El miércoles 28 de octubre, Mor Santiago Eduardo viajó hacia California, para hacer la visita pastoral de la parroquia de San Miguel Arcángel, ubicada en Los Angeles y Riverside.

Después de dedicar la jornada a preparar el material de formación que se da a los diferentes grupos de la parroquia: catequistas, servidores y líderes, pueblo de Dios y alumnos de la Escuela de formación Ministerial Santiago Baradeo, el arzobispo comenzó la acrividad pastoral en el Ministerio el Pescador.

El jueves 29, por la noche, presidió la celebración de la Divina Liturgia con un buen número de hermanos que participaron.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en la importancia de redescubrir la fe apostólica, así como el sentido fundamental de la Palabra de Dios y del Evangelio que vivieron los apóstoles.

El viernes 30, al caer el día, el arzobispo condujo la presentación de Edgar y Jacqueline, quienes revalidarán su matrimonio, pidiendo a Dios que lo eleve a la dignidad de sacramento.

Después de recordarles cuál es la gracia que el Señor les concede a través de la celebración del sacramento, se procedió a llenar el expediente matrimonial.

Además de los contrayentes, actuaron como testigos los hermanos Ramón y Eladia.

El viernes 30, por la noche, en el área abierta de la residencia del hermanos Ronaldo, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para catequistas de la Parroquia de San Miguel Arcángel.

Se contó con una numerosa participación de hermanos, incluyendo algunos miembros de la comunidad Vida Nueva que, en la actualidad, debido a las situaciones particulares, no se ha estado reuniendo.

Durante la homilía, el arzobispo explicó en qué consiste la libertad que el Señor da a sus hijos y cómo, en Jesucristo, toda la vida del cristiano se ha convertido en un continuado "Sabath", es decir, día del Señor.

Después de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo hizo la presentación de la formación que tenía preparada para los catequistas de la parroquia.

Siguiendo con el curso de formación bíblica, se habló acerca de cuál es la relación entre Sagrada Escritura y Palabra de Dios, desde la perspectiva que presenta al evangelio.

Al final, los hermanos hicieron numerosas preguntas y el diálogo se prolongó por un buen tiempo, tratando de responder a algunas de las cuestiones que fueron planteadas.

El sábado 31, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad Santa María de Guadalupe, de Riverside, California, para celebrar la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos cómo, por la fe, se es hecho partícipes de la misma vida del Señor y, de esa manera, se participa de la libertad divina, la cual tiene que llevar a amar incondiciionalmente a todos.

El arzobispo animó a los hermanos para esforzarse por dejar que el Señor pueda realizar la obra de renovación en la vida de cada uno.

Dentro del marco de la visita que realizó el arzobispo a la comunidad de Riverside, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a dos niñas.

Se trata de la niñas Emily Liseth y Brianna, las cuales son hijas de hermanos que han perseverado en la comunidad desde antes de que las mismas nacieran.

El arzobispo recordó a padres y padrinos los compromisos que se asumen, especialmente referentes al testimonio de vida que se debe dar en todo momento.

El sábado por la tarde, en la sede la la comunidad Ministerio El Pescador, se llevó a cabo la formación de los alumnos de la Escuela de formación ministerial Santiago Baradeo.

En esta ocasión se impartió la segunda lección relacionada con un estudio de la cristología, de acuerdo a la perspectiva que mantuvo, desde el inicio, la iglesia apostólica.

El arzobispo explicó cómo se diferencia la perspectiva del mesianismo esperado por los judíos que, con frecuencia, es la perspectiva que se ha percibido en el occidente cristiano y la que tuvieron los apóstoles y los primeros cristianos.

Después de la formació que se impartió en la Escuela Santiago Baradeo, debido a una serie de cuestiones que se han suscitado entre los alumnos, se tuvo un tiempo de diálogo.

En el mismo, los alumnos plantearon algunas dudas que tienen acerca de la perspectiva propia del cristianismo occidental, tanto católico como protestante y la del cristianismo apostólico.

El arzobispo fue respondiendo a las cuestiones, recordando que la fuente de sabiduría y conocimiento, la constituye el mismo Espíritu Santo.

El sábado por la noche, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia para los hermanos de la comunidad Ministerio El Pescador de Los Ángeles.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que la clave para poder participar de la vida nueva que Cristo da, es asumir una actitud de humildad profunda.

Esto, recordó el arzobispo, es lo que permite que se sea agraciado con la presencia activa de la alianza que Dios quiere hacer con cada creyente, a través de la efusión del Espíritu Santo que, genera la auténtica libertad.

Dentro de la celebración de la Divina Liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a Bryan, miembro activo de la comunidad Ministerio El Pescador.

El arzobispo recordó que el sentido de esta ceremonia es que, personalmente, se asuma el compromiso de vivir el empeño misionero, propio de la vida de todo cristiano.

Además, animó a todos los participantes a comprometerse activamente en la proyección misionera, especialmente en estos tiempos de desafíos y dificultades.

También dentro del marco de la celebración litúrgica en la comunidad de El Pescador, los hermanos Edgar y Jacqueline, hicieron la renovación de sus compromisos matrimoniales y el arzobispo oró, para que, por la efusión del Espíritu Santo, fuera elevado a la dignidad de matrimonio.

El arzobispo recordó que, en la perspectiva de la Iglesia Apostólica, el matrimonio es un sacramento en el que los beneficiaros son los contrayentes pero, quien lo administra, es el ministro ordenado.

También recordó cómo, el don del Espíritu Santo, es el que posibilita para que, a pesar de seguir siendo dos en la carne, se pueda vivir la unidad profunda en el matrimonio.

La actividad pastoral en la comunidad de El Pescador, concluyó con la formación que el arzobispo impartió a los servidores y a algunos de los hermanos presentes.

El tema abordado fue el referente a cómo la salvación que el Señor da, no es un don personal, sino es la incorporación al Cuerpo vivo del Señor resucitado, que es la Palabra hecha carne y la cabeza de la nueva creación.

Para la realización de este milagro, es que el Señor instituyó los sacramentos, los cuales son medios, símbolos y signos, a través de los cuales el Señor se manifiesta, comunicando su propia vida y haciéndonos partícipes de ella.

El domingo primero de noviembre, solemnidad de Todos Los Santo, el arzobispo, junto a numerosos hermanos de las comunidades de la Parroquia de San Miguel Arcángel, llegó hasta el Cementerio Rosehill Memoral, para celebrar la Divina Liturgia en conmemoración de todos los difuntos.

Participó un numeroso grupo de hermanos. Se trató casi de un centenar, procedentes de las diferentes comunidades que forman la parroquia, además de algunos fieles que se unieron en torno a la celebración.

Durante la homilía, el arzobispo explicó el sentido de la santidad. Recordó como se trata de una fiesta para recordar el llamado que tenemos todos a ser santos y recordó cuáles son las actitudes que se deben asumir, para poder participar de la santidad que Dios regala a quienes creen en Él.

Después de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo visitó diferentes tumbas en donde se encuentran los restos mortales de algunos hermanos que el Señor ha llamado a su presencia.

Se visitó y oró la tumba del hermano León Velásquez, del hermanos Lorenzo Francisco, de la hermana María Ramírez y, finalmente de un hermano fallecido de la hermana Jacqueline.

Además de la oración, el arzobispo recordó que lo que se entierra es solamente lo que ha quedado de la persona que, por la acción de Dios, participa de la gloria y de la vida misma de Dios.

Después de orar por los difuntos, en los jardines del mismo Rosehill Memorial, se celebró la reunión del Consejo Pastoral de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Los hermanos expresaron cómo va la marcha de las comunidades, subrayando el entusiasmo que les anima a todos y el crecimiento que se ha tenido en las comunidades de Guadalupe y El Pescador.

El arzobispo, por su parte, animó a los hermanos a vivir y trabajar en unidad y a fortalecer el testimonio misionero, a pesar de las dificultades y desafíos en los que se vive.

El domingo, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Santa María de Guadalupe, para visitarles y hacer las formaciones y celebraciones correspondientes.

La visita comenzó con un breve tiempo de formación para servidores y fieles de la comunidad.

El tema abordado fue cómo, por la fe, que se hace efectiva por el don del Espíritu Santo, se es incorporado a Cristo y, como parte de Él, es que se tiene que vivir.

Igualmente recordó cómo, a través de la vida sacramental es como se va manteniendo viva y activa la vinculación con el Señor resucitado, para que se el principio operante de la vida de cada creyente.

La visita pastoral del arzobispo a la parroquia, como sucede habitualmente, concluyó con la celebración de la santa misa para los fieles de la comunidad Santa María del Nuevo Éxodo.

La comunidad, por la bendición de Dios, ha experimentado un sostenido crecimiento, como se puede observar por la participación que se tiene a las diferentes actividades.

El arzobispo, durante la homilía, recordó cómo el Señor nos ha elegido a todos a vivir en la santida y explicó en qué consiste la misma y cómo se tiene acceso y la posibilidad de perseverar en ella.

Mor Santiago Eduardo, ante el sufrimiento y la devastación que está provocando el huracán Eta y los demás fenómenos climáticos, ha emprendido un tiempo de oración, para pedir al Señor que se apiade de su pueblo, que le conforte y que suscite la esperanza y la solidaridad entre todas las personas.

En las diferentes actividades pastorales que se han realizado a lo largo de la jornada y las que se emprenderán en los días sucesivos, se han dedicado y se dedicarán momentos especiales para orar por esta situación.

Además, por este medio, quiere manifestar su cercanía espiritual y su solidaridad con todos los presbíteros, fieles y con todos los que están sufriendo por esta situación.

También exhorta a todos los fieles y al presbiterio a unirse en la oración y, en la medida de las posibilidades, en la expresión de la solidaridad hacia todos los que están sufriendo, sin ningún tipo de distinción.

De antemano, expresa su profunda gratitud por acoger este llamado y comprometerse activamente en manifestar la cercanía y el amor a todos los que se encuentren en dificultades y estén sufriendo.

El viernes 6, por la mañana, el arzobispo llegó, a pesar de las inclemencias del tiempo, hasta la comunidad de Yoxajá, en la Boca Costa de Nahualá, Sololá.

Los hermanos, desde hacía largo tiempo, habían preparado una celebración especial, para dar gracias a Dios, por el inicio de la construcción del nuevo templo.

Durante la homilía, el arzobispo recordó en qué consiste el unirse a la cruz de Cristo y cómo se trata de una actitud, de la que el apóstol Pablo es un ejemplo claro.

Después de la celebración de la divina liturgia, se llevó a cabo la bendición y la colocación de la primera piedra del nuevo templo que construirán los hermanos.

El arzobispo hizo las bendiciones correspondientes del lugar y de la piedra que sería colocada. Seguidamente hizo el gesto simbólico de iniciar a cavar el lugar en donde la misma sería colocada.

En la reflexión, el arzobispo recordó que Cristo es la piedra principal de la Iglesia y cada uno de los creyentes somos piedras vivas, por lo que lo que se hace materialmente es un símbolo y un recordatorio del compromiso que se está llamados a asumir.

Después de la colocación de la primera piedra, el arzobispo concedió una entrevista en la cual respondió a una serie de preguntas que le hicieron y las cuales fueron transmitidas a través de la radio y en forma de video, de Guineales, Santa Catarina Ixrtahuacán.

En la misma, explicó el origen de la santa iglesia Siro Ortodoxa de Antoquía, así como otra serie de aspectos referentes a su liturgia, a su desarrollo y a la relación que mantiene con la iglesia Católica Romana.

Desgraciadamente, los jerarcas católicos romanos, obligaron a los encargados de la radio a quitar lo que se había publicado. Sin embargo, miembros de nuestra iglesia habían hecho también la grabación y, oportunamente, será publicada por diferentes páginas de la iglesia.

El viernes 6, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad Unción del Espíritu Santo de Santiago Atitlán, para hacer la primera visita a la comunidad, desde que inició la pandemia.

Los hermanos le recibieron con una gran alegría y expresaron que, a pesar de que no se les había podido visitar por las restricciones locales, ellos se habían mantenido activos a lo largo de todo el tiempo.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cómo se está llamados a identificarse con la cruz de Cristo, para poder ser auténticos discípulos y testigos del Evangelio.

Antes de que iniciara la pandemia, cuatro parejas de la comunidad Unción del Espíritu Santo, estaban preparadas para la celebración del sacramento del matrimonio.

Ahora, con la primera visita del arzobispo a la comunidad, se pudieron celebrar los matrimonios, con gran alegría y participación de toda la comunidad.

El arzobispo recordó que el que constituye el sacramento es la efusión del Espíritu Santo, por lo que es fundamental centrar toda la vida en la unidad y la comunión espiritual.

La actividad pastoral del arzobispo el viernes 6 de noviembre, terminó visitando a la comunidad Nuevo Pentecostés, ubicada en Santiago Atitlán, de Sololá.

También se trató de la primera visita a la comunidad, desde el mes de marzo, cuando comenzó el tiempo de confinamiento, debido a la pandemia.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a vivir en la conciencia de que la vida le pertenece totalmente a Dios, por lo que hay que poner todo lo que se es y se tiene, al servicio de Dios y para cumplir su voluntad.

El sábado 7 de noviembre, el arzobispo hizo una peregrinación a la cima del volcán San Pedro, ubicado a la orilla del Lago Atitlán, para orar e iniciar un tiempo de retiro.

La ocasión del retiro, que implicará tiempo de oración, así como de sacrificio, ascendiendo a algunas cimas, ha sido planificado para dar gracias al Señor por el primer aniversario de la Visita Apostólica de Su Santidad Ignacio Efrén II a nuestra Arquidiócesis.

Sin embargo, dado que Centroamérica está sufriendo el desastre y la devastación, debido al Huracán Eta, a esa primera intención, se ha unido la oración y el sacrificio por todas las víctimas, de cualquier tipo, como consecuencia de este Huracán.

Oportunamente, seguiremos compartiendo con ustedes los pasos que se seguirán dentro de este itinerario espiritual.

Cuando el día domingo comienza, la víspera del sábado, el arzobispo celebró la liturgia dominical con los hermanos de la comunidad de Chuitzanchaj, Santa Cruz la Laguna, Sololá.

Los hermanos se han preocupado cuidadosamente para tratar de que su liturgia exprese, de la mejor manera posible, la identidad litúrgica de nuestra santa iglesia.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a vivir con fidelidad el evangelio y a seguir dando testimonio a todos, para cumplir la misión que el Señor nos ha confiado.

El domingo 8, dentro del retiro que está haciendo el arzobispo, escaló el volcán Santa María, ubicado en Quetzaltenango.

Se trató de una jornada de oración, en primer lugar, para dar gracias al Señor por el primer aniversario de la Visita Apostólica de Su Santidad Ignacio Efrén II a nuestra Arquidiócesis de Centroamérica.

Sin embargo, al igual que todas las demás actividades para conmemorar el primer aniversario de la Visita Apostólica, serán también dedicadas a orar por todas las víctimas, de cualquier índole, del huracán Eta y de los demás fenómenos meteorológicos que, con tanta severidad han afectado a Centroamérica.

Se trató también de una jornada de penitencia, la cual estuvo fortalecida por el mismo esfuerzo que implica el asecenso al volcán Santa María, en las condiciones en las que se encuentra actualmente.

Invitamos a todos los presbíteros y fieles de la Arquidiócesis para que, en este tiempo y, hasta el 17 de noviembre, se unan en la oración y la acción de gracias por la bendición que hemos recibido con la Visita Apostólica de Su Santidad, así como por las víctimas de las inclemencias meteorológicas que han afectado nuestra región.

Dentro de las jornadas de retiro, de acción de gracias y de súplica ante los desastres naturales que han azotando Centroamérica, el jueves 12 de noviembre, el arzobispo hizo una jornada de penitencia y oración, escalando la cima del volcán Acatenango.

El ambiente natural era muy bello, aunque, el clima hizo pesada la jornada de camino.

Se oró por la Arquidiócesis, pidiendo al Señor que se siga profundizando en la fe apostólica, para cumplir con la misión que el Señor ha confiado de dar testimonio del Evangelio, con el mismo fervor y características que lo hicieron los apóstoles en los primeros tiempos.

También se oró por Su Santidad el Patriarca Ignacio Efrén II, por toda la Iglesia Siro Ortodoxa y por cuantos está sufriendo como consecuencia del huracán Eta que, conforme van pasando los días, se va tomando conciencia de las nefastas consecuencias que ha dejado, golpeando a toda la población, entre quienes mucho son fieles de nuestra Arquidiócesis.

El sábado 14, por la mañana, el arzobispo concluyó la semana de retiro, penitencia y oración para dar gracias por el primer aniversario de la Visita Apostólica de Su Santidad Ignacio Efrén II, haciendo una peregrinación de oración y penitencia al Volcán Pacaya y a los cuatro cerros que le son aledaños: El Hoja de Queso, el Agua, el Chino y el Chiquito.

Se trató de una experiencia llena de momentos en los que se pudo experimentar la presencia y la grandeza de Dios, al igual que el proceso de transformación que sufre la naturaleza.

Se oró también por las víctimas del Huracán Eta y se pidió para que el Señor libre a Centroamérica de nuevos azotes climáticos.

También se oró por toda la Santa Iglesia Siro Ortodoxa y por la Arquidiócesis de Centroamérica. Que se pueda, efectivamente vivir con toda su radicalidad la fe apostólica, para poder cumplir el mandato del Señor de llevar el Evangelio a todos y hacerlos sus discípulos.