El domingo 13 de diciembre, en el patio posterior de la residencia del Hermanos Ronaldo, para cumplir con los requisitos sanitarios establecidos en California, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia para servidores de las comunidades de la Parroquia de San Miguel Arcángel.

Debido a la situación de pandemia que se vive en California, la participación de los servidores a la celebración fue reducida.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que el Señor sigue enviando abundantes signos de su presencia y de su continuada venida en medio de la humanidad. Sin embargo, es necesario tener la capacidad y la sensibilidad para reconocer esa presencia y esos signos y, evitar de esa manera que lo que Dios hace por la humanidad quede como quedó el mensaje de Juan Bautista para el judaísmo, es decir como una voz que grita en el desierto.

Después de la celebración de la Divina Liturgia, se impartió la formación para los servidores de las comunidades, haciendo énfasis en la cuestión de la organización ministerial de la Iglesia.

El arzobispo señaló que en los escritos del Nuevo Testamento resulta evidente que la comunicación del Espíritu Santo, a través de la vida sacramental, es un ministerio que compete a los apóstoles y, sucesivamente, a sus sucesores.

Sin embargo hizo énfasis en que los ministerios en la Iglesia, a ejemplo de Jesucristo, no implican estar encima de los demás, sino ponerse, con actitud de humildad, como un esclavo, al servidio de Dios y de su pueblo. Esto, enfatizó vale para todo tipo de ministerio que se ejerza dentro de la Iglesia.

Después del mediodía, se celebró el domingo trece, la reunión del consejo pastoral de la parroquia de San Miguel Arcángel, de California.

Se dialogó acerca de los planes que tienen las diferentes comunidades.

Además se hizo énfasis en que cada comunidad que quiera incorporarse dentro de la Iglesia, tiene también participar activamente en la vida de la parroquia.

Finalmente se habló de la organización que se debe dar a las celebraciones que tienen carácter parroquial. Por el momento se estableció que habrá diálogos y reuniones especialmente para la organización de la liturgia de la Misa, los viernes y domingos, cuando el arzobispo esté visitando la parroquia.

El domingo 13 por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Santa María de Guadalupe, ubicada en Riverside, California.

Los hermanos, en ese día, estaban celebrando el aniversario de la comunidad, por lo que organizaron una serie de diferentes actividades, dentro de los límites permitidos por la presente situación de emergencia sanitaria que se vive.

Antes de la celebración de la liturgia, el arzobispo explicó a los hermanos cómo se da la organización ministerial de la iglesia y cuál es la actitud con la cual se está llamados a vivir la dimensión ministerial.

El domingo al caer el día, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia del Tercer Domingo del Adviento con los hermanos de la Comunidad Santa María de Guadalupe.

Aunque la liturgia fue la dominical, muchos de los aspectos estuvieron centrados en torno a la celebración de Santa María de Guadalupe, cuya fiesta se había celebrado el día precendente.

El arzobispo felicitó a los hermanos por su compromiso y los animó a seguir tratando de ser fieles al Señor, imitando la actitud y el ejemplo de la Santísima Virgen María.

El miércoles 16 de diciembre, por la noche, el arzobispo celebró la Divina Liturgia por primera vez, con los hermanos de la nueva comunidad Pacti Divino, ubicada en el centro de Los Ángeles, California.

Los hermanos apenas están organizando la nueva comunidad y cuentan con untos 30 miembros, de los cuales unos 20 pudieron participar en la liturgia.

El arzobispo, durante la homilía, les exhortó a tratar de reconocer el don especial que significa ser parte de la Iglesia Madre de todas las Iglesias y cómo, de acuerdo al testimonio del Evangelio, esto tiene que llevar a que se viva con mayor intensidad la presencia transformadora del Señor, por medio de su Espíritu, para poder dar testimonio de la fe verdadera.

El jueves 17, por la tarde, el arzobispo llegó hasta Champaign, Illinois, en donde le recibieron algunos de los dirigentes de la Comunidad La Nueva Creación, ubicada en Urbana, Illinois.

Esta comunidad, formada en su gran mayoría por hermanos prevenientes de Santa Eulalia y, específicamente de las aldeas que hacen parte de la parroquia de San José Quixabaj, ha organizado esta comunidad, con la confianza de que, en un futuro próximo, con el desarrollo de otras comunidades, pueda convertirse en Parroquia.

Debido a la pandemia, la visita del arzobispo tuvo que posponerse hasta esta ocasión.

El viernes 18, por la tarde, el arzobispo se reunió con el Consejo Pastoral de la comunidad, con el que se establecieron ciertos mecanismos de trabajo, así como el programa de actividades para el fin de semana.

El sábado 19, por la mañana, en la sede de la comunidad Nueva Creación de Urbana, Illinois, el arzobispo impartió la primera formación para servidores y líderes de la comunidad.

El tema que se presentó fue el del sentido de la Palabra de Dios, de acuerdo a las Escrituras.

El arzobispo hizo énfasis en que la Sagrada Escritura está inspirada y es inerrante, pero la Palabra de Dios siempre es trascendente e implica la presencia del mismo Dios, que se manifiesta, transformando al ser humano, por la efusión del Espíritu Santo.

Hacia el mediodía, del sábado 19 de diciembre, el arzobispo impartió la segunda formación a los servidores y líderes de la comunidad Nueva Creación de Urbana, Illinois.

El tema que se abordó fue la presentación de la sacramentalidad, como medio para que el misterio de la Palabra hecha carne, se vaya extendiendo a lo largo del tiempo, y la Iglesia mantenga constantemente su característica de ser Cuerpo de Cristo vivo, al cual se incorporan sus miembros, por el don activo del Espíritu Santo.

El arzobispo también explicó una serie de temas relacionados con el sentido del bautismo y del sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, como extensión del misterio de la encarnación.

El sábado 19, por la noche, el arzobispo llegó hasta el lugar en donde se reúnen los miembros de la comunidad María Auxiliadora, en Champaign, Illinois.

Se trata de una pequeña comunidad, formada solamente por dos familias, aunque cada una de ellas tiene varios miembros.

El arzobispo les explicó cuál es el sentido que tiene la organización con la que se debe trabajar y cuál la comunicación y estabilidad que se debe mantener, para poder tener la presencia del Santísimo Sacramento.

El sábado 19, por la noche, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la Divina Liturgia con los hermanos de la comunidad Nueva Creación de Urbana, Illinois.

Debido a la época del año en que nos encontramos, algunos de los hermanos miembros de la comunidad, no pudieron participar, por estar requeridos a trabajar.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas bíblicas, el arzobispo recordó a los hermanos que cada quien ha sido llamado por el Señor para que, a pesar de su pequeñez, pueda recibir a Jesucristo en su vida, sea transformado por su presencia divina y el don del Espíritu Santo yu se convierta en testigo activo del Evangelio.

El domingo 20, por la mañana, Mor Santiago Eduardo, presidió la celebración del cuarto domingo del adviento, con los hermanos de la comunidad la Nueva Creación, de Urbana, Illinois.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos cómo el Señor cumplió las promesas que se habían hecho en el Antiguo Testamento de una manera totalmente sorprendente y novedosa, para el sentido que se le daba a las promesas, según la Escritura, en el tiempo del judaísmo de esa época.

Él recordó que fue la disponibilidad de la Virgen María, lo que permitió que, rompiendo con los paradigmas de la época, se cumpliera todo lo que había sido prometido, al reconocerse ella esclava del Señor y entregarse incondicionalmente a su servicio.

Por lo mismo, exhortó a los hermanos a descubrir y asumir la actitud de la Virgen María, para que Dios, también actualmente, cumpla sus promesas de salvación, de una forma novedosa.

Dentro del marco de la celebración de la Divina Liturgia, se administró la Confirmación y el envío misionero a la hermana Laura Nicolás, quien había sido cuidadosamente preparada por los catequistas de la comunidad.

El arzobispo recordó a la confirmada cuál era el compromiso que asumía y cuál era la gracia que el Señor fotalecía y confirmaba en ella, para cumplir la misión de proclamar el Evangelio.

También recordó que la msión es necesario cumplirla, en primer lugar, a través del testimonio de la propia vida que, por el don continuado del Espíritu Santo, transforma la vida del cryente.

También dentro del marco de la celebración de la santa misa, se administró la primera reconciliación e hizo la comunión solemne, la niña Cristina Nicolás.

Se oró sobre ella, pidiéndole al Señor que, ahora que asume un compromiso más serio y persona, Él le ayuda a perseverar en la fe y en la rectitud de vida, alimentada y sostenida por el sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, Palabra encarnada de Dios, que se comunica a su pueblo.

La actividad pastoral del arzobispo en Illinois, terminó con un breve tiempo de convivio y compartir fraterno entre los hermanos que habían participado en la liturgia.

El hecho del confinamiento, debido a la pandemia, impidió que, como se ha hecho en otros años, el convivio pudiera realizarse en un lugar abierto, dentro de área en que se ubica la sede de la comunidad.

Esto obligó a que, la misma área de reunión litúrgica de la comunidad, tuviera que ser empleada para el convivio, esforzándose por guardar el debido respeto y compostura.

Los hermanos agradecieron la visita al arzobispo y renovaron el compromiso de seguir trabajando con entusiasmo y dedicación, para el crecimiento de la comunidad.

El día de hoy, 24 de diciembre, hemos recibido la Carta-Mensaje de Su Santidad Ignacio Efrén II, Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, con ocasión de la Navidad y del Año Nuevo.

En el mensaje, Su Santidad recuerda, especialmente ante las actuales tribulaciones que vive el mundo, que nuestra fe en el misterio de la Palabra de Dios hecha carne, que se convierte en el Emanuel, Dios con nosotros, nos da la certeza de que Dios no nos abandona y nos invita a que, le reconozcamos presente en nuestra vida, para ser transformados y confortados con Él.

También nos recuerda que estamos llamados a ser, para el mundo, lo mismo que fueron los ángeles para los pastores, testigos de la cercanía y de la presencia transformadora del Emanuel, Dios con nosotros, que anuncia la alegría y la paz al mundo.

A continuación, presentamos en diferentes formatos y, tanto en castellano como en inglés, el mensaje de Su Santidad.

El 25 de diciembre, el arzobispo presidió, por la mañana, la celebración de la Divina Liturgia en la Basílica de San Juan Bautista, en Comalapa, Chimaltenango.

Durante la homilía, el arzobispo recordó que, de acuerdo a la fe apostólica, el misterio del nacimiento de la Palabra hecha carne no es una recuerdo del pasado, sino la realidad continuada que se vive en la Iglesia.

Por lo mismo, invitó a los fieles a que, tratando de tomar conciencia de la realidad actual de la fe, todos traten de abrirse a la actualidad de la presencia de la Palabra hecha carne que, especialmente a través de la Eucaristía, se actualiza y hace presente en la vida de cada creyente.

Como es ya habitual, dentro del marco de la celebración de la liturgia de Navidad, se hizo la institución de un ministro de la Comunión en la Basílica de San Juan Bautista, Comalapa.

Además, como se ha vuelto ya una praxis en la Arquidiócesis, con ocasión de la institución del nuevo ministro, se hizo la renovación de los demás ministros de la comunión.

El arzobispo recordó a los ministros que, su compromiso fundamental es dejar que el misterio de la Palabra hacha carne, que es el que se distribuye al dar el Cuerpo del Señor, se haga realidad viva y transformada en la vida de cada uno de ellos.

El primero de enero, se realizará en San Juan Comalapa, el cambio del Consejo Pastoral, como sucede, de forma habitual, cada dos años.

Por esta misma razón, y dado que el arzobispo no estará presente allí el primero de enero, los miembros del nuevo consejo pastoral, pidieron al arzobispo que se les diera la bendición, previo a la toma de posesión de su cargo.

Aprovechando la ocasión, se oró sobre los miembros del consejo pastoral saliente, así como sobre los nuevos miembros y el arzobispo les animó a cumplir su misión con generosidad y diligencia.

En la misa de Navidad en la Basílica de San Juan Bautista, se contó con la participación de representantes de muchas de las organizaciones que trabajan en la Parroquia local.

Por lo mismo, el arzobispo invitó a representantes de algunas de ellas a que se acercaran, para orar por ellos y luego, el pueblo de Dios les expresara su agradecimiento por el servicio que prestan.

Entre los grupos que estuvieron presentes se encuentra la Cofradía, los Lectores, uno de los Coros, La Asociación y miembros del equipo de Acólitos.

El viernes 25, por la tarde, después de haber manejado por unos 250 kilómetros y de haber superado muchos de los obstáculos que dejaron en las carreteras las tormentas Eta y Iota, el arzobispo llegó hasta Uspantán, El Quiche.

Apenas se llegó, la primera actividad que se tuvo fue la formación impartida a fieles de la Parroquia de la Santísima Trinidad de Uspantán y a miembros del equipos pastoral del Centro Pastoral de la Zona Reyna.

El arzobispo explicó a los hermanos el sentido de la Palabra de Dios y les recordó que la celebración de la Navidad implica, precisamente, el vivir como una realidad actual ese misterio.

Hacia el final de la tarde del vernes 25, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia con los hermanos de la parroquia de la Santísima Trinidad de Uspantán, que estaban participando en gran número.

En la celebración concelebró el párroco local, padre Óscar Guardado.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos el sentido de la celebración del nacimiento del Señor, como un misterio que se actualiza cada vez que se celebra la Divina Liturgia y se comunica a la vida del creyente, por medio de la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor.

El viernes 25, en el marco de la celebración de la Divina Liturgia, el arzobispo administró la Confirmación y el Envío Misionero a 18 hermanos de la parroquia de Uspantán.

El arzobispo explicó a los hermanos cómo esa ceremonia implica la actualización de la gracia y de los compromisos que se asumieron en el momento de la Crismación.

También se hizo énfasis en que lo más importante, además del testimonio de vida, es el comprometerse activamente en la acción misionera de la Iglesia.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la primera reconciliación y la comunión solemne a un grupo de niños de la parroquia de la Santísima Trinidad.

El arzobispom dirigiéndose a los niños les recordó cómo, lo que sucede cada vez que se comulga es el equivalente al misterio del nacimiento del Hijo de Dios.

También les animó a tratar de dejar que la fuerza del nacimiento del Señor en la vida de cada quien, por la acción del Espíritu Santo, se convierta en fuente de transformación de la vida y de testimonio.

Después de la celebración de la Divina Liturgia, se celebró, en la parroquia de la Santísima Trinidad, la reunión con líderes de las diferentes comunidades, equivaliendo esto a la segunda parte del decanato.

Los líderes de las diferentes comunidades presentaron cuál es la situación en la que las comunidades se encuentran actualmente, especialmente en el contexto de la pandemia que ha azotado.

En general, se pudo constatar que en casi todas las comunidade se ha experimentado un sostenido crecimiento en el número de fieles, pues son numerosas las familias que se han incorporado. El arzobispo hizo énfasis a que, al crecimiento en el número, tiene que corresponder un crecimiento en el compromiso y en la dientidad.

El viernes 25, por la noche, el arzobispo llegó hasta el centro pastoral de Las Anonas, para presidir la celebración de la Divina Liturgia con líderes y servidores de las comunidades.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido sacramental y actual de la celebración de la Navidad, la cual no consiste en el mero recuerdo de hechos pasados, sino en la actualización sacramental, de lo que sucedió en el pasado.

De esta manera, se exhortó a los fieles a dejarse transformar por la presencia viva de la Palabra hecha Carne que, a través del sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, se hace presente en la vida y actualiza la dignidad de ser templos vivos del Espíritu Santo.

La actividad pastoral del arzobispo el día de Navidad, concluiyó con una reunión con miembros del Consejo Pastoral del Centro Pastoral de Chicamán, El Quiché.

Los hermanos preentaron al arzobispo los logros y dificultades que han experimentado a lo largo del año, incluyendo el ingreso de numerosas familiar y el proceso que se está siguiendo para la formación de nuevas comunidades.

El arzobispo les animó a seguir trabajando con mayor empeño e, igualmente, a tratar de intensificar la proyección misionera eficaz, para que el Centro Pastoral pueda alcanzar la estabilidad que se requiere.