Ph 2 - DOCUMENTO 04.
UN CONCEPTO DE ENSAYO Redacción de Documentos Científicos, Informes
Técnicos, Artículos Científicos, Ensayos. Escuela de Ciencias del Lenguaje, ITCR. 1996 Gabriel Vargas Acuña, M.L.
LECTURAS PARA EL PRIMER DÍA:
DESDE PÁGINA 01, HASTA PÁGINA
08.
A. TEXTOS DENOMINADOS ENSAYOS
Llevan el nombre de "ensayos" escritos relativos a muy diversos campos: historia, ciencia, filosofía, política, etc.
En la primera sección recojo diecisiete ensayos sobre muy diversos temas de tipo científico popular. A veces tienen
carácter narrativo, otras más bien anecdótico, o bien llevan alguna intención aleccionadora, a manera de mensaje, especialmente
para las generaciones jóvenes (R. Zeledón. Ensayos e ideas científicas).
En este libro se ensaya hacer Historia de Guatemala bajo principios metodológicos que se aplican por primera vez al
estudio de nuestro desarrollo (S. Martínez. La patria del criollo)
Este ensayo considera la concepción de la vida onírica en la filosofía de Descartes (particularmente en sus Meditaciones
Metafísicos) dentro de la perspectiva teórica de la fenomenología (principalmente desde la filosofía de Sartre y los trabajos
fenomenológico - antropológicos de Dieter Wyss (A. Zamora. "El cógito también sueña").
Este ensayo trata de ordenar mis preocupaciones de muchos años, expuestas en numerosos artículos y conferencias en
Costa Rica y en el exterior (José Figueres. La pobreza de las naciones)
Además de la temática, existen otros rasgos que se presentan muy diferenciados entre los textos llamados ensayos: la
extensión oscila entre algunas pocas páginas y varios cientos de ellas; la rigurosidad de los planteamientos va desde un análisis
impresionista hasta un detallado marco conceptual; el vehículo de comunicación puede ser desde el periódico, hasta el voluminosos
libro, pasando por la conferencia o el trabajo de graduación.
Otro de los rasgos de la mayoría de los textos denominados ensayos es presentarse como aproximaciones, como esbozos
iniciales. Véanse ejemplos:
Aunque consciente de mis limitaciones, he querido ofrecer al lector una vivencia, o más bien una interpretación muy
personal de los hechos relatados, buscando entrelazar lo material con lo espiritual, y el origen del ser con el principio
de las grandes ideas (J. Jaramillo. La aventura humana)
Estos ensayos - dirigidos hacia educadores, estudiantes de educación y demás personas interesadas en el tema
tienen el fin de contribuir a la discusión y al análisis de nuestro sistema educativo, como paso indispensable previo a la
toma de acciones para mejorarlo (H. Pérez. Ensayos sobre educación)
Nos proponemos, en las páginas siguientes, describir a grandes rasgos la labor de los físicos que corresponde a la
meditación pura del investigador. Nos ocuparemos, principalmente, del papel de los pensamientos e ideas en la búsqueda aventurada
del conocimiento del mundo físico. (A. Einstein. La Física, aventura del pensamiento).
Soltando aquí una frase, allá otra, como partes separadas del conjunto, desviadas, sin designio ni plan, no se espera
de mi que lo haga bien ni que me concentre en mí mismo. Varío cuando me place y me entrego a la duda y a la incertidumbre,
y a mi manera habitual que es la ignorancia (M. De Montaigne. Ensayos)
Lo cierto es que esta clase de materiales, a pesar de la tradicional modestia de los autores, constituye uno de los
principales recursos de la cultura moderna. Por su medio es que se debaten las ideas más influyentes, se conocen los últimos
aportes de la ciencia, se forma opinión, se produce discrepancia productiva. Inclusive, como se ha visto, el más conspicuo
científico abandona, a ratos, los rigurosos procedimientos de comunicación de su disciplina y toma la particular herramienta
del ensayo para tratar de otra manera su objeto de estudio.
B. DEFINICIÓN DE ENSAYO
La más generalizada de ellas dice que "el ensayo es literatura de ideas". Esto significa que a la preocupación estética
y la creación de recursos expresivos se suma un afán utilitario: el planteamiento y debate de temas de interés actual. El
uso que Rodrigo Zeledón (1982) hace del género con el fin de "despertar interés en nuestras generaciones jóvenes por los atractivos
problemas que nos depara el anchuroso campo de las ciencias biológicas" es una buena muestra de este rasgo.
Otra de las definiciones es la atribuida a J. Ortega y Gasset: "El ensayo es la ciencia sin la prueba explícita". Con
esto se subraya que no es un discurso irresponsable sino un texto que obvia el aparato teórico y la aridez de las fórmulas
y cuadros con el fin de aumentar la lecturabilidad y la capacidad explicativa. José L. Vega Carballo (1979) señala sobre el
esquema analítico de un de sus ensayo: "el que aquí se discute no puede, ni debe tomarse como final y exhaustivo, se trata,
más bien de una aproximación basada en un examen global".
La última definición por analizar es la que proporciona Alfonso Reyes: "el ensayo es la literatura en su función ancilar".
La palabra "ancilla", es decir, esclava, sirve para expresar el papel subalterno que lo ornamental e imaginativo tiene para
el género. Al respecto dice Gómez de Baquero (1917): "El ensayo está en la frontera de dos reinos: el de la didáctica y el
de la poesía y hace excursiones del uno al otro".
C. COMPARACIÓN CON OTROS GÉNEROS
En cuanto a la extensión o el tema, el ensayo puede parecerse a la monografía o artículo científico. No obstante, si
se considera que este último es el informe del proceso integrar de una investigación científica, lo cual implica dar cuenta
de teorías, procedimientos y fuentes de una manera prolija, puede notarse una gran diferencia. No obstante, los alcances de
los procesos de investigación científica reportados en artículos pueden ser indagados, analizados, contrastados, profundizados,
en ensayos.
Los trabajos teóricos, metódicamente dirigidos, que se realizan en el área de la filosofía y la filología, tal vez
por carecer de un aparato metodológico visible a simple vista (fórmulas, cuadros, gráficos) y no haberse estatuido una estructura
lógica convencional como en las ciencias básicas (introducción, procedimientos, resultados, discusión), no suelen llamarse
artículos científicos y se acostumbra denominarlos genéricamente "ensayos". En realidad se trata de un tipo de escritos al
cual bien le cabe el nombre de "artículo de humanidades"
Otro de los escritos muy cercano al ensayo es el artículo periodístico. L. Ferrero (1979) lo considera como una de
sus variantes, aunque con la advertencia de que sus temas son con frecuencia pasajeros. En los diarios contemporáneos coexisten
las materiales absolutamente intranscendentes y los verdaderos ensayos, es decir, piezas que sobrevivirán por su mensaje.
Por ejemplo, la obra principal del costarricense Cristián Rodríguez ha sido rescatada de los periódicos e incluida en libro
(1988). Asimismo, Tribuna Nacional (1993) recoge 25 años de excelentes ensayos breves publicados en la página 15 de La Nación
(Costa Rica).
D. VENTAJAS DEL ENSAYO
Uno de los rasgos del ensayo que ya se ha venido comentando es su agilidad. Esto quiere decir su sencillez productiva,
su capacidad de comunicar en forma directa. Como no hay por que evidenciar el proceso de investigación seguido no es necesario
subdividir detalladamente el escrito; en vista de que no se leen los ensayos para conocer datos sino implicaciones de estos,
se ahorran las citas bibliográficas; por cuanto valen más las ideas que sus representaciones, no son necesarios las fórmulas,
los cuadros y los gráficos. Claro, estas no son prohibiciones: la libertad del género permite incluirlas ocasionalmente. J.
Figueres dice en la introducción de su libro de ensayos La pobreza de las naciones (1973): "Empleo a menudo cifras ilustrativas
que no son indispensables ni exactas, solamente porque creo que facilitan el estudio, aunque varíen de país a país y de tiempo
en tiempo".
La brevedad puede declararse una virtud del ensayo. No obstante hay largos ensayos suficientemente virtuosos. La corta
extensión permite publicarlos con mayor facilidad, obtener mayor número de lectores, producir un efecto más directo, escribirlos
más rápidamente y con la adecuada oportunidad. Con respecto a este rasgo dice J.L. Gómez (1976): "Se intenta únicamente dar
un corte, uno sólo, lo más profundo posible y absorber con intensidad la savia que nos proporcione".
El intercambio, tanto entre ensayista y lector como entre ensayista y diferentes autores, es otro de los rasgos propios
del género. El escritor se dirige a un público no especializado para quien interpreta un tema. Esto significa presentarle,
lógicamente orquestadas por la suya, las opiniones de quienes se han ocupado del tema. Gómez (1976) expresa esto en las siguientes
palabras: "el ensayista reacciona ante los valores actuales para insinuarnos una interpretación novedosa o proponernos una
revaluación de las ya en boga, pero una vez abierta la brecha y tendido el puente del nuevo entendimiento, el ensayista, como
creador al fin y al cabo, deja al especialista el establecer la legitimidad de lo propuesto, sin renunciar él mismo a continuarlo
en otra ocasión".
Un corolario de la función de intercambio que tiene el ensayo, es el carácter persuasivo. Así como la "ciencia pura"
- expresada por medio de artículos científicos - reivindica su objetividad, su desinterés en convencer por otro procedimiento
que no sean los hechos, el ensayo se usa para impulsar ciertas ideas para convencer de ciertas posiciones con respecto a los
hechos. Para cumplir este carácter, en el ensayo se ordenarán los datos y los conceptos de manea que resulte evidente una
tesis. José L. Vega (1979) se expresa así en su ensayo "Etapas y procesos de la evolución sociopolítica de Costa Rica": Surgen,
pues, las siguientes preguntas: ¿Hasta cuándo aguardarán par tomar la iniciativa histórica en favor de su desarrollo todos
los sectores que no se han visto beneficiados con los logros del modelo agrocomercial tradicional, ni tampoco ahora, con el
nuevo esquema de la integración dependiente de tipo industrial - financiero - tecnológico?" Puede observarse en
este texto la carga emotiva que hay, el uso de una pregunta retórica, la acumulación de información, etc., rasgos que inclinan
a una particular posición.
E. LOS CONTENIDOS DEL ENSAYO
Como se ha visto el ensayo trata de cualquier tema. La diferencia con respecto a la expresión científica convencional
y con la literatura propiamente dicha es la particularidad de ese tratamiento.
El primer rasgo que al respecto debe observarse es la función ideológica. Son múltiples las definiciones de ideología;
en las ciencias sociales predomina una visión negativa de este rasgo: falsa conciencia, visión interesada, deformación, limitación.
Un concepto de ideología que podría ser aceptado en forma general es el de concepción de la realidad desde una perspectiva
particular. Si se considera que esta perspectiva es la del escritor, podría inferirse que no es la de la ciencia, la cual
es una práctica que no tiene por qué coincidir con la de individuos en particular. Por ello es que se suele oponer ideología
a ciencia. Efectivamente, el ensayo es ideológico en la medida que no se ciñe a la ciencia sino que busca transcenderla o
antecederla.
Por otra parte, la función ideológica se manifiesta en el texto como un afán que tiene el escritor de persuadir con
respecto a su manera de ver las cosas. Uno de los más influyentes ensayos que se ha escrito dice en su página final:
Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden
ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Las clases dominantes pueden temblar ante una revolución
comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. Proletarios
de todos los países uníos. (Marx y Engels s.f.)
La ideología no consiste en las ideas específicas sino en los procedimientos mediante los cuales se analizan los hechos.
Una categoría de análisis es un criterio que se aplicará para juzgar un fenómeno, por ejemplo, Manuel Picado en su estudio
Literatura, ideología, crítica (1983) va descubriendo en los ensayos la crítica literaria relativa a novelas costarricenses
una serie de criterios, no advertidos, mediante los que se juzgan las obras: algunos de ellos son: si el lenguaje usado en
la obra es o no el usado en la realidad, si en la obra se refleja o no el autor, si la obra esta redactada o no con sencillez.
La función ideológica es una condición presente en todas las formas de la literatura. En novelas como Los errores (J,
Revueltas 1975), en cuentos como "El matadero" (E. Echeverría 1838) o en poemas como "El canto Nacional" (E. Cardenal 1970),
es posible percibir la presencia de amplios textos en los que el autor intercala su visión de mundo. Se trata, en realidad,
de ensayos insertados en obras de imaginación. Con mayor razón, el ensayo propiamente dicho es una manifestación ideológica.
Con respecto a este fenómeno, lo que se propone no es suprimir en el ensayo la visión particular de los hechos sino, cuando
menos, hacerla explícita y dejar entrever los fundamentos del análisis.
Asociado a la función ideológica del ensayo, esto es a las categorías de análisis que lo sustentan, está el sistema
de pensamiento, los procedimientos intelectuales con los que se discurre. El ensayista va planteando su posición con respecto
al tema mediante una serie de proposiciones que llevan un orden.
Uno de los órdenes es el inductivo, palabra que no se usa en el sentido estricto que tiene en filosofía. Se trata de
que el ensayista vaya acumulando pruebas de lo que quiere evidenciar y, al final, enuncie la idea demostrada. Esta técnica
puede observarse inclusive en un breve ejemplo:
Mientras no haya agua suficiente en un pueblo, casi no se piensa en otra cosa. Cuando al fin se instala un medio de
abastecimiento, ya no se piensa en el agua. La abundancia mata el deseo y hace nacer aspiraciones nuevas. (J. Figueres 1973)
El otro orden básico es el deductivo, término que tampoco se usa tan específicamente como en filosofía, pero que sirve
para denominar el razonamiento que va desde afirmaciones generales a afirmaciones particulares. En este caso, el ensayista
plantea conceptos de aceptación más o menos generalizada y empieza a desprender de ellos implicaciones. Véase un ejemplo:
En el hombre, pensó Metchnikoff, son los microbios los que más frecuentemente provocan la inflamación; es, pues, contra
estos intrusos que debe dirigirse la lucha de las células móviles del mosedermo o sean los glóbulos blancos de la sangre;
por su origen estas células deben gozar de la propiedad de digerir, deben por lo tanto, digerir los microbios y traer la solución.
(Picado 1988).
Los órdenes inductivo y deductivo no siempre se aprecian bien a nivel de párrafo, sino que se manifiestan con mayor
claridad en segmentos mayores. Por otra parte, ambos pueden coexistir en el mismo trabajo.
La posibilidad de ordenar inductiva o deductivamente el ensayo parte del análisis detallado del tema sobre el que se
reflexiona ensayísticamente. R. Descartes (1983) en su famoso trabajo Reglas para la dirección de la mente propone la necesidad
de dividir cada una de las dificultades que se examinen en tantas partes como se pueda y como sea necesario para mejor resolverlas.
El producto de esa división constituye la lista de asuntos tratados en el ensayo; la escogencia del orden inductivo o deductivo
da, por otra parte, la distribución de esos asuntos en el texto.
A la rigurosidad que Descastes exige para el trabajo filosófico, se opone la liberalidad de Miguel de Montaigne, uno
de los padres del género: "Elijo al zar el primer argumento. Todos para mí son igualmente buenos y nunca me propongo agotarlos,
porque a ninguno contemplo por entero". (Gómez 1976).
Un equilibrio entre la concepción cartesiana y la de Montaigne posiblemente sea lo que produce los mejores ensayos
modernos.
PREPARACIÓN DE ENSAYOS
Las siguientes son algunas recomendaciones, derivadas de la observación de la buena práctica, para la preparación de
ensayos. No pueden dirigirse al escritor profesional, ni al experimentado investigador, quienes, por un lado pueden crear
sus propias estrategias y, por otro, tienen necesidades muy particulares. Se dedican, pues. Al estudiante que debe preparar
ensayos para efectos de evaluación, y tal vez, al que quiera explorar las posibilidades del género para comunicar de manera
diferente sus contenidos.
1. Establecimiento de la intención
En cualquier trabajo de redacción se parte de una clara determinación de su propósito. Este requisito permite saber
si lo que se requiere es un ensayo u otro tipo de escrito; también ayuda a concretar el enfoque que debe darse, el nivel,
los recursos por aplicar, etc. Es muy corriente que el escritor deslice en los primeros párrafos de su escrito la intención:
Nos proponemos, en las páginas siguientes, describir a grandes rasgos la labor de los físicos que corresponde a la
meditación pura del investigador (A. Einstein 1943)
Las páginas que aparecen a continuación y que proponemos como una introducción a la pedagogía del oprimido son el resultado
de nuestras observaciones en estos tres años de exilio. (P. Freire 197).
Este libro trata del tema centras de nuestros tiempos: de la dominación y la liberación de los hombres y de los pueblos.
Que es también el tema radical de la existencia humana, y por eso, una idea básica de a historia del hombre. (S. Salazar B.
1977)
En los textos más breves, ensayos periodísticos o de carácter más literario, no es tan frecuente que la intención se
haga explícita. No obstante es imprescindible que quien se dispone a preparar uno lo haga como primer paso.
2. Investigación bibliográfica
Un segundo paso en el proceso de producción de un ensayo es investigar los contenidos que se desea desarrollar. La
bibliografía es la base de esta labor. El objetivo es ampliar criterio, contrastar con posiciones ajenas, conocer los antecedentes
de la discusión al respecto. No obstante, no se busca una fundamentación de los criterios; al respecto señala José Luis Gómez
(1976):
El verdadero ensayista, por ejemplo, sólo en ocasiones muy especiales hará uso de notas al pie de la página, y esto
nos lleva al meollo de nuestro tema: las citas, numerosas en los ensayos, tienen valor por sí mismas en relación con lo que
el ensayista nos está comunicando: importa destacar que alguien creó una idea, representada en la cita, pero el "quién" y
el "dónde" carecen en realidad de valor. No son las citas importantes porque fulano o mengano las dijo, sino por su propia
eficacia. Y el hecho de señalarlas como citas es sólo con el propósito de indicar que no son de propia cosecha, sino que forman
parte del fondo cultural que se trata de revisar.
Las ideas derivadas de la bibliografía pueden ser muy importantes pero es necesario que lo sean aún más las del propio
ensayista. Por tanto, la revisión que se haga debe realizarse en función de un planteamiento base e ir incorporando, para
ilustrar, contrastar o comparar, las ideas de otros autores.
3. Elaboración del diseño
En literatura se denomina diseño a la disposición que el autor decide darle a la información del texto. Es realmente
el producto de su creatividad. Diseño del ensayo podría ser, por ejemplo, la decisión de empezar por un planteamiento general
para incluir, posteriormente, los argumentos; presentar detallados antecedentes y pasar luego a una rápida resolución: desarrollar,
una por una las partes del planteamiento; etc.
La forma en que el escritor disponga sus ideas en el texto puede ser muy personal. Por tal razón podría resultar innecesaria
para muchas personas una sugerencia al respecto. No obstante, para efectos didácticos, es posible proponer una guía.
Esta guía puede derivarse de la forma de organización del discurso clásico, manifestación por excelencia del afán persuasivo
del lenguaje, así como del periodismo moderno, expresión por parte del sentido práctico contemporáneo. La siguiente es una
estructura aplicable al ensayo.
Motivación. Ningún discurso sería escuchado ni material escrito alguno
leído, si su receptor no tuviera motivación. La oratoria clásica perpetuaba la necesidad de preparar el alma del auditorio
y ganarse su benevolencia en una sección inicial que llevaba el nombre de exordio. El periodismo moderno propone hacer una
entrada llamativa, que capte el interés. El ensayo puede aprovecharse de esos consejos. Véanse algunos ejemplos:
La lluvia que refresca y humedece la tierra y el sol que la calienta y seca, contribuyen por igual al mantenimiento
de la vida. Los grandes espíritus, ya sean optimistas o atormentados, por más que sean opuestos, forman un complejo cuyo conocimiento
es tan útil al desarrollo intelectual de los que los suceden, como son útiles a la vida el agua y el son. (C. Picado T. "Pasteur
y Metchnikoff").
Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada
para acosar a ese fantasma: el papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes. (Marx
y Engels. "El manifiesto comunista")
Me invitaron a la playa. Acepté con gusto. Había acabado el curso escolar cansado y sentía la necesidad de descanso.
Para mi este consiste en hacer lo contrario que cuando "trabajo", compré veinte novelas policiacas y salí a la playa. (C.
Láscaris. "Pesca con siesta")
Con gran frecuencia, el papel de captar la atención del lector se realiza por medio de una cita textual. Esto es lo
que se denomina un epígrafe, y se ubica, resaltado, en la parte superior del escrito, después del título.
Proposición. En el discurso clásico esta es una breve mención de la tesis
general que se pretende impulsar. Ese recurso suele presentarse en los primeros párrafos del ensayo. Los siguientes son algunos
ejemplos:
Pretendo mostrar cómo el desarrollo social y la conducta humana actual, no son logros del presente, sino que se apoyan
en el conocimiento de los hechos pasados; y que el conocimiento es una progresión de ideas y acciones que se juntan y han
sido transmitidos a través de las épocas. (J. Jaramillo. La aventura humana).
Cabe advertir, por otra parte que el ensayo tiende a evidenciar el papel decisivo que, a la par de los factores de
cambio endógenos, han jugado los exógenos como resultado de la rápida inserción del país en el mercado internacional, a partir
de la década de 1840. (J.L. Vega. "Etapas y procesos de la evolución sociopolítica de Costa Rica")
Así, pues, mi propósito no es enseñar aquí el método que cada cual debe seguir para conducir bien su corazón, sino
solamente mostrar de qué manera he tratado yo de conducir el mío. (R. Descartes. El discurso del método)
División. Un procedimiento que en el discurso y en el texto relativamente
extenso ayuda mucho, es enumerar los asuntos que se tratarán. Considérense algunos ejemplos:
Este ensayo comprende, primero, varios capítulos introductorios. Luego vienen tres grandes "cuestiones" relacionadas
con la pobreza. Por su orden: La cuestión internacional, que señala el reparto indebido del Producto Mundial; la Cuestión
Social, que se ocupa de la mala distribución del Producto Nacional; la Cuestión Económica, que indica errores y sugiere remedios,
en los mecanismos de la producción contemporánea. Finalmente aparece una Conclusión, que pretende dar sentido al esfuerzo
económico del hombre. (J, Figueres. La pobreza de las naciones)
Trata de mis recuerdos de niñez: del paisaje, de cosas y gentes del antaño orotinense y de mi juventud en San José
de Costa Rica. Presenta cierta intimidad, como toda remembranza. Hay en él la colaboración del tú; en otras palabras, de muchos
otros. (L. Ferrero. Arbol de recuerdos).
La división o mención de los puntos por tratar predispone a la comprensión y permite seguir el hilo expositivo.
Desarrollo. Cada uno de los puntos propuestos para el ensayo se desarrollará
en el orden que convenga. Por ejemplo, en el ensayo "La isla que somos" I. F. Azofeifa (1979) incluye tres grandes componentes:
la geografía costarricense, el carácter nacional, el proceso histórico.
Recapitulación. Debe disponerse un espacio para repasar los aspectos
fundamentales del desarrollo del ensayo. Esto puede hacerse dentro de un apartado que se llame "conclusión" o no, pero debe
estar al final del trabajo con el fin de atar los cabos sueltos. Véanse algunas recapitulaciones:
Sean estas notas tan aburridas sólo para recordar que muy a nuestra manera, pero que siempre, tuvimos carnaval si carnaval
es hacer loco para tranquilizar la carne, la diferencia con los europeos no está en la ausencia del antifaz. La verdadera
diferencia es que ellos después de sus excesos "se borraban los pecados" pintarrajeándose en la frente una cruz con ceniza
para, piadosos, comenzar la Semana Santa. (M.A: Jiménez 1979).
En resumen: parece que pueden caer partículas en agujeros negros que luego se desvanezcan y desaparezcan de nuestra
región del universo. Las partículas parten hacia pequeños universos que se separan del nuestro.
Es posible que esos universos reintegren en algún otro punto. Quizá no sirvan gran cosa para los viajes espaciales,
pero su presencia significa que seremos capaces de predecir menos de lo que esperábamos, incluso aunque encontráramos una
teoría unificada completa (...) en los últimos años, varios investigadores han comenzado a estudiar los pequeños universos.
No creo que nadie se haga rico patentándolos como un modo de viaje espacial, pero se han convertido en un campo muy interesante
de investigación. (Stephen Hawking 1994)
4. Elaboración del esquema
Una vez establecido el diseño, valga decir que la forma de organización general del ensayo, es conveniente preparar
un esquema de redacción.
Bajo cada uno de los grandes asuntos (motivación, proposición, división, desarrollo, recapitulación) pueden irse apuntando
las ideas que allí se considerarán. De paso, cabe estudiar la posibilidad de introducir algún tipo de subdivisión del escrito
mediante títulos. No obstante, en los textos relativamente breves no se suele incluir ningún tipo de separaciones.
Dentro de cada apartado propuesto puede pensarse en algún tipo de ordenamiento de las ideas: presentarlas cronológicamente,
en orden causa-efecto, de manera comparativa, etc. Estos criterios se tratan con mayor amplitud en la sección "Técnica textual
del ensayo".
El esquema es una herramienta imprescindible para la generación de un texto amplio. El tiempo invertido en su perfeccionamiento
y desarrollo se va a recuperar con creces en el proceso de redacción.
5. Redacción
Con base en el esquema preparado y todas las felices improvisaciones que surjan, se inicia la redacción. Lo normal
es que se requieran varios borradores sucesivos. El resultado, de acuerdo con un generalizado precepto de redacción, puede
guardarse algunos días entre una versión y otra.
No es de extrañar que resulte necesario hacer grandes correcciones, modificaciones del orden, supresiones, ampliaciones,
etc. Conviene aceptarlas con resignación y estar en capacidad de renunciar a amplios fragmentos otrora considerados perfectos,
o tener que redactar nuevo material para ampliar un asunto.
A continuación se tratan algunos recursos específicos de redacción.
5.1. Ordenes de la información
El orden es el criterio con que se clasifica la información en un texto. En los escritos de carácter práctico, los
órdenes más corrientes en el ensayo son tres: cronológico, causa-efecto, comparativo.
Se denomina orden cronológico al que permite distribuir la información según el criterio del tiempo. Esta forma de
organizar la información domina la referencia de hechos históricos, los procesos de elaboración o transformación de productos,
etc. Analícese un ejemplo:
En un principio el hombre cosechaba sin sembrar. Se alimentaba de los frutos naturales del mar y de la tierra. No había
nacido el derecho de propiedad. Solo existía el instinto de la cueva propia. /Cuando los productos gratuitos escasearon, el
hombre trabajó. Sembró y cosechó para si mismo y para su familia. Nació la agricultura, Nació la propiedad./ Pronto el cazador
tuvo más carne de la que podía comer, y el agricultor más legumbres de las que necesitaba. Vino el trueque. Vino la dependencia
en otros./ Con el tiempo, el hombre primitivo se dedicó a producir más y más verduras, o más y más carne de caza. Cambiaba
sus productos por granos de caco y con los granos compraba pieles finas, flechas y ornamentos almacenados por alguien que
a su vez los obtenía de diversos productos. Se había establecido el comercio. (J. Figueres 1973)
El orden cronológico se caracteriza por una serie de nexos que ayudan a reforzarlo: inicialmente, posteriormente,
luego, finalmente, de inmediato, después, con posterioridad, con anterioridad, al principio, seguimiento, al final.
Por otra parte, lleva el nombre de orden comparativo el procedimiento de relacionar la información según semejanzas
y diferencias. Es una manifestación típica de todos los razonamientos de contraste. El siguiente es un ejemplo:
Desconfiado y astuto como un montañés: cortés pero tímido; trabajador sin constancia, buscando el provecho fácil de
su esfuerzo; campesino egoísta, pero bondadoso, cazurro siempre, vive aquí un pueblo que no ha sido ni miserable ni inmensamente
rico; ni guerrero ni sumiso; ni servil, ni rebelde; independiente sin guerra de independencia; liberado del coloniaje español
por virtud de un oficio llegado de Guatemala un día de octubre de 1821, en que se le hacía saber que desde el 15 de setiembre
... en suma, un pueblo sin sentido trágico de la existencia. Un pueblo sin héroes, y que si alcanza a tenerlos, los destruye
o los olvida, que es otro modo de destruir. (I: F. Azofeifa 1979).
El orden comparativo se refuerza en el texto por medio de enlaces como los siguientes: por otra parte, más bien, contrariamente,
a diferencia de, no obstante, sin embargo, en contraposición, en cambio, etc.
Por otra parte, se llama causa-efecto una manera de ordenar un texto en el que se mencionan las razones y las consecuencias
de una situación. Véase un ejemplo:
El hombre, en la actualidad, no está en ciento modo ya sometido a esta selección. Por ello, la selección natural no
podrá impedir en el futuro la acumulación de trastornos hereditarios, pues el ser humano está interveniendo en este aspecto
y dando supervivencia a seres que en otro tiempo no tendrían oportunidad de sobrevivir y reproducirse y que en términos genéticos
se podrían considerar taras hereditarias. Esto podría significar para el ser humano que la herencia se fuera empeorando con
los años, al no ser eliminados los seres con mutaciones negativas, ya que estas continuarán presentándose en nuestros elementos
hereditarios y la recombinación de genes enfermos podría generar en un futuro lejano una civilización mucho menos sana. (J.
Jaramillo 1992).
El orden causa-efecto se evidencia, entre otros, por medio de los siguientes enlaces: por tanto, en consecuencia,
debido a ello, por esto, como resultado de ello.
El uso de enlaces en la redacción ayuda a ilustrar mejor las relaciones entre las ideas; no obstante, es necesario
tratar con mesura este recurso para no recargar el texto.
5.2. Recursos retóricos
La retórica es la técnica del bien decir, de dar al lenguaje eficacia para deleitar, persuadir o conmover. Se le asocia
generalmente con la oratoria, por ser este arte pionero en la preocupación de utilizar todos los medios posibles para lograr
su efecto persuasivo. El ensayo, por ser una forma de literatura en la que sobresale el afán de convencer, tiene a la retórica
como uno de sus medios principales.
Los recursos retóricos se clasifican dos grandes campos:
Figuras de dicción y Figuras de significación
Las figuras de dicción, por adornar el texto en su nivel fónico o sea su sonido, tienen papel fundamental en la poesía.
En cambio, las figuras de significación, que son las que permiten resaltar una idea, aunque desempeñan importante papel en
los otros géneros literarios, poseen participación especial en el ensayo. A continuación se tratan algunas de estas figuras
que pueden aplicarse en el ensayo.
Sentencia. Es la exposición breve y enérgica de una enseñanza profunda.
Sin embargo, la producción y la guerra pueden ser fuentes de frustración. Hasta los más nobles corceles, espoleados
en exceso, se desbocan y se desbandan, si no se aplica a tiempo el freno de otro de la cultura. (J. Figueres).
Gradación. Se colocan las ideas en forma ascendente o descendente.
Verbo, Logos, Palabra, diversas expresiones de un mismo y grandioso instrumento mediante el cual el hombre no solo
se sitúa en el Mundo y el Universo, sino que se hace de ellos su hogar. (L. Zea)
Paradoja. Reúne ideas al parecer contradictorias para poner más de relieve
la profundidad del pensamiento.
El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada uno piensa estar tan bien provisto de él, que aun aquellos
que son más difíciles de contentar en todo lo demás, no acostumbran a desear más del que tienen. (R. Descartes)
Antítesis. Contrapone unos pensamientos a otros, unas palabras a otras
para que resalte más la idea principal.
De altar se ha de tomar la patria para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal para levantarnos sobre ella. (J. Martí)
Interrogación. Expresa el efecto en forma de una pregunta cuya respuesta
no se ignora.
¿Hasta cuándo respetarán esos sectores en Costa Rica el ordenamiento constitucional, sobre todo si continúan deteriorándose,
más y más, velozmente, los índices del nivel de vida, se desata la inflación y siguen sin solución real los problemas del
subdesarrollo? (J.L. Vega)
Hipérbole. Exagera una verdad para inculcarla con más fuerza.
Más que un poeta único. Ezra Pound parece un grupo de poetas de escuelas diferentes. (J. Coronel U)
Prosopopeya. Da vida a los seres inanimados.
Costa Rica está situada en una zona en que el Istmo centroamericano se adelgaza más y más descendiendo hacia la cintura
del continente donde el Canal de Panamá muestra su herida abierta. (I. F. Azofeifa.
En el ensayo las figuras retóricas deben usarse con mesura y plena justificación. Es necesario que estén al servicio
de las ideas fundamentales que se quieren impulsar.
5.3. Estilo del ensayo
El ensayo es un género moderno. Es por tanto un producto en el que se refleja el sentido práctico contemporáneo. En
consecuencia, su lenguaje debe ser directo pero sin perder elegancia; su forma demanda sencillez aunque con cuidado de la
rigurosidad; su contenido exige información precisa, pero rechaza el detallismo superficial.
El ensayista dirá lo que tenga que decir y callará lo innecesario. Planeará meticulosamente su planteamiento y lo expresará
en el mínimo de palabras posible.
Le corresponderá garantizar su escrito contra la retórica innecesaria, la vaguedad, la repetición, la inconsistencia.
Con ese fin debe planear ,. Investigar, ejecutar y revisar su producto.
En tiempos ya no tan modernos, Santiago Ramón y Cajal (1896) describen el estilo de los trabajos científicos:
En síntesis, el estilo de nuestro trabajo será genuinamente didáctico, sobrio, sencillo, sin afectación, y sin acusar
otras preocupaciones que el orden y la claridad.
LECTURAS PARA EL SEGUNDO DÍA:
DESDE PÁGINA
08, HASTA PÁGINA 14.
PROPUESTA PARA
LA ELABORACIÓN DE ENSAYOS EN LA UNIVERSIDAD
Continuamente
los profesores universitarios se quejan por la mala redacción de los alumnos, tanto en la sintaxis como en la ortografía ,
por la metodología para exponer las ideas y diferenciar entre premisa y argumentación,
por la dificultad de concluir y dar cierre a un escrito, por la falta de citas y la frecuente costumbre de tomar textos ajenos sin conceder el respectivo crédito. Estas preocupaciones aumentan cuando
se trabaja en una facultad que exige formar profesionales con altas capacidades para crear textos y productos comunicativos,
generalmente soportados en un escrito.
Adicionalmente, la escritura se constituye en el medio ideal para verificar nuestros procesos académicos e intelectuales.
La escritura, dice Walter Ong, reestructura el pensamiento, ya que nos permite
distanciarnos de él. En la vida diaria hablamos de variados temas con irresponsabilidad: asumimos posiciones ligeras, calificamos
y concluimos con premura sin suficiente conocimiento de las situaciones. Predomina el a
priori que el a posteriori. En cambio, cuando escribimos, materializamos nuestro
pensamiento prolongando las palabras registradas en el papel. Podemos con detenimiento observar el orden de nuestra exposición,
los temas reiterativos, el enfoque, la seriedad y sustento de nuestras afirmaciones.
LA METODOLOGÍA
Decía un viejo maestro de humanidades que la mejor metodología era la claridad en los objetivos. En la evaluación de
los escritos actuales suele concederse mayor importancia a los aspectos de forma que a los de fondo: Las numeraciones, las
distancias de los márgenes, las portadas. Es más fácil medir esas normas que valorar la pertinencia de un contenido. Me atrevo
a comparar muchas de las metodologías existentes con los enredados procesos burocráticos que debemos afrontar al tramitar
algún documento. Qué tan oportunos son los procedimientos? Son necesarios tantos
requisitos cuando se dice del ensayo que es el más libre de los géneros ? No es justo exigir a los alumnos trabajos sin antes
sugerir una metodología clara para su elaboración. Razón tienen los estudiantes cuando se quejan por la ambigüedad en la evaluación.
ya que no se les presentan modelos de escritura ni técnicas para iniciarse en ella. Los profesores, en la mayoría de los casos,
tampoco escriben y por lo tanto no son modelos para sus alumnos.
El ensayo es una de las formas más frecuentes de evaluación en la universidad, pero suele ser el más arbitrario de
los géneros en cuanto que, para cada profesor. los parámetros son distintos. Cada maestro suele decir: para mi el ensayo es... Cuando el alumno recibe el ensayo calificado (y no corregido) se pregunta ¿ en qué se
basó el profesor para darme esta nota? La corrección exige anotaciones, señalamientos,
recomendaciones. Cuando existe un modelo de ensayo donde están definidos sus aspectos básicos el alumno tiene la oportunidad
de construir a partir de una referencia especifica. De lo contrario el alumno va a gastar mucho tiempo tratando de adivinar
el estilo que le gusta al profesor, quien coloca una nota de acuerdo a un vago sentimiento de “me gusta o no me gusta” sin precisar por qué es correcto o incorrecto. En un mismo semestre el alumno tiene que acomodarse al parecer arbitrario
de cada uno de los profesores en la elaboración de ensayos.
El ensayo combina el lenguaje académico y científico con la visión personal del problema, esa es su principal característica:
se trata con seriedad y rigor el tema escogido pero, también se especula, se juega, se mira desde la subjetividad. Un ensayo
demasiado académico se torna pesado y un ensayo que sólo contenga la visión personal se convierte en un escrito subjetivo
y de poco valor académico. En cualquiera de los dos casos se convierte en otra clase de escrito. Es característica esencial
del ensayo la presencia de los dos aspectos. Por eso el ensayista mexicano Alfonso Reyes, lo llamó el género centauro.
A los escritores experimentados no se les sugiere modelos, pero a un estudiante que quiere ejercitarse en el arte de
ensayar le resulta muy útil apoyarse en un modelo. La escritura entendida como un campo de batalla permanente, como un ejercicio
de la mente, como un espejo para auto evaluarnos constituye una oportunidad para aprovechar la academia.
UN MODELO PARA COMENZAR
Los ensayos universitarios de pregrado suelen ser escritos de dos o tres cuartillas. Sin embargo la exigencia es variable
dependiendo del semestre, de la materia y del tipo de evaluación, ya que en ocasiones el parcial o incluso el examen final
es un ensayo. Aunque el siguiente modelo esta pensado para los tradicionales ensayos cortos puede servir para la construcción
de trabajos más extensos. Se pueden diferenciar tres momentos en la elaboración del ensayo: la preescritura, la escritura
y la postescritura.
La Preescritura. En esta etapa nos documentamos de manera suficiente
sobre el tema a desarrollar. Se contemplan las fuentes bibliográficas y las entrevistas. Trazar un plan con unos objetivo y los tópicos ha desarrollar suele ser recomendable. De las lecturas y las entrevistas
hacemos una lista de ideas que podemos complementar con nuestras propias ideas (no hay que olvidar la combinación de lo personal
con las ideas de los expertos) una vez tenemos la lista de ideas podemos elaborar un mapa donde se jerarquizan y agrupan los
bloques de ideas para crear una estructura. Estos grupos forman, en la etapa de la escritura, los párrafos.
La Escritura. Para comenzar se elabora un párrafo de ubicación si el
ensayo es muy corto, o más si se trata de un ensayo extenso. Aquí, usando un lenguaje claro y directo se expone el tema que
vamos a tratar, desde qué punto de vista y para qué. Responderemos a los interrogantes básicos para ubicar al lector. Este
párrafo es la base de la construcción del escrito y dependiendo de su solidez se facilitara o no el desarrollo del texto.
En los párrafos siguientes se desarrollaran otros bloques de ideas que tenemos en el mapa. Es importante que toda afirmación
sea respaldada, ya sea con argumentos, con ejemplos o con citas.
Las Citas. Las ideas tomadas
de otro autor deben ser citadas. Podemos también, citar a nuestros amigos, a nuestros profesores explicando, eso sí, su relación
con el tema. Dos formas muy utilizadas son las que usan comillas y numeran al terminar la cita, para ubicarla como pie de página o al final del escrito. Una forma muy sencilla es la de citar al autor junto con su
idea. Por ejemplo: Ortega y Gasset dijo del ensayo que éste era la ciencia menos la
prueba explicita... En este caso no se usan comillas y la ventaja de esta cita es que no se interrumpe la lectura para
buscar la explicación o el autor en otra parte.
Para terminar el ensayo es importante hacer un cierre, es decir terminar la comunicación concluyendo en relación a
la propuesta u objetivo planteado en la ubicación.
La Postescritura. En el
momento de la escritura muchas veces procedemos con emoción, al calor de la inspiración. Se recomienda dejar “enfriar”
el escrito, esperar que pase el efecto emotivo para volver al texto con una mirada más fría. Tomar distancia para poder evaluar
la consistencia de la escritura. Leerlo varias veces, tachar, desplazar y volver a leer. Entre más tiempo dediquemos a esta
etapa mejores serán los resultados.
Un cronograma para distribuir el tiempo teniendo en cuenta las distintas etapas, el acompañamiento de buenos diccionarios
y el consejo de escritores más experimentados ayudarán a que nuestros ensayos se conviertan en una experiencia académica provechosa
para crecer en este arduo camino de la escritura.
Juan Medina R, agosto del 2000.
BIBLIOGRAFIA
Serafini, María Teresa. “Cómo se escribe”
Paidos, 1994.
Ong, Walter. “Oralidad y escritura”
Fondo de Cultura Económica, 1987.
Weston, Anthony. “Las claves de la argumentación”
Editorial, Ariel, Barcelona, 1994.
Skirius, John. “Este centauro de los géneros” en “El Ensayo Hispanoamericano del siglo XX”
Fondo de Cultura Económica, México, 1989.
Savater, Fernando. “El ensayista como rebelde y como doctrinario”
en revista Quimera, números 103-104, noviembre 1991.
Adorno, Teodor. “El ensayo como forma” en Notas de Literatura, Editorial Ariel, Barcelona, 1962.
Vásquez Rodríguez, Fernando. “El ensayo: diez pistas para su composición” Copias sin pie de imprenta.
Pautas para la elaboración de un ensayo
escolar Por Karen Coral
Dos consideraciones iniciales son necesarias para abordar el tema de la elaboración de un ensayo escolar. En primer
lugar, el tipo de ensayo al que nos referiremos es el académico, el adecuado para iniciar al alumno escolar en la reflexión
humanística y científica. No aludimos al ensayo literario, cuyos propósitos y características son muy diferentes. En segundo
lugar, concebimos a la elaboración del ensayo como punto culminante de un proceso de aprendizaje. En efecto, en el nivel escolar,
el ensayo es el trabajo más complejo. Para estar en condiciones de escribirlo, el estudiante necesita haber completado un
largo proceso preparatorio. En el cumplimiento de un programa que afiance las habilidades de redacción, los ejercicios proporcionados
al alumno deberán avanzar en complejidad, hasta constituirse en recursos para la elaboración de un ensayo simple. Como se
trata de un proceso de construcción de largo plazo, es conveniente iniciar la redacción de ensayos sólo a partir de tercero
de secundaria, luego de que el alumno haya practicado en la elaboración de otros tipos de textos en las etapas previas.
Abordaremos aquí la secuencia de elaboración del ensayo desde la perspectiva del alumno. Este procedimiento -formulado
sobre la base del texto de Carlos Gatti y Jorge Wiesse, Técnicas de lectura y redacción1- consta de cinco etapas:
1 |
Se fija un tema; |
|
|
2 |
Se recolecta información; |
|
|
3 |
Se ordena la información; |
|
|
4 |
Se redacta un borrador; y |
|
|
5 |
Se revisa y corrige |
El trabajo puede iniciarse en clase con la distribución de un listado de instrucciones, una pauta, donde se presente
al ensayo como el resultado de una secuencia de etapas. Se explican éstas brevemente y se proporciona a los alumnos ejercicios
variados correspondientes a cada una de las etapas. Sólo cuando el estudiante ha logrado dominar cada paso, emprende el trabajo
total: el ensayo mismo. Veamos en detalle cada paso del proceso:
La búsqueda del título. La adopción de un título adecuado permite pronosticar
que el alumno conoce el tema, lo ha identificado y puede precisarlo. La principal dificultad reside en esto último: la precisión
del tema. Es frecuente abordar temas muy amplios para tener mucho que decir de ellos ("escribir muchas palabras"). Si el tema
está flojamente delimitado, si es muy amplio, las ideas serán superficiales, panorámicas, estarán presentadas, pero no tratadas
con detenimiento. Algunos títulos que reflejan ese problema: La moda, El fútbol, "Cien años de soledad". Por el contrario,
con el mismo número de páginas, un tema puede ser preciso; eso permitirá argumentar, ejemplificar todas las ideas presentadas.
Títulos que reflejan una mejor capacidad de delimitación del tema son los siguientes: El uso masculino de aretes en mi
generación, El campeonato postergado de Alianza Lima, La memoria y el olvido en "Cien años de soledad".
La búsqueda de la información. Es importante establecer la fuente primaria
de la información. El alumno debe preguntarse si conoce el tema que va a tratar, si es fruto de su experiencia, o si, por
el contrario, debe buscar información en la experiencia ajena. Aunque esta distinción no es siempre tan nítida (existen ensayos
que contienen ambos tipos de información en dosis distintas), para saber dónde buscar la información, es conveniente diferenciar
las fuentes. Así, en el caso de un tema de experiencia ajena, podemos sugerirle al estudiante la consulta de libros, revistas,
enciclopedias, internet. En el caso de experiencia propia, las ideas están dentro del alumno; es necesario que le proporcionemos
ciertas técnicas para que esas ideas aparezcan. Algunos ejemplos de esas herramientas son los agrupamientos asociativos y
la lluvia de ideas. La siguiente consideración que el estudiante debe plantearse es qué buscar. Cada tema ofrece aspectos
distintos que deben ser investigados. Para hacerlo es útil recurrir a las preguntas (los lugares de búsqueda, los loci
latinos: quién, cuándo, dónde, cómo). Para la búsqueda de argumentos, para la profundización de cada aspecto, es útil que
el estudiante se pregunte constantemente el porqué de las respuestas obtenidas. Si lo reunido en este segundo paso adquiere
grandes proporciones, será necesario un sistema de almacenamiento de datos (fichas bibliográficas, apuntes de clase, resúmenes).
Los dos primeros pasos garantizan la investigación, incluso si el tema es de opinión personal. Con esto el alumno se
asegura tener "algo que decir". Muchos estudiantes no quieren escribir porque no saben cómo llenar la página en blanco. Estos
dos pasos iniciales pueden solucionar el problema.
La organización de la información. El objetivo de este paso es la generación
de un plan de trabajo (llamado también esquema o esbozo) a partir de la información reunida en la etapa anterior. El
plan posee una estructura trimembre que es conveniente haber practicado ampliamente antes de emprender un ensayo. Esa tripartición
es adecuada para los artículos de opinión, las reseñas, los comentarios de análisis literario. Veamos cada componente del
plan:
La introducción ambienta al lector; usualmente consta de una breve caracterización
del tema. Es una presentación general.
El cuerpo (o parte central) constituye la subdivisión de un tema en virtud
de un orden. Se convertirá en el desarrollo justificado de los distintos aspectos del tema que se encontraron en la etapa
anterior.
La conclusión, por lo general, es de uno de estos dos tipos: un breve
resumen de los aspectos principales o el anuncio del propósito de profundizar en aquellos aspectos del tema que no fueron
tratados ampliamente.
Volvamos al cuerpo del plan de trabajo. El objetivo es descomponer el tema en subtemas mediante un orden. ¿Qué orden
es el más adecuado? Eso dependerá del tema elegido. Si es acerca de un problema, la subdivisión natural es causas -
consecuencias - soluciones. Otros temas exigirán otras subdivisiones. Se podrá seguir un orden cronológico si se trata
un suceso, o una presentación secuencial si el tema es un procedimiento. Una vez que el tema ha sido subdividido, se ordenarán
los distintos aspectos encontrados en el paso anterior. Así, si el tema elegido es un problema, por ejemplo El tráfico
limeño en los últimos tres años, en el cuerpo del plan deben agruparse los distintos aspectos investigados: reunir aquellos
que constituyen las causas, los que conforman las consecuencias, los que presentan distintas soluciones y propuestas. Muchas
veces se deberá volver al paso anterior para buscar nueva información y completar este plan de trabajo (por ejemplo: sólo
hemos pensado en una consecuencia del tráfico, ¿habrá otras?).
La elaboración del texto. Sólo ahora ingresamos en lo que nuestros alumnos
llaman "escribir". Este paso supone el desarrollo verbal del plan anterior. Hay que generar un texto luego de haber generado
ideas para ese texto. El camino que se sigue es del plan al borrador. Mientras el plan es una lista ordenada de ideas, el
borrador es un texto, un tejido de oraciones plenamente redactadas, en el cual las ideas del plan se definen, se desarrollan,
se ejemplifican, se sustentan. Según la necesidad del tema y sus distintos aspectos, el alumno deberá emplear diversos tipos
de párrafos. Es conveniente que los alumnos se hayan ejercitado previamente en la construcción de diferentes clases de párrafos
(de definición, de clasificaciones, narrativos, descriptivos, de generalizaciones, argumentativos). Resulta útil dejar la
redacción de la introducción y de la conclusión para el momento final, luego de haber expuesto (tal vez argumentado) todos
los aspectos y subtemas que conforman el cuerpo del ensayo.
En busca de la versión final. Cuando el alumno cree haber finalizado
su trabajo, todavía le falta un paso más. Un texto pocas veces puede llamarse acabado, es siempre perfectible. ¿Qué debe revisar
un alumno en su borrador para lograr un escrito final? Los criterios son múltiples y corresponden a los propósitos particulares
de cada programa curricular. Aquí se sugieren algunos criterios de uso frecuente: coherencia (referencia, conectores lógicos),
claridad (precisión léxica, orden en las ideas expresadas), corrección (ortografía, puntuación, gramaticalidad). No es posible
que el alumno pueda revisar todos estos factores a la vez; necesitará dos o más revisiones. Es útil fomentar que el estudiante
pida que otros ojos vean su escrito (padres, otros profesores, compañeros). Si la aceptación o el rechazo de las sugerencias
recibidas surge de una reflexión metalingüística del alumno, éste está mostrando un gran avance en el proceso de aprendizaje
de la técnica de redacción.
Recordemos que hemos partido de la consideración de que el ensayo es un proceso; la evaluación del trabajo en etapas
realizado por el alumno deberá, pues, adecuarse a esta consideración. Desde la perspectiva del profesor, eso se refleja en
una evaluación del proceso y no sólo del producto.
Carlos Gatti Murriel y Jorge Wiesse Rebagliati. Técnicas de lectura y redacción. Lenguaje científico y académico.
Lima: Universidad del Pacífico, 1998 [1992]; 152 pp. (Serie "Apuntes de Estudio", 7). Consúltese, al respecto, el capítulo
5 ("Las etapas del proceso de la redacción").
Para escribir un buen ensayo.
Como forma de expresión un ensayo es una "tentativa",
o si quieres decirlo así, un "experimento" que se lleva a cabo con conceptos y razones para abordar un tema desde un determinado
punto de vista, así queda expresado en el siguiente tutorial de este Curso de autoaprendizaje. La argumentación te puede
servir para motivar a tus alumnos a esctibir y expresar mejor sus ideas.
Aprender a escribir un ensayo es una habilidad importante para el desarrollo de la función comunicativa. En el siguiente
artículo te entregamos algunas recomendaciones que pueden ser útiles para trabajar en tus clases. Léelos e incentiva a tus
alumnos a "ensayar".
Como lo dice su nombre, un ensayo es una "tentativa", un "intento"
o, si quieres decirlo así, un "experimento" que se lleva a cabo con conceptos y razones, escriben en el curso de autoaprendizaje
"Problemas de la Estética" los profesores de la Universidad
de Chile Pablo Oyarzún y Sergio Rojas, de cuyo texto hemos estractado algunas recomendaciones. Se escribe un ensayo porque se quiere abordar un
problema para el cual no se cuenta con
una solución inmediata y que, por lo tanto, suscita o puede suscitar una controversia.
En este sentido, un ensayo
puede tener diversas finalidades: resolver un problema, proponer alternativas de solución (si las admite) o mostrar que ninguna
de ellas es concluyente. Asimismo, puede pretender precisar la formulación de un problema y su tratamiento, discutir los puntos
de vista que se han planteado a al respecto, o mostrar que es un falso problema (cuando sospechas que lo que lo motiva no
es más que una confusión mental o falacia.
En un ensayo se suele
expresar una perspectiva personal o punto de vista acerca de un problema. No como
una simple opinión privada, sino con la intención de persuadir a otros de lo que uno piensa y dice. Por eso, es importante
tener buenas ideas y buenas razones y lograr una
buena manera de exponerlas a través de un texto.
En los siguientes
puntos te ofrecemos algunas sugerencias que pueden ayudar a tus alumnos en la elaboración de un ensayo. Vamos por parte:
PRIMEROS
PASOS
Para escribir un ensayo es importante tener antes algunas
cosas claras. Sin embargo se recomienda no esperar que todo esté claro para ponerse a escribir. ¿Razones? Usualmente el
propio ejercicio de la escritura resulta ser notablemente iluminador y, por eso, no conviene diferirlo demasiado. De hecho,
es bueno que estos "primeros pasos" de que te vamos a hablar ahora se materialicen a través de notas, apuntes preparatorios
y recopilación de material que se considere van a ser útiles luego.
El planteamiento de un problema se concreta siempre
en la formulación de una pregunta: Identificar la pregunta y
determinar de qué tipo de pregunta se trata es esencial para saber si el problema está bien planteado y qué tipo de respuesta
se espera.
Lo primero es fijarse en el tipo de la pregunta. Para ello ayudan los pronombres y los giros interrogativos. Así, cuando
alguien pregunta ¿qué es tal cosa? está pidiendo un conjunto de señales identificadoras de esa cosa, que podrán ser incorporadas
ordenadamente en una definición, una descripción, un relato de la generación de la cosa, etc. Cuando se pregunta ¿cómo se
hace tal cosa? (trátese de fabricación, acción, conocimiento, comprensión, etc.) se están pidiendo instrucciones para alcanzar
el objetivo.
Lo segundo es reconocer el tema. Aquí estamos haciendo una distinción entre tema y problema, algo que muchas veces
no resulta transparente para el alumno. Podemos explicarle entonces, que el tema es aquello de lo que trata la pregunta, su
asunto. El problema, en cambio, es el conflicto de opiniones que se plantea acerca de ese tema. Así, por ejemplo, un tema
puede ser la libertad del ser humano, y un problema relativo a él, la pregunta sobre si puede considerarse al ser humano libre
en la definición de su conducta, o si ésta está determinada por factores ajenos a la propia voluntad.
Lo tercero es
identificar o formular el problema, porque sobre un mismo tema suele haber diversos puntos de vista. Discriminar cuáles son
esos puntos de vista, ponerlos en relación y en tensión unos con otros, descubrir en qué se oponen o contradicen, es la estrategia
para plantear un problema o comentar un texto. Éste será el corazón de un
buen ensayo.
Lo cuarto es cerciorarse de que se ha entendido o formulado bien los términos en que está expresado el tema y formulado
el problema. Para ello se pueden utilizar diversos instrumentos: elaborar listas de términos afines, discernir sus significaciones,
clasifícarlos, identificar sus opuestos, consultar diccionarios (generales o especializados), revisar formulaciones con las
cuales relacionar la que presidirá el examen, encontrar o imaginar ejemplos del tema planteado, etc. Aquí es importante no
olvidar que ninguno de estos recursos podrá reemplazar el propio ejercicio reflexivo, que es precisamente la sustancia del
ensayo. En todo caso, la claridad de los términos es decisiva para asegurar la coherencia, concordancia y pertinencia de lo que uno
se propone en su ensayo.
Un punto clave para trabajar la elaboración de un buen ensayo con los alumnos es la elaboración de un plan que apunte a la claridad (precisión
conceptual y lingüística) la coherencia argumental, la pertinencia de los ejemplos y de los contraejemplos.
Asimismo, y como tu bien sabes, el plan de un ensayo debiera considerar una introducción (en la cual se plantea el
problema, así como su importancia o su interés, y se anticipa resumidamente el punto de vista que se adoptará para su examen),
un desarrollo y una conclusión personal. Pero en concreto, para hacer un buen ensayo hay que ponerse a redactar y tener algunas consideraciones
de estilo...
Pero, lo más importante
es ensayar, probar, borronear y volver a intentarlo. Y eso es algo que es bueno que les transmitas a tus alumnos.
EL ENSAYO
Es un escrito en prosa, generalmente breve, que expone con profundidad, madurez y sensibilidad, una interpretación
personal sobre cualquier tema. Por tanto, no es un resumen, ni una síntesis, ni una exposición de las ideas de un autor.
En todo ensayo se parte de la selección del tema, que puede ser elegido entre todos los temas tratados en el módulo.
El tema seleccionado deberá conducir a lograr un equilibrio entre lo puramente narrativo o descriptivo y la labor de análisis.
Un tema amplio no permite lograr, por lo general, un trabajo apropiado. Es importante delimitarlo para lograr un análisis
profundo y evitar la dispersión.
A partir del tema, se establece un problema, que por lo general se formula en términos de una pregunta. A veces se
parte de un supuesto o hipótesis que sirve de orientación en el desarrollo del ensayo.
El desarrollo o estructura del ensayo estará determinada por los elementos que se deben tratar para resolver el interrogante
planteado: los presupuestos que se deben aportar para responder el problema o el supuesto y los contenidos pertinentes para
el desarrollo del tema.
CARACTERISTICAS DEL ENSAYO
Estructura libre, da forma sintética, generalmente breve.
Puede exponer toda clase de ideas (políticas, filosóficas, históricas, etc.).
Debe tener un estilo cuidadoso y elegante, tanto en la estructura gramatical, como en la conexión entre ideas.
Tiene todo variado, que corresponde a la manera particular como el autor interpreta el mundo, la naturaleza, el ser
humano.
CONDICIONES PARA HACER UN ENSAYO
Atreverse a pensar.
Revisar concienzudamente el material de lectura o trabajo.
Tener buena dosis de imaginación.
Mantener el rigor discursivo en el desarrollo de la argumentación.
ESTRUCTURA DEL ENSAYO
Introducción, en la que se anuncia cuál es el contenido central y la
organización global del tema.
Enunciación del problema, la hipótesis o los supuestos que se van a desarrollar.
Exposición de la tesis.
Argumentación, en la que se da el manejo de teorías, principios y fundamentos
básicos para responder al problema o los supuestos.
Conclusiones, que muestran en forma clara y concreta la respuesta al interrogante inicial. Estas conclusiones deben
reflejar la apreciación de quien escribe el ensayo y no ser simplemente un resumen del tema.
PROCESO DE ELABORACION DE UN ENSAYO
Revisión de la información disponible. (Se sugiere revisar no sólo las lecturas obligatorias, sino también las sugeridas
o recomendadas)
Elaboración de un plan de ensayo, para lo cual se sugiere seguir, en un principio, los elementos de la estructura señalados.
Redacción del ensayo.
EVALUACION DE LOS ENSAYOS
Los criterios de evaluación permitirán a los estudiantes orientar el desarrollo del trabajo y apuntar a los logros
esperados.
CRITERIOS DE EVALUACION GENERAL DEL ENSAYO
El Problema o Tema
El problema investigado el tema específico que se requiere explorar, ha sido formulado claramente y con precisión.
Se trata de un tema bien definido y por lo tanto susceptible de ser tratado dentro del límite de la extensión definida.
Datos - Información
Los datos recopilados y/o la información recopilada son relevantes y pertinentes con el problema o la investigación
planteada.
Análisis - Evaluación
Los datos obtenidos se han analizado y evaluado correctamente y en forma sistemática. Cuando corresponde hacer una
evaluación o valoración, se ha tenido en cuenta una serie de posibles interpretaciones alternativas, valorando sus respectivos
méritos.
Exposición - Razonamiento
En su conjunto, la exposición o razonamiento es pertinente al problema de investigación o al tema específico que se
quiere explorar. Está bien organizado y es por lo tanto, coherente y clara.
Conclusión
La conclusión está formulada con claridad. Es pertinente al problema de investigación y está ampliamente justificada
con los datos aportados. Cuando corresponde, la condición indica claramente los temas sin resolver y los nuevos problemas
surgidos de la investigación.
Extensión y Presentación
En general la presentación del ensayo, las referencias a las fuentes consultadas tiene un buen nivel.
Uso correcto de las fuentes
Hay una buena apreciación del valor y de las limitaciones de las fuentes utilizadas y de los problemas que supone la
utilización de las mismas.
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