El jueves 30 de agosto, el arzobispo inición la visita pastoral a las comunidades del Centro de Guatemala, con una visita a la comunidad de Tzununá, Santa Cruz la Laguna, Sololá.

Dentro del marco de la celebración se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a Ignacio, un niñó hijo de miembros de la comunidad.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a tratar de descubrir el verdadero amor de Dios, el cual es un don que se recibe, cuando se está vigilante y dispuestos a dejarse transformar por Dios.

El jueves 30, hacia el final de la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad Unción del Espíritu Santo de Santiago Atitlán, Sololá, para visitarles y celebrar diversos sacramentos.

Se administró la reconciliación a quienes lo necesitaron. Igualmente se celebró la Divina Liturgia.

También se administraron los tres sacramentos de la iniciación cristiana a dos niños: Samuel y Esdras Salvador.

El arzobispo animó a los hermanos a intensificar su disponibilidad para ser llenados con el Espíritu Santo y, de esa manera, dejar que el amor de Dios se derrame en sus corazones.

El jueves 30, por la moche, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Pentecostés, ubicada en el centro de Santiago Atitlán, Sololá.

En esa ocasión, los hermanos habían preparado a seis jóvenes, para recibir la confirmación y el envío misionero: se trata de Juan, de Nicolás, Juan, Juana, María y Rosario.

El arzobispo explicó que la confirmación consiste en acoger personalmente los compromisos bautismales y de la crismación, para ser confirmados en el don del Espíritu Santo y lanzarse al testimonio misionero, como lo hicieron los apóstoles, después de recibir el Espíritu Santo.

El viernes 31 de agosto por la mañana, en el Centro de Eventos San Gabriel, de Sololá, el arzobispo presidió la celebración del decanato de Sololá y Totonicapán.

Participó un númeroso grupo de líderes de las parroquias de Sololá y de San Miguel Arcángel de Totonicapan. También estuvo presente el Padre Julio Tomás, párroco de Totonicapán.

En este ciclo de formación de decanato, el tema que se ha comenzado a impartir el arzobispo es el de la Virgen María en las Sagradas Escrituras.

Los hermanos agradecieron la formación que se les impartió y presentaron la situación de sus parroquias y comunidades, dando, como resultado, un balance positivo, a pesar de las dificultades y desafíos que se afrontan.

El viernes 31, después del medio día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, del municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

Durante la celebración de la Divina Liturgia, a la luz de las lecturas bíblicas, el arzobispo animó a los hermanos a mantenerse en actitud de vigilancia, para estar preparados a reconocer la llegada del Señor en su vida cotidiana.

También, después de la homilía, se hizo una oración especial por el grupo de niñas Emmanuel.

El viernes 31, por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Pajomel, del municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

A pesar de las torrenciales lluvias que se abatían, un buen número de fieles participó en la celebración de la Santa Misa.

El arzobispo animó a los hermanos a tratar de preparse interiormente, a través de la oración y la disponibilidad a la palabra de Dios, para llegar a recibir la sabiduría y entender el sentido del mensaje del Evangelio.

También, antes de partir, el arzobispo animó a los líderes a impulsar campañas de concientización, para que todos los miembros de la comunidad puedan participar plenamente de la vida sacramental.

El sábado 1 de septiembre, el arzobispo llegó hasta la Catedral de San Juan Bautista de Comalapa, Chimaltenango, para presidir el decanato de Chimaltenango y el centro de la Ciudad de Guatemala.

Se contó con la participación de unos 150 servidores y líderes de las diferentes comunidades, así como con la presencia de los padres Herberth, Francisco y Rigoberto y de 5 seminaristas.

El arzobispo impartió la formación preparada por más de una hora y los hermanos, al final de la misma, tuvieron la oportunidad de plantear una serie de preguntas clarificadoras.

Los hermanos se encuentran muy animados y tratando de responder con fidelidad a la misión que el Señornos ha confiado.

Hacia el medio día del sábado primero de septiembre, el arzobispo tuvo una reunión con miembros del Consejo Pastoral de la Catedral de San Juan Bautista, Comalapa.ç

La razón principal de la reunión fue el compartir una serie de preocupaciones pastorales, tendientes a garantizar una acción pastoral más coordinada y eficaz.

También se dialogó acerca del próximo encuentro que tendrá el arzobispo con el Consejo y de los mecanismos a través de los cuales se logre impulsar más eficazmente la pastoral infantil y la pastoral juvenil.

Después del medio día, el arzobispo tuvo un encuentro con los catequistas y con los que se están formando para recibir la confirmación y el envío misionero.

Se trata de un grupo de más de 125 jóvenes.

El arzobispo respondió durante más de una hora y media a las diferentes preguntas que, tanto catequistas como formandos, tenían acerca de la identidad de la iglesia y de otra serie de temas relacionados con la llamada de Dios y la forma de comprometerse activamente en la vida de la iglesia.

El arzobispo animó a los jóvenes a que, junto a los catequistas, traten de organizarse en células para que, una vez terminada la confirmación, cumplan con eficacia los compromisos apostólicos y misioneros inherentes al envío misionero que se les confía.

El domingo 2 de septiembre por la mañana, el arzobispo presidió el decanato de los departamentos de Sacatepéquez y Guatemala, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

Participaron delegados de todas las comunidades, así como el Padre Orlando López.

El arzobispo impartió, durante más de una hora y media, la formación referente a la Virgen María en la Sagrada Escritura y su significado en la Iglesia actual.

Al final los hermanos hicieron una serie de comentarios y aportes, agradeciendo la orientación que se dio a la formación y expresando que la misma será de mucha utilidad.

También se hizo la planificación del próximo decanato que, como ha sucedido desde hace varios años, implicará, además de la formación y de la celebración de la liturgia, un convivio.

La actividades pastorales en las comunidades del Centro de Guatemala, se concluyeron con la celebración de la Divina Liturgia, para los participantes en el decanato.

También concelebró la liturgia el padre Orlando López.

Se inició administrando el sacramento de la reconciliación a todos los que sintieron la necesidad de acudir a él.

Durante la homilía el arzobispo recordó que le da sentido a la vida cristiana, es precisamente el recibir de Dios el don de su Espíritu Santo, lo cual transforma la existencia y da una nueva orientación a toda la vida. Sin embargo, subrayó que, para recibir este precioso don, es necesario estar preparados y dispuestos a acoger profundamente la voluntad de Dios.

También hizo énfasis en que la respuesta más eficaz al llamado de Dios, consiste en llevar el Evangelio con la misma actitud y eficacia con que lohizo la Virgen María.

El martes 4 de septiembre, en el Centro de Eventos Las Castalias, se celebró la reunión del presbiterio de la vicaría del centro de Guatemala, con la presencia de ocho de los presbíteros y habiendo estado ausente uno, por encontrarse de viaje.

Cada uno de los presbíteros hizo una breve presentación de los logros y desafíos que afrontaen su propio lugar de ministerio.

Seguidamente el Padre Herberth hizo una presentación sobre el tema de la "Lealtad", como forma constante de mantener la fidelidad en todas las circunstancias.

Finalmente el arzobispo comentó diversos aspectos relacionados con las presentaciones hechas y planteó una cuestión que posteriormente deberá ser planteada a las demás vicarías y finalmente se deberá tomar una decisión en el pleno del presbiterio. Se trata de establecer ciertas normas que regulen el proceso de nombramiento de los presbíteros y de establecer ciertos tiempos definidos de duración de los nombramientos.

La reunión transcurrió en un ambiente de fraternidad y se planificó que la próxima reunión se celebrará el 4 de diciembre.

El jueves seis, hacia la media noche, Mor Santiago llegó hasta el aeropuerto internacional de Bucaramanga, Santander, Colombia, para inciar la visita pastoral al oriente de Colombia y encontrarse con el presbiterio de la Vicaría de Colombia.

Le llegaron a recibir el Padre Carlos, encargado pastoral de Bucaramanga, junto a algunos de los fieles que participan en la comunidad de Bucaramanga.

Después de un aterrizaje relativamente difícil, pues el aeropuerto había estado cerrado, debido a la neblina, se pudo llegar y, con ello, dio inicio la visita pastoral que, con la ayuda de Dios concluirá el martes 11 de septiembre.

El viernes siete, el Padre Carlos llegó hasta la Casa de Retiros Villa Asunción, en donde se preparó que el arzobispo tuviera el alojamiento.

Luego el arzobispo bendijo la casa de habitación de los papas del Padre Carlos y hasta allí llegaron los Padres Jeiner de Barranquilla y Franklyn de Barranca Bermeja.

Luego los tres, conducidos por el hermanos Ludwin, miembro de la comunidad de Bucaramanga, llevaron al arzobispo a conocer algunos lugares especiales de Bucaramanga y sus alrededores.

Le llevaron hasta la Catedral católica romana de la Sagrada Familia, y, seguidamente, a un pueblo colonial que hace parte del área metropolitana de Bucaramanga llamado Girón, en donde se encuentra la Basílica de San Juan Bautista. Finalmente pasaron a través de una de las áreas residenciales de Bucaramanga llamada Cañaveral, del municipio de Florida.

El viernes 7, por la tarde, el arzobispo tuvo el primer encuentro formal con fieles.

Se trató de la comunidad de la Virgen María de Bucaramanga, atendida pastoralmente por el Padre Carlos.

Un numeroso grupo de fieles llegaron, para escuchar algunos aspectos históricos acerca de la Iglesia de Antioquía.

Los hermanos también tuvieron la oportunidad de plantear algunas dudas que tenían y, al final, expresaron su gratitud por la oportunidad que les ha dado el Señor de descubrir y ser parte de la Iglesia, madre de todas las iglesias.

Después del tiempo de formación, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los fieles.

Además del Padre Carlos, estuvieron participando en la celebración los padres Rafael, Franklin y Jeinner.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a abrirse al testimonio del Espíritu Santo, para ser confirmados en la fe apostólica y descubrir que, efectivamente, la fe de la Iglesia está fundamentada sobre la roca del mismo Cristo.

Los hermanos participaron con muha devoción y alegría.

Después de la celebración de la liturgia, el arzobispo tuvo la oportunidad de compartir por algún tiempo con los miembros de la comunidad.

Esta comunidad que tiene apenas algunos meses de existir, ha estado creciendo y consolidándose espiritualmente.

El arzobispo aprovecho la ocasión para subrayar que uno de los aspectos prioritarios para la vida y estabilidad de la comunidad es el planificar que se pueda construir un templo para que sea sede de la parroquia.

El viernes por la noche, en la casa Villa Asunción, en donde se estaba hospedando el arzobispo, se tuvo la oportunidad de tener una reunión con los presbíteros presentes.

La primera razón de la reunión fue informar al arzobispo acerca del programa total de la visita.

Además de eso, se mencionaron algunos temas que, oportunamente, deberían ser incorporados en la agenda a tratar con todos los miembros de la Vicaría.

El sábado ocho, después del medio día, después de un largo viaje, el arzobispo llegó hasta la ciudad de Cúcuta, para encontrarse con la primera comunidad que se encuentra en esa área.

Se trataba de la comunidad dedicada a la Virgen María, ubicada un la zona periférica de la ciudad en el área llamada como Villa Rosario. El padre encargado de esta comunidad, es el padre Ricardo.

La visita a la comunidad, que tiene apenas un par de meses de haberse organizado, comenzó con un diálogo de formación y de respuesta a diferentes preguntas que tenían los fieles.

Después del encuentro con la comunidad, el arzobispo presidió la celebración de la santa misa.

La celebración comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes consideraron necesario acercarse al mismo.

Dentro del marco de la celebración, se administró la confirmación y el envío misionero al hermanos Leonardo.

El arzobispo animó a los hermanos a seguir profundizando en la fe de la iglesia y a tratar de dar los pasos necesarios, para que la comunidad pueda tener un templo estable que dé estabilidad también a su futuro y la posibilidad de crecer.

Al caer del día ocho, el arzobispo llegó hasta el lugar en donde tiene su sede la comunidad de San Pablo Apóstol, atendida por el padre Martín.

Se había preparado una bienvenida al arzobispo, con una presentación de danzas propias de la región, por estudiantes de la Universidad Simón Bolívar.

El arzobispo agradeció al padre Martín y a los participantes, así como al consejo parroquial la cordial bienvenidad.

Al caer de la tarde, Mor Santiago Eduardo tuvo un encuentro con la comunidad, en el cual, después de plantear algunos aspectos sobre la Iglesia, respondió a preguntas.

La presentación del arzobispo versó especialmente acerca de la historia de la iglesia y sus rasgos característicos, así como a la influencia que jugó en la difusión del Evangelio en los tiempos apostólicos.

Las preguntas de los fieles versaron sobre cuestiones históricas y sobre el papel que le toca jugar a las iglesias de oriente en la renovación espiritual del occidente.

El sábado ocho, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la misa con los hermanos de la comunidad San Pablo, de la ciudad de Cútuta.

Participaron los padres Martín, encargado local, Ricardo y el vicario en Colombia, padre Rafael.

En la celebración, recibieron la confirmación y el envío misionero seis hermanos. El arzobispo animó a todos a asumir un compromiso misionero sostenido, como consecuencia del ser parte de la iglesia apostólica, madre de todas las iglesias.

Después de la celebración de la liturgia, el arzobispo tuvo tiempo para compartir con los miembros de la comunidad.

Entre las cuestiones que les recomendó encarecidamente está el esfuerzo de todos, para poder construir un templo parroquial que les dé la estabilidad y la capacidad logística de cumplir la misión que el Señor nos ha confiado.

Los hermanos agradecieron la visita y manifestaron su disponibilidad a asumir todos los compromisos necesarios para la consolidación de la presencia de la Iglesia.

El domingo 9 por la tarde, después de un viaje largo, el arzobispo llegó hasta la ciudad de Barranca Bermeja.

Aquí el padre Franklin ha comenzado una comunidad hace poco tiempo, la cual se está consolidando en su identidad y ha comenzado a crecer.

La visita comenzó con un encuentro con los hermanos en los que el arzobispo habló sobre la identidad de la Iglesia y los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear diferentes preguntas.

El domingo por la noche se celebró la liturgia con la comunidad de Barranca Bermeja, Santander.

Dentro de la liturgia fue conferida la orden menor del Acolitado al lector Andrés Felipe Pupiales, el cual ejerce el trabajo pastoral en áreas vecinas a Bogotá.

Se contó con la participación de todos los presbíteros que hacen parte de la vicaría de Colombia y que ejercen el ministerio en Colombia.

El arzobispo animó a todos a perseverar en la fe y a llevar a cabo un trabajo misionero consistente, sólido y debidamente coordinado, para cumplir el encargo que el Señor nos ha dado.

Después de la celebración de la santa misa en Barranca Bermeja, se tomó una foto con todos los padres que ejercen el ministerio en Colombia y que hacen parte de la Vicaría de Colombia.

De hecho, la vicaría tiene también un padre en Perú y está en proceso de asumir varias comunidades en Bolivia, que han solicitado incorporarse a la santa iglesia.

Los padres que trabajan en Colombia son:

Santander y Norte de Santander: Padres Carlos, Martín y Ricardo.

En Antioquia: Padres Rafael y Mario.

En el Atlántico: Padre Jeinner.

En el área de Bogotá: Padre Germán y diácono Andrés Felipe.

Además estuvo presente el diácono venezolano Moisés, que trabaja en Barinas, Venezuela.

El domingo 9 por la noche, todo el presbiterio de la Vicaría se trasladó a una Villa que el Padre Franklin había arreglado, para que se desarrollara el retiro-encuentro del presbiterio.

El mismo diez se tuvo una reunión para planificar el encuentro y para hacer la oración de Vísperas y Completas.

Después del encuentro, el arzobispo estuvo revisando, junto al Padre Germán, la propuesta de Estatutos que serán la base de la personería jurídica de la iglesia, que se encuentra en su última fase de aprobación.

El lunes 10, el encuentro del presbiterio comenzó con la oración.

Se hicieron las preces de los laudes y se leyeron las lecturas bíblicas para el día.

Después el arzobispo hizo una reflexión, a la luz de las lecturas, de los criterios fundamentales que debe tener la moral cristiana en una sociedad secularizada y pluricultural, como la que se vive actualmente.

Los padres también tuvieron la oportunidad de presentar diferentes preguntas aclaratorias y de hacer aportes basados en su experiencia ministerial.

A pesar de lo breve y apretado de la agenda, también hubo tiempo para compartir fraternalmente.

El lugar era especialmente apropiado, pues contaba con áreas verdes y una vista excelente.

Al exterior, sin embargo, el calor era fuerte.

La zona es una zona petrolera y un área para el cultivo de la palma africana.

En las reuniones, sin embargo, las áreas internas estaban suficientemente ventiladas, para evitar el exceso de calor, que caracterizaba las áreas externas.

El tiempo de trabajo fue intenso y arduo.

Se trataron temas relacionados con la Ética Cristiana, la identidad de la Iglesia, la visión bíblica y cristiana acerca de la Palabra de Dios y la Virgen María en las Sagradas Escrituras.

Además se establecieron criterios para la organización interna de las comunidades, especialmente en lo referente a la preparación de ministros ordenados con órdenes menores, para servicio de las parroquias; lo referente a la admisión de candidatos a las órdenes sagradas y a la posible admisión de nuevos miembros para la iglesia.

El espíritu que animó todos los momentos fue muy positivo.

Además, los padres y diáconos manifiestan toda la disponibilidad de comprometerse en la preparación teológica e identificación con la identidad de la iglesia, para garantizar la estabilidad y progreso de la iglesia en Colombia.

Se determinó que el arzobispo visitará dos veces por año la vicaría, yendo a diferentes regiones del país.

El arzobispo regresó a Guatemala muy agradecido con Dios y con todos los presbíteros, diáconos y fieles de la Vicaría de Colombia y satisfecho de la visita pastoral.