Tm 5 - Tm 6 - DOCUMENTO 09:
MORAL SOCIAL EN LA PERSPECTIVA ORTODOXA
Prefacio:
El número de los participantes en los seminarios de EZA del Este de Europa que se dejan
influir por el cristianismo ortodoxo va aumentando.
A la vez, se puede comprobar que la iglesia ortodoxa se abre cada vez más a los problemas
sociales de una manera nueva lo cual tiene su causa en la democratización en sus países y en su dedicación hacia un sistema
económico capitalista.
Este flash pretende integrar en los seminarios de EZA que tratan de temas sociales (y eso
es la mayoría de los seminarios) el punto de vista de nuestros miembros de los países en los que predomina la doctrina cristiana
ortodoxa.
Joachim Herudek Secretario General de EZA
LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA ORTODOXA RUSA
1. Introducción
Durante un debate en el Parlamento Europeo el 12 de diciembre de 2000 sobre el desarrollo
en Rusia el eurocomisario Chris Patten dijo que el presidente Putin parece dar mucha importancia a la construcción de un Estado
constitucional.
Este comentario se debió a un informe del democristiano Arie Ooslander en el que se analiza
la situación actual en Rusia: la ausencia de derechos individuales, el nihilismo jurídico general, el autoritarismo y la corrupción
de las instituciones judiciales son una parte de la carga hereditaria rusa, caracterizada por un poder totalitario durante
70 años al que precedió una monarquía autocrática. No obstante el Parlamento Europeo parece ver muchas posibilidades de cooperación
y ayuda. El informe de Arie Ooslander aboga por una política común en la UE.
El Parlamento Europeo ha respaldado este informe en una resolución y a raíz de ello ha
formulado una política que se mueve entre la crítica y la ayuda.
-Esta constatación es importante con relación a otro desarrollo en Rusia y precisamente
con un documento que fue aprobado el 18 de agosto de 2000 por el sínodo episcopal de la Iglesia ortodoxa rusa y que trata
de “Los Cimientos de la Doctrina Social”.
Este documento es un hito en la historia de la ortodoxia rusa. Intenta formular una respuesta
a las crecientes tensiones en la sociedad rusa, las diferencias cada vez más pronunciadas entre ricos y pobres y el desarreglo
en la óptica social y espiritual.
Las consecuencias del concepto materialista de vida del comunismo se harán sentir durante
mucho tiempo. Es por lo que es tan importante que en Rusia la Iglesia intente dar a su responsabilidad social una forma y
un contenido.
2. Una misión ecuménica
Aunque en Rusia la Iglesia ortodoxa domina desde tiempos inmemoriales la vida religiosa,
otras Iglesias cristianas son activas también, como la católica apostólica romana y la protestante.
Después de la caída de los gobiernos comunistas estas comunidades religiosas pudieron volver
a desarrollar su trabajo y actividades. Desgraciadamente esto llevó a tensiones con la Iglesia ortodoxa rusa, que a raíz de
eso sintió su posición amenazada. La “Ley de Religión” promulgada el 1 de enero de 2001 debe entenderse con este
fondo. La Iglesia ortodoxa rusa tuvo un papel importante en la aprobación de esta ley. Todas las comunidades religiosas tuvieron
que hacerse registrar el año pasado y al hacerlo cumplir con rigurosos criterios, como, entre otras cosas, la condición de
haber estado activas en Rusia durante por lo menos 50 años. En la práctica eso significaba, teniendo en cuenta la era comunista,
que debían haber estado activas ya antes de 1917. Con esta ley se dan por aludidas las Iglesias que no están relacionadas
con la Iglesia ortodoxa rusa y los movimientos carismáticos asociados a ellas.
Parece que el patriarcado de la Iglesia ortodoxa rusa reconoce en debates oficiales que
en las comunidades de fieles no ortodoxas existe también “un cierto grado de gracia”, pero critica regularmente
el trabajo religioso de Roma y de Ginebra en Rusia. Por esta razón, la cooperación ecuménica se halla bajo presión. Eso preocupa
al Vaticano y al
Consejo Mundial de la Iglesia.
Sin embargo, hay indicios alentadores de cooperación ecuménica y reflexiones comunes.
El jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Alexej II, habría emitido críticas acerca
de la Iglesia católica romana a finales del año 2000, pero al mismo tiempo habría invitado a la cooperación por un “renacimiento
moral”.
Este llamamiento es muy importante, ya que las Iglesias cristianas deben aportar conjuntamente
su contribución en el Este y en el Oeste para llegar a una sociedad sana y sostenible que se caracterice por la justicia y
el amor al próximo.
Las Iglesias pueden aprender mucho unas de otras y ganar en profundidad espiritual cuando
se trata de la creación de una ética social, inspirada en las normas y los valores cristianos. El enfoque que la Iglesia ortodoxa
rusa ha dado al publicar los principios de la ética social y a través de la contribución que puede darse por parte de la Iglesia
católica romana y de la protestante, podría conducir a un enriquecimiento mutuo. Ante la gran importancia que este intercambio
tiene para todos nosotros se hace necesario un asesoramiento urgente que sea abierto y lleno de confianza.
3. Hacia una ética social ortodoxa
La doctrina de la Iglesia ortodoxa rusa sobre la ética social ha tenido ya entretanto como
resultado unos efectos significativos. Los economistas, políticos, filósofos y teólogos rusos han aceptado el desafío.
Del 2 al 18 de octubre de 2000 ha tenido lugar una conferencia por correo electrónico.
Científicos de distintas disciplinas de toda Europa han reaccionado a este documento.
Además de los iniciadores rusos fue también responsable de la organización de esta conferencia
la Asociación Internacional para la Enseñanza Social Cristiana. Una iniciativa ecuménica extraordinaria en la que participaron
en total alrededor de 700 personas de 26 países del mundo entero. Es de celebrar que se espere en un tiempo no lejano poder
organizar un seminario en el que esta problemática se pueda seguir desarrollando. Quizás sea posible así que los cristianos
de la Europa oriental y occidental puedan ayudarse mutuamente en la traducción y concretización de las ideas cristiano-sociales
dentro de una sociedad que se vuelve cada vez más complicada.
El documento en sí es un primer intento para dar una idea de algunos desarrollos en Rusia
y en el mundo. “Los Cimientos de la Doctrina Social” abarcan 16 capítulos. El primero está dedicado a los puntos
de partida teológicos. Los demás tratan de problemas sociales, éticos, políticos, económicos, ecológicos e internacionales.
Si se compara este documento con el del Vaticano, es decir las encíclicas sociales, y con los documentos del Consejo Mundial
de la Iglesia sobre
cuestiones sociales, el propósito es distinto del propósito al que estamos acostumbrados en Europa occidental.
Un artículo está dedicado, entre otros, al tema actual “Iglesia y Nación” y
de ello surge por cierto una forma de patriotismo religioso, un sentimiento que perdura en la Iglesia ortodoxa rusa desde
tiempos inmemoriales.
Pasa lo mismo con el capítulo sobre “Iglesia y Estado”, que da una vista general
fascinante de la ortodoxia y de su situación en muchos otros países donde se encuentra.
Además es sorprendente que en la discusión de todos los temas haya una reflexión clara
sobre conceptos bíblicos.
Para un instituto de formación cristiano-social como EZA tres capítulos son importantes.
Tratan de la cuestión del trabajo, de las condiciones de la propiedad y de la globalización
de nuestro mundo.
Son sobre todo estos puntos los que recibieron mayor atención durante la conferencia por
correo electrónico arriba mencionada. En los debates que tienen lugar en la Europa oriental y occidental este documento podría
desempeñar un importante papel en el diálogo.
En mi opinión, el capítulo sobre el trabajo da un importante punto de partida para seguir
debatiendo el significado del trabajo en nuestra época. El trabajo y las condiciones de trabajo se han ido secularizando cada
vez más a lo largo de la historia y se han distanciado de su propósito inicial.
Este documento se hace crítico con relación a la globalización. Este proceso de ampliación
de las normas y de entrelazamientos que se vuelven cada vez más fuertes se considera arriesgado. Eso es válido tanto respecto
de las relaciones entre organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, como del papel y la posición de las empresas
multinacionales.
En pocas palabras, la Iglesia ortodoxa rusa no ha buscado su comodidad con este documento.
Se rompe con el pasado que se caracterizaba más por la neutralidad y un gran distanciamiento que por la acción cristiano-social
y la crítica social. Esta época se acabó. Como Iglesia, demuestra valor al querer desempeñar una función y un papel que sean
útiles en los difíciles tiempos que atraviesa Rusia en la actualidad: del punto de vista espiritual, moral y socioeconómico.
Aunque esta etapa de la Iglesia ortodoxa rusa se refiere solamente a Rusia, hay en la Europa
oriental y occidental varios países en que la ortodoxia tiene un papel importante, si no decisivo, a nivel religioso y eclesiástico.
Sería bueno que el diálogo entre las Iglesias cristianas se extendiese asimismo a estos países. Más de 50 millones de personas
viven en Europa en la pobreza y de ellos muchísimos están en el paro y no tienen ninguna perspectiva de encontrar trabajo.
Ya otra vez hace algún tiempo que el entonces presidente de la Comisión Europea, Jacques
Delors, nos advirtió que necesitábamos una Europa con “un corazón y un alma”.
Con ello hacía un llamamiento urgente a las Iglesias, dado que “si no logramos en
los diez próximos años dar a Europa un alma, espiritualidad y significado, entonces se acabó”.
Es de esperar que las Iglesias tanto en el Este como en Occidente estén dispuestas a no dejar este llamamiento sin contestar.
Arie Hordijk
Antiguo Presidente de EZA
El texto completo titulado „La base de la doctrina social de la iglesia ortodoxa rusa“ se
publicará en lengua alemana como libro, con una introducción y un comentario. Die Grundlagen der Sozialdoktrin der Russisch-Orthodoxen
Kirche.
Deutsche Übersetzung mit Einführung und Kommentar, hrsg. von Josef Thesing und Rudolf Uertz. Konrad-Adenauer-Stiftung, St. Augustin, 2001.
(fecha de publicación prevista: Julio 2001).