El miércoles 1 de mayo, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, en el ambiente de su familia, para conmemorar el noveno aniversario de la muerte de su madre, doña Anna Oestmann de Aguirre.

Durante la homilía, en el contexto del tiempo pascual, el arzobispo hizo énfasis en la importancia de comprender que el recuerdo de los difuntos adquiere sentido desde la fe en la comunión de los santos y, en el hecho de que, en la celebración eucarística se hace presente el Cuerpo de Cristo en su totalidad.

Finalmente recordó que el ejemplo de fe y de fidelidad de doña Anna, es un estímulo y testimonio de cómo se debe ser fieles a la llamada del Señor y estar dispuestos a cumplir la llamada que el Señor hace, independientemente de las dificultades y problemas que se puedan afrontar.

El jueves 2 de mayo, el arzobispo visitó la comunidad de Pajomel, en el municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que se sintieron necesitados de acudir a él.

Seguidamente, se celebró la santa misa, con la participación de algunos fieles y se oró por los demás fieles que no pudieron asistir, por encontrarse en los días de siembre.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en que, la presencia del Señor resucitado en la vida del creyente, genera una nueva expedriencia que libera de los temores y da la libertad para anunciar el Evangelio y ser fieles al mandato del Señor.

El jueves 2 de mayo, por la tarde, Mor Santiado Eduardo, llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, Santa Cruz la Laguna, del departamento de Sololá, para hacer la visita a la comunidad local.

Con ocasión de la presencia del arzobispo, se administró el sacramento de la reconciliación y se celebró la Santa Misa, con buena participación de fieles.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en que, la experiencia de la presencia del Señor Resucritado y del Espíritu Santo en la vida del creyente, produce una profunda libertad y la capacidad de desafiar los condicionamientos humanos, para anunciar el Evangelio con toda la eficacia con que lo hicieron los apóstoles.

El viernes 3 de mayo, por la mañana, fiesta del Descubrimiento de la Cruz, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo de Cuilco, para celebrar el decanato del occidente de Huehuetenango.

Se contó con una muy numerosa participación de hermanos, habiendo estado presentes más de 80 líderes.

El arzobispo expuso la formación y, después los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear diversas preguntas.

Finalmente, los representantes de los diferentes sectores, fueron presentando la situación de sus áreas.

El arzobispo concluyó haciendo una exhortación a tratar de que, realmente se siga dando testimonio con eficacia y con frutos concretos, del Evangelio, especialmente cumpliendo el mandato del Señor de hacer a todos discípulos de Cristo.

El viernes, 3, hacia el mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la santa misa para miembros de la comunidad central de la Parroquia de Cuilco.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en el sentido que tiene la cruz de Cristo y, cómo, a través de la renuncia a sí mismo y del seguimiento fiel, es como se abre a la participación en la salvación que el Señor alcanzó para todos.

También exhortó a los hermanos a tratar de cumplir con diligencia el mandato del Señor de predicar el Evangelio a todas las personas y a tratar de que, efectivamente, se trate de visitar a hermanos que aún no hacen parte de la iglesia y a orar contiuadamente por ellos, especialmente en sus mismos hogares.

La visita pastoral al occidente de Huehuetenango, concluyó en la pequeña comunidad de El Toril, ubicada en la salida de la población de Cuilco.

Enterado el arzobispo de dificultades que se habían generado en la comunidad y que habían causado un cierto estancamiento, tomó el tiempo para visitar a las partes involucradas y animar a que se resuelvan los problemas. Se expera que, como resultado de la visita, muy pronto se logre la total unidad en la comunidad.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia con algunos de los miembros de la comunidad. En la homilía exhortó a los hermanos a asumir un compromiso radical de renuncia a sí mismos, para ser auténticos discípulos del Señor y para poder dar testimonio del Evangelio eficazmente.

El sábado cuatro de mayo, por la mañana, en el centro de formación de Jumaj, Ciudad de Huehuetenango, se celebró la asamblea-decanato del sur de Huehuetenango.

Además de más de un centenar de servidores, participaron los padres Pedro Martínez, José Raúl López, José Manuel Castro, José Luis y Roberto Carlos.

El arzobispo impartió la formación, al final de la misma los hermanos propusieron diversas preguntas, a las que el arzobispo respondió con atención y finalmente, los líderes de los diferentes centros pastorales dieron un breve informe acerca de la marcha de las diferentes comunidades.

El arzobispo exhortó a los hermanos a trabajar con intensidad en la renovación interior y en la proyección misionera.

El sábado 4, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Rodeo, del municipio de Malacatancito, Huehuetenango.

A pesar de la gran falta que hace a los hermanos el hemano Juan Juventino, quien falleció hace poco más de cuatro meses, ellos se han esforzado por responder con fidelidad a la vocación de la comunidad y, la misma, incluso ha experimentado un cierto crecimiento en los últimos meses.

El arzobispo les invitó a mantenerse vigilantes en el fiel cumplimiento de la llamada que el Señor ha hecho a cada uno, de dar testimonio del Evangelio a todos y en en todas partes.

El domingo 5, la actividad del arzobispo inició en la comunidad de Todos Santos Cuchumatanes, Huehuetenango, hasta donde llegó el arzobispo, para celebrar la Divina Liturgia.

Se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a una niña, hija de una de las servidoras de la comunidad.

Durante la homilía, el arzobispo habló acerca de la experiencia de la resurrección del Señor en la vida cotidiana, lo cual produce la conciencia de que es el Señor el que dirige toda la vida del creyente y de la iglesia y, además, provoca una libertad interior, para desafiar presiones y fuerzas externas y ser totalmente fieles al Señor.

El domingo 5, hacia el mediodía, el arzobispo llegó hasta la sede de la Parroquia San Ignacio de Antioquía, de Colotenango, Huehuetenango.

La visita comenzó con un breve encuentro con el párroco, padre José Raúl López y luego, se comenzó con la formación para servidores y líderes de la parroquia.

El arzobispo explicó el sentido que tiene el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor, así como el sentido e implicaciones de la oración, en la iglesia primitivas.

Los hermanos participaron activamente en la formación y, al final, tuvieron tiempo también para plantear algunas preguntas.

El domingo 5, por la tarde, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, para los servidores y líderes de la parroquia de San Ignacio de Antioquía, Colotenango. Concelebró el párroco, padre José Raúl.

Durante la homilía, el arzobispo indicó cuáles son los medios para tener una experiencia viva de la resurrección del Señor, en la vida personal y a nivel de iglesia.

Después animó a los hermanos a que, desde la experiencia de la presencia viva del Señor en la vida de cada quien, se tenga la confianza del acompañamiento continuo del Señor en la vida del creyente y en toda la Iglesia.

El domingo 5, para concluir la visita pastoral a la parroquia de San Ignacio de Antioquía, Colotenango, el arzobispo se reunió con el Consejo Pastoral de la parroquia.

El centro del tema tratado fue la situación que se vive en una de las comunidades de El Arenal, San Gaspar Ixchil. La postura de los hermanos del consejo es que se está abiertos a la reconciliación, a condición de que, se haga justicia, con respecto a los bienes de la comunidad y que se siga trabajando en la unidad, aún cuando puedan existir dos comunidades en la misma aldea.

Además, se habló que cualquier tipo de solución requiere que no haya ningún involucramiento de tipo político, para evitar la confusión, por lo que, las soluciones se tendrán que buscar después de que pase el tiempo de las elecciones.

El lunes 6, por la mañana, el arzobispo visitó la comunidad de Chaaoj, en el municipio de Sacapulas, El Quiché.

Los hermanos estaban celebrando el aniversario de la comunidad y lo habían preparado con gran entusiasmo. La celebración dio inicio con la santa misa.

Con ocasión de la visita del arzobispo, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a cinco hermanos, contrajeron matrimonio dos parejas e hicieron la comunión solemne cinco hermanos.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de la vida de la iglesia apostólica y animó a los hermanos a comprometerse en vivir como los primeros cristianos y en dar testimonio del evangelio en toda ocasión

El lunes 6, por la tarde, inició con un retiro espiritual, el encuentro del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, el cual se celebró en el Centro de Formación de la zona 6 de Huehuetenango.

El arzobispo guió el retiro, teniendo como tema: Sentido de la oración, de acuerdo al testimonio de las Escrituras, en la Iglesia Apostólica y entre los primeros cristianos.

El arzobispo hizo énfasis en que, la oración, entendida como encuentro con Dios, es la base para superar todos los condicionamientos que impiden el ejercicio ministerial con la integridad, fidelidad y fecundidad con la que se supone que el mismo debe ser vivido y ejercido en cada momento.

Después del retiro, se celebró la Liturgia de Reconciliación para todo el presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango. Se hizo la confesión comunitaria y seguidamente se administró la absolución.

Durante la homilía, en el marco de la celebración de la Divina Liturgia, el arzobispo hizo énfasis en que, es el creer en Jesucristo, lo cual implica entregarse a Dios como Él lo hizo, lo que constituye la base para que la fe sea una realidad operante y transformadora.

Siempre a la luz de las lecturas bíblicas, el arzobispo puso el ejemplo de Esteban que, a partir de la fe, entendida como entrega incondicional a Dios, recibió la sabiduría, la libertad y el valor, para proclamar a Cristo, anunciar el Evangelio y dar testimonio de la fe hasta la muerte.

El lunes 6, después de la Divina Liturgia, el presbiterio tuvo el tiempo para compartir fraternalmente e intercambiar experiencias e inquietudes.

Todo el tiempo de compartir transcurrió en armonía y con un sentido profundo de fraternidad.

El tener la oportunidad de reunirse en el centro de formación de la ciudad de Huehuetenango, ofrece la posibilidad de tener el tiempo oportuno para este tipo de encuentro.

El martes 7, por la mañana, la actividad del presbiterio comenzó en la capilla del centro de formación, con tiempo para la oración y para la meditación.

Se rezó el oficio divino, habiendo orado los laudes y la hora intermedia.

Seguidamente, el arzobispo dirigió una meditación a los presbíteros, a la luz de la lectura del evangelio, haciendo énfasis en que únicamente la disponibilidad a ser discípulos cada día, a renunciar a sí mismos y a cargar con la cruz, es lo que abre a la experiencia maravillosa de la presencia del Señor resucitado en la vida de cada creyente.

Después del desayuno, se tuvo la formación permanente para el presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango.

Se trató de una segunda parte de la introducción del Sacramentario.

Se abordaron temas referentes a la sacramentalidad de la Liturgia, el protagonismo que tiene el Espíritu Santo en la Liturgia, los frutos que se tienen de la misma, así como de otros aspectos directamente relacionados con la celebración litúrgica, entre los que sobresalió el tema del altar, como el trono de Dios.

Hacia el final de la mañana del día 7, en el Centro de Formación Pastoral de Jumaj, se llevó a cabo la reunión pastoral del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango.

Lo primero que se trató fue la cuestión de las normas que regulan la solución de dificultades en las comunidades, especialmente lo relacionado con la transferencia de una comunidad de una jurisdicció a otra.

Seguidamente se trataron otros temas como la urgencia de que las propiedades en donde están los templos estén a nombre de la Arquidiócesis, la importancia de que se haga una pastoral que abarque a todas las edades y a todos los tipos de personas y que se fomente la fraternidad presbiteral.

La próxima reunión del presbiterio de la Vicaría se tendrá el primer lunes y martes del mes de agosto, en el mismo Centro de Formación de Jumaj.

La actividad del encuentro del Presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, alternó momentos de encuentro y de compartir fraterno, en un ambiente muy positivo.

Todos los presbíteros y diáconos participaron activamente en los diferentes diálogos, así como en los momentos en los que se tuvo la oportunidad de tener momentos de expansión.

Uno de los propósitos que se tiene es crear un ambiente de compartir y de sincera fraternidad, para que exista el apoyo recíproco y se vaya creciendo en el sentido de comunión.

El miércoles 8 de mayo, llegaron al Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, San Lucas Sacatepéquez, los miembros del Consejo para la construcción del templo de los Pirires, San Juan Sacatepéquez, para encontrarse con el arzobispo.

Los hermanos presentaron el proyecto de construcción que tienen. Se discutió acerca de las medidas y de los materiales con los que se piensa realizar la obra.

El arzobispo expresó a los hermanos, la disponibilidad que han expresado los misioneros de la Arquidiócesis del Este de los Estados Unidos, respecto a apoyar económicamente en la construcción. Se espera que la delegación misionera de dicha Arquidiócesis esté entre nosotros del 27 de mayo al 7 de junio. La visita está siendo coordinada por Arturo Pedro.

El viernes 10 de mayo, al entrar la noche, el arzobispo presidió la celebración de la santa misa, con la participación de catequistas de las comunidades de la parroquia San Miguel Arcángel, Los Ángeles, California.

Dado que el 10 de mayo se celebra el día de la madre en varios países de Centroamérica y en México, la celebración fue ofrecida especialmente por las madres vivas y difuntas.

La celebración del día de la madre hizo que varios de los catequistas se vieran imposibilitados de participar.

Durante la homilía el arzobispo explicó que la persecución a Cristo puede darse en cualquiera que no se ha encontrado con Cristo ni ha dejado que Él transforme su vida, por lo que nuestra compromiso es trabajar para profundizar en la experiencia de encuentro con el Señor resucitado, para que sea trasformada la vida y se dé testimonio del Evangelio.

Después de la celebración de la liturgia, el viernes por la noche, el arzobispo impartió la formación habitual para catequistas de la Parroquia de San Miguel Arcángel, de Los Ángeles, California.

En esta ocasión se hicieron una serie de presentaciones prácticas de causas matrimoniales, con la finalidad de desarrollar una mayor comprensión y capacidad de los procesos que se siguen para llegar a discernir acerca de la invalidez de un matrimonio.

Los hermanos presentaron una serie de preguntas y varios casos concretos y, el arzobispo, fue explicando los mismos, hasta dejar las cuestiones con la claridad posible.

El sábado 11, después del medio día, el arzobispo dio inicio al curso de formación litúrgica básica, para los alumnos de la Escuela de Teología Santiago Baradeo.

Se inició haciendo un repaso de la última parte estudiada acerca del libro del Apocalipsis, con lo cual terminaron los dos cursos de introducción a la Sagrada Escritura.

Seguidamente, el arzobispo hizo la presentación del curso que se comenzaría y el cual durará alrededor de diez meses, para conocer elementos básicos de la liturgia siro-ortodoxa y del significado que tiene la liturgia en la vida de la Iglesia.

El sábado por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad Nueva Vida, de la parroquia de San Miguel Arcángel, de Los Ángeles, Califorornia.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en cuáles son las característica que se tienen, cuando realmente se esteá viviendo la experiencia de la resurrección del Señor.

Se oró por las madres, con ocasión del día de la madre y se animó a comprometerse con mayor intensidad en el testimonio del evangelio y el llamado a la conversión.

El sábado 11, al caer el día, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Adoradores de Cristo Rey, ubicada en el centro de Los Ángeles, California, para apresidir la celebración de la Divina Liturgia.

Los hermanos se encontraban participando en buen número y con gran devoción. Se oró por una pareja que recientemente ha contraido matrimonio y por las madre presentes.

El arzobispo explicó a los hermanos cuáles son los resultados prácticos de vivir la experiencia del Señor, poniendo como ejemplo las acciones que el apóstol Pablo realizón.

El sábado 11, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad Ministerio El Pescador, para visitar la comunidad y celebrar con ellos la santa misa.

Los hermanos estaban muy contentos y agradecidos por la buen participación de hermanos, así como por la oportunidad de tener la celebración de la santa misa.

Durante la homilía, el arzobispo explicó a los hermanos la importancia de tener experiencia viva de la resurrección del Señor, para poder realmente vivir como discípulos del Señor.

El sábado 11, ya muy entrada la noche, el arzobispo impartió formación a servidores y miembros de la comunidad Ministerio de El Pescador.

Se abordó la cuestión de la oración en el testimonio bíblico y de las consecuencias que ella tiene en la vida práctica del cristiano, tanto a nivel personal como de relación con los demás.

Los hermanos agradecieron la formación y asumieron el compromiso de tratar de profundizar más en todo lo que implica la oración, para dar mayor autenticidad a su vida cristiana.