El primero de julio por la mañana, se celebró el Decanato del Centro de Huehuetenango en la sede parroquial de Santa Eulalia, Huehuetenango.

Estuvieron presentes delegados de las cuatro parroquias que forman este Decanato: Santa Eulalia, Guadalupe de Soloma, San José Quixabaj y Santos Arcángeles de San Rafael Independencia, San Miguel Acatán y San Sebastián Coatán. Igualmente estuvieron presentes los presbíteros que atienden pastoralmente la zona: Padres Fredi Mux, Pedro González, Bernabé Mateo y Felipe Corimanya.

Se contó con la participación de más de cien delegados de las diferentes parroquias.

Además de la formación impartida por el Arzobispo, se plantearon una serie de cuestiones pastorales que afectan a las comunidades. Entre estas tuvo especial importancia la cuestión acerca de la forma de afrontar las uniones de menores, ante las nuevas leyes civiles y la forma de enfocar la planificación familiar.

El primero, después del medio día, el Arzobispo visitó la comunidad de Belén, de la Parroquia de Santa Eulalia, Huehuetenango.

Una numerosa feligresía recibió al Arzobispo con gran entusiasmo y le expresó de diferentes maneras su afecto y su fidelida, así como su disponibilidad a comprometerse en la acción pastoral.

Durante la homilía el Arzobispo subrayó la importancia de que cada miembro de las comunidades asuma con responsabilidad el renocimiento de los dones que el Señor le ha dado y que los ponga al servicio de los demás, para ayudar a la edificación de la Iglesia y para cumplir la misión que el Señor nos ha confiado.

El Arzobispo también hizo énfasis en la importancia de que todos los miembros se involucren activamente en todas las actividades que se han planficiado como parte del proyecto de impulso misionero.

El 1 de julio, al caer el día, Mor Santiago Eduardo visitó la comunidad de San Juan de Dios, de Temux Chiquito, de la Parroquia de Santa Eulalia.

El Arzobispo felicitó a los hermanos por la forma en que han crecido desde la última visita que les hiciera el Arzobispo.

Durante la homilía les animó a ponerse al servicio de todos los hermanos, no solo de los que ya son miembros de la Iglesia sino también de todos los demás, con vistas a que el amor de Dios y la fe que el Señor nos ha confiado testimoniar pueda ser compartida a los demás.

Los hermanos agradecieron la visita y se comprometieron a seguir con cuidado las recomendaciones que recibieron.

El sábado 2 de julio, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración del decanato del Nor-oriente de Huehuetenango en la sede parroquial de la Glorificación de María de Santa Cruz Barillas.

El templo parroquial, después de que le fuera instalado el piso, luce de una forma especialmente hermosa.

Se contó con la participación de unos 150 hermanos, procedentes de la parroquia de la Glorificación de María, de la Epifanía y de San Mateo Apóstol.

También participaron los padres Hugo Patzán, párroco local y José Armando Hernández. El Padre Marcos Caicedo está ausente por un tiempo, tratando de recuperarse de los quebrantos de salud.

El Arzobispo explicó detalladamente cuáles son los ebjetivos que tenemos dentro del proyecto de impulso misionero y cuál es el tipo de familia, de comunidad y de parroquia que queremos alcanzar al final de este período. Se trata de corresponder íntegramente con la realidad de las comunidades de la Iglesia Primitiva.

Los hermanos y los padres compartieron cómo están viviendo el compromiso misionero también expusieron los logros que se han tenido, entre los que están la organización de unas cinco comunidades nuevas y el ingreso de muchos miembros a las comunidades existentes.

El 2 por la tarde, el Arzobispo visitó la comunidad Nueva Jerusalén de San Mateo Ixtatán.

Los hermanos en los últimos días han terminado de colocar el piso del templo y con la celebración quisieron también dar gracias al Señor no solo por los logros materiales, sino, sobre todo, por el continuado crecimiento que están teniendo, tanto en la vida espiritual, como en el número de miembros.

El Arzobispo exhortó a los hermanos a seguir comprometiéndose en el testimonio misionero y los hermanos expresaron abiertamente la disponibilidad que tienen de trabajar para crecer en la fe y dar testimonio de ella.

El Padre Pedro González, parroco de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Soloma, invitó al Arzobispo para que, como parte de una visita pastoral a la parroquia, diera formación a los hermanos y celebrara en diferentes comunidades el envío misionero.

La visita comenzó la noche del 2 de julio con una Asamblea parroquial, en la que el Arzobispo tuvo la oportunidad de compartir por más de una hora, aspectos de lo que implica el proyecto de impulso misionero que hemos emprendido.

Los hermanos tuvieron la oportunidad de expresar su disponibilidad a comprometerse activamente en todo lo que implique el testimonio misionero.

El Arzobispo también les animó a que asuman su compromiso con una actitud profundamente fiel y perseverante, que no desmaye, hasta alcanzar los frutos y objetivos que se esperan.

El 2 por la noche, se celebró en la parroquia de Guadalupe Soloma, una vigilia de oración, que culminó con la celebración de la santa misa, presidida por el Arzobispo.

El Arzobispo presentó a los hermanos cuáles son las características que, a la luz de la palabra de Dios, debe tener el compromiso misionero y cuáles son las etapas que hemos planteado en la Arquidiócesis, para alcanzar los objetivos específicos que se esperan alcanzar.

En un ambiente de alegría, de fe y de oración, los hermanos participaron activamente y explícitamente expresaron su disponibilidad a asumir actitudes de mayor compromiso y proyección.

El domingo 3 de julio, la actividad pastoral del Arzobispo inició visitando la comunidad María Auxiliadora, ubicada en el centro urbano de San Pedro Soloma.

El Arzobispo, a la luz de las lecturas de la liturgia comparó el envío que hizo Jesús a los setenta y dos discípulos, con el envío misionero que se hace ahora a los fieles de la Arquidiócesis.

También subrayó que el único camino para alcanzar los objetivos que se tienen es estar dispuestos a crucificarse con el Señor, para compartir su vida y la fuerza del Espíritu Santo.

Después de la homilía, el Arzobispo hizo una oración sobre los fieles que estaban dispuestos a comprometerse activamente en la proyección misionera.

Al final de la mañana del día 3, Mor Santiago Eduardo visitó la comunidad d Pueblo Nuevo, de la Parroquia de Guadalupe de Soloma, Huehuetenango.

Presidió la celebración de la Misa, después de haber administrado el sacramento de la Reconciliación a quienes se acercaron a recibirlo.

Después de explicar a los hermanos lo que implica el aceptar la invitación a participar en la acción misionera, como lo hicieron los setenta y dos discípulos del Señor, hizo el envío misionero a la gran mayoría de participantes que expresaron su disponibilidad a involucrarse activamente en el proyecto.

En el convivio que se tuvo después de la misa, los hermanos expresaron la profunda alegría que tienen de ser parte de la Santa Iglesia e invitaron al Arzobispo a visitarles con frecuencia.

El domingo tres por la tarde, el Arzobispo presidió la Divina Liturgia en la sede central de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Ixlacuitz, Soloma.

El templo estaba completamente lleno y los hermanos participaron con gran devoción.

El Arzobispo hizo énfasis en que la razón primordial de su visita era el animar a los fieles a involucrarse activamente dentro del proyecto de impulso misionero que tiene la Arquidiócesis.

Después de explicar la relación que hay entre la misión que emprendimos y la que el Señor confió a los setenta y dos discípulos, el Arzobispo invitó a los hermanos que estuvieran dispuestos a comprometerse a recibir la bendición de envío misionero.

Un gran número de hermanos manifestó su disponibilidad a involucarse en la proyección misionera. El Arzobispo oró por ellos e instó al Padre Pedro a que tomando en serio la disponibilidad manifestada por los hermanos, se emprendan iniciativas que canalicen el compromiso de los hermanos.

El tres por la noche, el Arzobispo llegó hasta la comunidad de Cololaj, San Rafael la Independencia, en donde fue recibido por el Padre Felipe Corimanya y una numerosa feligresía.

La visita del Arzobispo se debía específicamente a la administración de la confirmación y el envío misionero a 21 hermanos de la comunidad.

El Arzobispo explicó la conexión directa que existe entre esta ceremonia y el compromiso misionero activo que tiene que asumir cada uno de los hermanos. Además recordó a todos los presentes que este envío no involucraba solamente a estos hermanos sino a toda la comunidad.

Los hermanos expresaron su total disponbilidad a participar activamente y el Arzobispo, después de ungir a los confirmados, oró por toda la comunidad, para que, al igual que los 72 discípulos lleven el anuncio del Evangelio a todos y en todas partes.

El cinco de julio, se celebró la reunión del Presbiterio de la Arquidiócesis de Centro Ameríca que ejerce el ministerio en las tres Vicarías de Guatemala, en el Centro de Formación de Jumaj, zona 6, de Huehuetenango.

Participaron 25 presbíteros, presididos por el arzobispo. Por razones de fuerza mayor no pudieron asistir cuatro presbíteros.

La reunión comenzó con la presentación, de parte de los Vicarios de las Vicarías Pastorales, de la forma en que está marchando el proyecto del impulso misionero en las diferentes parroquias y Centros Pastorales.

Luego el Arzobispo expuso diferentes aspectos de las perspectivas que tienen este proyecto. El énfasis lo puso en la importancia de que, al tener como meta el vivir y trabajar como lo hicieron los apóstoles y las primeras comunidades cristianas, es indispensable que el trabajo comience por cada uno de los presbíteros, tratando de cultivar una experiencia profunda y viva de relación con el Señor, para poder ser auténticos testigos del Evangelio. Luego esto tiene que implementarse en cada uno de los servidores, de las comunidades y de todos aquellos a los que se alcance a través de la acción misionera.

Seguidamente se habló de cómo afrontar el desafío pastoral que se plantea ante la legislación que restringe y regula el matrimonio de menores de edad. La conclusión fue que se debe dar a conocer el contenido de la ley, plantear el desafío que eso implica ante la cultura y la legislación canónica eclesiástica y, finalmente, el delegar a los presbíteros, junto con los consejos pastorales a buscar soluciones pastorales adecuadas para los casos concretos, con tal que se evite caer en cualquier tipo de ilegalidad o simulación, quedando claro que, mientras no se contraiga matrimonio civil, no es posible la celebración del matrimonio sacramental eclesiástico.

Respecto a los seguros presbiterales, se conversó que, dado que no se cuenta con alternativas, en las diferentes Vicarías se pueden crear fondos solidarios que ayuden a cubrir emergencias de los presbíteros.

En cuanto a la visita de Su Santidad el Patriarca, se estableció que después de que el Arzobispo se encuentre con él, con ocasión del Sínodo de la Iglesia y se fije la fecha exacta de la visita, se organizarán comisiones específicas, para planificar todos los aspectos relaciones con la misma.

El Arzobispo presentó los trabajos que se han avanzado con respecto al Sacramentario de la Arquidiócesis. Los presbíteros consideraron que es muy positiva la amplia introducción que está prevista y se comprometieron a hacer las observaciones que consideren pertinentes.

Finalmente se trataron aspectos relacionados con algunos presbíteros y el seminario. Se determinó que antes de aceptar a candidatos provenientes de parroquias de la Arquidiócesis, se deberá contar con el visto bueno de los respectivos párrocos. Además se habló del cuidado que se tiene que mantener con el proceso de formación. El Arzobispo, por su parte, explicó el cuidado que se está teniendo para evitar cualquier ambiguedad y para dar una formación acorde a las exigencias de la vocación ministerial.

El sábado 9 de julio, el Arzobispo visitó la comunidad de El Pescador, de la parroquia de San Miguel Arcángel, Los Ángeles, California.

Una de las novedades de la comunidad es que han logrado tramitar toda la papelería para ser reconocidos como una organización sin fines de lucro en el Estado de California y, además de la comunidad, por internet, han iniciado una radio con el nombre de Ministerio el Pescador y una página de internet, para dar a conocer el ministeri.

El Hermano León Velásquez, coordinador y fundador del ministerio, tuvo un encuentro con el Arzobispo, para explicarle la forma en la que están llevando a cabo el trabajo pastoral.

Durante la homilía el Arzobispo animó a los hermanos a abrirse a la experiencia de la presencia del Señor en la vida de cada quien, que es lo que dar la experiencia de ser purificado y el sentido de la misión.

El sábado 9 por la nocher, Mor Santiago Eduardo visitó la comunidad central de la parroquia de San Miguel Arcángel, de Los Ángeles, California.

Durante la celebración de la Divina Liturgia, recordó a los hermanos, a la luz de la lectura bíblica que, si en el Antiguo Testamento, el profeta Isaías fue purificado por un tizón encendido, en el Nuevo Testamento, cada cristiano es purificado por el mismo Espíritu Santo y en ese don y purificación está el centro de la Liturgia Cristiana, especialmente de la Misa.

Ademá, hizo énfasis que como para el profeta el resultado de esa purificación fue el encargo profético, para cada cristiano el resultado de la purificación es el trabajo misionero.

Los hermanos expresaron su disponibilidad a trabajar con mayor intensidad en el impulso misionero, tratando de dar a conocer la comunidad y de animar a que se participe en ella.

El sábado 9, dentro del marco de una vigilia que celebraba la comunidad de Adoradores de Cristo, Rey, los visitó el Arzobispo, para celebrar con ellos la Divina Liturgia.

Durante la homilía hizo énfasis en que, por el don del Espíritu Santo el Reino de Dios ha llegado hasta nosotros y que ese misterio se actualiza y fortalece en la celebración litúrgica. Como consecuencia de este misterio redentor, cada cristiano está llamado a convertirse en testigo y manifestación visible del misterio del Dios invisible.

Esto genera un compromiso de proyección misionera y de misericordia, similar al que Jesús tuvo hacia los últimos, los postergados y los que están abandonados, lo cual se plasma en la explicación del buen samaritano, que personifica el amor que Dios tiene y que cada cristiano debe tener hacia los demás.

Además, animó a los hermanos a seguir trabajando con mayor entusiasmo y a proyectarse hacia aquellos que aún no han vivido la experiencia de conversión.

El domingo 10 por la mañana, el Arzobispo presidió la celebración de la Misa, para los servidores de las comunidades de la parroquia de San Miguel Arcángel.

La homilía se centró en torno al ejemplo del buen samaritano. Mor Santiago Eduardo explicó que éste ejemplo se aplica en primer lugar al amor que Dios tiene hacia la humanidad. A diferencia del sacerdote que está centrado a los ritos y al levita y el maestro de la ley, que se centran en el conocimiento de la Sagrada Escritura, el amor de Dios se dirige hacia el que está caído y es víctima de toda clase de sufrimientos, para levantarlo de donde se encuentre y para darle la sanidad.

Este misterio se concretiza en la encarnación, muerte y resurrección del Señor, que es lo que hace que el amor de Dios se haga accesible a la humanidad.

Como resultado de este misterio, el creyente es transformado y sanado y se convierte, por la fe, en presencia viva del mismo Señor y está llamado a imitar en su vida y en sus actitudes hacia los demás el mismo misterio de misericordia y de amor que Dios tiene hacia cada ser humano.

Como consecuencia el Arzobispo invitó a los hermanos a profundizar en su compromiso de fe, a dejarse sanar y transformar por el Señor y a imitarlo en su relación con los demás.

La formación a los servidores que impartió el Arzobispo fue la profundización en algunos aspectos característicos de la Iglesia primitiva, que tienen que inspirar el compromiso que se asuma y la meta hacia la que se tienda en la vida de cada una de las comunidades.

El tema específico que se abordó fue el de conservar la enseñanza de los apóstoles.

El arzobispo hizo énfasis que el fundamento es la fidelidad a la Sagrada Escritura, pero eso solo constituye una pequeña parte de la totalidad. Otra pequeña parte viene de la fidelidad a la doctrina. Otra parte viene de la comunión apostólica que, en nuestro caso tiene la bendición de referirse a la mismísima sede del apóstol San Pedro, el príncipe de los apóstoles y quien estableció y fue el primer obispo de Antioquía, hasta que en el año 67 fue llevado a Roma para dar testimonio de su fe y morir mártir en esa ciudad.

Sin embargo, la mayor parte de la fidelidad a la enseñanza de los apóstoles es vivir y trabajar como ellos lo hicieron. Eso implica el abrirse a la acción del Espíritu Santo en la vida, especialmente a través de la frecuencia sacramental, que fue lo que hizo que los apóstoles pudieran exclamar que habían visto y oído al Señor mismo y les dió la entereza para ser fieles hasta el final y llevar el Evangelio hasta los confines del mundo.

Hacia el medio día, se llevó a cabo una reunión de servidores de las comunidades de la parroquia, para evaluar la marcha de la misma.

Ante todo, se constató de que, en general, ha faltado una proyección misionera. Se ha limitado a orar, ayunar y hacer otras actividades dentro de las comunidades, pero no ha habido una clara proyección.

Se determinó que cada venida del Arzobispo se celebrará una reunión similar, para evaluar el trabajo y, para lo mismo, se delegó a algunos hermanos para que insistan en que haya representantes de todas las comunidades.

Se habló de que dos ámbitos en los que se tratará de insistir en el presente mes será el organizar la pastoral infantil y juvenil. Se vio que hace falta liderazgo y se invitó a que se trate de buscar, en la oración y el diálogo, hermanos que puedan hacerse cargo de este ministerio.

La reunión transcurrió en un ambiente de franqueza y esperanza y se espera que con la continuidad de las mismas, se tenga el impulso necesario para avanzar en el crecimiento de las comunidades, su multiplicación y consolidación.

El viernes 15, el Arzobispo visitó la comunidad Unción del Espíritu Santo, de Santiago Atitlán, Sololá.

Los hermanos participaron con gran devoción. La celebración inició con la administración del Sacramento de la Reconciliación en el cual participó la mayoría de los hermanos.

Durante la homilía, Mor Santiago Eduardo hizo énfasis en la importancia de asumir con seriedad la relación con el Señor, para lograr que se tenga un verdadero crecimiento en la vida espiritual.

Los hermanos están organizándose activamente, para asumir los compromisos inherentes al año de la misión.

El Arzobispo también afrontó con los hermanos asuntos pastorales, referentes a los registros de los sacramentos, pues esta comunidad es la depositaria de los libros que se llevan en la parroquia del Espíritu Santo.

Al caer del día quince, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Pentecostés, ubicada en el centro de la población de Santiago Atitlán.

En ocasión del Arzobispo, dos niños recibieron los sacramentos de la iniciación cristiana.

Antes de la celebración, el Arzobispo tuvo una breve reunión con los líderes de la comunidad, para animarles a realizar un trabajo de unidad con las demás comunidades y para buscar caminos por los cuales se actualicen todos los registros de los sacramentos, que no están al día.

El Arzobispo animó a los hermanos a intensificar su compromiso misionero, dado que la tarea que tenemos es la de llevar la Buena Noticia a todas las personas.

El sábado 16 por la mañana, el arzobispo hizo viaje desde Guatemala, para hacer una breve visita pastoral a las comunidades de El Salvador.

La visita inición con una Asamblea de formación y diálogo con delegados y servidores de las comunidades que tienen como centro la población de Guaymango, del departamento de Ahuachapán.

A la asamblea asistieron un centenar de hermanos, los cuales participaron con gran interés y al final de la formación que el Arzobispo impartió, los hermanos ruvieron la posibiliedad de plantear algunas dudas y cuestiones, a las que el Arzobispo respondió ampliamente.

Los hermanos expresaron su alegría y gratitud, pues es la primera vez que se realiza una actividad de este tipo en esta comunidad.

En toda la visita, el arzobispo etuvo acompañado por el Padre Juan Moisés Mendoza, encargado de las misiones de El Salvador.

Antes del medio día el Arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, con los miembros de las comunidades de Guaymango, que pudieron asistir. Muchos estaban aún trabajando y no pudieron llegar.

La celebración comenzó con la administración del Sacramento de la Reconciliación, para quienes le quisieron recibir.

Dentro de la celebración de la liturgia, también se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a un niño y se confirmó y dio el envío misionero a un joven.

Una hermana fue instituida ministra de la comunión y su trabajo específico será el llevar la comunión a los enfermos y a quienes se encuentran confinados en sus hogares.

También se dio una bendición especial al equipo de intercesión.

Los hermanos participaron con gran provecho, estuvieron muy contentos de la celebración y el arzobispo les animó a seguir trabajando con entusiasmo, para cumplir a cabalidad la misión que el Señor nos ha confiado.

El sábado 16 por la tarde, representantes de las diferentes comunidades que tienen como centro de reuniones el municipio de Ahuachapán, El Salvador, se reunieron en el templo del Barrio El Diamante, para participar en la formación que impartió el arzobispo y que consistió prácticamente en una asamblea.

Participaron unos 200 hermanos.

Durante la formación el Arzobispo delineó cuáles son las características del modelo de familia, comunidad y parroquia que queremos alcanzar al final del año del impulso misionero. Básicamente se trata de hacer vivo en medio de todos, el modelo de comunidad que vivieron los primeros cristianos, de acuerdo al texto del capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles.

El Padre Moisés y los líderes de la comunidad expresaron su alegría por la visita y agradecieron la presencia del arzobispo, manifestando que esperan que tales iniciativas se puedan repetir con cierta regularidad.

Al caer del día 16, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia en el templo de la comunidad de El Diamante, de Ahuachapán.

La celebración comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes necesitaron recibirla.

Durante la homilía el arzobispo hizo énfasis en la importancia de reconocer que todos los dones que se tienen están dados por Dios, para ponerlos al servicio de los demás, con una actitud de humildad y sincero servicio, a ejemplo de lo que el Señor ha hecho con nosotros.

Dentro de este compromiso por compartir, ocupa un lugar especialmente importante el compartir la fe con los demás, por lo que la dimensión misionera es vital en la vida de todo cristiano.

Los hermanos agradecieron profundamente la visita y expresaron su alegría por la vivencia que tienen como parte de la Santa Iglesia SiroOrtodoxa de Antioquía.

El domingo 17 por la mañana, el Arzobispo presidio la celebración de la Divina Liturgia con los hermanos de la comunidad Sagrada Familia, ubicada en Los Olivos, zona 18 de la Ciudad de Guatemala y a cargo pastoralmente del Padre Herberth Urrutia.

Durante la homilía el arzobispo hizo énfasis, en torno a las lecturas leídas, en lal importancia de preparar el corazón para acoger al mismo Señor en la vida del creyente, de manera que seamos efectiva y experiencialmente constituidos en santuarios vivos en donde Dios habita y podamos dar testimonio del Señor.

La comunidad agradeció la visita del Arzobispo y manifestó su deseo de ser visitada con cierta frecuencia, para poder identificarse con más profundidad con toda la vida y el sentir de la Arquidiócesis.

Al final de la mañana del domingo 17, en un gimnasio de la zona 7 de la Ciudad de Guatemala, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Liturgia con los hermanos de la Comunidad de San Gabriel Arcángel, también atendida pastoralmente por el Padre Herberth Urrutia.

En la celebración también hubo delegados de las comunidades de la zona 6 y de las Charcas, zona 11, ambas de la Ciudad de Guatemala.

Durante la homilía el Arzobispo hizo énfasis en las actitudes necesarias para poder recibir al Señor en el corazón: a ejemplo de María, la oyente de la Palabra, se necesita estar en actitud de escucha, para recibir al Señor y estar capacitado para la acción y el testimonio, de manera adecuada y coherente.

Al final de la celebración el Doctor Ramazzini, representante de la comunidad de zona 6, dirigió unas palabras de agradecimiento por la visita, al igual que el Padre Herberth.

El domingo, después del medio día, en la zona 7 de Guatemala, el Arzobispo tuvo una conferencia y luego respondió a preguntas formuladas por los servidores y delegados de las comunidades de la Ciudad de Guatemala, que están bajo el cuidado pastoral el Padre Herberth Urrutia.

La formación giró en torno a las metas que tenemos como Arquidiócesis, dentro del marco del año del impulso misionero. Se trata de buscar los medios para lograr que cada familia, comunidad y parroquia, refleje la realidad de las comunidades apostólicas, comprendidas correctamente y desde la realidad en que se vive cultural y socialmente en la actualidad.

En las preguntas se abordó la cuestión de la historia de la Iglesia, los fundamentos apostólicos y otra serie de elementos que comunmente no son bien conocidos en el occidente.

Todo el encuentro transcurrió en una atmósfera de profundida espiritual, comunión, y gran interés.

El domingo por la tarde, el arzobispo se encontró, en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez, con los miembros del consejo pastoral del área de San Juan Sacatepéquez.

La finalidad del encuentro fue dialogar sobre la posibilidad de contar con la presencia permanente de un presbítero en su área, dialogando sobre los compromisos que las comunidades están dispuestas a asumir.

Los hermanos se mostraron muy entusiasmados y con mucha esperanza, porque esperan que la presencia de un presbítero les permita consolidarse y crecer.

Se llegó a conclusiones muy positivas que auguran a que en un futuro próximo, se pueda contar con la presencia de un presbítero a tiempo completo, en la zona.

El lunes 18, el arzobispo dirigió el retiro de los seminaristas en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

Dentro del plan de formación, se tienen previstos tres retiros de un día, además del retiro inicial del comienzo del año.

El tema del retiro fue el Encuentro personal y continuo con el Señor y los frutos que este encuentro produce: la paz, la alegría y el amor auténtico.

Los seminaristas, a pesar del corto tiempo participaron con mucha seriedad y entusiasmo y se espera que el mismo pueda dar frutos abundantes.

Del 23 al 31 de julio, los seminaristas gozarán de las vacaciones del medio año, las cuales, tendrán también que ser tiempo de pastoral vocacional, para promover vocaciones para el año 2017 y darles la preparación y el seguimiento necesarios.

El 22 por la tarde, Mor Santiago Eduardo visitó la comunidad de Monrovia, en San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango.

Se trató de la celebración de la fiesta de Santa María Magdalena.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la Reconciliación para todos los que consideraron que necesitaban acudir a él.

Durante la homilía el Arzobispo presentó la figura de María Magdalena, como el modelo de lo que el Señor quiere realizar con cada persona. No importa el pasado ni los muchos pecados que se puedan tener. Cuando, ante el encuentro con el Señor se cree, se vive la experiencia de conversión y se entrega el corazón al Señor, Él acepta la entrega y confía la misión de proclamar el Evangelio, como fue el caso de esta santa que, es llamada por los Padres de la Iglesia, como apóstol de los apóstoles, por haber sido la primera que dio testimonio de la resurrección ante los apóstoles.

El Arzobispo animó a los hermanos a fortalecer la experiencia de conversión y a vivir con radicalidad la misión de dar testimonio de que Cristo está vivo y presente en medio de todos.