El sábado 19, por la mañana, el arzobispo hizo la primera visita a la comunidad en formación que se encuentra ubicada en el Final del Cantón Reforma, de San Lucas Sacatepéquez.

Se trata de siete familias, las cuales tienen en total unos 30 miembros.

El arzobispo, después de saludar a los hermanos, celebró en el hogar de una de las familias la Divina Liturgia.

Anteriormente, el Padre José Ramón y varios seminaristas, habían estado haciendo un acercamiento pastoral para que los hermanos conocieran la iglesia, lo cual les llevó a la opción de querer comenzar la formación de la comunidad.

Después de la celebración de la Liturgia, los seminaristas permanecieron con los hermanos para celebrar un convivio fraterno, y el día del niño entre los niños de la comunidad.

El sábado por la noche, el área de formación humana y fraterna, organizó en el seminario un ágape fraterno, para celebrar el 199 aniversario de la independencia de Centroamérica.

Se compartieron algunos alimentos provenientes de diferentes países de Centroamércia.

El tiempo transcurrió en un ambientemuy fraterno y participativo de parte de todos los seminaristas.

Después del ágape fraterno, la misma área de formación humana y fraterna, organizó una noche cívica, en la que se fueron presentando diferentes aspectos de la cultura, el folklore y otros rasgos de cada país.

El acto fue introducido por el Padre José Ramón Espinal.

Después el arzobispo compartió una serie de reflexiones con los seminaristas acerca de cómo se debe enfocar la cuestión de las diferentes identidades nacionales, evitando todo tipo de nacionalista y promoviendo la unidad y la integración, desde el reconocimiento y aporte de la especificidad de cad identidad.

Luego, los seminaristas presentaron una serie de actos culturales que reflejaban la cultura de los diferentes países e identidades culturales de los países de los cuales hay seminaristas: Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

El domingo 20, por la mañana, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la divina liturgia en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo.

A la luz de las lecturas, el arzobispo hizo énfasis en la diferencia que existe entre la perspectiva desde la que Dios enfoca la realidad y la que lo hace el ser humano.

Seguidamente señaló que solamente cuando se llega a tener la perspectiva divina es cuando se vive la conversión y se participa en la salvación que da el Señor.

Finalmente señaló algunas actitudes fundamentales que se deben asumir, para lograr llegar a tener el "cambio" de mentalidad y acogerse a la misericordia divina y recibir activamente la salvación.

Hacia el final de la mañana, acompañado por algunos seminaristas, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Vuelta Grande, Antigua Guatemala.

Aunque esta comunidad ha hecho parte de la iglesia desde hace muchos años, su participación en la vida de la iglesia ha sido esporándica y sin un compromiso profundo.

Después de varios diálogos que se han tenido con los líderes de la comunidad, se espera que, a partir del año próximo, los hermanos se incorporen de una forma más sistemática, para que puedan beneficiarse de todas las gracias que conlleva el ser parte de la Santa Iglesia, madre de todas las iglesias.

Después del mediodía, el arzobispo, con la participación del padre José Ramón y de varios seminaristas, visitó la comunidad recién reiniciada y aún en proceso de reorganización de Guadalupe, ubicada en el área de San Felipe, junto al Cerro de la Cruz de Antigua Guatemala.

Esta comunidad se había iniciado a formar hace varios años. Después, por diversas circunstancias, la comunidad dejó de ser atendida, porque no se había hecho una opción fundamental de pertenecer a la iglesia.

Actualmente, a través de algunos seminaristas, los hermanos volvieron a contactarnos, pidiendo que se les volviera a atender y se les reorganizara.

Es dentro de el marco de esta solicitud, que se les ha comenzado a servir, con la esperanza de que la comunidad pueda consolidarse y se logre hacer la organización de la comunidad de forma estable.

El domingo, por la tarde, el arzobispo presidió la celebración de la santa misa en el seminario, con la participación de unos 20 hermanos que viven en los alrededores del seminario y que han mostrado interés y disponiilidad por formar una comunidad.

Durante la homilía, el arzobispo exhortó a los hermanos a hacer una decisión básica, para poder recibir las bendiciones y gracias de ser parte de la santa iglesia.

Se tiene el proyecto de que al regresar los seminaristas de las vacaciones de fin de año, se dé ya una atención continuada a la comunidad, para que se pueda consolidar.

El miércoles 23, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

La misma fue transmitida a través de las redes sociales, para animar a los hermanos a redescubrir la fe apostólica y tratar de vivir con gozo el mensaje cristiano.

El arzobispo explicó el sentido que tiene el expulsar demonios y sanar enfermos en el contexto apostólico, enfatizando que se trata de ejercer el ministerio sacramental para que, a través de la comunicación del Espíritu Santo, los fieles queden sanados de todas las enfermedades y dolencias que impiden vivir el amor profundo, como son el egoísmo, la autosuficiencia, el orgullo, el miedo y otra dolencias de esta índole.

El sábado 26 de septiembre, el arzobispo llegó hasta la sede parroquial de San Miguel Arcángel, Tzanixnam, del municipio de Totonicapán, Totonicapán.

Los hermanos, como preparación para la celebración de la fiesta patronal de San Miguel, el 29 de septiembre, habían preparado, a lo largo del año, junto al párroco, Padre Julio Tomás, a 26 jóvenes, para recibir la confirmación y el envío misionero.

Durante la homilía el arzobispo recordó que, para vivir de acuerdo al Espíritu, es necesario optar por ser auténtico discípulo del Señor, cargando cada día con la cruz y estar dispuestos a compartir con los demás los dones que el Señor da.

El sábado 26, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Tzununá, ubicada en el municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

Los hermanos participaron con gran fervor en la divina liturgia que presidió el arzobispo en la comunidad.

Durante la homilía, con ocasión de la fiesta de los Santos Cosme y Damián, el arzobispo recordó que, para poder participar de la vida de Cristo es indispensable ser discípulo suyo y esto implica el renunciar cada día a sí mismos.

También animó a los hermanos a comprometerse activamente en el testimonio cristiano, para que los dones que se reciben, puedan cumplir el objetivo para el cual fueron otorgados y se crezca en la vida cristiana.

El sábado 26, a media tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, del municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

En esta ocasión los hermanos estaban reunidos para celebrar el décimo tercer aniversario de cuando se instaló en forma continuada la presencia del Santísimo Sacramento en la comunidad.

Por lo mismo, los hermanos prepararon una corta procesión con el Santísimo Sacramento y, al final, el arzobispo impartió la bendición solemen con el Divino Sacramento.

La instalación del Santísimo Sacramento en la comunidad de Chuitzanchaj, Santa Cruz la Laguna, Sololá, concidió con el ingreso de la comunidad como parte de nuestra santa Iglesia.

A la ceremonia por la cual las comunidades se adhieren, en forma comunitaria a la Iglesia, la denominamos como "alianza" que hace la comunidad. Generalmente, junto a la alianza que se hace, se instala la presencia permanente del Santísimo Sacramento en la comunidad.

Por lo mismo, la comunidad de Chuitzanchaj, además de celebrar la llegada del Santísimo Sacramento a la comunidad, celebró con la Divina Liturgia del décimo tercer aniversario de su ingreso a la Iglesia.

El arzobispo, en la homilía, les animó a comprometerse activamente por ser auténticos discípulos del Señor y por tratar de dar testimonio del Evangelio a todos.

El domingo 27, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

Concelebraron los formadores del seminario y participaron todos los seminaristas. La celebración fue también transmitida por medio de las redes sociales.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a todos que, a la luz del mensaje de la Sagrada Escritura, es fundamental tener conciencia que la salvación es un don que requiere de una actitud constante de humildad, de arrepentimiento, de conversión de disponibilidad para cumplir íntegramente la voluntad de Dios, para que, lavados de la maldad, dejemos que el Señor nos justifique y nos haga partícipes de su vida divina.

El martes 29, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, en honor de San Miguel Arcángel y como acción de gracias por el cuadragésimo sexto aniversario de su ordenación presbiteral.

Durante la homilía, el arzobispo señaló que la participación de la lucha contra el mal y la victoria sobre éste, solamente se da cuando reconociendo la propia pequeñez, se está dispuestos a entregarse totalmente en las manos de Dios, para ser santificados y ungidos con su Espíritu Santo.

Igualmente, el arzobispo hizo énfasis en que el ministerio de la Iglesia, a través de la acción sacramental, consiste en hacer accesible a todos la comunicación del Espíritu Santo, de forma que el reino del mal sea derrotado y el Señor reine en el corazón y en la vida de todas las personas.

El martes 29, por la noche, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez, se organizó un ágape fraterno para conmemorar el aniversario de ordenación presbiteral de Mor Santiago Eduardo.

Además, del agasajo del arzobispo, dos seminaristas estaban celebrando su cumpleaños y toda la comunidad seminarística se estaba preparando para la conclusión de las actividades del Seminario.

El arzobispo agradeció a los formadores y a los seminaristas todo lo que habían preparado y les animó a seguir firmes en su entrega al Señor.

Después del ágape fraterno, la comisión del área de vida fraterna, preparó una presentación con la participación de representantes de las diferentes comunidades formativas del Seminario.

Cada uno de los grupos, a través de poemas, canciones y representaciones teatrales, expresaron su agradecimiento al arzobispo y su felicitación por el aniversario de la ordenación presbiteral.

Al final, el arzobispo compartió con todos algunas perspectiva de su experiencia vocacional, animándoles a mantenerse fieles a la llamada que se ha recibido.

El 30, por la mañana, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez, se celebró el Retiro de Final de Año para los seminaristas.

Fue dirigido por el arzobispo Mor Santiago Eduardo y participaron en el mismo todos los seminaristas.

La primera meditación se centró en torno al encuentro que se tiene con el Señor, para ser constituido en su discípulo, a partir de la participación en la unción con el Espíritu Santo que él concede a quienes son elegidos.

La segunda meditación giró en torno al texto del evangelio de Mateo, en donde se explica en qué consiste fundamentar la propia vida sobre la roca de la fe, a partir de la opción por hacer de la volunta de Dios el principio de pensamiento, discernimiento y acción en la vida del creyente.

Dentro del marco del retiro espiritual para finalizar el año formativo en el seminario, se tuvieron diversos tiempos en los que los seminaristas tuvieron el tiempo necesario para entrar en oración profunda y adoración.

El arzobispo concluyó la presentación del retiro con una meditación sobre lo que implica el tener la sensisbilidad pastoral, que es lo que capacita para el ejercicio ministerial acorde al espíritu del Señor.

Tomando como referencia el texto del evangelio de Mateo sobre la multiplicación de los panes, el arzobispo invitó a todos a reflexionar acerca de las opciones fundamentales que se deben hacer, para entrar dentro del dinamismo del Reino, tanto a nivel de vida personal como ministerial.

El miércoles por la tarde, se celebró la Asamblea General de evaluación del proceso formativo que se llevó a cabo en el seminario a lo largo del año.

Un representante de cada una de las comunidades formativas hizo la presentación de los resultados que se habían alcanzado en las respectivas comunidades.

Seguidamente un representante de cada una de las áreas de trabajo hizo también la presentación de actividades, logros y falencias que se habían tenido en estos ámbitos.

Luego los miembros del equipo de formación presentaron aspectos evaluativos e hicieron recomendaciones.

Finalmente el arzobispo agradeció a los seminaristas el empeño con el que ha trabajado, al Padre José Ramón, agradeció todo el esfuerzo y dedicación con la que ha cumplido el trabajo de formación en el seminario durante tres años, dado que el año entrante ha sido asignado a una nueva misión y, finalmente hizo la presentación del nuevo equipo formativo y de las actitudes y criterios que se esperan tener en el nuevo año de formación.

Las actividades formativas del Seminario, durante el año 2020 concluyeron con la celebración de la divina liturgiam presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres miembros del equipo de formación.

Durante la homilía el arzobispo hizo énfasis en la actitud de constante vigilancia y discernimiento que se debe mantener para tener conciencia de la manera en la que se está viviendo identificado con el Señor y se están dando los buenos frutos que el Señor espera que se den.

Finalmente, animó a los seminaristas a tomar el tiempo de vacaciones como tiempo de testimonio y de misión y a comprometerse a contagiar la alegría del Evangelio y del haber sido elegidos por el Señor a todos.