El miércoles 12 de diciembre, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de Santa María de Guadalupe del municipio de Soloma, Huehuetenango.

Los hermanos estaban celebrando el aniversario de la parroquia y la fiesta patronal, en honor a la Virgen María de Guadalupe.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en el significado que tiene la referencia a la Virgen de Guadalupe, para los pueblos indígenas de América Latina. También exhortó a los hermanos a asumir actitudes similares a la de María, para responder a la llamada específica que todos hemos recibido.

Dentro del marco de la celebración se instituyó como ministro de la comunión a un hermano, para servicio de la sede central de la parroquia.

El miércoles 12, hacia el mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Ixtiapoc, Soloma, Huehuetenango.

Se trata del lugar de donde es el Padre Pedro González, párroco de Soloma y, allí su familia, junto a otros hermanos, han construido un hermoso templo en honor a la Virgen María de Guadalupe.

El arzobispo presidió la Divina Liturgia y, durante la homilía, hizo énfasis en el sentido que tiene la fiesta de Guadalupe y en los compromisos que se generan si se entiende ese sentido profundo.

El miércoles doce, después del mediodía, se celebró un pequeño convivio con los miembros de la comunidad de Ixtiapoc, que habían participado en la Divina Liturgia.

Era fuerte la cantidad de niños presentes, lo cual caracteriza la realidad de la comunidad, que se encuentra formada en un buen número, por familias jóvenes.

El miércoles 12, por la tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Belén, del municipio y parroquia de Santa Eulalia, Santa Eulalia, Huehuetenango.

Los hermanos participaron en buen número. La liturgia la habían preparado con gran esmero. Lo mismo sucedió con el ministerio de música y el coro.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en que el sentido de la celebración de Guadalupe es el llegar a acoger a María como Madre y como modelo de vida. Esto supone, dijo el arzobispo, tener la misma disponbilidad que ella tuvo para responder a Dios, así como estar dispuestos a lanzarse al anuncio eficaz del Evangelio.

El jueves 13, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de San José, Quixabaj, Santa Eulalia, Huehuetenango.

Un numeroso grupo de hermanos de la parroquia, estaban al ingreso de la comunidad, para recibir al arzobispo.

Se emprendió una caminata, hasta la sede de la parroquia.

Los hermanos están construyendo un edificio bastante grande, para que en el futuro, pueda ser la sede parroquial y el lugar de residencia de los presbíteros.

Después de la llagada a la sede parroquial, la visita del arzobispo inició con un tiempo dedicado a la formación de los hermanos y a responder a numerosas cuestiones que se tenían.

Los temas tratados específicamente, giraron en torno a la Virgen María en la Iglesia Apostólica y a lo referente al Bautismo y, en general, a la Iniciación Cristiana.

Los hermanos también tuvieron la oportunidad de plantear diferentes cuestiones, especialmente en torno a temas como el Bautismo y la intercesión de los Santos.

Antes del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, para los fieles que participaron en la actividad que se estaba realizando.

Dentro de la celebración, se administró la confirmación y el envío misionero a quince hermanos, procedentes de dos comunidades de la parroquia.

También se renovó la institución como ministros de la comunión a ocho hermanos, para servicio en las diferentes comunidades que forman la parroquia.

Durante la homilía, el arzobispo exhortó a los hermanos a preparar el camino de la llegada del Señor a la vida de cada uno y a tratar de dar testimonio vivo del Evangelio a todos y en todas partes.

El jueves 13, por la tarde, el arzobispo tuvo un encuentro con el consejo pastoral y servidores de las diferentes comunidades que forman la parroquia.

Los hermanos plantearon una serie de cuestiones, especialmente relacionadas con la forma de implementar de manera más clara, todo lo que hace parte de la identidad de la Iglesia Apostólica.

Al final, los hermanos agradecieron al arzobispo por su participación. A su vez, el arzobispo exhortó a los hermanos en seguir creciendo en la firmeza de la fe y en el testimonio del Evangelio.

El jueves 13, por la noche, el arzobispo tuvo una reunión con miembros del Consejo Pastoral de la parroquia de Santa María de Guadalupe, de San Pedro Soloma.

Se dialogó especialmente acerca de la renuncia que ha presentado el Padre Pedro González a la parroquia y sobre el nombramiento del Padre Juan Arcadio, para que funja como Encargado Pastoral de la Parroquia.

Se tuvo un diálogo franco y sincero y se espera que, del mismo, se susciten abundantes frutos y bendiciones.

El viernes 14, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede parroquial de la Parroquia de los Santos Arcángeles, ubicada en San Rafael la Independencia, Huehuetenango.

La razón de la visita era la celebración de la ordenación diaconal de Jarlin Garrido y Matías Francisco, quienes, en forma colegiada, han sido asignados para atender la parroquia de los Santos Arcángeles.

Se contó con la participación de muchos hermanos.

El arzobispo explicó, a la luz de las lecturas del día, la prontitud e integridad de vida con la que se debe responder, para poder participar de los frutos y promesas de la salvación.

El sábado 15, el arzobispo, acompañado por el Padre Pedro Martínez, llegó hasta la comunidad Tres Cruces, del Municipio de Sipacapa, San Marcos.

La finalidad de la visita fue tener un diálogo formal, referente a la intención que tiene un grupo de hermanos de formar una comunidad estable, que se incorpore a la Santa Iglesia.

El diálogo fue muy positivo. Los hermanos expresaron que tienen la decisión de incorporarse y tratar de responder fielmente a la llamada que el Señor les está haciendo.

Después del diálogo que se tuvo con los que formarán la comunidad de Tres Cruces y Sipacapa, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia.

Durante la homilía explicó a los hermanos que el Señor les está ofreciendo la oportunidad de adherirse activamente a la fe de la Iglesia Apostólica y que si le responden de corazón, eso les traerá una experiencia de realización y plenitud en sus vidas.

Les animó a consolidar sus opciones y a tratar de dar los pasos necesarios para que se organice tanto la comunidad, como los servicios catequéticos y sacramentales que le corresponde prestar.

El sábado por la tarde, después de una serie de dificultades, debido a la situación de los caminos, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Los Coles, del Centro Pastoral de San Pedro Necta, Huehuetenango.

Allí se habían dado cita los líderes y servidores de las diferentes comunidades que conforman el Centro Pastoral, para recibir formación, de parte del arzobispo.

El arzobispo explicó brevemente en qué consiste la fidelidad a la Enseñanza de los Apóstoles, de acuerdo a la mentalidad de la iglesia apostólica.

Al final respondió a una serie de cuestiones que fueron planteadas por los hermanos.

Al caer del día sábado 15, el arzobispo presidió la celebración de los Divina Liturgia con los servidores de las comunidades del Centro Pastoral de San Pedro Necta, Huehuetenango.

Dentro del marco de la celebración, se administró la confirmación y el envío misionero a cuatro jóvenes, provenientes de una de las comunidades del centro pastoral.

El arzobispo exhortó a los hermanos a tratar de intensificar su preparación para la celebración de la Navidad, de manera tal que, la presencia viva del Señor en la vida de cada fiel, sea la fuente de compromiso y de una vida renovada.

El domingo 16, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Todos Santos Cuchumatanes, del departamento de Huehuetenango, para encontrarse con los miembros de la comunidad y celebrar la Divina Liturgia.

Con ocasión de la visita, ocho hermanos hicieron la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo vio con agrado que, después de muchas crisis, la comunidad ha comenzado a consolidarse y está experimentando un cierto crecimiento.

Exhortó a los hermanos a tratar de prepararse a experimentar la alegría del nacimiento del Señor, a través de una conversión auténtica y una renovación en el compromiso de amar a los demás.

La actividad pastoral de arzobispo en Huehuetenango, concluyó con una visita a la comunidad de El Carrizal Dos, de la cabecera departamental.

Esta comunidad ha iniciado hace menos de un año y se trató de la primera visita que hiciera el arzobispo a la misma. Está formada por unos 70 hermanos.

Durante la homilía, exhortó a los hermanos a abrirse a la experiencia de la alegría cristiana, que nace como fruto de la conversión al Señor y del aceptarle como eje de toda la vida. También animó a los hermanos a dar testimonio constante de la fe y a tratar de organizar, dentro de la comunidad, el ministerio de niños y el de jóvenes.

Con ocasión de la Navidad y el Año Nuevo, Su Santidad el Patriarca ha publicado una Encíclica, en la que anima a todo el pueblo de Dios a renovar su fe y su confianza total en el Señor y a intensificar las oraciones, para que el Señor conceda la paz, la reconciliación, la justicia y la alegría a toda la humanidad.

A continuación, presentamos el texto de la Encíclica y el enlace, para que pueda ser leída en formato PDF, tanto en inglés como en castellano.

No. EN 592/ 18                                                                             Navidad 2018

Por la gracia de Dios
Ignacio Efrén II
Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente
Jefe Supremo de la Iglesia Siro-Ortodoxa Universal

 

A nuestros amados hijos espirituales,
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.

¿Quién ha visto alguna vez a un Niño, a quien se le contempla en todas partes? ¡Se le ve como a quien dirige a todas las criaturas que están en lo alto y a las que están aquí abajo! Su mirada admirable, es como la de un jefe que a todos dirige. (San Efrén, Himnos de la Navidad)

La época de Navidad, es un tiempo para reafirmar, una vez más, nuestra fe en el Único Dios Todopoderoso, Creador de los cielos y de la tierra; que gobierna todo el universo y que nació de una Virgen en Belén. Es tiempo para experimentar el amor de la Santísima Trinidad y para contemplar, con asombro, el misterio de la encarnación. Además, es un momento para arrepentirse y meditar en el Hijo que se hizo carne y "que, por su gracia, vino voluntariamente a dar la vida y la salvación a toda la humanidad" (Ma'nitho de San Severo de Antioquía), y, por lo mismo, a hacer posible que esa gracia actúe en nuestras vidas y traiga al mundo la alegría y la paz.

También es una oportunidad para maravillarnos ante la gloriosa escena de la natividad, y reflexionar sobre el Rey Niño, colocado en un simple pesebre, mientras que, al mismo tiempo, sostenía y abrazaba a todo el universo. 

En una hermosa oración que cantamos en las vísperas de los lunes, se presenta a la Virgen María diciendo: "No era yo quien llevaba al Hijo; es Él quien me lleva y gobierna hasta los confines del mundo" (del Libro de Oración, Shhimo).

La Navidad es un tiempo para contemplar el amor de Dios Todopoderoso, que gobierna el mundo y no deja que las cosas se salgan del orden; de hecho, el Hijo que nace en el pesebre de Belén, es el signo maravilloso del amor y la misericordia de Dios. Él es la manifestación del plan salvífico de Dios; pues Él creó el mundo con armonía y continúa gobernándolo con su divina voluntad y su amorosa bondad.

La Navidad es una prueba de que "Dios es amor" (Juan 4: 8). Él no es un "ingeniero" que pone leyes y diseña criaturas; ni tampoco es un supervisor distante que vigila el mundo desde lo alto; ¡Él es “el Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros!" (Juan 1:14). Él es "Emanuel, Dios con nosotros" (cf. Isaías 7: 14; Mateo 1:23). Él es el Salvador prometido, de quien Isaías profetizó diciendo: "Nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se le ha concedido el poder de gobernar. Y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de la paz. Se sentará en el trono de David; extenderá su poder real a todas partes y la paz no se acabará; su reinado quedará bien establecido, y sus bases serán la justicia y el derecho desde ahora y para siempre." (Isaías 9: 6-7). Él es el Rey de reyes que trajo a Belén a los Sabios de Oriente, para adorarlo y ofrecerle sus dones.

Su reino es único y nada se le compara. Nuestra historia humana muestra que los reinos terrenales se levantan por medio del poder de las armas; son reinos de orgullo, de egoísmo, de odio, de celos, de sed de poder y de autoritarismo. Son reinos basados en guerras y en el deseo de expansión; en donde los ejércitos combaten (ver Juan 1 8:36). ¡Estos no están de acuerdo con el corazón de Dios! Los seres humanos han abusado de la autoridad y se han oprimido los unos a los otros. Dios, sin embargo, los creó libres, para que crecieran y se amaran los unos a los otros y lo amaran a Él. Los creó para que fueran custodios de la tierra y de los unos a los otros.

A pesar de esto, nosotros, el pueblo que caminaba en la oscuridad, hemos visto una gran luz (cf. Isaías 9: 2), porque Dios viene a "reinar sobre la casa de Jacob para siempre" (Lucas 1:33). El nuevo Jacob es la Iglesia, el pueblo de los que lo recibieron y creen en su nombre (cf. Juan 1: 12). Él es Cristo Rey, cuyo "reino no es de este mundo" (Juan 18:36), porque es un reino de amor, de paz, de justicia, de entrega y de sacrificio.

Queridos hermanos,

He aquí lo que es Navidad; un tiempo para reconocer cuánto ha amado Dios al mundo que renunció a su gloria, se humilló a sí mismo y nació en medio de nosotros. Es un momento para sacar el miedo y para poner la fe total en que Dios es quien tiene el control de todo. Es un momento para unirnos en oración por nuestro mundo, y pedirle al Niño que ha nacido, al Rey de reyes y al Príncipe de paz, que haga que vuelva la paz a nuestros países, a nuestras sociedades, a nuestras familias y a nuestras vidas; e inspire a los gobernantes del mundo, para que trabajen por alcanzar la justicia y el amor para toda la humanidad; poniendo fin al sufrimiento de millones de personas que son víctimas de la injusticia, de la violencia y de la guerra, en todas partes; especialmente, en nuestra amada Siria, en Irak, en el Líbano y en todo el Medio Oriente.

La Navidad es un tiempo para pedir al Señor el don de saber compartir su gracia y la buena noticia de su encarnación con los abandonados, con los marginados, con los perseguidos y con los pobres. Es un momento para clamar a una sola voz: "que venga tu reino" (ver Mateo 6: 10), y para suplicarle que reine en nuestros corazones y que cumpla su promesa de que, "de verdad, el Reino de Dios está dentro de cada uno de nosotros;" (Lucas 17:21) para que nos haga verdaderamente libres (cf. Juan 8:36); libres del pecado y de la mundanidad, y libres para someterle a Él toda nuestra vida.

Oramos por nuestros amados Arzobispos de Alepo, que están secuestrados, Pablo Yaziji y Mor Gregorio Juan Ibrahim: que regresen a sus Arquidiócesis y puedan celebrar la Navidad con alegría y paz.

Imploramos al Señor que siga dirigiendo nuestro mundo y que lo conduzca al pesebre de la paz.

Que Él bendiga a los fieles de la Iglesia Siro-ortodoxa de todo el mundo, con ocasión de las fiestas de Navidad y de Año Nuevo.

El viernes 21, Mor Santiago Eduardo visitó la comunidad de Nahualate, ubicada en el municipio de Chicacao del departamento de suchitepéquez.

Antes de la llegada del arzobispo, servidores y dirigentes de la comunidad habían hecho una jornada de ayuno y oración.

El arzobispo al llegar, celebró la Divina Liturgia, como clausura de la actividad que se estaba realizando.

Durante la homilía, invitó a los hermanos a tratar de vivir con la actitud de fe que caracterizó a la Virgen María, para poder participar de la misma vida de Cristo, que a través de ella nos llegó.

El viernes 21 por la tarde, el arzobispo visitó por segunda vez la naciente comunidad de la aldea Pajales, Sector oc, del municipio de San Andrés Villa Seca, Retalhueleu.

Exhortó a los hermanos a tratar de mantenerse firmes en la fe, pues ante la organización de la comunidad, los ataques en contra de los hermanos se han multiplicado y eso, ha hecho que algunos comiencen a vacilar.

También exhortó a los hermanos a comprometerse con mayor radical, organizando grupos de catequesis para la recepción de los diferentes sacramentos pues, en general, hay muchísimos de los hermanos que no están preparados para poder frecuentar los sacramentos.

El sábado 22 por la mañana, el arzobispo llegó hasta el Salón Comunal del municipio de San Pablo Jocopilas, del departamento de Suchitepéquez.

En ese lugar se había dado cita un numeroso grupo de hermanos, proveniente de las diferentes comunidades que forman el Centro Pastoral de la Boca Costa y la Costa Sur.

El encuentro comenzó con la formación que impartió el arzobispo.

Se trató de explicar en qué consistía el término Enseñanza de los Apóstoles en la mentalidad de San Lucas y de la iglesia Primitiva, para poder ser fieles en lo que esto exige.

Después de analizar el mensaje central de los apóstoles, el arzobispo explicó otra sere de cuestiones referentes al Conocimiento de Dios.

El sábado 22, al final de la mñana, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, en la que procedió a la ordenación diaconal del sub-diácono Tomás Canajay.

Tomás ha hecho su práctica pastoral supervisada en la zona de la Costa Sur y de la Boca Costa y ahora, a petición de los hermanos, ha sido ordenado como diácono completo. Con la ayuda de Dios, al principio del año venidero, será ordenado presbítero, junto a sus demás compañeros.

El arzobispo animó tanto al neo-diácono como a todos los fieles, a trabajaar incansablemente en el testimonio del Evangelio y en la formación de ocmunidades, especialmente en las áreas en las que la vida cristiana se encuentra con mayores necesidades de crecimiento, organización y testimonio.

El domingo 23, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Ahuachapán, para realizar la visita pastoral semestral, que se acostumbra.

La visita comenzó con un tiempo para impartir formación a los hermanos.

Se habló sobre lo que implica la fidelidad a la Enseñanza de los Apóstoles, de acuerdo a la comprensión propia de la Iglesia Apostólica.

Después de la formación, los hermanos tuvieron buen tiempo para plantear una serie de preguntas, acerca de diferentes cuestiones referentes a lo que implica y caracteriza a la fe apostólica.

Despues de la formación, el arzobispo presidió la Divina Liturgia, en la que concelebró el padre Paulino Bizarro, encargado pastoral de El Salvador.

Dentro del marco de la celebración, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a dos niños, cuyos padres habían sido previamente debidamente catequizados.

También se celebró la primera reconciliación y comunión solemne de un grupo de niños.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido cristiano de la Navidad, haciendo énfasis en que se trata de celebrar el nacimiento de Cristo, como victorial de la fuerza de la luz y del Reino de Dios, sobre las tinieblas y el reino de la muerte.

El domingio 23, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Guaymango, de Ahuachapán, El Salvador.

La visita comenzó impartiendo una formación a los hermanos, sobre la temática que se está desarrollando en este trimestre, en las diferentes comunidades y decanatos.

El azobispo animó a los hermanos a esforzarse por mantenerse fieles a los que implica la Enseñanza de los Apóstoles, es decir, a la experiencia de que la Palabra viva de Dios se hace presente en la vida de cada creyente, para iluminarle y guiarle ala verdad.

La visita pastoral de el arzobispo en El Salvador, terminó con la celebración de la Divina Liturgia en la Comunidad parroquial de Guaymango, Ahuachapán.

En la celebración se ordenó como sub-diácono al líder y dirigente de la comunidad, hermano Selvin Escobar.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a esforzarse por vivir el misterio de la Navidad como tiempo en el que el Espíritu Santo de Cristo Resucitado, nace y se mantiene vivo en el corazón de cada quien, llenándolo de amor y de compromiso por llevar el Evangelio a todos.

El martes 25. el arzobispo inició las actividades de la Navidad del Señor, presidiendo la celebración de la misa en la Catedral de San Juan Bautista, Comalapa, Chimaltenango.

Dentro del marco de la celebración, se administraron, por primera vez, en la Catedral, los sacramentos de la iniciación cristiana, lo cual causó mucha alegría a los hermanos.

También se instituyó a un ministro de la comunión y se dio la bendición a un grupo de ministros de la enseñanza.

Se contó con una numerosa participación de fieles, a quienes el arzobispo invitó a hacer de la navidad un acontecimiento vivo, en el corazón de cada creyente.

El martes, a mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de San José Poaquil, para celebrar la Divina Liturgia con ocasión de la Navidad.

Durante la homilía exhortó a los hermanos a preparar el corazón, para lograr que esta fiesta tenga un sentido auténticamente cristiano.

También animó a los hermanos a esforzarse porque el año entrante, se intensifique el testimonio del Evangelio y la actividad misionera, en todas sus dimensiones.