El sábado 23 por la mañana, el Arzobispo impartió formación para los líderes y servidores de las comunidades de Santa Bárbara, Huehuetenango.

Se contó con una numerosa asistencia de hermanos, que participaron en la formación con mucho interés y, al final también hicieron algunas preguntas.

En esta zona pastoral, a cargo directo del Arzobispo, están ejerciendo la pastoral los seminaristas José Luís y Matías.

Al final de la formación los líderes de las comunidades hicieron una presentación de la situación de las comunidades y los seminaristas también presentaron los proyectos pastorales que tienen.

En general se ha notado un cierto crecimiento en varias de las comunidades y existe el deseo de renovar el compromiso, para que se pueda impulsar mejor la misión.

Al final de la mañana del día 23, el Arzbispo presidió la Liturgia con los hermanos de la Comunidad de Chicol, Santa Bárbara, Huehuetenango.

La celebración comenzó con la administración del Sacramento de la Reconciliación a quienes sintieron la necesidad y se acercaron a recibirlo.

Dentro del marco de la celebración, se dio la bendición a tres lectoras de la comunidad, con lo cual dio inicio el grupo de lectores, que servirán en la Liturgia de la Comunidad.

También se realizó la presentación de un niño y la bendición de su madre. El niño estaba cumpliendo cuarenda días.

El Arzobispo exhortó a los hermanos a comprometerse con mayor intensidad en la vida espiritual y en el testimonio misionero, como parte de la vocación que compartimos.

El 23 por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó a la Comunidad de Canjá, Santa Bárbara, Huehuetenango.

Un buen número de fieles participó en la celebración de La Liturgia.

Se comenzó administrando el Sacramento de la Reconciliación a quienes lo necesitaban.

Dentro del marco de la celebración cuatro jóvenes hicieron la comunión solemne.

En la homilía el Arzobispo hizo énfais en el papel que juega el sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, dentro de la vida cristiana: Se trata del corazón de la misa y es lo que garantiza la presencia viva del Señor en medio de la Iglesia y la continuada efusión del Espíritu Santo.

Al caer del sábado 23, el arzobispo visitó la comunidad de Tojchiquel, del Municipio de Santa Bárbara, Huehuetenango.

Esta pequeña comunidad, hace un gran esfuerzo para ir caminando y trata de salir adelante, en medio de sus limitaciones y de la extrema pobreza.

Dos niños hicieron la comunión solemne, con lo cual se culminó el proceso de formación catequética que habían comenzado tiempo anterior los responsables de la comunidad.

El arzobispo animó a los hermanos a seguir luchando en la consolidación de la comunidad y en tratar de dar testimonio misionero por todos los medios posibles.

El domingo 24, Mor Santiago comenzó la actividad pastoral, visitando el Centro Pastoral San Ignacio de Antioquía, que tiene comunidades de Colotenango, San Gaspar Ixchil, de Huehuetenango y Concepción Tutuapa y San Migue Ixtahuacán de San Marcos.

Asistió un numeroso grupo de líderes y servidores, para participar en la formación que dio el Arzobispo. Al final de la misma, los líderes y el padre José Raúl López dieron un informe de la marcha del Centro Pastoral.

En varias de las comunidades se ha notado un sostenido crecimiento. Una de las comunidades que había pasado por una fuerte crisis la ha logrado superar y actualmente está en crecimiento.

El Arzobispo animó a los hermanos a seguir comprometidos en el trabajo que están realizando y a fortalecer el compromiso misionero en donde no se ha notado crecimiento.

El tema final fue la cuestión de la creación de la parroquia. El arzobispo animó a los hermanos a dar los pasos necesarios para que esto pueda realizarse en un futuro próximo.

El 24, antes del medio día, el Arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia con los hermanos de la Comunidad de La Vega de Colotenango.

Durante la homilía animó a los hermanos a comprometerse activamente en vivir la vida en el Espíritu Santo, para permitir que el Señor vaya dirigiendo la vida de cada quien y, de esa manera, se pueda ser signo de la presencia de Dios en medio del pueblo y ser testigos del Evangelio.

Los hermanos participaron con profunda devoción y reafirmaron su compromiso de seguir trabajando en la propia conversión y en el testimonio del Evangelio.

El 24 por la tarde, el arzobispo llegó hasta la pequeña comunidad que se congrega en la Aldea Ical, del Municipio de Colotenango de Huehuetenango.

Esta comunidad está formada por hermanos que viven en situaciones muy precarias. La mayor parte de hermanos logran subsistir a través del trabajo que hacen en las fincas de tierra caliente, en ciertas épocas del año.

Sin embargo los hermanos están creciendo. Recientemente se han incorporado tres familias. Se encuentran también muy animados por todos los signos de bendición que han experimentado y están dispuestos a seguir profundizando en la vida en el Espíritu Santo, para ser transformados por el Señor y capacitarse cada vez más, para dar testimonio del Evangelio en todos los lugares a donde se dirijan.

El jueves 28, Mor Santiago Eduardo visitó la comunidad de Pajome, Santa Cruz la Laguna, Sololá.

Administró el Sancramento de la Reconciliación y presidió la celebración de la Divina Liturgia.

Durante la homilía, el Arzobispo recordó a los hermanos que, al igual que sucedió con los profetas, es necesario que, desde la fe, estemos dispuestos a dejarnos transformar por el Señor, para poder ser instrumentos útiles en sus manos y ser capaces de cumplir la misión para la que el Señor nos ha elegido.

Animó a los hermanos a profundizar cada vez más en la vida y compromiso cristianos.

Al caer del día 28, el arzobispo visitó la comunidad de Chuitzanchaj, de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

La visita comenzó con un diálogo con los dirigentes, acerca de los preparativos que han iniciado, para celebrar el sábado 24 el aniversario de la Alianza, es decir de cuando la comunidad se incorporó a la Santa Iglesia.

Seguidamente se administró el Sacramento de la Reconciliación a quienes tuvieron necesidad de acudir a recibir el sacramento con devoción.

Dentro de la homilía, a la luz de las lecturas, el arzobispo se refirió al ejemplo puesto por el profeta Jeremías, respecto al hecho de que cada cristiano debe ser como el barro y dejarse modelar por el Señor, que es el alfarero. De esta forma, dijo, será posible que el Señor excluya todo lo negativo que tengamos y que haga que lo bueno sea incrementado y renovado constantemente.

El viernes 29, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración del Decanato del Sur-Occidente de Huehuetenango, celebrado en la sede parroquial de Cuilco.

Se contó con una muy numerosa participación de hermanos, provenientes de la mayoría de los seis sectores de la parroquia.

El Arzobispo impartió la formación que estaba prevista y los hermanos siguieron con gran atención la misma, comprometiéndose al final a intensificar su compromiso y su trabajo en vivir la vida en el Espíritu Santo y en dar testimonio.

Durante la presentación hecha por los dirigentes de los diferentes sectores y por el párroco, Padre Pedro Martínez, se habló de una serie de logros, aunque también se señalaron algunas deficiencias, que serán superadas.

El Arzobispo exhortó a los hermanos a comprometerse con intensidad en el trabajo misionero y en la renovación de las comunidades, teniendo como eje de todo el proceso la vivencia de un amor intenso, como fruto de la presencia del Espíritu Santo.

El viernes 29, antes del medio día, el Arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia en la sede de la Parroquia de la Inspiración del Espíritu Santo, de Cuilco, Huehuetenango.

Dentro del marco de la celebración se administraron los sacramentos de la Iniciación Cristiana a dos niños: Mayté y Wilson, hijos de familias de miembros de la parroquia.

Durante la homilía el Arzobispo insistió en que los sacramentos de la iniciación cristiana nos introducen dentro de la vida del mismo Dios y eso tiene que llevar a dejar que el amor de Dios ilumine y oriente toda la vida. Especialmente los padres y padrinos, tienen que vivir esta dimensión, para poder dar testimonio e impulsar el crecimiento espiritual de los niños.

A pesar del día y la hora, se contó con una numerosa participación de fieles a la celebración, que se celebró en un contexto de profunda espiritualidad.

El 29 por la tarde el Arzobispo llegó hasta la cima de las montañas que rodean el municipio de Cuilco, habiendo entrado en el Municipio de Concepción Tutuapa, del Departamento de San Marcos.

La primera etapa de la visita fue la bendición del templo que están en proceso de terminar de construir los hermanos de la nueva comunidad del cantón Nueva Reforma, de Concepción Tutuapa, San Marcos.

Esta nueva comunidad ha experimentado un fuerte crecimiento y está muy entusiasmada, a pesar de haber iniciado hace poco más de un año.

El Arzobispo invocó la efusión del Espíritu Santo para bendecir tanto al templo como a la nueva comunidad y animó a los hermanos a seguir trabajando con el mismo entusiasmo con el que lo han hech hasta ahora.

El 29, después de bendecir el templo, el Arzobispo presidió la celebración de la Santa Misa con los hermanos de la comunidad de la Nueva Reforma, Concepción Tutuapa, San Marcos.

Dentro de la celebración, se hizo la recepción de 12 nuevos hermanos que se han convertido y se están incorporando a la comunidad.

Durante la homilía el Arzobispo animó a los hermanos a dejarse llenar por la fuerza del Espíritu Santo, que es derramado en nuestros corazones, cuando con corazón fiel confesamos nuestra fe en Jesucristo como el Mesías, el Hijo del Dios vivo.

Los hermanos expresaron su gratitud al Arzobispo por haber realizado la primera visita a la comunidad y reafirmaron su compromiso de seguir trabajando con fidelidad y entusiasmo en llevar el Evangelio a todos los que aún no han renovado su vida.

El vernes 29, al caer del día, el Arzobispo visitó la comunidad de Huispache, en el Municipio de Concepción Tutuapa, del Departamento de San Marcos.

Los hermanos han terminado la construcción de un templo bastante grande y fue la primera vez en que el Arzobispo celebró la Santa Misa en el mismo.

Durante la homilía, felicitó a los hermanos por la hermosa construcción que han hecho y les animó a que, ahora intensifiquen su compromiso en tratar de que la vida espiritual y de comunión con el Señor se intensifique, al igual que el compromiso por tratar de dar testimonio del Evangelio.

Los hermanos agradecieron al Arzobispo su presencia y manifestaron su deseo de que, en un futuro próximo, pueda visitarles de nuevo.

El sábado 30 por la mañana, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Asamblea-Decanato del Sur de Huehuetenango, en el Centro de Formación de Jumaj, zona 6 de Huehuetenango.

Participó un número grande de hermanos, provenientes de todas las parroquias, centros pastorales y capellanías que se reúnen en torno a esta Asamblea.

Estuvieron presentes también cuatro de los presbíteros que trabajan pastoralmente en esta área: los padres Santos Acosta, Pedro Martínez, José Raúl López y José Manuel Castro.

El Arzobispo explicó cuál es la dirección en la cual se está tratando de impulsar la misión, en base a la realidad que vivió la comunida apostólica.

Los hermanos expresaron su agradecimiento por la formación recibida y se comprometieron a renovar su compromiso misionero y de profundización espiritual en todas las comunidades.

El sábado 30, al caer del día, el Arzobispo llegó hasta la comunidad de El Rodeo, Malacatancito, Huehuetenango.

La visita del Arzobispo comenzó con la administración del sacramento de la Reconciliación a todos los hermanos que se sintieron llamados a acudir al mismo.

Durante la homilía el Arzobispo hizo énfasis en el mandato misionero que el Señor ha dado a todos los creyentes y en los desafíos que implica la aceptación de la misión, pues requiere la renuncia a sí mismo y la prontitud para aceptar todos los desafíos y dificultades que conlleva el ser auténtico discípulo del Señor.

Los hermanos, por medio del líder, el Hermano Juan Juventino, expresaron al Arzobispo el agradecimiento por la animación que les da y manifestaron su prontitud a trabajar con mayor intensidad en vivir plenamente el cristianismo y en dar testimonio del Evangelio en todas partes.

El dominto 31, el Arzobispo comenzó la actividad pastoral visitando la comunidad de Todos Santos Cuchumatanes, del Departamento de Huehuetenango.

La visita comenzó con la administración del Sacramento de la Reconciliación.

Durante la homilía el Arzobispo hizo énfasis en el carácter efímero y pasajero que tienen todos los éxitos y bienes del mundo y en la importancia de entregarse plenamente al Señor, para poder participar de las promesas que Él ha hecho. Señaló que la entrega al Señor genera una serie de actitudes y compromisos concretos: se trata de renunciar a la propia voluntad, para seguir la voluntad del Señor. También es necesario superar cualquier clase de discriminación, para reconocer en la valoración y el trato interpersonal la igualdad fundamental que se establece entre todos los seres humanos, por la fe y el seguimiento del Señor.

Los hermanos pidieron al Arzobispo que les apoye a través de formaciones específicas, para organizarse con mayor provecho y poder cumplir más eficazmente la misión que se tiene. Se estableció que, con la ayuda de Dios, cada tres meses, además de la visita, se tendrá una formación específica.

El domingo 31 al medio día, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de El Carbonero, en el Municipio de Santa Bárbara, Huehuetenango.

Los hermanos habían preparado la administración de los sacramentos de la iniciación cristiana a cinco niñas, hijas de miembros de la comunidad.

Durante la homilía el Arzobispo hizo énfasis en los compromisos que se generan con la recepción de los sacramentos de la iniciación cristiana, de parte de los padres y los padrinos.

También aprovechó la ocasión para animar a los hermanos a que, quienes aún no han concretizado la celebración del sacramento del matrimonio, se preparen, para que en un futuro próximo puedan celebrarse matrimonios en misión, para todos los que estando unidos, no han recibido la bendición sacramental.

Los hermanos agradecieron la visita y expresaron su prontitud a prepararse y también a cumplir con mayor entusiasmo la misión evangelizadora.