El viernes 1 de marzo, en el Centro de Eventos San Gabriel, de la Ciudad de Sololá, se celebró el decanato de Sololá y Totonicapán, con la participación de más de 50 delegados de las diferentes comunidades.

Con esta celebración dio inicio la formación propia del segundo decanato del año 2019. Los decanatos está calendarizados de acuerdo al calendario litúrgico, es decir, dan inicio con el comienzo del Adviento.

El arzobispo desarrollo la temática referente a la celebración de la Eucaristía y a lo que significa la vida de oración, en el pensamiento apostólico, de acuerdo al testimonio que dan las Sagradas Escrituras.

Los hermanos agradecieron profundamente la formación impartida.

También participó el padre Julio Tomás, párroco de Tzanixnam, quien presentó algunas cuestiones y expresó su satisfacción por la manera como está marcando la porción del pueblo de Dios a él encomendada. En la misma dirección se expresaron los demás líderes de las diferentes comunidades.

El viernes primero de marzo, después del mediodía, el arzobispo visitó la comunidad de Pajomel, del municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

Durante la homilía el arzobispo, a la luz de las lecturas bíblicas, explicó cómo el don de la amistad verdadera es un don de Dios y también, cómo la relación matrimonial implica la auténtica amistad, que constituye la base humana, sobre la cual el Señor constituye el sacramento del matrimonio.

El arzobispo también exhortó a los hermanos a dinamizar con mayor intensidad su compromiso de fe y a tratar de dar testimonio ante los demás.

El viernes a media tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Chuitzanchaj, del municipio de Santa Cruz la Laguna, del departamento de Sololá.

Para los miembros de la comunidad, se trató de una verdadera fiesta de efusión del Espíritu Santo:

Cuatro niños recibieron los sacramentos de la iniciación cristiana.

Además, se celebraron dos matrimonios, de hermanos que, después de estar conviviendo durante varios años, sintieron la llamada a regularizar sacramentalmente su situación.

El arzobispo felicitó a los hermanos por su compromiso y entrega al servicio del Señor y les animó a seguir dando testimonio de la fe y del Evangelio.

El sábado 2 de marzo, el arzobispo llegó hasta la sede de la Catedral de San Juan Bautista, Comalapa, para presidir la celebración del Decanato del departamento de Chimaltenango.

Participó un número grande de hermanos, con gran entusiasmo y el arzobispo desarrolló el tema referente a la Eucaristía y la vida de oración en la iglesia apostólica.

Después de la formación, los hermanos, durante largo rato, tuvieron la oportunidad de plantear deiferentes preguntas, tanto respecto a la temática desarrollada, como a otra serie de cuestiones, particularmente, referente a lo que es propio de la gran Cuaresma que estamos por comenzar.

El sábado, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Paquixic, de San Juan Comalapa, Chimaltenango.

Los hermanos les esperaban con gran alegría, pues se trató de la primera visita a esta comunidad.

El arzobispo expresó su gran estima por el trabajo que se hace en las aldeas y animó a los hermanos a organizarse mejor, para construir su templo y, de esa manera, poder tener atención constante, para animarles en su crecimiento y en el testimonio misionero que les corresponde dar.

El sábado 2, a media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Xenimaquip, de San Juan Comalapa, para realizar una visita y animar a que, en forma permanente se celebre la Santa Misa en esa comunidad.

Asistió más o menos un centenar de hermanos, miembros de la comunidad.

El arzobispo les expresó su cernanía y les animó a intensificar su organización, de manera que, en forma regular, se pueda celebrar la misa en esa comunidad, que cuenta con un hermoso templo.

El sábado 2, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la aldea Cocoljuyú, de San Juan Comalapa, Chimaltenango, para realizar la primera visita a las comunidades de esa zona.

Se dieron cita dos comunidades de la Renovación Carismática y una de la Acción Católica.

Los hermanos expresaron su alegría y gratitud por la visita.

El arzobispo expresó el deseo de que se implemente la celebración regular de la misa en esa comunidad, para apoyarles en su crecimiento espiritual y en la organización de la comunidad.

El domingo 3 de marzo, la actividad pastoral de arzobispo inició en el Seminario Santa María del nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez, con la celebración del decanato de los departamentos de Sacatepéquez y Guatemala.

El arzobispo presentó la formación acerca de lo que implicaba, para la iglesia apostólica, la celebración de la Divina Liturgia y la vida de oración.

Después de la formación los hermanos tuvieron la oportunidad de intercambiar una serie de opiniones acerca de las implicaciones que la formación tiene en la vida concreta de las comunidades. Igualmente, los hermanos compartieron algunas de las experiencias que se viven en las comunidades.

El ambiente fue muy positivo y de mucho entusiasmo.

El domingo 3, hacia el mediodía, en el seminario Santa María del nuevo Éxodo, el arzobispo presidió la celebración de la Santa Misa, para los líderes y servidores que habían participado en la celebración del decanato.

La ocasión específica de la celebración, fue el que el 5 de marzo se celebrará el sexto aniversario de nuestra incorporación a la Santa Sede de Antioquía y de la creación de la Arquidiócesis de Centroamérica.

Durante la homilía, el arzobispo, a la luz de las lecturas, hizo un llamado a tomar conciencia de la autenticidad de la fe que se profesa, a través de la reflexión sobre las actitudes que se viven.

El domingo 3, por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la pequeña comunidad Semillas de Fe y de Amor, ubicada en la colonia San Rafael II, de la zona dieciocho de la ciudad de Guatemala.

Después de dialogar con los hermanos, les animó a ponerse en oración, para encontrar las vías por las cuales el Señor quiere que la comunidad crezca y se consolide.

Durante la celebración de la Santa Misa, los hermanos participaron con gran provecho y devoción y, durante la homilía, el arzobispo recordó cuáles son los criterios que la Sagrada Escritura nos ofrece para que podamos analizar la manera en la que vivimos nuestra fe y la autenticidad de la misma.

Ell lunes 4 de marzo, en el centro de formación de Jumaj, Huehuetenango, se reunió todo el presbiterio de la vicaría de Huehuetenango, para tener el retiro bi-mensual y dialogar sobre diversos temas pastorales.

El encuentro estuvo presidido por Mor Santiago Eduardo.

Se dio inicio con un retiro espiritual, dirigido por el arzobispo. El tema del retiro giró en torno a una reflexión acerca de lo que constituye la novedad del sacerdocio de Cristo y, como éste es el modelo, tanto para la vida y ejercicio del sacerdocio bautismal, como del ministerio ordenado.

Los presbíteros y diáconos participaron con muy devoción y seriedad, por lo que se espera que se obtengan también abundantes frutos de las enseñanzas recibidas.

El lunes por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia con el presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, en el Centro de formación de Jumaj, zona 7, Guatemala.

Se inició con la administración del sacramento de la reconciliación y se celebró la divina Liturgia, con el rezo también de las Vísperas y de las Completas.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en la importancia de reconocer de corazón la propia pobreza y limitaciones, para que, por la acción del Señor, el ministerio pueda ser fecunda y traiga la realización a los presbíteros.

El lunes 4, por la noche, después de la Divina Liturgia, se tuvo un pequeño convivio entre los presbíteros y diáconos presentes en la reunión.

Se compartió el tiempo y se vivió en un ambiente de profunda serenidad.

El martes cinco, por la mañana, en el marco de la reunión de presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, la actividad comenzó con la oración, para pedir la iluminación al Señor para la jornada que iniciaba.

En ese día también se oró especialmente por toda la Arquidiócesis, que estaba celebrando su sexto aniversario y por el arzobispo que celebraba su sexagésimo séptimo cumpleaños.

En la reflexión del arzobispo, explicó cuáles son las características que debe tener la entrega al Señor y lo que implica estar en el mundo, pero no ser del mundo.

El martes cinco, por la mañana, el arzobispo impartió la formación permanete al presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, que contó con la participación de todos los presbíteros y diáconos que ejercen el ministerio en la Vicaría.

El tema que abordó el arzobispo fue referente al sentido e importancia de la Liturgia, especialmente la de la Eucarístía, como medio para que la Palabra viva de Dios se haga presente en medio de la Iglesia.

Se tuvo un intercambio de perspectivas e ideas, sobre diferentes temas relacionados con la liturgia.

El cinco, al final de la mañana, se celebró la reunión pastoral del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango.

Se dialogó especialmente sobre los criterios que se deben observar y los pasos que se deben seguir para la solución de problemas, especialmente, cuando una comunidad quiere cambiar el lugar al cual está adscrito.

Además se dialogó sobre los particulares de la próxima reunión del presbiterio y sobre la celebración de la misa de renovación de los compromisos presbiterales.

La reunión del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango terminó con el almuerzo y la celebración en honor del sexto aniversario de la Arquidiócesis de Centroamérica en el cumpleaños del arzobispo.

Los presbíteros de la vicaría habían preparado una alegre celebración, expresaron su gratitud al aarzobispo y le hicieron un presente, en nombre de todo el presbiterio.

El arzobispo agradeció todas las muestras de cariño y expresó la cercanía y el afecto que siente hacia el presbiterio de la Vicaría y les animó a seguir ejerciendo el ministerio con el mismo entusiasmo y entrega que les ha caracterizado.

El martes por la noche, después de una serie de peripecias para poder llegar hasta el seminario Santa María del Nuevo Éxodo, el arzobispo presidió la Divina Liturgia en honor al sexto aniversario de la Arquidiócesis de Centroamérica.

También se celebraron las ordenaciones menores de lectores y acólitos y se dio gracias por el cumpleaños del arzobispo.

Durante la homilía, el arzobispo hizo referencia a diferentes datos de su experiencia vocacional y acerca de cómo ve todo el proceso de su vida como una continuidad en la que progresivamente se han ido manifestando los aspectos que ya estaban implicados desde el comienzo de su vocación.

El martes cinco, por la noche, el equipo de formación y los seminaristas ofrecieron un agasajo para celebrar el Aniversario de la Arquidiócesis de Centroamérica, el cumpleaños del arzobispo y las ordenaciones menores.

Después de la cena, se hizo un breve pero significativo acto cultural, el cual fue ofrecido por los formadores y cada una de las comunidades formativas hizo una presentación.

Se contó con la presencia de Gerardo, hermano del arzobispo y de Baudilio, amigo del arzobispo y gran colaborador el seminario.

Al final, el arzobispo agradeció todo lo que se había hecho y animó a ser radicales y fieles en la respuesta a la llamada que el Señor ha hecho.

El jueves 7 de marzo, el arzobispo llegó hasta la Ciudad de Oaxaca, México, para dar inicio a la visita pastoral en esa zona de México, en donde se ha implantado la presencia de la Iglesia en el último año.

El misionero Wilber Antonio recibió al arzobispo en el aeropuerto, e inmediatamente comenzó la visita pastoral del arzobispo.

Llego hasta la Comunidad de Rojas de Cuautemox, de Oaxaca, para visitar un hogar y dar la unción a los hermanos que habitan el hogar y que estaban necesitados de auxilios esperiales.

El jueves 7, al caer el día, se celebró, en el Centro Misionero de Santa María de Guadalupe, ubicado en Santa María de Coyotepec, la ordenación sub-diaconal de José Juan y de Wilber Antonio.

Ambos misioneros ingresaron a la iglesia hace un año, después de que ya tenían la formación teológica completada.

A lo largo del año, han estado luchando por formar comunidades y el esfuerzo que han hecho, ha dado fruto abundante, pues la misión se expandiendo y consolidando a paso acelerado.

Quizás la razón principal de la visita del arzobispo a Oaxaca, fue precisamente el ordenar a los dos misioneros de sub-diáconos, con la confianza de que, al final del año, durante la visita patriarcal, puedan ser ordenados de presbíteros.

Después de la celebración de la ceremonia de ordenación, se organizó un tiempo para compartir entre los hermanos que participaron en la ordenación, en el Centro Misionero de Santa María de Guadalupe.

Los participantes eran representantes de las diferentes comunidades que conforman la misión.

En general, todos se encuentra muy contentos y agradecidos por el camino que han emprendido y lo expresan de diferentes maneras, expresando también la decisión que tienen de profundizar y perseverar en la fe.

El viernes por la mañana, el arzobispo, junto a los sub-diáconos, llegó hasta la comunidad de Ocotlán de Morelos, también en el Estado de Oaxaca.

A pesar de ser un día laboral, un buen número de miembros de la comunidad hizo el esfuerzo de participar en el encuentro que se organizó.

La visita dio inicio con la bendición a todos los participantes y, seguidamente, se compartió un desayuno, en el que participaron todos los asistentes.

Después del convivio que se tuvo, el arzobispo impartió formación a los presentes.

Se habló acerca de la historia, de la identidad y del fundamento en la Sagrada Escritura de la Iglesia Católica Apostólica Siro-ortodoxa de Antioquía.

El arzobispo también explicó cómo es que se hace la señal de la cruz y cuál es el significado de cada uno de los gestos que se hacen, para que la comunidad estuviera consciente del sentido de cada uno de los cambios que se hacen.

Los hermanos se mostraron muy contentos, agradecidos y dispuestos a tratar de buscar un espacio específico para la construcción de su templo.

El viernes, hacia el final de la mañana, el arzobispo, también acompañado de los sub-diáconos, llegó hasta ha comunidad de Santa Ana de Zegache, en donde un buen número lo estaba esperando para recibirle.

Se inició la visita con la formación para los miembros de la comunidad que, a pesar de ser día laboral lograron participar en la actividad.

El sub-diácono José Juan, responsable de la atención de la comunidad, fue quien hizo la presentación.

Los hermanos plantearon diferentes preguntas acerca de los diferentes problemas que afrontan y el arzobispo fue respondiendo a cada una de sus cuestiones.

Después de la formación, hubo tiempo para compartir fraterno con los hermanos, en un ambiente muy positivo y agradable, por la aapertura y alegría que caracterizaba a los hermanos.

En la conversación, los hermanos compartieron que el pueblo de Santa Ana, es un pueblo en donde los adultos aún conservan el idioma Zapoteco, a cuya étnia pertenecen los miembros de la comunidad.

También enseñaron al arzobispo algunas expresiones de saludo en zapoteco y expresaron su alegría por la visita que se les estaba haciendo.

El viernes, al caer el, se tuvo la Divina Liturgia en la comunidad de San Agustín de las Juntas, en la que se reunieron fieles de las diferentes comunidades, para concentar en una única celebración, la administración de los diferentes sacramentos.

Se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a dos niños.

Unos 70 hermanos recibieron la crismación y un buen grupo hizo la comunión solmemne.

El arzobispo, durante la homilía explicó el sentido de la conversión que se espera durante el tiempo de cuaresma y también hizo énfasis que la celebración de los sacramentos implicaba que, cada uno de los miembros que recibían los sacramentos, así como sus padres, habían decidido incorporarse en forma estable y permanente en la Santa Iglesia de Antioquía.

El sábado 9, por la mañana, llegaron hasta la sede de la misión de Santa María de Guadalupe, los consejos pastorales de las comunidades de Santa María Coyotepec y de San Agustín las Juntas, para compartir fraternalmente con el arzobispo.

Se tuvo el tiempo para tener un breve diálogo sobre diferentes temas y se compartieron también los alimentos.

El tema central que abordaron los hermanos fue la alegría que experimentan por ser parte de la iglesia, así como la gratitud que sienten hacia los sub-diáconos, por su entrega y la dedicación que tienen al trabajo pastoral.

Después del convivio fraterno, el arzobispo dio tiempo para una entrevista que, uno de los hermanos de la comunidad, había organizado, para poder explicar en forma sencilla y objetiva, asuntos referentes a la identidad de la iglesia.

Se habló acerca del fundamento e historia de la Iglesia se acuerdo a la Sagrada Escritura y a la historia.

También se habló de la relación que nuestra iglesia mantiene con la Sede de Roma y de las dificultades y desafíos que representamos en el contexto presente, al tener la misión de hacer presente la iglesia apostólica con la identidad y rasgos que caracterizaron la vida de los apóstoles y los primeros cristianos.

Finalmente se habló del estatuto jurídico de la iglesia en México y del futuro previsible de la iglesia en el area de Oaxaca.

Hacia media mañana, en forma relativamente breve, el arzobispo dio tiempo para impartir formación a los participantes en la reunión que se había celebrado.

Se habló de diferentes temas relacionados con la organización de la presencia de la iglesia en Oaxaca, especialmente en lo referente a la necesidad de que cada una de las comunidades tenga los consejos pastorales y la estructura básica para poder trabajar como es conveniente.

También se habló de la visita del Patriarca a Guatemala y se extendió la invitación para que una delegación de Oaxaca, llegue hasta algún punto en el que puedan encontrarse con el Patriarca.