El obispo comenzó las actividades misioneras del año 2013, celebrando la Eucaristía con la comunidad de Las Pilas, en la parte alta de Culco, Huehuetenango.

Esta comunidad ingresó a la iglesia a mediados del año 2012 y ha experimentado un fuerte crecimiento, aunque aún no cuenta con casa de oración propia, por lo que hermanos han cedido una casa que apenas han construido y está desocupada, para que sirva de casa de oración.

Los hermanos participaron con gran devoción y provecho y renovaron su compromiso de pertenencia a la Iglesia y de vivir de acuerdo al testimonio apostólico.

Hacia el medio día del día primero, el obispo, siguiendo una tradición que dura desde hace varios años, visitó la comunidad de Yulbá, en Cuilco.

Este año, sin embargo en la visita el obispo tuvo una agradable sorpresa: con grandes esfuerzos, los hermanos han losgrado levantar un nuevo templo.

La construcción es tres veces más grande que el templo anterior y, aunque aún falta concluirlo, los hermanos ya lo tienen en uso, pues el mismo fue construido en el contorno del pequeño templo anterior.

Al final de la misa, los dirigentes de la comunidad agradecieron la visita del obispo, quien estaba acompañado por el párroco local, el Padre Pedro Martínez.

El obispo los animó a seguir adelante, misionando y llamando a nuevos hermanos para el Señor, como de hecho lo han estado haciendo a lo largo de los años.

El primero por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la solemne celebración de la Eucaristía en el templo parroquial de la Parroquia Inspiración del Espíritu Santo, Cuilco, Huehuetenango.

El ambiente fue de oración profunda.

Dos de los misnistros de la comunión presentaron la ofrenda del pan que, luego, se converitría en el Cuerpo del Señor.

Un gran porcentaje de los presentes se acercaron a recibir la comunión, como signo de que ponían el año nuevo en las manos del Señor y de que se comprometían a vivir como auténticos católicos renovados.

El miércoles dos por la mañana nuestro obispo llegó hasta la sede parroquial de Jacaltenango, para celebrar el Decanato del Occidente de Huehuetenango, con representantes de Jacaltenango y Concepción Huista.

Los hermanos expusieron detalladamente la situación de sus comunidades y finalmente el párroco, Padre Santos Acosta Sol, hizo una presentación en resumen de logros y los retos que se deben afrontar en el año 2013.

El obispo animó a los hermanos a que se trabaje haciendo énfasis en tres dimensiones:

1. La conversión continua de todos los miembros, comenzando con ministros y servidores.

2. La organización de las comunidades, de tal forma que puedan ofrecer todos los servicios pastorales y espirituales que están contemplados en los Estatutos.

3. La misión. De manera que se trabaje con el mismo espíritu y dinamismo que lo hicieron los apóstoles.

Al final el obispo dio una detallada formación acerca del origen fundacional de las Iglesias o Sedes Apostólicas.

El dos por la tarde, el Padre Santos Acosta invitó al obispo para que tuviera una charla con los jóvenes de la parroquia, en la comunidad de Peopilpán, Jacaltenango.

El obispo pidió a los jóvenes que el encuentro se diera en forma dialogada, es decir, que los jóvenes presentaran sus dificultades e inquietudes, para que el obispo pudiera responder a los dilemas e interrogantes propios de ellos.

La participación de los jóvenes fue activa y el obispo tuvo el tiempo necesario para responder a todas las preguntas y cuestiones que le fueron planteadas.

El 2 por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la Eucaristía con la comunidad de Pepilpán, Jltenango.

Durante la homilía el obispo animó a los hermanos que, estando en los comienzos de un año nuevo, era tiempo profundo para hacer un examen de conciencia y una planificación, en la que se contemple vivir con radicalidad la vocación cristiana.

La respuesta de los participantes fue muy positiva, pues durante largo tiempo hicieron oración profunda, mostrando su fe y comunión con el Señor.

El dos por la noche Monseñor Eduardo presidió la Eucaristía en la sede parroquial de Jacaltenango, habiendo concelebrado el párroco, Padre Santos Acosta Sol.

El obispo animó al Pueblo de Dios a vivir con radicalidad la fe cristiana y a dar testimonio incansablemente de la misma.

La participación de hermanos fue numerosa y la mayoría de los presentes, acudieron a recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor.

El jueves 3 por la mañana, el obispo presidió la celebración del Decanato del Nor-occidente de Huehuetenango en la comunidad de Guaxacaná, Nentón.

Asistieron todos los delegados de las comunidades, habiendo expuesto cada uno de ellos la situación de sus respectivas comunidades.

Entre las exposiciones tuvo especial atracción el testimonio de los hermanos de K'anquintik', quienes explicaron cómo un año antes habían queda reducidos solamente a 8 parejas, debido a problemas que habían surgido entre los miembros y actualmente cuentan con 150 adultos dentro de la comunidad, sin contar a los niños.

El obispo les animó a seguir adelante y les insistió en que la meta que se debe tratar de alcanzar es que dentro de poco tiempo se pueda constituir una parroquia, para que se estabilice la vida de las comunidades. Como medio para alcanzar este ideal, durante el año, un misionero seguirá trabajando a tiempo completo en los centros pastorales del área.

Hacia el medio día el obispo presidió la celebración de la Eucaristía en la Comunidad de Guaxacaná.

Progresivamente los hermanos se han ido organizando, teniendo servidores y ministros para las diferentes tareas que se deben desempeñar dentro de la liturgia.

Durante la homilía, el obispo recordó el continuado compromiso que ha tenido esta comunidad, especialmente a través de sus líderes y les animó a seguir adelante en su fiel compromiso.

Un buen número de hermanos se acercó a recibir la comunión. Sin embargo en esta comunidad como en las demás de Nentón, aún está pendiente animar a que todos los hermanos que viven unidos sin recibir el sacramento del matrimonio, lo hagan, para que puedan tener plena participación en la vida de la Iglesia.

El día 3, al caer de la tarde, Monseñor Eduardo presidió la Eucaristía con la comunidad de La Trinidad.

Elo obispo elogió a la comunidad por el consistente crecimiento que han experimentado así como por el entusiasmo que manifiestan, con respecto a su vida de fe.

Dentro del marco de la celebración, el hijo de uno de los miembros de la comunidad recibió los sacramentos de la Iniciación Cristiana.

También el líder de la comunidad, el Hermano Sixto, quien también es ministro de la comunión, contrajo matrimonio. Su actual esposa la conoció en uno de sus viajes misioneros.

El ciernes 4, Monseñor llegó hasta el extremo norte del municipio de San Mateo Ixtatán, a la comunidad de Yalahuitz.

El obispo expresó su alegría por el crecimiento notable que ha tenido la comunidad.

Además tuvo el gusto de dar la bienvenida a los representantes de una nueva comunidad que ha hecho alianza recientemente y que querían tener un encuentro personal con el obispo.

La participación del pueblo de Dios en la comunión fue masiva. Los hermanos se habían preparado antes a la llegada del obispo y celebraron con alegría cada uno de los sacramentos administrados.

Después de las celebraciones sacramentales, el obispo tuvo un encuentro con los miembros de la Comunidad de Yalanhuitza, para que estos le plantearan preguntas y él pudiera darles respuestas.

Entre las preguntas que propusieron están: la situación legal de las propiedades de la Iglesia y el sentido auténtico de la Catolicidad, de la Apostolicidad y la Ortodoxia.

El obispo explicó con detalle y con argumentos bíblicos e históricos las raíces de la Catolicidad y de la Apostolicidad y, luego, con argumentos históricos el significado y las implicaciones de la Ortodoxia.

El cuatro por la tarde, Monseñor Eduardo llegó hasta el templo de Pojom, para celebrar la confirmación de un buen grupo de jóvenes y señoritas.

El obispo quedó impresionado por la dimensión del templo, así como por los detalles que, al terminarlo, indudablemente será muy hermoso.

Los jóvenes expresaron ser conscientes del don y del compromiso que asumen al recibir la Confirmación y ser enviados como Misioneros.

El obispo al unfir con el santo Crisma a cada uno de los confirmandos, pidió al Señor que por la efusión del Espíritu Santo, se conviertan en auténticos apóstoles y testigos de Jesucristo.

Fue particularmente emotivo el momento del envío misionero, habiendo los jóvenes asumido el compromiso de llevar el Evangelio a todas partes.

Al final el grupo de confirmados y de nuevos misioneros, posó junto al obispo, delante del altar.

Terminados los oficios religiosos, los hermanos de la comunidad quisieron tener un breve encuentro con el obispo, para pedirle que le hablara de diversos temas, especialmente relacionados con la pastoral social.

Después de escuchar las preguntas, el obispo insistió en que sobre cuestiones políticas y sociales, a la Iglesia le corresponde únicamente presentar los valores cristianos fundamentales, de acuerdo al Evangelio. Sin embargo las opciones concretas, son competencia de cada persona, por lo que no se debe interferir en las mismas, ni se deben mezclar las opiniones particulares con las cuestiones específicamente pastorales.

Con respecto a la participación dentro de la Iglesia, el obispo también subrayó que uno de los compromisos fundamentales de los líderes de toda comunidad, es abrir espacios y oportunidades para que todos y cada uno de sus miembros puedan descubrir y ejercer en beneficio de la comunidad los dones específicos que el Señor les da.

El sábado cinco por la mañana, en la Parroquia de laGlorificación de María, se llevó a cabo el Decanato del Norte de Huehuetenango, con más de 200 representantes de las parroquias de Barillas y de San Mateo Ixtatán.

Como sucede habitualmente, los representantes de los diferentes sectores pastorales fueron presentando sus logros y dificultades.

Terminó la exposición, la intervención evaluativa de los presbíteros que trabajan en esas zonas.

Seguidamente el obispo dio formación sobre la identidad de la Iglesia y la constitución de las sedes apostólicas.

El cinco por la tarde, Monseñor Eduardo llegó hasta la comunidad de Ojo de Agua, San Ramón, para celebrar la Eucaristía y administrar la Confirmación y el Envío Misionero a un grupo de fieles.

La celebración comenzó con la administración del Sacramento de la Reconciliación, al cual acudió la gran mayoría de fieles presentes.

Durante la homilía el obispo recordó los alcances del sacramento de la Confirmación y los compromisos de vida y de trabajo misionero que se adquieren a través del sacramento.

Junto a la invocación del Espíritu Santo, el momento de la unción con el Santo Crisma, constituye el momento central de la administración del Sacramento.

Al final de la celebración el obispo se encontró con los que habían sido confirmados y todos juntos posaron para una fotografía.

El domingo de la Epifanía, 6 de Enero Monseñor Eduardo comenzó las celebraciones en la Parroquia de Barillas.

Durante la homilía el obispo explicó al pueblo de Dios que el poder percibir el Misterio de la Encarnación requiere despojarse del orgullo, para asumir una actitud de profunda humildad y de entrega generosa. Solo desde esta actitud, la presencia de Cristo se hace real, como sucedió a los sabios de oriente.

La liturgia fue cuidadosamente preparada por el Padre Hugo Patzán, párroco de Santa Cruz Barillas.

La parroquia de Santa Cruz es la más numerosa de toda la Iglesia.

El domingo 6 al final de la mañana, el obispo presidió la celebración de Confirmaciones en la comunidad San Juan de Dios de El Recreo, Santa Cruz Barillas.

Esta comunidad, aunque geográficamente está ubicada en el pueblo de Barillas, hace parte de la Parroquia de la Epifanía de Nucá.

Durante la homilía el obispo se dirigió a los confirmandos, explicándoles que para poder dar testimonio de Cristo, tienen antes que tener un encuentro profundo y transformador como el que tuvieron los sabios de oriente.

Por su parte, tanto el líder como los jóvenes que fueron confirmados, expresaron su disponibilidad a vivir y trabajar como apóstoles del Señor.

El líder de la comunidad es el Hermano Birbes Alonso. Desde hace varios años ha estado trabajando en esta comunidad y ahora ha logrado que la misma se estabilice y esté en crecimiento.

El domingo 6 por la tarde, en una Iglesia totalmente llena de fieles, el obispo presidió la celebración de la Eucaristía en la parroquia de la Epifanía del Señor, en Nucá, Santa Cruz Barillas.

En esa ocasión, los hermanos estaban celebrando tres acontecimientos especialmente importantes:

1. El 33 aniversario de que iniciara la Renovación en el Espíritu Santo en la Comunidad.

2. El primer aniversario de la creación de la Parroquia.

3. La fiesta titular de la Parroquia, dedicada a la Epifanía del Señor.

Para preparar la vista, durante muchos meses se dio catequesis a un grupo de hermanos, para que pudieran recibir la Confirmación y el envío misionero.

Al final el párroco, Padre Marcos Caicedo, agradeció al obispo la visita, mientras posaba junto a los nuevos confirmados y a quienes se comprometieron a trabajar como auténticos misioneros.

El lunes 7 de enero, el obispo llegó hasta Santa Eulalia para celebrar el decanato del Centro de Huehuetenango.

El decanato abarca cuatro parroquias: Santa Eulalia, San José, que abarca las aldeas orientales del Municipio de Santa Eulalia, Nuestra Señor de Guadalupe que abarca Soloma y San Juan Ixcoy y Los Santos Arcángeles que abarca los centros pastorales de San Miguel Acatán, San Rafael La Independencia y San Sebastián Coatán.

Cada uno de los representantes de las parroquias y centros pastorales, así como de los presbíteros explicaron cuál es la situación, exponiendo logros y dificultades.

Al final el obispo respondió a las diferentes cuestiones y dio la formación preparada.

Entre los aspectos que se mostraron conflictivos y que el obispo aclaró, está el hecho de que si bien el culto a los santos es algo que hace parte de la fe católica y apostólica, por ser estos parte del Cuerpo de Cristo; la utilización de imágenes no debe rebasar los límites de símbolo o recuerdo, pero no deben convertirse en objetos de culto, porque esto es contrario a la fe.

El siete por la tarde, Monseñor Eduardo, después de varios años de no haber llegado, visitó nuevamente la comunidad de Temux Grande.

El obispo se dio cuenta de la fe y la perseverancia de los hermanos. Sin embargo también pudo observar que hace falta un poco más de dinamismo, para garantizar que se viva en plenitud la identidad de la Iglesia.

Ante esto, Monseñor señaló los lineamientos para que la presencia de la comunón esté accesible a todos los hermanos y para que la acción misionera se reactivada, como una de las prioridades de la comunidad.

El siete por la noche, el obispo llegó hasta la comdad de Cololaj, en San Rafael la Independencia.

Los hermanos habían preparado un grupo numeroso de hermanos para fueran confirmados y recibieran el envío misionero.

El obispo recordó a los hermanos los compromisos propios de quien recibe el sacramento.

Concelebró con el obispo el párroco de la zona, el Padre Luís Felipe Corimanya.

Después del envío misionero, los confirmados quisieron posar junto al obispo, para tener un recuerdo gráfico de la gracia y el compromiso que recibieron en ese día.

El martes 8 por la mañana, monseñor Eduardo llegó hasta la comunidad Coyá, en el municipio de San Miguel Acatán.

La comunidad que está perfectamente organizada, está ahora pensando en duplicarse. Dado que la casa de oración está retirada del centro urbano, los hermanos que viven en el lado opuesto de la aldea, han logrado adquirir un terreno, relativamente céntrico, en el que pronto construirán otra casa de oración, para facilitar el crecimiento de la comunidad.

Durante la homilía el obispo exhortó a los hermanos que fortalecer su trabajo misionero y a ser cuidadosos en mantener la identidad de la Iglesia, dentro la diversidad de dones y formas de expresión que el Señor va suscitando en medio de la comunidad.

El ocho por la tarde, el obispo llegó hasta la comunida de Chellá, en Jacaltenango, por primera vez.

Esta comunidad que hizo alianza hace apenas un par de años, cuenta con una casa de oración y con ocasión de la visita del obispo, se administró el sacramento de la Confirmación y el envío misionero a 6 hermanos.

A pesar de lo reciente que la comunidad se ha integrado a la Iglesia, ha logrado ya que de entre los miembros de la comunidad dos jóvenes sientan el llamado de ingresar al Seminario.

El 9 por la mañana, el obispo llegó hasta la Vega de colotenango, para tener formación con hermanos de comunidades de Colotenango, San Gaspar Ixchil, Concepción Tutuapa y San ildefonso Ixtahuacán.

Como sucede en todas las visitas del obispo, se inició escuchando la presentación que hicieron los líderes de las cuatro comunidades que conforman este centro pastoral.

El obispo dedicó también largo tiempo para dar la formación que, en esta ocasión versó acerca del origen de las Iglesias o Sedes Apostólicas, de acuerdo a la Sagrada Escritura y a algunos escritos antiguos.

El 8 al medio día, el obispo celebró la Eucaristía con los hermanos de la Comunidad de La Vega, Colotenango.

Todos, llenos de profunda fe y devoción participaron activamente y durante la homilía el obispo animó a que, durante el presente año se intensifique la profundización en la fe y el compromiso misionero.

Al final los hermanos participaron masivamente en la comunión y expresaron su disponibilidad para fortalecer su compromiso misionero.

El miércoles 8 por la tarde, Monseñor Eduardo visitó la comunidad de Arenal en San Gaspar Ixchil, para celebrar la Eucaristía con los hermanos presentes.

Debido a la situación socio-económica, que obliga a los hermanos a emigarar temporalmente a las fincas a cortar café u otros productos, todas las comunidades de esta región, se encuentran menguadas en la participación durante estos meses.

El obispo, sin embargo, les animó a que organicen a los hermanos para que aún al estar trabajando lejos, sigan practicando su vida de fe y logren dar testimonio en medio de los demás trabajadores.

Los ministros de la comunión presentaron las ofrendas para el sacrificio.

Se tuvo en la celebración recuerdo especial de los hermanos que están fuera trabajando, pidiendo que el Señor les libre de todo mal.

Al caer de la tarde, el obispo llegó por primera vez hasta la Comunidad de Papal, en las montañas occidentales de San Ildefonso Ixtahuacán.

El obispo explicó lo que significa incorporarse a la Iglesia y cómo de ahora en adelante, profesando plenamente la fe católica y apostólica, ellos están llamados también a vivir y a trabajar como lo hicieron los apóstoles.

Los hermanos, tanto adultos como niños, participaron intensamente en toda la Liturgia y en la oración.

Especialmente se tuvo presente a las dos terceras partes de la comunidad, que está actualmente ausente, dedicada a trabajos agrícolas en las zonas cálidas.

El domingo 13 por la mañana, Monseñor Eduardo presidió la celebración del Decanato del Centro de Guatemala, que abarca a las comunidades de Sacatepéquez y Guatemala.

Los representantes de las comunidades expusieron la marcha que se está teniendo. Especialmente se resaltó la multiplicación de comunidades y de miembros que se ha dado en el Municipio de San Juan Sacatepéquez.

El Padre Moisés, encargado pastoral de algunas de las comunidades, relató cuál ha sido su experiencia e hizo una evaluazión positiva de la situación general que se vive. Además exhortó a las comunidades a mantener vivo el compromiso misionero que las ha caracterizado.

El obispo analizó las diversas cuestiones que fueron planteadas por los líderes y terminó dando una formación detallada acerca de la fundación de la Iglesia de Antioquía por el Apóstol Pedro y de Roma por el Apóstol Pablo, fundamentándose totalmente en el testimonio de la Sagrada Escritura y en algunos escritos antiguos.

El domingo trece por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la Eucaristía en la Capilla del Seminario de San Lucas, para conmemorar el 84 aniversario del nacimiento de su madre, doña Anna Oestmann de Aguirre.

En la homilía, centrando el mensaje en torno a las lecturas del Bautismo del Señor, subrayó que para cada cristiano la meta es vivir una experiencia análoga a la que Jesús vivió al ser bautizado, es decir, tener la experiencia de estar lleno del Espíritu Santo y de ser hijo amado de Dios.

La celebración se caracterizó por el espíritu de armonía y unidad y en la misma participó la gran mayoría de los familiares del obispo.

El día 14 de enero al caer de la tarde, dieron inicio los Ejercicios Espirituales anuales del presbiterio de nuestra Iglesia.

A lo largo de los tres días que duró el reitor, reinó constantemente el espíritu de profunda unidad y fraternidad.

La temática central en torno a la cual giraron los Ejercicios fue: "El Misterio de la Iglesia y la identidad teológica y espiritual de la Iglesia Católica Apostólica Siro-Ortodoxa de Antioquía"

En los momentos de encuentro, se pudo notar un espíritu genuinamente fraterno, mostrando que se ha logrado superar varias di las diferencias y dificultades que de alguna manera habían afectado en el pasado.

Durante las instrucciones, además de estudiar la Eclesiología de San Ignacio de Antioquía y de profundizar en la profundidad espiritual y teológica de nuestra Liturgia, se delinearon prioridades de trabajo espiritual y pastoral en las Diferentes Vicarías.

Durante la celebración de la Eucaristía para concluir los Ejercicios, el obispo resaltó lo positivo del ambiente que se tuvo, tanto desde el punto de vista espiritual como de relación interpersonal.

Durante la Liturgia se oró intensamente por todas las comunidades, por el Patriarca Siro-ortodoxo de Antioquía, el Papa Ignacio Zaqueo I y por el Santo Sínodo.

Los diecinueve presbíteros de la Iglesia que trabajan junto al obispo, en una foto, al final de la Eucaristía.

Antes de partir, se compartió un almuerzo, para festejar la alegría y el espíritu de comunión con el que se vivió el Retiro.

También se canto el "Happy birthday", por el nacimiento de las tres Vicarías Pastorales que se formalizó a lo largo del retiro.

VICARÍA PASTORAL DE HUEHUETENANGO

Está formada por once presbíteros: Marcos Caicedo, párroco de Nucá y San Mateo Ixtatán; Marco Tulio Calderón, Párroco de Chiantla y encargado de Huehuetenango; Bernabé Mateo, Encargado pastoral de San José Quixabaj; Pedro Martínez, párroco de Cuilco: Armando Hernández, Vice-párroco de Barillas; Santos Acosta Sol, Párroco de Jacaltenango: Fredi Mux, Párroco de Santa Eulalia; Felipe Corimanya, Párroco de los Santos Arcángeles; Orlando López, Párroco de Soloma; Hugo Patzán, Párroco de Barillas y Yaider Jiménez, Encargado pastoral de San Pedro Necta y la Democracia. Están citados de izquierda a derecha.

El Consejo Presbiteral está formado por el Padre Santos Acosta como Vicario General; Pedro Martínez como Pro-Vicario y Orlando López como Secretario.

LA VICARÍA DEL NORTE:

Está formada por cinco presbíteros: Marco Tulio Calderón, Encargado pastoral de Nebaj y chajul; Bernabé Mateo, Encargado pastoral de Cunén; Denis Obando, párroco de Uspantán, Chamá Grande y la Zona Reyna; José Ángel Núñez, Párroco de Lanquín y de varios centros pastorales y Fredy González, Párroco de Cojaj, Ixcán y varias áreas de Alta Verapaz y Petén.

El Consejo Presbiteral de la Vicaría del Norte está formado así:

Vicario General, Padre Denis Obando; Pró-Vicario Padre Fredy González y Secretario, Padre Marco Tulio Calderón.

VICARIA PASTORAL DEL CENTRO:

Está formada por cinco presbíteros: Padre Gildardo Ramírez, Encargado de la Pastoral Asistencial; Francisco Simón, Co-párroco de Comalapa; Rigoberto Upún, Co-párroco de comalapa, Herberth Urrutia, Encargado pastoral de varias comunidades de la ciudad de Guatemala; Juan Moisés Mendoza, Vice-Rector del Seminario y encargado pastoral de varias comunidades.

El Consejo Presbiterial de la Vicaría del Centro está formado así: Vicario General, Padre Rigoberto Upún, Pro-Vicario, Padre Francisco Simón y Secretario, Padre Juan Moisés Mendoza.

El sábado 19 por la mañana, el obispo tuvo una reunión con el Padre Alberto y Panduro y con un representante de una de las comunidades de Los Ángeles, en la ciudad de Carson California.

El objetivo del encuentro fue dialogar acerca de la posibilidad de iniciar en el futuro próximo un pequeño monasterio en California, en el que, además, se dé la formación pertinente para los futuros presbíteros que serán monjes.

Aún encontrándonos en una fase de discernimiento y de sondear posibilidades y alternativas, el encuentro permitió avanzar en cuanto al definir genéricamente objetivos y perspectivas de búsqueda.

El 19 por la tarde, Monseñor Eduardo visitó la cabina tres de Radio Nueva Vida en Los Ángeles, California, para la transmisión del habitual programa "Creciendo en la Fe".

El obispo abordó como tema una serie de reflexiones acerca de los orígenes de la Iglesia y de la fundación de las diferentes iglesias apostólicas.

Se contó con la intervención de varios hermanos que, de Guatemala y de diferentes partes de los Estados Unidos, plantearon dudas que les fueron clarificadas por el obispo.

El 19 por la tarde, Monseñor Eduardo celebró la Eucaristía con la Comunidad Parroquial de San Miguel Arcángel en Los Ángeles, California.

Durante la homilía el obispo se centró específicamente en lo que respecta a la iniciación cristiana pues, dentro de la ceremonia se dio la iniciación cristiana al hijo del hermano Víctor, uno de los dirigentes de la parroquia.

El obispo explicó a los presentes el sentido de la Iniciación Cristiana y el compromiso que padres y padrinos asumen cuando el iniciado es un niño, pues la ceremonia se hace en base a la fe, a la pertenencia eclesial y al compromiso de estos.

La iniciación cristiana culminó con la administración de la Comunión a Víctor Sebastián, el niño que había sido bautizado y crismado.

El sábado 19 por la noche, Monseñor Eduardo llegó hasta la comunidad Restauración en el Espíritu Santo, para celebrar con los hermanos la Eucaristía.

La comunidad se mostró muy alegre porque en el último tiempo ha tenido la incorporación de varios hermanos y el fortalecimiento de quienes desde hace algún tiempo pertenencen a la comunidad.

Durante la homilía el obispo explicó la importancia de que la vida de fe se traduzca en un estilo nuevo de vida y en testimonio evangelizador para los que aún están lejos.

El domingo 20, nuestro obispo tuvo la formación con algunos de los servidores de la parroquia de San Miguel Arcángel en Los Ángeles.

El obispo dio una explicación detallada del proceso que, de acuerdo a las Escrituras y a la historia, se siguió para establecer las Iglesias Apostólicas.

Los hermanos siguieron con mucha atención la formación y, cuando lo consideraron necesario, siempre contaron con la oportunidad de presentar su dudas e interrogantes.

El 20 por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la Eucaristía con los alumnos del DETYM que habían participando en la formación.

La animación de la Liturgia estuvo a cargo del ministerio central de la parroqua.

Durante la celebración el obispo exhortó a los fieles a consolidar su compromiso misionero así como la estructuración de la parroquia, para poder superar las dificultades y situarse en un proceso de firme crecimiento.

El martes 22 por la mañana, Monseñor Eduardo llegó hasta San José Poaquil, para celebrar la Eucaristía y bendecir el predio en el que se contruirá la Iglesia Parroquial.

La celebración comenzó con una caminata que atravesó todo el pueblo.

Al llegar al lugar de la celebración, se pudo constatar la amplitud del terreno con el que se cuenta, así como el entusiasmo que tienen los hermanos responsables de la animación de la Comunidad y las Cofradías.

Durante la homilía, el obispo les explicó el sentido y fundamento de nuestra vida eclesial y animó a los hermanos a seguir trabajando con entusiasmo para resolver los problemas y afrontar los diferentes desafíos que se presentan.

El Pueblo de Dios participó en la comunión en forma masiva, lo cual es una prueba de su compromiso de fidelidad y servicio a la Iglesia.

El martes 22 inició el ciclo formativo en el Seminario.

Se decidió que se trabajaría en cuatro unidades formativas, para apoyo recíproco al crecimiento e integración en las diferentes áreas.

El grupo de los mayores está formado por alumnos del Sexto, Quinto y Cuarto años de formación.

El grupo más numeroso es el formado por los alumnos de segundo y tercer años.

Otra de las unidades formativas está formada por los alumnos de primer año. Todos se dedicaron a trabajar intensamente, para hacer sus proyectos de vida comunitarios.

Finalmente la unidad de los más jóvenes está formada por los alumnos del año de Propedéutico.

Del 23 al 26 de Enero, Monseñor Eduardo dirigió el retiro espiritual de los Seminaristas, como preparación para el inicio del ciclo lectivo 2013.

En el presente año el seminario cuenta con 50 seminaristas, distribuidos en los diferentes niveles de formación.

Dentro del reitor el obispo dirigió cinco meditaciones y cuatro instrucciones, centradas, al igual de en el retiro del presbiterio, en torno al tema del Misterio de la Iglesia y la identidad y espiritualidad de la Iglesia Católica Apostólica Siro-Ortodoxa de Antioquía.

El sábado después del medio día concluyó el retiro con la celebración de una Misa solemne.

Entre los participantes estuvo el Padre Julio quien ha iniciado el proceso de incorporación a la Iglesia, conociendo la espiritualidad e identidad que nos caracterizan.

Durante la homilía el obispo enfatizó cuáles son los objetivo fundamentales que se tienen para el presente año, a la luz de las lecturas del día.

El domingo 27 por la mañana, Monseñor Eduardo visitó la Comunidad Sagrada Familia, ubicada en Los Olivos, zona 18, de la Ciudad de Guatemala. Ésta es atendida pastoralmente por el Padre Herberth Urrutia.

Durante la homilía el obispo indicó cuál es la especificidad de nuestra misión como cristianos y como Iglesia, la cual se definió en torno a las lecturas de la Liturgia, especialmente del Evangelio de San Lucas.

Al final de la celebración, el obispo salió a la entrada de la Casa de Oración, para hacer la bendición del emblema que recientemente han colocado los hermanos de la comunidad y que indica la identidad de la Iglesia y el nombre de la comunidad.

Un buen grupo de files acompañó al obispo en la ceremonia de bendición.

Para concluir el encuentro, el Consejo de la Comunidad, compartió el desayunó con el Obispo.

El miembro más anciano de la comunidad, una hermana de 95 años que, es poetisa, declamó al obispo algunos poemas que ella ha compuesto.

El 27, hacia el medio día, el obispo presidió la celebración de la Eucaristía con la Comunidad San Gabriel Arcángel, que se reune en la zona 7 de Guatemala.

Durante la homilía el obispo subrayó la actualidad del mensaje de Jesús y la importancia de dejarnos transformar por el Espíritu Santo, para poder dar testimonio del Evangelio, como parte del Cuerpo de Cristo.

Al final de la celebración, el Padre Herberth Urrutia, encargado pastoral de la comunidad, agradeció al obispo su presencia y una hermana le presentó como obsequio un hermoso icono del Arcángel San Gabriel.

Antes de despedirse, los miembros del Consejo de la Comunidad compartieron una refacción con el oo y, finalmente posaron para la foto que está a la derecha.

El miércoles 30, al medio día, nuestro obispo, Monseñor Eduardo, presidió la solemne celebración de la Divina Liturgia de Santiago, para invocar la efusión del Espíritu Santo sobre todo el seminario, al inicio del curso.

Durante la homilía, el obispo insistió, a la luz del Evangelio leído, que los resultados que se obtengan, dependerán directamente de la actitud y del compromiso de cada seminarista. Esta reflexión la hizo a partir de la parábola del sembrador.

Mientras que se canta el Santo, santo, santo..., el obispo descubre el velo que cubre las especies presentadas y lo sacude sobre las mismas, invocando la efusión del Espíritu Santo sobre ellas.

En el momento de la fracción del pan, el cuerpo es partido de tal forma que forma una cruz, que simboliza la muerte redentora del Señor, y luego es rociado con la Sangre, para preparar luego a la comunión.

La totalidad de seminaristas se acercó a recibir la comunión, habiéndolo hecho con gran devoción y provecho.

El 30 por la noche, volvieron a celebrarse, como todos los miércoles, las vísperas solemnes en el seminario.

La vísperas fueron dedicadas para rogar especialmente para que el Señor derrame sus bendiciones sobre toda la Iglesia y el Seminario.

Al final se terminó con la bendición solemne con el Santísimo Sacramento y con el canto de las antífonas marianas.