El jueves 3 diciembre, el arzobispo llegó hasta el municipio de Santiago Atitlán, del departamento de Sololá, para hacer una visita a la comunidad Unción del Espíritu Santo.

Con ocasión de la visita, se celebró la divina liturgia con un buen número de fieles, que pudieron participar en la celebración litúrgica, a pesar del día y horario en el que se celebró.

Durante la homilía, el arzobispo explicó en qué consiste concretamente fundamentar la propia vida sobre la roca y cuándo es cuando se cimenta sobre la arena. Exhortó a los hermanos a comprometerse a que la vida de cada quien esté cimentada sobre la roca.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia en la comunidad Unción del Espíritu Santo de Santiago Atitlán, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a tres niños.

El arzobispo recordó cuáles son los compromisos específicos que asumen, tanto los padres como los padrinos, cuando traen a su hijo a recibir los sacramentos.

La ceremonia transcurrió en un ambiente de profunda espiritualidad y los niños, a pesar de su edad, participaron con gran serenidad.

Al caer el día tres de diciembre, el arzobispo llegó hasta la comunidad Nuevo Pentecostés, para celebrar la santa misa para los hermanos que pudieron participar.

Durante la homilía el arzobispo animó a los hermanos a trabajar intensamente en el interior de cada quien, para lograr que su vida se fundamente sobre la roca del don del Espíritu Santo y de la fe y no sobre la arena de las doctrinas, de las interpretaciones bíblicas o de las tradiciones.

También se animó a los hermanos a que, como fruto de la profundización en la fe, se trate de dar testimonio del Evangelio a todos los que aún no han renovado su vida.

Después de la homilía, en la comunidad Nuevo Pentecostés, se hizo la bendición del nuevo consejo pastoral de la comunidad, el cual tendrá sus funciones específicamente en el año 2021.

Antes de orar por los hermanos, el arzobispo les recordó que es urgente que asuman el compromiso de vivir radicalmente el evangelio y de buscar a los hermanos de la comunidad que se han quedado marginados o caídos, para cumplir el mandato del Señor.

También exhortó a que en el estilo de vida sean testimonio para todos y que traten de llegar a cuantas personas aún no hayan renovado su vida por la fe y la acción del Espíritu Santo.

El viernes 4 de diciembre, el arzobispo llegó hasta el salón municipal de Panajachel, Sololá, en donde, por primera vez, se celebró el decanato de Sololá y Totonicapán.

Se contó con una participación muy nutrida de representantes de las diferentes comunidades. En total, se trató de más de 80 hermanos, procedentes de todas las comunidades que están implicadas en el decanato.

El arzobispo hizo la presentación de la formación, la cual tuvo una buena aceptación y, seguidamente los representantes de las comunidades expusieron la situación en la que se encuentran las comunidades. En general, se está notando un marcado crecimiento de las comunidades.

El viernes 4, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Tzununá, del municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá, para celebrar la divina liturgia.

Los hermanos están muy dedicados en la organización de la comunidad. Entre las novedades, se encontraba el comienzo de un coro, específicamente para la animación de la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo felicitó y animó a los hermanos a comprometerse cada día con mayor radicalidad, en vivir y anunciar el evangelio.

El viernes 4, a media tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunida de Pajomel, del municipio de Santa Cruz la Laguna, en Sololá, para realizar la primera visita en largo tiempo.

Los hermanos han construido un nuevo templo, más amplio y mejor edificado, por lo que no se había podido celebrar la misa en las últimas ocasiones en las que el arzobispo se encontraba en el área.

Durante la homilía, el arzobispo felicitó por la nueva construcción y les animó a centrarse en la oración y el testimonio misionero, para que percibiendo la presencia del Reino en la vida de cada quien, se pueda ser testigos del Evangelio.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana, es decir, el bautismo, la crismación y la comunión a un niño, hijo de un miembro de la comunidad.

El arzobispo explicó cuáles son los compromisos que, tanto padres como padrinos asumen al traer e un niño a bautizar. Subrayó que se trata de un compromiso ante Dios, a ser testigos vivos del Evangelio en todo momento.

Los hermanos expresaron su disponibilidad a comprometerse con mayor radicalidad, tanto en la vivencia de la presencia del Espíritu Santo en la vida de cada quien, para que el bautizado pueda ir creciendo en la fe.

Para el nuevo templo que han construido en Pajomel, los hermanos encargaron un tabernáculo muy hermoso, para conservar las divinas especies.

Después de la homilía, el arzobispo oró e hizo la bendición del nuevo tarbernáculo, el cual ha sido colocado en la parte central del templo.

En gestos como estos, se puede reconocer que los hermanos participan del una fe profundamente centrada en la vida sacramental, la cual es el canal a través del cual, se nos comunica la palabra encarnada, que es el único medio para alcanzar la salvación

El viernes 4, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, ubicada en el municipio de Santa Cruz la Laguna de Sololá.

Los hermanos le recibieron con gran alegría, aunque el equipo de música no se encontraba, pues había sido invitado para participar en el aniversario de una comunidad que se encuentra en una zona remota de Tajumulco, San Marcos.

Durante la homilía el arzobispo recordó a los hermanos cuál es el camino para que la salvación de Cristo, que es palpable y produce frutos pueda alcanzarse

Dentro del marco de la celebración litúrgica, en la comunidad de Chuitzanchaj, el 4 de diciembre, el arzobispo administró los sacramentos de la iniciación cristiana a un niño.

Tanto los padres como los padrinos asumieron el compromiso de tratar de vivir como auténticos discípulos del Señor, para que la semilla sembrada en el niño bautizado, pueda dar abundante cosecha.

El sábado 5 de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la Catedral de San Juan Bautista, Comalapa, Chimaltenango, para presidir la celebración del decanato de Chimaltenango.

El arzobispo impartió formación durante poco más de una hora, acerca del misterio de la Iglesia y de la sacramentalidad, como el camino establecido por el Señor, para que la Palabra de Dios se siga haciendo sacramentalmente carne y actualice la salvación conquistada por Jesucristo.

Al final, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear diferentes cuestiones, a las que el arzobispo fue respondiendo.

Se contó con la participación de los dos padres asignados al área, Francisco y Rigoberto, así como representantes de los diferentes municipios de Chimaltenango, en donde tiene su presencia la Iglesia.

Después de la celebración del decanato, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, habiendo concelebrado los Padres Rigoberto y Francisco.

Durante la homilía, el arzobispo recordó cómo es como se cumplen las promesas de Dios dentro de la experiencia cristiana, subrayando que se trata de tomar conciencia y optar por recibir el Reino y dejar que el Reino vaya transformando toda la vida del creyente y se convierta en fuente de compromiso y testimonio del Evangelio.

En el contexto litúrgico del Adviento, el arzobispo animó a los hermanos para que traten de desarrollar actitudes que permitan dejar que la presencia del Reino transforme la propia vida y, de esa manera, la Navidad sea un acontecimiento que se realiza en la exisstencia de cada uno de los creyentes.

Después de la Divina Liturgia, durante breves momentos, el arzobispo se encontró con los diferentres grupos que participaron en el decanato.

Se inició con la bendición sobre representantes del Consejo Pastoral saliente y del entrante, de la parroquia de la Catedral de San Juan Bautista.

Seguidamente, el encuentro fue con algunos de los otros miembros de la comunidad central de San Juan Comalapa.

Luego se encontró con los representantes de San José Poaquil, luego con los de Santa Cruz Balanyá. Después con los de las dos comunidades de Patzún.

Finalmente, el encuentro fue con algunos de los miebros de la Asociación de San Juan Bautista.

Al terminar toda la actividad de formación y la celebración litúrgica, los miembross de la Asociación de San Juan Comalapa, prepararon un refrigerio para todos los participantes, lo cual se convirtió en un tiempo de compartir fraternal.

Todos los participante se mostraban muy contentos de tener la oportunidad e volverse a reunir, después de nueve meses, pues el último encuentro se había tenido a inicio de marzo.

El arzobispo deseó a todos los presentes Feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de bendiciones y prosperidad y les exhortó a seguir persistentemente tratando de cumplir la misión que el Señor confió a los apóstoles, de hacer de todos, auténticos discípulos del Señor.

El domingo 6, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, se celebró el decanato para delegados y servidores de comunidades de Sacatepéquez y Guatemala.

Participaron numerosos hermanos representantes de las diferentes comunidades, así como el Padre Orlando López, encargado pastoral del área.

El arzobispo impartió formación acerca de cómo el misterio de la Palabra de Dios hecha carne se prolonga en la Iglesia y cómo transforma la vida del creyente y le capacita para ser testigos del Evangelio.

Después de la formación del decanato, continuó un diálogo acerca de la manera y estrategias para poner en práctica en la vida personal y comunitaria, lo que constituye la base de la fe apostólica que compartimos.

Algunos hermanos expresaron sus puntos de vista y el arzobispo fue iluminando las diferentes perspectivas que se iban presentando, para tratar de orientar la renovación espiritual y pastoral.

También se presentó el informe acerca de actividades que se han realizado en el presente año y se hicieron diferentes preguntas para prepararse a la conformación del Consejo Pastoral de la Parroquia del área de San Juan Sacatepéquez, lo cual está planificado para llevarse a cabo el 10 de enero próximo.

Después de las actividades formativas, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia correspondiente al segundo domingo del Adviento, la cual fue concelebrada por el padre Orlando.

Durante la homilía el arzobispo recordó el sentido del Adviento, haciendo énfasis en que no se trata del mero recuerdo de un hecho pasado ni de reavivar la esperanza de algu futuro sino de profundizar, para descubrir la presencia viva del Señor en cada creyente y en cada comunidad.

También exhortó a los hermanos a tratar de que, desde el reconocimiento de la presencia del Señor resucitado y de su Espíritu en cada fiel, se trate de intensificar la proyección misionera a todos los nivele sposibles.

El encuentro con servidores y líderes de las comunidades de Sacatepéquez y Guatemala, como es ya una tradición, concluyó con un sencillo convivio por el final del año.

Cada una de las comunidades aportó diferentes cosas, para que entre todos, se pudiera compartir con alegría y en espíritu de auténtica fraternidad.

El arzobispo agradeció a todos su participación y les animó a reforzar en este tiempo, con particular intensidad, la experiencia de la presencia del Señor y a proyectar hacia todos el amor y la fe.

El martes 8 de diciembre, solemnidad de la concepción de la Bienaventurada Virgen María, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia en la comunidad de Las Cruces de Tomtem, Cobán, Alta Verapaz.

Los hermanos estaban celebrando el décimo sexto aniversario de su fundación. Concelebraron los Padres Alexander Mendoza, encargado pastoral de la comunidad y Gustavo Pineda.

Durante la homilía, el arzobispo presentó la antítesis entre la actitud de Adán y la de María, como prototipos de lo que significa el fracaso humano ante la rebelía hacia Dios y la posibilidad de alcanzar la realización, ante la entrega incondicional al servicio de Dios.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, el arzobispo administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a 6 hermanos de la comunidd de Las Cruces de Tomtem.

Al dirigirse a los confirmandos, el arzobispo les exhortó a asumir la actitud propia de María, para ser capaces de cumplir con fidelidad la misión que aceptan recibir del Señor al ser confirmados.

También les animó acomprometerse activamente en el testimonio misionero y en la reactivación de la comunidad a la que pertenecen, especialmente a través de su testimonio.

El miércoles 9, por la mañana, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración del decanato con los presbíteros, representantes y líderes de parroquias y centros pastorales del sur de Alta Verapaz.

Además de representantes de las diferentes parroquias, participaron los padres Óscar Carranza, Freddy González, Alexander Mendoza, Gustavo Pineda y Arturo Coc.

El arzobispo dio una formación sobre el sentido de la sacramentalidad de la iglesia, la cual, al parecer, respondió a una serie de inquietudes que tenían los hermanos y tuvo buena acogida.

Después de la formación, se emprendió una diálogo entre el arzobispo, los presbíteros y los hermanos que estaban participando en el decanato de Tomtem, Cobán.

Los hermanos hicieron una serie de planteamientos acerca de ciertos aspectos relacionados con el compromiso pastoral y aspectos de la fe apostólica.

Entre las diferentes conclusiones que se sacaron, estuvo el tratar, el año entrante, de formar una comisión con hermanos que conozcan a fondo el idioma K'ekchí así como la terminología religiosa, para tratar de adecuar mejor las traducciones de los textos litúrgicos que se emplean en la liturgia que celebramos.

El juves 10 de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta Los Ángeles, California, para realizar el ministerio pastoral en la Parroquia de San Miguel Arcángel, de California.

La primera actividad se llevó a cabo en la noche del jueves 10, cuando Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia con los servidores de la comunidad Ministerio El Pescador.

Durante la homilía, el arzobispo, en el contexto del tiempo de Adviento, recordó a los hermanos que el principio de dignidad del cristiana se tiene por la participación en la vida y el misterio de Jesucristo, que es la Palabra de Dios hecha carne que se nos comunica, especialmente en el Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor.

El viernes 11 de diciembre, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los catequistas de la parroquia San Miguel Arcángel de California.

La celebración se llevó a cabo en la parte posterior de la residencia del hermano Ronaldo, para poder cumplir con los requistos sanitarios impuestos en el Estado de California.

Durante la homilía, el arzobispo señaló cómo es necesario estar en constante vigilancia para reconocer el don vivo de Dios que se manifiesta continuamente en la vida del cristiano.

Después de la celebración de la Divina Lciturgia, el arzobispo impartió la formación que había preparado para los catequistas de la parroquia de San Miguel Arcángel de California.

La situación ambiental impidió ques se contara con la participación de todos los líderes de las comunidades, sin embargo, fueron numerosos los hermanos que participaron con gran entusiasmo de la enseñanza.

Se trató de explicar el sentido del término "Palabra de Dios", de acuerdo al testimonio que dan las Sagrada Escritura y se invitó a quie, tomando conciencia de la problemática, se supere una serie de de condicionamientos, propios de occidente cristiano.

El sábado 12, por la tarde, Mor Santiago Eduardo impartió la formación para los alumnos de la Escuela de Formación Ministerial Santiago Baradeo, en la sede del Ministerio El Pescador, Los Ángeles, California.

El tema que se trató versó en torno a las actitudes que se deben asumir para llegar a tener el encuentro con el Señor resucitado y, de esa manera, poder conocer algo de su misterio.

El arzobiso hizo énfasis en que se debe evitar el error de pensar que la Cristología consiste en la acumulación de conocimientos, doctrinas y opiniones, cuando, por el contrario, tiene que ser un proceso por el cual el creyente se vaya vaciando de sí mismo, para estar preparado para recibir la revelación que viene del mismo Señor.

El sábado 12, por la noche, en la sede del ministerio El Pescador, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, en honor de Santa María de Guadalupe.

En la homilía, el arzobispo hizo énfasis en la importancia de descubrir en la Virgen María un modelo de cómo entregarse al servicio de Dios, para tener el privilegio de recibir la revelación y capacitarse para ser testigos del Evangelio.

También, recordó el arzobispo, el modelo de María nos recuerda cómo es en medio de la pequeñez y de la pobreza confiada a Dios, en donde se encuentra el espacio privilegiado para dar testimonio del Evangelio.

La actividad pastoral del arzobispo el sábado, terminó con la formación que fue impartida a miembros del Ministerio El Pescador, sobre el tema de la ministerialidad en la Iglesia.

El arzobispo recordó cómo el Señor eligió a los apóstoles y luego a sus sucesores para ser los instrumentos a través de quienes se continuara el misterio de la encarnación de la Palabra.

Recordó cómo el ministerio en la Iglesia nunca es una fuente de poder sino de servicio y despojo de sí mismos, para que sea el Señor el que da eficacia al mismo y el que, a través de éste, es reconocido como cabeza actuante y presente constantemente en la Iglesia.