El jueves 26 de noviembre, el arzobispo inicio la visita a diferentes comunidades de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo, de Cuilco, Huehuetenango.

Debido a la enfermedad del Padre Ángel Caseres, la parroquia se encuentra sin la atención continuada de un presbítero, por lo que el arzobispo ha asumido temporalmente la coordinación pastoral de la misma.

La primera visita que realizó, fue a la comunidad de El Palmar, ubicada en la parte alta del municipio de Cuilco. Se trató de la primera visita que el arzobispo hacía a esta comunidad.

Hacia el mediodía del jueves 26 de noviembre, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Toril, para celebrar la liturgia y encontrarse con líderes de la Comunidad.

Durante la homilía, el arzobispo explicó, en una perspectiva personal, el sentido de las lecturas sobre el final de los tiempos y la victoria del Señor sobre las fuerzas del mal.

También recomendó a los hermanos a tratar de organizar de una manera más eficaz la comunidad, insistiendo en la proyección de las diferentes pastorales, así como del testimonio misionero.

El jueves 26 de noviembre, después por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de San Pedro ubicada arriba del área urbana del municipio de Cuilco.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que, por la fe, el mal es derrotado en la vida del creyente y la victoria de Cristo se hace manifiesta, comunicando la salvación.

También animó a los hermanos a comprometerse con mayor empeño en la organización de la comunidad y en el testimonio, a través de la vida personal y de la proyección misionera.

Después de la celebración de la liturgia en la comunidad de San Pedro, los hermanos pidieron al arzobispo que llegara hasta el cementerio del caserío, para bendecir una tumba, de un hermano que cumplía un año de muerto, así como el mismo lugar en donde se ha iniciado el cementerio del caserío.

El arzobispo oró por el difunto y por todos los difuntos, junto a los hermanos.

Seguidamente hizo la bendición de la tumba y del cementerio en general, rociando el área con agua que había sido oportunamente bendecida. Los hermanos agradecieron la oportunidad que se les da, de tener la presencia del ministro ordenado en medio de ellos.

El jueves 26, al caer el día, buena parte de los servidores y líderes de la comunidad del centro de Cuilc, se había dado cita en la casa del hermanos Santos Aguilar, para una acción de gracias.

El arzobispo celebró la divina liturgia e hizo oración sobre los enfermos y la bendición de la amplia casa que está terminando de constuir el hermano.

Durante la homilía recordó a los hermanos cuál es el sentido de la salvación que el Señor nos comunica y cómo debe ser el compromiso que se debe asumir para dar testimonio el Evangelio

El viernes 27 de noviembre, por la mañana, el arzobispo presidió la reunión del Consejo Pastoral Parroquial, dela parroquia de Cuilco, Huehuetenango.

Lo primero que se hizo fue calendarizar aspectos específicos de la visita que hará el arzobispo el 5 de febrero del año entrante, si Dios lo permite.

Seguidamente, el arzobispo hizo una serie de observaciones a los hermanos, acerca de la manera en la que es necesario organizar cada comunidad, para que pueda cumplir la misión que el Señor nos ha confiado.

Después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Chilcal, de la parroquia de Cuilco, Huehuetenango, para encontrarse con los hermanos y presidir la celebración de la santa misa.

Los hermanos se encuentran bastante bien orgnizados en la comunidad y están tratando de responder con generosidad a la llamada que El Señor les ha hecho.

Durante la homilía, el arzobispo explicó a los hermanos cuál es el sentido de la salvación que se nos comunica ya desde ahora, por medio de la unción con el Espíritu Santo.

Dentro del marco de la visita pastoral a la comunidad de Chilcal, los hermanos prepararon a seis niños para que hicieran la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo explicó a los niños cuál es el sentido del don que Dios ses da, al hacerlos partícipes de sí mismo, que es la Palabra de Dios que se ha hecho carne y que se da en alimento, para vivir unidos constantemente a El.

También el arzobispo animó a los niños a comprometerse a dar testimonio de fe en todos los lugares y circunstancias.

Finalmente, el arzobispo visitó la comunidad de El Injertal, de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo, del municipio de Cuilco.

Durante la homilía, el arzobispo pidió a los hermanos que se comprometan a reconocer y a vivir como auténticos templos de Dios, dejando que sea el Espíritu Santo el que guíe todas las acciones.

Los hermanos de la comunidad expresaron su alegría y gratitud al arzobispo por la visita que se les hizo, e, igualmente, manifestaron su prontitud a poner en práctica todo lo que el arzobispo el sugirió.

El sábado 28, por la mañana el arzobispo llegó hasta la comunidad de Isnul, ubicada en las montañas de los Cuchumatanes, del municipio de San Padre Necta.

Allí estaban presentes hermanos servidores de comunidades del sector alto de San Pedro Necta, junto a hermanos que habían sido preparado para recibir la confirmación y el envío misionero.

El arzobispo impartió formación a los presentes, explicándoles cómo la dinámica de la sacramentalidad establecida por el Señor, constituye el medio a través del cual, el misterio de la encarnación de la Palabra se prolonga en el tiempo, uniendo a Ella, a todos los creyentes, por la acción del Espíritu Santo.

Después de la formación en Isnul, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, para los hermanos participantes, del sector alto del municipio de San Pedro Necta.

Acompañó al arzobispo y concelebró el Padre Yaider Jiménez, encargado pastoral del municipio.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a mantenerse fieles y activos en la vida cristiana, para reconocer la continuada venida del Señor Resucitado a la vida de cada uno de los creyentes.

Dentro del marco de la celebración de liturgia divina, se administro la confirmación y el envío misionero a dieciocho hermanos, que habían sido cuidadosamente preparados por los catequistas de ese sector a la Parroquia.

El arzobispo ecxplicó a los hermanos el sentido del crisma y cómo, de acuerdo a la tradición firme en nuestra santa Iglesia de Antioquía, el mismo mantiene continuidad, incluso material, con el primer crisma consagrado por los apostoles.

El sábado 28, por la tarde el arzobispo llegó hasta la comunidad de Los Coles, ubicada en la parte alta de la cabecera municipal, del municipio de San Padre Necta.

Allí estaban presentes hermanos servidores de comunidades del sector cercano al pueblo de San Pedro Necta, junto a hermanos que habían sido preparado para recibir la confirmación y el envío misionero.

El arzobispo impartió formación a los presentes, explicándoles cómo la dinámica de la sacramentalidad establecida por el Señor, constituye el medio a través del cual, el misterio de la encarnación de la Palabra se prolonga en el tiempo, uniendo a Ella, a todos los creyentes, por la acción del Espíritu Santo.

Por lo mismo, animó a todos los hermanos a tratar de renovarse integralmente, para participar activamente de la vida sacramental y, de esa manera capacitarse para cumplir la misión que el Señor nos ha confiado.

Después de la formación en Los Coles, el arzobispo presidió la celebración de la Santa Misa, para los hermanos participantes, del sector cercano a la cabecera municipal, del municipio de San Pedro Necta.

Acompañó al arzobispo y concelebró el Padre Yaider Jiménez, encargado pastoral del municipio.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a mantenerse fieles y activos en la vida cristiana, para reconocer la continuada venida del Señor Resucitado a la vida de cada uno de los creyentes.

Dentro del marco de la celebración de liturgia divina, se administro la confirmación y el envío misionero a cinco hermanos: Horacio, Jefferson, Monica, Arely y Amy, quienes habían sido cuidadosamente preparados por los catequistas de ese sector a la Parroquia.

El arzobispo ecxplicó a los hermanos el sentido del crisma y cómo, de acuerdo a la tradición firme en nuestra santa Iglesia de Antioquía, el mismo mantiene continuidad, incluso material, con el primer crisma consagrado por los apostoles.

El domingo 29, primer domingo del Adviento, el arzobispo visitó por primera vez la comunidad Unción del Espíritu Santo, ubicada en la ciudad de Huehuetenango.

En la visita estuvo acompañado por el padre José Raúl López, encargado pastoral de Huehuetenango. Le recibió el hermano León Alva, fundador y coordinador de la comunidad.

El arzobispo felicitó a los hermanos por los progresos que han hecho y les animó a fortalecer su fe y el compromiso misionero, para cumplir la misión que el Señor nos ha confiado.

Dentro del marco de la visita a la comunidad Unción del Espíritu Santo, se administró la Confirmación y el Envío Misionero a dos hermanos, miembros de la comunidad, desde hace muchos años.

Se trata de los hermanos Francisco y Alex, ambos hermanos no solamente en la fe sino también en la sangre y provenientes de San Miguel Acatán.

El arzobispo les recordó los compromisos que asumen al recibir el envío misionero y ellos expresaron su prontitud a comprometerse con seriedad y a se auténticos apóstoles del evangelio.

Al final de la mañana, el arzobispo, también acompñado del Padre José Raúl, visitó el templo de la comunidad de Chinacá, ubicado en la parte oriental del municipio de Huehuetenango.

En el templo se habían reunido los miembros de la comunidad local, junto a los miembros de la comunidad de el Carrizal, coordinada por el hermano Inés.

El arzobispo animó a los hermanos a ser fieles en la fe apostólica y a comprometerse a redescubrir el verdadero sentido del compromiso misionero que caracterizó a los apóstoles y a los primeros cristianos, para asegurar la consolidación y el crecimiento de sus comunidades.

El domingo por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la sede central de la parroquia de Cuilco, para presidir la celebración de la Divina Liturgia con los hermanos de la comunidad central de la parroquia.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido del Adviento que se está iniciando y cuáles son las características de una preparación seria para reconocer la presencia viva del Señor, en medio de cada quien.

También animó a los hermanos a emprender un camino auténtico de reorganización de las comunidades y de toda la parroquia, para lograr asegurar el continuado crecimiento y el cumplimiento de la misión que el Señor nos ha confiado.

Dentro del marco de la celebración de la eucaristía, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a tres niños, los cuales son hijos de miembros de la comunidad central de la parroquia.

El arzobispo explicó a los padres y a los padrinos cuáles son los compromisos que asumen para que el germen que es sembrado en la vida de los niños, pueda germinar, crecer y dar un fruto abuendante.

Los padres y los padrinos expresaron su prontitud a cumplir con fidelidad todos los empeños inherentes al vivir como auténticos cristianos comprometidos.

También dentro del marco de la celebración de la misa parroquial, se administró la confirmación y el envío misionero a una hermana y tres niños hicieron la primera reconciliación y la comunión solemne.

A quien se confirmó, el arzobispo recordó que tiene el compromiso de ser testigo del Evangelio, ante todo con su estilo de vida y comenzando por su propio hogar.

A los niños que hicieron la comunión solemne, les exhortó a comprometerese a vivir como auténticos discípulos del Señor, para que la vida eterna que reciben en el sacramento, se convierta en fuente de transformación y crecimiento espiritual en la vida de cada quien.

El lunes 30 de noviembre, por la mañana, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad Derramamiento del Espíritu Santo de Santa María Chiquimula, para celebrar la Divina Liturgia.

Le recibió el Padre Santos Acosta, encargado pastoral del Centro y los miembros del Consejo Pastoral.

Los hermanos se mostraron muy animados y agradecidos por la visita.

Durante la homilía, el arzobispo recordó la importancia que tiene el reconocer que se ha elegido para ser apóstol del Señor, así como el Apóstol Andrés y cómo, el capacitarse para esta misión requiere del encuentro íntimo y personal con el Señor, especialmente a través de la vida sacramental de la Iglesia, así como de un celo ferviente, para buscar sin descanso a quienes aún no ha tenido el encuentro de filiación con el Señor.

Denntro del marco de la celebración, se administro la confirmación y el envío misionero a veitiseis hermanos que habían sido preparados con dedicación por los catequistas y mostraron su disponibilidad a comprometerse a ser apóstoles del Señor.

También se instituyó a un hermano de la comunidad de Chuicacá como ministro para la distribución de la sagrada comunión.

El arzobispo recordó a los confirmandos a quienes asumen el compromiso de ser apóstoles, están requerido a perseverar con fidelidad, a lo largo de toda su vida.