El sábado 27, el arzobispo llegó hasta el centro misionero de Cunén, para la celebración del decanato del centro de El Quiché, con participación de delegados de Cunén y Sacapulas.

Se contó con la participación de numerosos hermanos, así como con la presencia del Padre Bernabé.

Se dialogó acerca del proceso que se ha seguido en la construcción del templo parroquial que, actualmente, ya se encuentra techado y en proceso de conclusión.

El arzobispo impartió la formación y luego los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear una serie de comentarios y preguntas acerca de las implicaciones prácticas de la formación.

Después de la celebración del decanato, acompañado por el Padre Bernabé y por miembros del Consejo Pastoral, el arzobispo visitó el templo parroquial que está en construcción.

Pudo notar los avances que se ha hecho en el proceso de construcción e hizo algunos comentarios respecto al diseño que se debe hacer de lo referente al presbiterio.

Finalmente animóa los hermanos a seguir adelante en el proceso de terminación de la construcción, para que se pueda elevar el centro pastoral a parroquia.

Hacia el mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Cecilia, que se encuentra en la parte sur-oriental del centro pastoral de Cunén.

Los hermanos recibieron al arzobispo con mucho entusiasmo.

El arzobispo animó a los hermanos a tratar de organizarse con toda la seriedad del caso, para poder cumplir a cabalidad la misión que nos ha sido confiada. Igualmente les impulsó a impulsar la proyección misionera.

El sábado 27, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la pequeña comunidad de San José, ubicada en la parte sur del municipio de Cunén.

Después de dialogar durante algún tiempo con los hermanos, presidió la celebración de la santa misa.

Durante la homilía, animó a los hermanos a tratar de ser fieles en el estilo de vida y en la proyección misionera, para tratar de que el anuncio del Evangelio a todas las personas, pueda dar los frutos esperados.

Finalmente algunos de los hermanos se acercaron para compartir algunas experiencias que tenían.

El sábado 27, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Puente Chuatuj, ubicada en la parte occidental del municipio de Sacapulas.

Los hermanos se habían reunido en un buen número, hasta el punto de que apenas cabían en la pequeña casa de oración con la que cuenta la comunidad.

Se celebró la iniciación cristiana de un niño. Once niños hicieron la comunión solemne y la primera reconciliación y una pareja contrajo matrimonio.

El arzobispo animó a los hermanos a tratar de participar con mayor regularidad en todas las actividades de formación que se organizan y de tratar de impulsar la proyección misionera.

El domingo 28, hacia el mediodía, acompñado por el Padre Óscar, encargado pastoral del Centro Pastoral de Chicamán, el arzobispo llegó hasta la comunidad de las Anonas.

El arzobispo presidió la celebración de la santa misa, después de haber administrado el sacramento de la reconciliación a todos los que lo necesitaron.

Durante la homilía, el arzobispo recordó cómo la oración del justo es muy importante y delineó que las características del justo, desde la perspectiva cristiana, no corresponden con los criterios del mundo, pues es el reconcomiento del ser pobre y pequeño, lo que abre para recibir la justicia que viene de Dios.

Después de la celebración de la misa con los hermanos de la comunidad de Las Anonas, el arzobispo tuvo una breve reunión con los miembros del Consejo Pastoral del Centro Pastorala de Chicamán.

Los hermanos informaron acerca de la marcha que se está teniendo en el centro pastoral.

El padre Óscar informó acerca de la progresiva organización de algunas comunidades nuevas en ciertos sectores de Chicamán, en los que se tiene confianza de que en un futuro próximo puedan surgir comunidades maduras, que se incorporen al centro pastoral.

El arzobispo animó a los hermanos a redoblar sus esfuerzos tanto en el campo de la organización pastoral como de la proyección misionera.

El domingo 28, después del mediodía, el arzobispo impartió formación sobre el tema de La Iglesia en el Evangelio de Mateo, para líderes y fieles de la parroquia de la Santísima Trinidad de Uspantán y del Centro Pastoral de Chicamán.

Participó un buen número de líderes y fieles en la formación.

Al final de la formación, se dejó el tiempo necesario para que los hermanos pudieran plantear las preguntas que consideraran necesarias e hicieran los comentarios que tuvieran.

A media tarde, el arzobispo presidió la celebración de la santa misa, para fieles de la parroquia de la Santísima Trinidad de Uspantán, El Quiché.

Durante la homilía, explicó qué es lo que significa en el evangelio ser justo. Enfatizó que el punto de partida es el reconocimiento de sí mismo como pecador, para poder recibir el Espíritu Santo y hacerse partícipe de la justicia que viene de Dios.

También recordó a los hermanos la gran responsabilidad que se tiene de ser luz del mundo y sal de la tierra y el compromiso de orar por todos al Señor.

Después de la celebración de la divina liturgia, en la sede parroquial de la Santísima Trinidad, se celebró el decanato del occidente de El Quiché, con la participación de hermanos de Uspantán y de la Zona Reyna.

Los hermanos presentaron cuál es la situación que se está viviendo en las diferentes comunidades. En general, se ha notado un cierto crecimiento y hay entusiasmo y perseverancia.

Se dialogó también sobre la Visita Apostólica de Su Santidad y sobre la participación que se tendrá en las celebraciones de su llegada, específicamente en Chel, Chajul.

El lunes 29 de julio, por la mañana, se celebró en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez, el retiro para los seminaristas, como conclusión del segundo período de formación.

El retiro fue dirigido, a lo largo de la mañana, por el Padre Edwin. El tema que se desarrolló fue el de la forma deresponder a la llamada que hace el Señor.

Después del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la Santa Misa, para concluir el retiro que se había celebrado por la mañana del lunes.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en el don especialísimo que constituye el hacer sido llamados para el ministerio ordenado y cuáles son los requisitos para que la llamada madure y se puedan producir frutos abundantes.