Jeremías y del evangelio de Mateo, que el Señor tiene planes de salvación para todos. Pero para participar de ellos, es necesario renunciar a todas las formas propias de religiosidad, para que, desde la fe, se comienza a caminar sobre las aguas de la confianza y entrega totales al Señor.

La noche del 4 de agosto, una terrible explosión golpeó la ciudad de Beirut en el Líbano.

Hasta el momento, van más de 120 muertos, 4000 heridos y varios centenares de miles de personas han quedado sin casa dónde habitar, como resultado de la explosión.

En Beirut, el arzobispo de nuestra iglesia es Mor Clemis Daniel Kourieh.

Aparte de las pérdidas humanas, también las pérdidas materiales han sido cuantiosas.

Nuestro arzobispo Mor Santiago Eduardo, en nombre de la Arquidiócesis de Centroamérica, ha escrito una carta de solidaridad a Su Eminencia el arzobispo de Beirut, en la cual le asuguramos de nuestra solidaridad, de nuesto amor y de nuestras oraciones.

A continuación presentamos la foto de la carta que ha sido enviada.

Por favor solidaricémonos efectivamente con todos estos hermanos. Con los miembros de nuestra iglesia, pero, en general, con todo el pueblo del Líbano.

El miércoles 5, por la mañana, se celebró en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo, la adoración al Santísimo Sacramento, así como la formación sobre el tema de la Comunión Apostólica.

La celebración fue presidida por el arzobispo y, en la misma, participaron los padres formadores y todos los seminaristas. La celebración fue transmitida a través de las Redes Sociales.

Durante la formación, el arzobispo explicó el sentido sacramental que tiene el misterio de la Palabra de Dios encarnada y cómo la pertenencia a la Iglesia viva, pasa por la sacramentalidad eclesial.

Después de la formación, se oró por la problemática mundial, especialmente por los acontecimientos que han azotado a Beirut, en el Líbano, ante las explosiones que sucedieron el 4 de agosto.

El jueves 6 de agosto, solemnidad de la Transfiguración del Señor, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

Concelebraron los padres formadores, participaron todos los seminaristas del seminario y la transmisión fue extendida a través de las redes sociales, a quienes pudieron conectarse.

Durante la homilía, el arzobispo señaló cómo la transfiguración fue el momento en el que los apóstoles tuvieron la experiencia de que, a pesar de que Jesús no llenaba los requisitos literales que, el judaísmo esperaba del Mesías, el testimonio de la Ley y los Profetas, entendido a la luz de la Tradición viva y de la iluminación del Espíritu Santo, demuestra que en Él se cumplen todas las promesas.

Además, hizo énfasis en que el creyente, por el don del Espíritu Santo, está llamado en la continua experiencia del Señor que transfigurado y glorioso, está presente en su vida.

El sábado 8, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, del municipio de Santa Cruz la Laguna, del departamento de Sololá.

Los hermanos, después de cinco meses sin poder tener las celebraciones, sacramentales, estaban ansiosos de administrar los sacramentos de la iniciación cristiana a cinco niños de la comunidad.

El arzobispo administró los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión a los hermanos, cuyos padres y padrinos habían sido previamente preparados cuidadosamente por los catequistas de la comunidad.

El mismo día 8, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad de Chuitzanchaj.

Durante la homilía, a la luz de la lecturas de la Sagrada Escritura, el arzobispo explicó que muchos de los problemas que se han afrontado en los últimos tiempos, son fruto de la falta de fe auténtica. Hay muchas prácticas religiosas, pero poca fe auténtica, la cual es un don que Dios da a quienes están dispuestos a ser sus discípulos.

El arzobispo animó a los hermanos a renovar su compromiso de fe, así como el testimonio misionero, especialmente en el contexto en el que estamos viviendo.

Después del mediodía del sábado 8 de agosto, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Pajomel, del municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

En la comunidad no se pudo celebrar la santa misa porque los hermanos, desde hace varios meses, han comenzado la ampliación del templo.

El arzobispo realizó la bendición de los trabajos que se están realizando. El primer nivel, en donde estará ubicado el templo, están en fase avanzada. En el segundo nivel, han comenzado la construcción de un salón parroquial y de un dormitorio.

El arzobispo animó a los hermanos a no descuidar en ningún momento ni su vida de oración ni el compromiso misionero, que tienen que constituir dimensiones fundamentales de la vida cristiana.

El sábado 8, por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Tzununá, del municipio de Santa Cruz la Laguna del departamento de Sololá.

Los hermanos habían organizado el templo de acuerdo a las normas sanitarias establecidas, con el debido distanciamiento social, para la primera celebración, después de cinco meses.

El arzobispo animó a los hermanos a renovar la fe y a mantenerse firmes en el testimonio cristianos. También explicó a los hermanos que muchos de los problemas que se están sufriendo son fruto de la falta de fe, cuyo fundamento es el don del mismo Espíritu Santo, que viene a transformar la vida del creyente.

Finalmente, el arzobispo animó a los hermanos a renovarse en la fe, con mayor profundidad y a perseverar constantes en la oración, para experimentar la presencia santificadora del Señor, en todo momento.

El domingo 9, por la mañana, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cómo el itinerario de la fe, implica confiarse totalmente en Dios, sabiendo que Él lleva sobre la palma de su mano, pero desde el punto de vista humano, implica el despojarse de todas las seguridades, de cualquier tipo.

Se oró por las necesidades de toda la iglesia y de todo el mundo y se pidió al Señor que ayude a redescubrir y asumir la fe apostólica en su integridad y frescura.

El martes 11 de agosto, se celebró la Santa Misa en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres formadores del seminario.

Participaron todos los seminaristas y la celebración fue transmitida en vivo por la redes sociales.

Durante la homilía, el arzobispo explicó en qué consiste el verdadero profetismo, de acuerdo a la perspectiva de la fe, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

Invitó a todos los hermanos a asumir una actitud de sencillez y confianza en el Señor, para poder ser capacitados, para vivir como auténticos profetas y dar testimonio del Evangelio.

Se oró por las necesidades de toda la humanidad, especialmente ante los desafíos que se viven en la actualidad.

El miércoles 12, por la mañana, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez, se celebró la Adoración al Santísimo Sacramento.

La celebración se hizo dentro del marco del canto del oficio divino. Se oró por las necesidades de toda la iglesia y por la situación que está viviendo el mundo actualmente.

Durante la formación, el arzobispo explicó en qué consiste la Tradición Apostólica. Señaló una serie de elementos que, en el occidente han alejado al cristianismo de la genuina Tradición Apostólica e instó a todos a tratar de vivir la misión que nos ha sido confiado, comprometiéndonos a buscar la conexión espiritual y existencial con la experiencia de fe de los apóstoles y de los primeros cristianos, para reflejar con realidad la vida y actualidad del Evangelio.

El jueves 13 de agosto, día en que, de acuerdo a nuestro calendario litúrgico conmemoramos a San Hipólito Romano, quien compuso una de las anáforas con las que oramos en la Divina Liturgia, se celebró la Liturgia de Santiago en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

Durante la homilía, el arzobispo recordó que lo único que es capaz de sostener al cristiano ante la persecución, el despojo e incluso la muerte, es el estar fundamentados sobre una auténtica fe, que no consiste en creencias ni en tradiciones, sino en la presencia viva del Espíritu Santo.

Se animó a los hermanos a pedir al Señor que se viva con autenticidad la apertura personal, para evitar toda forma de hipocresía y dejar que el Espíritu renueve la vida.

El sábado 15 de agosto, en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez, el arzobispo presidió la Divina Liturgia para celebrar la Asunción de la siempre Virgen María, Madre de Dios.

Durante la homilía, el arzobispo explicó el sentido de la asunción de la virgen, así como la llamada universal a participar, a través de una fe viva, en la resurrección del Señor y de la vida eterna, ya desde el presente.

Además de los padres formadores y los seminaristas, estuvieron participando en la celebración, un grupo de antiguos seminaristas, que quisieron visitar al arzobispo, con ocasión de la solemnidad de la Asunción.

El sábado 15 de agosto, seis antiguos seminaristas de diversas partes de Guatemala, hicieron una visita a Mor Santiago Eduardo. La fecha implicó también el deseo de participar en la Divina Liturgia en honor a la Asunción de la Virgen María.

Se recordaron experiencias del pasado. Cada uno de los presentes, compartió acerca de los valores que marcaron su vida, cuando estaban el seminario.

El arzobispo les felicitó por haber perseverado firmes en la fe y estar comprometidos en vivir y dar testimonio de los valores del Evangelio, que les fueron inculcados durante el tiempo en que recibieron formación en el seminario.

El domingo 16, por la mañana, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia dominical.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas, el arzobispo recordó que el Señor quiere la salvación de todos los seres humanos, y, a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, la ha hecho accesible. Sin embargo, para poder acoger ese don, es necesario asumir una actitud de profunda humildad, de confianza total y de persistencia en la súplica al Señor.

Cuando el Señor comunica la salvación, hace partícipes de su justicia, al derramar su Espíritu Santo y convierte la vida del creyente en un continuo "Sabath" o "sábado", es decir, que el creyente entra a vivir en la dimensión de Dios y todo lo que hace, como fruto del sacerdocio bautismal, es acto de culto y alabanza al Señor.

Después de haber celebrado la Divina Liturgia, hacia el final de la mañana, Mor Santiago Eduardo, hizo la primera peregrinación hacia las alturas, desde el tiempo en el que comenzó la pandemia.

Se trató de un tiempo de oración y meditación a lo largo del camino, así como de acción de gracias, por todas las bendiciones que el Señor va derramando sobre la Arquidiócesis.

La peregrinación comenzó en el centro de la Finca Carmona, ubicada cerca de San Juan el Obispo, Antigua Guatemala y, desde allí se peregrinó hacia la cima del Cerro Cucurucho, desde donde se podía tener una vista maravillosa tanto de la ciudad de Guatemala como de Amatitlán y otras áreas y, a lo largo del ascenso, de Santa María de Jesús, de San Juan el Obispo y de Antigua Guatemala.

El martes 18 de agosto, se celebró la divina liturgia desde el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, la cual fue transmitida por las redes sociales, como parte del programa de emergencia pastoral que, desde abril ha emprendido el arzobispo, para tratar de llegar a los hermanos, en medio del confinamiento provocado por la pandemia que azota al mundo.

El arzobispo, durante la homilía recordó que la condición para poder participar de la abundancia de bendiciones que el Señor quiere conceder a toda la humanidad, es que cada persona opte por el camino de la humildad y del despojo de sí mismo, para poder recibir la vida misma de Dios y la abundancia de sus dones.

Se oró intensamente para pedir al Señor que se produzca una auténtica renovación en el corazón y en la vida de cada creyente y de cada ser humano, de manera que la luz del Evangelio resplandezca en todo el mundo.

El miércoles 19, por la mañana, en el marco de la Adoración al Santísimo Sacramento y del canto solemne del Oficio Divino, el arzobispo impartió formación desde el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

La formación giró en torno al tema del ecumenismo. El arzobispo comenzó puntualizando que la iglesia, consciente de que la salvación es siempre un don que viene de Dios directamente y que la iglesia, con todos los medios que el Señor le ha dejado, no es más que un canal o conducto a través del cual el Señor comunica la salvación, no puede considerar que salva a nadie y, por lo mismo, tampoco puede condenar a nadie.

Desde este presupuesto, explicó el sentido del término ecumenico y presentó algunos de los rasgos que ha temado el movimiento ecuménico a lo largo de su desarrollo en los últimos cien años.

Se oró por las necesidades de toda la humanidad y para pedir al Señor que derrame su Espíritu, que es el fundamento de la unidad entre los cristianos.

El jueves 20 de agosto, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, Mor Santiago Eduardo presidió la solemne liturgia de Santiago, en la cual participaron todos los seminarista y concelebraron los padres formadores.

La celebración fue transmitida a través de las redes sociales.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuáles son las condiciones para poder entrar en el dinamismo de la nueva alianza que el Señor establece, y cuáles son los obstáculos que impiden el ingreso.

Se oró por las necesidades de toda la Iglesia y, especialmente para pedir al Señor que se haga eficaz la fuerza de su nueva alianza en el corazón de cada quien.

El domingo 23, por la mañana, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

En torno a la temática del Evangelio de Mateo sobre la confesión de Pedro, el arzobispo explicó cuál es el sentido de la fe apostólica, cuál es la base de la iglesia que Cristo fundó y cuáles son las llaves del Reino.

Se oró por las necesidades de todo el mundo y, especialmente por las de la iglesia y por todos los que, de una u otra forma, están relacionados con nosotros o se han encomendado a nuestras oraciones.

Al final, el arzobispo exhortó a todos los cristianos a tratar de romper con las representaciones que se han creado acerca de la fe y de la iglesia y a dejar que el Espíritu abra los corazones para dar testimonio vivo de la fe auténtica.

El martes 25 de agosto, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo explicó, a la luz de las lecturas bíblicas, cuáles son los fundamentos y características de la justicia, de la misericordia y de la fidelidad de las que hable el Señor en el evangelio. Hizo énfasis en que, siendo características que identifican a Dios, no pueden ser asumidas ni vividas, sino en base al don del Espíritu Santo, que se mantiene presente en la vida del creyente.

Se oró por todas las necesidades de la Iglesia y de todo el mundo. Además se pidió al Señor que se tenga la capacidad de asumir el llamado del Señor a vivir como auténticos discípulos del Seños.

El miércoles 26, por la mañana, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez, Mor Santiago Eduardo presidió la adoración al Santísimo Sacramento y el canto del Oficio Divino.

Se impartió formación, habiéndose abordado la segunda parte del tema referente a la actitud ante el ecumenismo, sus perspectivas y metas, de acuerdo a la fe apostólica.

El arzobispo hizo énfasis en que el fundamento de la unidad de la Iglesia y de todos los cristianos es la presencia continua y activa del Espíritu Santo y éste se derrama solamente en quien tiene una actitude de pobre.

Se oró por las necesidades de todo el mundo, de la iglesia, de la arquidiócesis y sus ministros y de quienes se han encomendado a nuestras oraciones.

El jueves 27, por la mañana, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la divina liturgia en el seminario de San Lucas Sacatepéquez, habiendo recordado la memoria de Santa Mónica.

Durante la homilía explicó aspectos acerca del rol activo que ha tenido la mujer a lo largo de toda la historia de la salvación y cómo, para entrar dentro de la dinámica del Señor, es necesario tener una actitud de humildad y confianza.

Se oró pidiendo al Señor que envíe su Espíritu Santo al corazón de todos los cristianos, de manera por su presencia, se llegue a conocer verdaderamente al Padre, por la revelación e iluminación interior que otorga.

También se oró por la vida y las necesidades de toda la Iglesia, de la Arquidiócesis, de las famillias y de todos los que sufren como resultado de la situación que atraviesa el mundo.

El viernes 28, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, el arzobispo presidió la liturgia para la bendición de los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, para uso en la Arquidiócesis de Centroamérica.

Normalmente esta ceremonia se habría celebrado durante la Cuaresma, para que los óleos, junto al Santo Crisma, que es consagrado por Su Santidad el Patriarca, en unión con el Santo Sínodo y es mezclado con Santo Crisma que proviene desde el tiempo de los apóstoles, fuera entregado a los presbíteros en la solemne liturgia de renovación de los compromisos presbiterales, que se celebra en torno a la Semana Santa y la Semana de Pascua.

Sin embargo, debido a la pandemia, será hasta estos días en los que, en las Vicarías de Huehuetenango y del Norte de Guatemala, se celebren las liturgias de renovación de los compromisos presbiterales, en las cuales se hará entrega de los óleos bendecidos, junto al Santo Crisma consagrado.

El domingo 30, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

Con esta celebración se terminó la transmisión regular de la Divina Liturgia a través de la página de Facebook de ICASOAC, por iniciar el período de visita a las comunidades del arzobispo.

Durante la homilía el arzobispo recordó a la luz de las lecturas, cómo cuando la fe se convierte en creencia o se tiene la tentación de considerar que se poseen los dones de Dios y no simplemente se reciben continuadamente, como un don inectinguible de Dios, se pierde el sentido de la comunión con Dios, de ser testigos del Evangelio y se convierte en obstáculo para el cumplimiento de la divina voluntad.

El arzobispo agradeció a los hermanos la continuidad con la que han seguido las transmisiones y les aseguró que se les mantendrá informados de la marcha de la Arquidiócesis y, cuando hay la posibilidad, se transmitirá desde el seminario en directo, por lo menos en el mes de septiembre, antes de que comiencen las vacaciones de fin de año de los seminaristas que, este año se han adelantado, porque por el confinamiento no se interrumpió nunca el proceso formativo.

El domingo 30, por la tarde, el arzobispo comenzó las visitas a la Vicaría de Huehuetenango, las cuales habían quedado suspendidas desde el inicio de la pandemia.

La primera comunidad elegida, que atiende directamente el arzobispo, fue la de El Rodeo Malacatancito.

La última visita se había celebrado en el mes de febrero y, en esa ocasión, había bendecido el terraplén y el comienzo de la construcción del templo de la comunidad.

Para su admiración, ahora, tuvo la alegría de constar que los hermanos, durante el tiempo de confinamiento, en lugar de parar el proyecto de construcción, lo intensificaron y terminaron todo lo referente a la construcción de paredes, techo y otros detalles.

El arzobispo felicitó a los hermanos por su dedicación y entrega.

El domingo 30, por la tarde, el arzobispo celebró la divina liturgia en la comunidad de El Rodeo, Malacatancito, en el marco de la cual se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a dos niños.

El arzobispo, durante la homilía, recordó cuáles son las condiciones para poder ser auténticos discípulos del Señor y exhortó a los hermanos a poner su corazón en los valores del Reino, para poder ser auténticos profetas y ofrecerse al Señor como hostias vivas.

Los hermanos se encuentra muy animados por los avances que han tenido y esperan, pronto poder llegar a concluir la construcción del templo, para dar mayor estabilidad a la comunidad.

El lunes 31, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Todos Santos Cuchumatanes, Huehuetenango, en donde los hermanos le esperaban con gran alegría, para la celebración de la Divina Liturgia.

Se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a una niña, hija del coordinador de la comunidad, hermano Venancio.

Se celebró el matrimonio de los hermanos Alfredo y Dominga. El hermano Alfredo, desde hace varios años, ha hecho parte del ministerio de la música de la comunidad.

Se dio la primera reconciliación y la comunión solemne a dos niños, Faustino y Pedro.

El arzobispo recordó a los hermanos que lo que capacita para vivir la fe cristiana es el don del Espíritu Santo que baja directamente del cielo y que hace partícipes de la vida eterna a quienes lo reciben y les da la capacidad para vivir como auténticos profetas del Señor.

El lunes 31, por la noche, en el Centro de Formación de Jumaj, Huehuetenango, con la participación de todos los padres de la Vicaría de Huehuetenango que pudieron asistir, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia de renovación de los compromisos presbiterales que, normalmente, habría sido celebrada durante la Semana Santa.

Dentro del marco de la celebración, el arzobispo hizo entrega a los presbíteros, del Santo Crisma, consagrado por Su Santidad el Patriarca junto a todo el Santo Sínodo, así como de los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, que fueron bendecidos recientemente por el arzobispo.

Durante la celebración, el arzobispo animó a los presbíteros a renovar el compromiso de ser auténticos discípulos del Señor, tratando de poner íntegramente la confianza en el Señor.

El lunes 31, por la noche, en el Centro de Formación de Jumaj, Huehuetenango, después de la celebración de la Divina Liturgia de renovación de los compromisos presbiterales y de entrega del Santo Crisma y los óleos para la celebración de los sacramentos, se tuvo un ágape fraterno de todos los presbíteros con el arzobispo.

Los padres encargados del Consejo Presbiteral, habían preparado esmeradamente todo lo relacionado con la celebración del ágape.

Se tuvo tiempo para compartir, así como para intercambiar diversas experiencias, en preparación a las actividades que se realizarán con relación a las reuniones formativas y pastorales que se tienen previstas para el primero de septiembre.