El domingo 14, la actividad pastoral del arzobispo inició en la sede de la parroquia Renovación Carismática de Antioquía, de Guaxacaná, Nentón, Huehuetenango.

Acompañado de los padres José Alfredo y Francisco y de los diáconos Antonio y Luis Carlos, se realizó la bendición de los ramos y se emprendió una caminata hacia el templo parroquial.

Antes de comenzar ésta, el arzobispo hizo énfasis de que no se trata de un acto de mera tradición sino de un signo del compromiso real de hacer del Señor, el rey de la propia vida.

El domingo 14, a media mañana, el arzobispo presidió la celebración de la Santa Misa, con los hermanos servidores y líderes de la parroquia Renovación Carismática de Antioquía de Nentón, Huehuetenango.

Se contó con la participación de delgados de la mayoría de las comunidades que forman la parroquia.

El arzobispo animó a los hermanos a vivir con intensidad el Triduo Pascual, para tener la experiencia real y eficaz de que Cristo resucitado, sea quien dirige la vida de cada uno de los creyentes.

El domingo 14, al final de la mañana, el arzobispo presidió la celebración del decanato del nor-occidente de Huehuetenango, en la sede parroquial de Gauxacaná, Nentón.

Se contó con una numerosa participación de hermanos, procedentes de la parroquia local y de los centros pastorales de la región Huista y de La Libertad.

Después de la formación sobre la Eucaristía y la oración, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear diversas preguntas sobre didas que tenían.

Después del mediodía, el arzobispo tuvo un breve encuentro con los miembros del consejo pastoral del centro pastoral de la región Huista.

El hermano presidente hizo una breve presentación de la forma en que se está trabajando a nivel de todo el centro pastoral, junto a los presbíteros y a los diáconos.

El arzobispo exhortó a tratar de fomentar el espíritu de unidad y comunión y a impulsar nuevos proyectos misioneros en donde eso sea posible y necesario.

El domingo 14, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad e Kanquintik, ubicada en la parte alta y montañosa del municiipio de Nentón.

La razón inmediata de la visita fue el pedir al arzobispo que hiciera la bendición del nuevo templo.

Este, aunque aún está en proceso de construcción, será utilizado para las celebraciones de la comunidad y para todas sus reuniones y asambleas.

El arzobispo felicitó a los hermanos por los logros alcanzados y les animó a seguir con más firmeza en el trabajo de profundización espiritual y misionera.

El domingo, a media tarde, después de hace rla bendición del templo, el arzobispo celebró la Divina Liturgia con los hermanos de la comunidad de Kanquintik, Nentón, Huehuetenango.

Animó a los hermanos, especialmente en los días presentes, de la Semana Santa, a tratar de vivir con intensidad lo que la liturgia celebra.

También animó a los hermanos a redoblar el compromiso de llevar el Evangelio a todas las personas y en todos los lugares del mundo, en donde sea necesario.

La visita del arzobispo al nor-occidente de Huehuetenango, concluyó con la visita a la comunidad de Subajasún, de Nentón, Huehuetenango.

El arzobispo felicitó a los hermanos por los progresos que han hecho en cuanto a la participación de miembros nuevo en la comunidad.

También animó a los hermanos, a intensificar la actitud de oración especialmente en los días presentes, cuando estamos conmemorando los misterios de la pasión, muerte y resurrección del Señor.

El lunes 15, por la mañana, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la sede de la parroquia de Cristo Rey, Jacaltenango, para presidir la celebración del decanato del occidente de Huehuetenango.

Además de representantes de la mayoría de las comunidades que forman el decanato, participaron los padres Santos Acosta Sol y José Manuel Castro, quienes atienden pastoralmente esta región.

El arzobispo impartió la formación con mucho provecho y los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear diferentes cuestiones con respecto a la formación y a la praxis ordinaria que se tiene.

El lunes 15, hacia el mediodía, el arzobispo tuvo una breve reunión con el presidente del Consejo Pastoral de Petatán y con el presidente de la comunidad local de Petatán.

Se dialogo acerca de los criterios que se deben tener en cuenta para la formación a la recepción de los diferentes sacramentos. El arzobispo insisitió en la urgencia de que la misma sea dada, pero, al mismo tiempo, hay que ser capaces de adaptarse a las circunstancias concretas que se presentan.

Además se habló acerca de la posibilidad de iniciar procesos tendientes a la declaración de nulidad de matrimonios que han fracasado y que tuvieron vicios graves en el momento de su celebración.

El lunes 15, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Santa María de Guadalupe de Buxup, Jacaltenango, Huehuetenango, para administrar los sacramentos de la iniciación cristiana a un niño.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en la urgencia de volver el corazón a Dios. para permitir que Dios haga que su gloria resplandezca en cada hermano.

Los hermanos expresaron su gratitud y alegría por la visita que hizo el arzobispo y expresaron la disponibilidad que tienen de dejar que el Espíritu Santo vaya guiando sus vidas.

La visita del arzobispo a la región occidental de Huehuetenango, concluyó con la celebración de la Eucaristía, en la comunidad central de la Parroquia Cristo Rey, de Jacaltenango.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido de la justicia divina y cómo es urgente, particularmente en estos días, que se trate de estar sintonizados con el Señor, para adejar que Él haga resplandecer su gloria en cada uno de nosotros.

Los hermanos y el Padre Santos, agradecieron al arzobispo la visita que hizo y expresaron su disponibilidad a poner en práctica cuanto se explicó en los diferentes momentos de la visita a ese sector.

El martes santo, 16 de abril, se celebró, en la sede de la parroquia Renovación Cárismática de Chiantla, en la Capellanía, Chiantla, Huehuetenango, se celebró la Divina Liturgia de Renovación de la Vicaría de Huehuetenango.

Se contó con la participación de todo el presbiterio de la Vicaría y más de tres mil hermanos, de los cuales mil recibieron la sagrada comunión.

Toda la celebración transcurrió en un ambiente de profunda alegría y fue preparado con anterioridad con oración, predicación y avivamiento, a cargo de la comunidad local.

El arzobispo enfatizó que, en ese día, se estaba celebrando el Sumo y Eterno Sacerdocio de Cristo que implica, también, el sacerdocio bautismal de todo el pueblo de Dios y la institución de ministerio apostólico o ministerio ordenado.

Después de la homilía, los diecinueve presbíteros que ejercen el ministerio en la Vicaría, hicieron la renovación de los compromisos presbitrerales.

Después de la renovación de los compromisos tanto el obispo como los mismos presbíteros y el pueblo de Dios, oraron por el presbiterio y por el arzobispo.

Cuando el arzobispo se refirió a la renovación, recordó que, para poder ser fieles, es necesario reconocerse pobre y pecador, y contar con la gracia de Dios, pues en la base de cada uno de los ministros ordenados, hay un ser humano pecador que, sólo por la gracia divina, es capaz de responder con generosidad e integridad al llamado de Dios.

Después de la renovación de los compromisos presbiterales, también se celebró la renovación de la institución de todos los ministros de la comunión presentes.

Se oró intensamente por ellos y se recordó la misión apremiante que se recibe, de ser testigos del Evangelio a todas las personas y en todas partes, para que todos puedan renovar su vida por la acción del Espíritu Santo.

Los hermanos estaban profundamente conmovidos y expresaron, de diversas maneras, la disponibilidad a cumplir con fidelidad, la misión que les fue renovada.

El miércoles santo, 17 de abril, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de Santa Eulalia, para presidir la celebración del decanato del centro de Huehuetenango.

Participaron delegados de cuatro parroquias y un centro pastoral: Santa Eulalia, San José, Santa María de Guadalupe, San Rafael y San Miguel y sus respectivos presbíteros: Fredi Mux, Bernabé Mateo, Juan Arcado Cucu, Jarlin Garrido y Matías Francisco.

El arzobispo presentó la formación y, al final, los hermanos tuvieron la oportunidad de plan tear diferentes preguntas, para clarificar la exposición.

En general, los hermanos expresaron su alegría por el crecimiento que van experimentando en su vida de fe y en el número de fieles.

El miércoles 17, antes del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, con fieles de la parroquia de Santa Eulalia.

La ocasión especial de la ceremonia, fue la institución de seis ministros de la comunión, para servicio de varias comunidades que los eligieron.

Además del párroco, padre Fredi Mux, concelebraron los Padre Juan Arcadio, Jarling y Matías.

El arzobispo en la homilía, recordó la actitud de fidelidad al Señor que se debe mantener y lo que implica ser auténtico discípulo del Señor, para cumplir cualquier encargo y ministerio que se confíe en la iglesia.

El miércoles 17, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de Santa María de Guadalupe, Ixcaquitz, Soloma, Huehuetenango.

Como se ha venido haciendo desde hace varios años, el arzobispo presidió la santa misa de reconciliación y de unción de enfermos y de ancianos de la parroquia.

El arzobispo, durante la homilía, recordó el valor que tiene el sufrimiento personal, unido al de Cristo y la fidelidad que se debe mantener en todos los momentos, a la voluntad del Señor.

El miércoles 17, al caer el día, el arzobispo visitó la comunidad de Guadalupe, ubicada en la aldea Ixtiapoc, de Soloma.

El Padre Pedro González, invitó al arzobispo a realizar la bendición de un proyecto familiar que se está emprendiendo en el área contigua al templo.

El arzobispo hizo la bendición y recordó a los hermanos que, para tener éxito en cualquier proyecto, es indispensable tratar de poner toda la confianza en el Señor.

El jueves Santo , 18 de abril, el arzobispo presidió el decanato del sur del área Ixil, en la sede de la comunidad de Salquilito, Nebaj. El Quiché.

Se contó con la numerosa participación de hermanos, así como de los dos diáconos que trabajan en el área: Norvin y José Bailiner.

El arzobispo expuso la formación referente a la Eucaristía y a la oración, en la perspsectiva de la Iglesia Apostólica y del testimonio de la Sagrada Escritura.

Al final los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear diferentes preguntas, que fueron respondidas por el arzobispo.

En general, los hermanos expresaron su firmeza en la fe y en la vida en el Espíritu Santo, que están tratando de conducir en cada momento.

El jueves 18, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Salquilito, del municipio de Nebaj, El Quiché, para presidir la celebración de la Santa Misa.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos el sentido de la Eucaristía y cómo, a través de ella, se nos ofrece en alimento la misma Palabra Viva de Dios que nos da la vida eterna.

También animó a los hermanos a asumir una actitud de humildad y servicio, a ejemplo del Señor, para que la participación en la Eucaristía sea de provecho para nosotros.

El jueves 18, por la tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Xolacul, la cual se encuentra ubicada dentro del casco urbano de Nebaj, El Quiché.

Los hermanos habían preparado una hermosa fiesta espiritual.

Se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana. Además dos parejas contrajeron matrimonio. Los hermanos tuvieron una celebración que se prolongó a lo largo de todo el día.

El arzobispo exhortó a los hermanos a tratar de profundizar en su compromiso de seguimiento del Señor y a asumir una actitud de humildad y servicio.

El jueves 18, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Tumanzano, la cual se encuentra ubicada en el casco urbano de Nebaj, El Quiché.

Los hermanos habían preparado la celebración de la primera reconciliación y comunión solemne de un hermano, miembro del ministerio de música.

Durante la homilía, a la luz de la celebración de la conmemoración de la Cena del Señor, el arzobispo animó a los hermanos a comprometerse a vivir la fe con la misma actitud de humildad y servicio que asumió y enseñó el Señor.

El viernes 19, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chel, ubicada en la parte norte del municipio de Chajul, El Quiché, para presidir la celebración del Decanato del área norte de la zona Ixil.

Estaba acompañado de los diáconos José Bailiner y Norvin, encargados pastorales de las conas de Nebaj y Chajul. Se contó con la numerosa participación de delegados de las diferentes comunidades de la Parroquia.

La reunión se tuvo en un área provisional, pues los hermanos de Chel, están construyendo el nuevo templo parroquial. Han terminado la construcción de las paredes y esperan, para finales de mayo, tener concluida la construcción del techo.

El arzobispo explicó los diferentes aspectos de la formación y luego respondió a las diferentes cuestiones planteadas por los hermanos, quienes expresaron su alegría por la forma en la que los diáconos les están atendiendo.

El viernes, antes del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la Liturgia, para conmemorar la muerte del Señor, en la sede parroquial de Chel.

Durante la homilía, explicó a los hermanos cuál debe ser la actitud de respuesta, ante el amor misericordioso del Señor que ha entregado su vida por nuestra salvación.

También exhortó a los hermanos a comprometerse en vivir con mayor profundidad la fe y en dar testimonio de la misma ante todas las personas.

El vienres 19, después del medidía, el arzobispo llegó hasta la remota comunidad de Sajsiván, ubicada en el extremo norte de Nebaj, El Quiché.

Se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a siete niños y se celebró el matrimonio del líder de la comunidad de Las Pilas.

El arzobispo recordó el amor inestimable que nos ha tenido el Señor, al dar la vida por nosotros y exhortó a los hermanos a tratar de comprometerse con intensidad, en el vivir reconociéndose como pecadores, siendo humildes y dando testimonio de la fe.

La actividad pastoral del arzobispo en el área Ixil, concluyó con la celebración de la Liturgia de la muerte del Señor, en la comunidad de la Perla.

Con ocasión de la visita del arzobispo, los hermanos habían preparado que se administraran los sacramentos de la iniciación cristiana a tres niños y la comunión solemne de dos jovencitos.

El arzobispo felicitó a los hermanos por el sostenido crecimiento que han tenido y les animó a profundizar en la fe, desde la contemplación del amor inestimable que el Señor nos ha tenido, tratando de vivir en humildad, de servir a los demás y de dar testimonio de la fe.