El domingo 24 por la tarde, en la residencia de la familia Carías, miembros de nuestra Iglesia y grandes bienhechores del Padre Gildardo Ramírez, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia en sufragio del Padre Gildardo, por cumplir cuarenta días de fallecido.

En la homilía, el arzobispo habló acerca del sentido de la vida y de la muerte para el cristiano, así como de la profunda bendición que implica el ser elegidos por el Señor para servirle en el ministerio ordenado.

También fue explicado el sentido de la comunión de los santos y del porqué de las misas de sufragio por los fieles difuntos.

El lunes 25, el arzobispo presidió la celebración de la solemne Divina Liturgia de Navidad en la catedral de San Juan Bautista, Comalapa.

La Catedral se encontraba totalmente abarrotada de feligreses. Concelebró con el arzobispo el padre Francisco Simón.

Durante la homilía, el arzobispo recordó que el sentido cristiano de la Navidad no consiste simplemente en recordar un evento del pasado sino en abrir el corazón y la vida, para que, a través de los sacramentos y la efusión del Espíritu Santo, el Señor nazca en el corazón del creyente.

Al final de la celebración, el arzobispo se entretuvo por largo tiempo, compartiendo los saludos de Navidad con numerosos hermanos.

El lunes 25 hacia el mediodía, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de San José Poaquil, Chimaltenango, en donde los miembros de la comunidad local le esperaban, para la celebración de la Divina Liturgia de Navidad.

El arzobispo animó a los hermanos a vivir el misterio de la Navidad con una actitud plenamente cristiana, es decir, abriendo el corazón, para que el Señor Resucitada se hiciera presente en la vida de cada uno de los fieles y tratando de trabajar intensamente, para que el misterio de Navidad alcanzara a todos los que, después de tanto tiempo, aún no han recibido a Cristo en su corazón.

El martes 26, el arzobispo inició la visita pastoral al Decanato del oriente de El Quiché, visitando la comunidad de las Anonas, del Centro Pastoral de Chicamán.

Estaba presente, además de numerosos fieles, el padre Julio Ortiz, encargado pastoral de este Centro.

Con ocasión de la visita del Arzobispo, se administró la confirmación y el envío misionero a un grupo de jóvenes que habían sido cuidadosamente preparados para tal acontecimiento.

El arzobispo animó a los hermanos que recibían la confirmación y a todos los fieles a dejar que el Espíritu Santo modelara sus vidas, para poder vivir y trabajar como lo hicieron los apóstoles después del día de Pentecostés.

El martes 26, después del mediodía, se celebró el decanato del oriente de El Quiché, en la sede parroquial de la parroquia de la Santísima Trinidad, El Quiché.

Se contó con la participación de los padres Óscar Guardado, párroco local y Julio Ortiz, así como de numerosos delegados de la parroquia local y de los Centros Pastorales de Chicamán y de la Zona Reyna. No estuvieron presentes los delegados de la Parroquia de la Natividad del Señor, de Chamá Grande.

El arzobispo impartió la formación a los hermanos, sobre el Sentido del Evangelio y del Reino de Dios y el testimonio cristiano.
Los hermanos participaron en la formación con gran atención.

Al final, los delegados presentaron un informe de la marcha de sus comunidades y centros pastorales. En general se nota alegría, crecimiento y dedicación.

El martes 26 por la tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Jacubí, de la parroquia de la Santísima Trinidad, de Uspantán.

Durante la homilía el arzobispo recordó a los hermanos que el misterio de la Navidad, para nosotros no es un mero recuerdo sino una verdadera celebración de un hecho que, a través de la vida sacramental se hace presente en la vida de cada cristiano.

También exhortó a los hermanos a que la presencia de Cristo vivo en cada quien, les impulse a trabajar incansablemente en el anuncio del Evangelio.

El 26 por la noche, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de San Lucas, del municipio de Uspantán.

Los hermanos han logrado terminar la construcción del primer piso del edificio comunitario que, aunque actualmente se utiliza como templo, servirá como salón de catequesis cuando se tenga la oportunidad de construir el segundo piso que está a nivel de la carretera y será propiamente el templo.

El arzobispo felicitó a los hermanos por el compromiso con el que ha trabajado y les animó a seguir profundizando en la conversión y en el compromiso evangelizador.

El miércoles 27, por la mañana, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Salquilito, Nebaj, en donde se habían dado cita delegados de las diferentes comunidades de Nebaj y San Juan Cotzal, para participar en el decanato. También estaba presente el padre Paulino Bizarro, encargado pastoral de este centro pastoral.

El arzobispo impartió la formación, haciendo énfasis en la urgencia de asumir una actitud de mayor conversión y compromiso misionero.

Los hermanos informaron acerca de la marcha de las comunidades. Se están dando un lento pero sostenido crecimiento.

El 27, después de mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad central de la aldea Xepiún de Nebaj, El Quiché.

La razón principal de la visita fue realizar la bendición del nuevo templo que han logrado construir los hermanos.

Durante la homilía el arzobispo felicitó a los hermanos por sus logros y les animó a trabajar con mayor intensidad, tanto en la conversión personal como en el compromiso misionero.

Se realizó con simplicidad la bendición del nuevo templo y se oró por todas las personas que, con su ayuda material y humana hicieron posible la construcción.

El miércoles 27 por la tarde, el arzobispo realizó una visita a la comunidad de Xoloché, Nebaj, El Quiché.

Durante la homilía el arzobispo hizo énfasis en la urgente necesidad de que cada uno de los servidores, reconociéndose débiles y pecados, sin embargo, hagan un compromiso efectivo de conversión, para que la gracia de Dios permita superar las debilidades humanas.

También insistió en la importancia de que los servidores se caractericen por su humildad y que, reconociendo su debilidad, pidan la oración de los miembros de la comunidad y traten de someterse a los consejos y disposiciones de toda la comunidad.

El jueves 28 de diciembre, el arzobispo, acompañado por el Padre Paulino Bizarro, llegó hasta la comunidad de La Perla, Chajul, para celebrar el decanato del occidente de El Quiché.

Los hermanos participaron en buen número, habiendo estado presentes delegados de la mayoría de las comunidades que componen la parroquia de esta zona.

Durante la formación el arzobispo hizo énfasis en que el centro de nuestra fe lo constituye la fe en la Palabra viva de Dios que se encarnó y, a través de la vida sacramental y del don del Espíritu Santo, sigue presente y actuante en medio de todos.

También se animó a los hermanos a reforzar la organización de las comunidades, para que la acción evangelizadora alcance en forma sistemática a todos los miembros de cada comunidad.

Al final de la mañana del 28, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia con los hermanos de la comunidad de la Perla.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que la celebración del nacimiento del Hijo de Dios, para nosotros no constituye un recuerdo del pasado, pues, a través de los sacramentos, este misterio se actualiza y se hace presente constantemente en medio de nosotros, para transformarnos.

También animó a los hermanos a tratar de fortalecer los alcances misioneros de cada una de las comunidades, así como de toda la parroquia.

El jueves 28 por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Las Pilas, de Nebaj, El Quiché.

En ese día se celebró la bendición de la casa de oración que ha sido concluida, después de muchos años de esfuerzo de todos los hermanos.

También se administró la confirmación y el envío misionero a un grupo de hermanos, que habían sido debidamente preparados.

El arzobispo recordó que el envío misionero no alcanza solo a los neo-confirmados sino debe ser un compromiso que tiene que mantenerse vivo en cada uno de los miembros de la comunidad.

El jueves 28 por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Las Pilas, de Nebaj, El Quiché.

En ese día se celebró la bendición de la casa de oración que ha sido concluida, después de muchos años de esfuerzo de todos los hermanos.

También se administró la confirmación y el envío misionero a un grupo de hermanos, que habían sido debidamente preparados.

El arzobispo recordó que el envío misionero no alcanza solo a los neo-confirmados sino debe ser un compromiso que tiene que mantenerse vivo en cada uno de los miembros de la comunidad.

El viernes 29 de diciembre, el arzobispo llegó hasta el centro misionero de Cunén, para presidir una serie de actividades del centro pastoral.

La primera actividad que se realizó fue el informe del Consejo Pastoral que terminaba sus funciones, después de dos años de servicio.

Después de escuchar la opinión de los delegados de las comunidades, los miembros del Consejo Pastoral saliente, aceptaron la reelección en el cargo por dos años más y lo único que se hizo fue completar el Consejo, pues faltaban dos de sus integrantes.

El arzobispo agradeció a los hermanos el servicio que han venido prestando y les animó a seguir trabajando con renovado entusiasmo.

Hacia media mañana, el arzobispo presidió la celebración del decanato del centro de El Quiché, celebrado en el centro misionero de Cunén.

Estuvo también presente, además de los delegados de las comunidades, el Padre Bernabé Mateo, encargado pastoral de la zona.

El arzobispo, después de impartir la formación sobre el testimonio cristiano, respondió a diferentes preguntas que fueron planteadas por los hermanos.

Se exhortó a los hermanos a hacer una evaluación de la marcha de las comunidades y a tratar de organizarse en una manera más adecuada para el año venidero.

El viernes 29, al final de la mañana, Mor Santiago Eduardo, presidió la celebración de la divina liturgia con los delegados del centro pastoral de Cunén, en el centro misionero del mismo nombre.

Además de dar gracias por el final del año, se oró por el recién elegido Consejo Pastoral, pidiendo al Señor que cumplan el encargo que han recibido, con el poder del Señor.

El arzobispo animó a los hermanos a trabajar con intensa fidelidad, ante todo, en la profundización en la vida de fe y, seguidamente, en el testimonio misionero.

El viernes 29, después de mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Santa Clara, del municipio de Cunén, El Quiché.

Los hermanos de esta comunidad, han logrado construir la primera fase de su templo, el cual se encuentra ya en uso.

La visita del arzobispo comenzó con una formación acerca del sentido e implicaciones del bautismo cristiano.

Los hermanos tuvieron la oportunidad de hacer diversas preguntas y, al final, agradecieron la formación, expresando su deseo de que con más frecuencia se les pueda dar este tipo de formaciones, para consolidar la fe.

El 29 por la tarde, el arzobispo presidió la celebración de la misa con los hermanos de la comunidad de Santa Clara de Cunén.

Durante la homilía el arzobispo recordó que la auténtica renovación en el Espíritu Santo implica el amar con la misma intensidad con la que amó el Señor y que esto resulta también en el desarrollo de una misión evangelizadora constante.

Los hermanos agradecieron la visita del arzobispo y asumieron el compromiso de tratar de implementar de la mejor manera las recomendaciones que recibieron.

La actividad pastoral del arzobispo en el departamento de El Quiché culminó visitando la comunidad de Puente Chuatuj, Sacapulas, El Quiché.

Con ocasión de la visita del arzobispo a la comunidad se administraron los sacramentos de la Iniciación Cristiana.

Participaron en la misa hermanos procedentes de las áreas de Tierra Cliente y Suasité.

El arzobispo animó a los hermanos a tratar de formar comunidades en los diferentes lugares de donde vienen los hermanos a la celebración, para fomentar la presencia de la Iglesia y dar una oportunidad a los hermanos a ser parte de la Iglesia Madre de todas las Iglesias.

El sábado treinta, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de Jacaltenango, para presidir la celebración del Decanato del occidente de Huehuetenango.

Participaron los padres Santo Acosta y José Manuel Castro, quienes trabajan pastoralmente en el área cubierta por este decanato.

Los hermanos participaron en gran número y con gran entusiasmo.

El arzobispo impartió la formación y, al final, los hermanos hicieron una serie de aportes y de preguntas acerca de la misión de la Iglesia.

El arzobispo subrayó la importancia de organizar e implementar en las comunidades el trabajo de organización con niños y jóvenes, para cumplir con la misión que tenemos y garantizar el futuro de la iglesia.

Después del mediodía del 30, el arzobispo tuvo un encuentro con los asesores de la pastoral infantil de la parroquia de Jacaltenango.

El arzobispo explicó a los asesores que su función básicamente es como de entrenadores de los niños con los que se trabaja. No se trata de hacer el trabajo por ellos sino de capacitarlos para que ellos sean capaces de ir creciendo. También el arzobispo hizo énfasis en el carácter misionero que debe tener esta pastoral y en la urgencia a lograr que todas las actividades pastorales, incluyendo esta, pueda ser auto-financiable.

Los hermanos expresaron su alegría por la formación que recibieron y expresaron su disponibilidad a trabajar en su implementación.

El sábado 30 a media tarde, el arzobispo presidió la celebración de la santa misa con un grupo numeroso de niños y de asesores de la pastoral infantil, en la sede parroquial de Jacaltenango.

Con esta actividad se quiso dar inicio formal al compromiso de pastoral infantil y misionera en la parroquia.

El arzobispo animó a los niños a trabajar con paciencia y persistencia, para lograr tener frutos abundantes del trabajo que emprenden.

El sábado 30, al caer del día, el arzobispo llegó hasta la comunidad central de Buxup, del municipio de Jacaltenango, Huehuetenango.

Con ocasión de la visita del arzobispo, se hizo la bendición del templo que ha logrado construir la comunidad en el centro de la aldea Buxup.

El arzobispo felicitó a los hermanos por la construcción que han realizado y les exhortó a tratar de seguir trabajando incansablemente, en primer lugar, en su conversión y en la renovación total de su vida y, en segundo lugar, en la proyección misionera.

El domingo 31 por la mañana, Mor Santiago Eduardo, acompañado por el Padre José Alfredo Hernández, llegó hasta el Centro Pastoral de El Amparo Agua Tinta, del Municipio de Margaritas, Chiapas, México.

La primera actividad que se realizó fue la celebración del Decanato de esta área de Chiapas.

El arzobispo impartió la formación a los delegados de las comunidades que estaban presentes.

A pesar de las dificultades de transporte público por la fecha, se contó con la presencia de la mayoría de delegados de las comunidades.

El arzobispo animó a los hermanos a que, en el año nuevo, se trate de profundizar en la organización de cada una de las comunidades y a trabajar, con mayor dedicación en la evangelización de cada miembro de las comunidades y en la proyección misionera.

Después de la celebración del decanato, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, con la cual se quiso dar inicio al proyecto de pastoral infantil en el Centro Pastoral.

El arzobispo, a la luz de la fiesta de la Sagrada Familia, animó a los hermanos a tratar de fortalecer la vida familiar y los lazos de unidad y armonía en todas las familias.

También recordó el papel de protagonistas que tienen los niños en la misión de la Iglesia y animó a que se les dé el apoyo necesario y se les reconozca la libertad indispensable para poder ir creciendo y cumpliendo la misión que les corresponde dentro de la Iglesia.

Después del medio día el arzobispo realizó la visita a la comunidad de El Pacayal del Municipio de Margaritas, Chiapas.

Se trató de la primera visita del arzobispo a esta comunidad.

La comunidad ha iniciado hace poco tiempo y aún no cuenta con un templo.

Durante el año 2018, esta comunidad será la sede del sector número 3 del Centro Pastoral de Chiapas.

El arzobispo animó a los hermanos a comprometerse con generosidad en vivir la renovación en el Espíritu Santo y a dar testimonio misionero para garantizar el crecimiento de la comunidad y el cumplimiento del encargo que el Señor nos ha confiado.

La visita pastoral del arzobispo al área de Chiapas concluyó con la visita a la comunidad de San Luís, del Municipio de Trinitaria, Chiapas.

Dentro del marco de la visita se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a varios niños y otros hicieron la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo felicitó a los hermanos por el compromiso que han asumido y animó a que, todos ellos, junto al padre José Alfredo, sigan trabajando en el establecimiento de la Iglesia en esa zona y en la renovación de todo el pueblo de Dios.