El jueves 31 de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Buen Pastora, del Amparo Agua Tinta, Margaritas, Chiapas, México, para presidir la celebración del decanato de Chiapas.

A pesar de las dificultades de transporte, se contó con la presencia de la mayoría de delegados de las diferentes comunidades de la parroquia, además del Padre José Alfredo, párroco, de los diáconos Francisco y Alonso y del Padre Francisco, que acompañaba al arzobispo.

El arzobispo impartió la formación la cual consistió en hacer una presentación de las características que debe tener el Año de la Apostolicidad que se vivirá en la Arquidiócesis durante el año 2021.

Después del decanato, se entabló un diálogo, en la cual participaron varios hermanos, así como los presbíteros y los diáconos que estaban presentes.

Se aportaron diferentes perspectivas acerca de lo que se puede hacer para responder con mayor integridad y radicalidad a lo que el Señor está pidiéndonos en estos tiempos de dificultades.

En general el consenso implicó que es urgente que se pase de lo que son las ideas a la práctica y al compromiso, tanto en el estilo de vida como del impulso misionero.

Al final de la mañana del 31 de diciembre, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia para servidores y líderes de las misiones de Chiapas, en el Amparo Agua Tinta.

Concelebrarons los Padres José Alfredo y Francisco y estuvieron presentes los diáconos Francisco y Alonso.

El arzobispo recordó en qué consiste la fe auténticamente apostólica católica y cristiana, haciendo énfasis en la urgencia de experimentar y abrirse a la efusión del Espíritu Santo, para que la fe tenga la solidez y el dinamismo propios de la iglesia primitiva.

Al mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la reunión del Consejo Pastoral, formada por delegados de las diferentes comunidades de la parroquia.

Se dialogó acerca de la preparación para la recepción de los sacramentos y de la confirmación y el envío misionero. El arzobispo recordó que, antes de que se administre la confirmación, es necesario que los confirmandos tengan una cierta experiencia en el trabajo misionero y que se abran espacios en las comunidades en los que la misión pueda ser realizada.

También se diaogó acerca de la urgencia de dar de alta ante el Gobierno de México todos los templos de las comunidades, para que tengan la solidez institucional que se necesita.

La visita pastoral del arzobispo a Chiapas, concluyó con una visita a la pequeña comunidad del Nuevo Refugio, ubicada en la orilla de lo que se conoce como Cinco Lagos.

Esta comunidad está formada, en su mayoría, por hermanos de idioma Chuj que, procedentes de Nentón, durante el tiempo de la violencia habían emigrado a México. Luego retornaron y se establecieron en el área de Victoria Veinte de Enero del Ixcán de Guatemala y hace ocho años regresaron, para establecerse en donde se encuentran actualmente.

Comenzó la comunidad con cuatro familias. Sin embargo, actualmente, la comunidad está formada por ocho familias y ya están pensando en la necesidad de ampliar el templo.

El viernes 31, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia en la sede parroquial de la Parroquia Renovación Carismática de Antioquía, ubicada en Guaxacaná, Nentón.

Se celebró la liturgia en honor a la Circuncisión del Señor y a Santa María, Madre de Dios, como anticipación de la liturgia del primero de enero y, por lo mismo, del Año Nuevo.

El arzobispo durante la homilía recordó cómo la circuncisión del Antiguo Testamento ha sido sustituida por el Bautismo del Espíritu Santo, que es el que administra la Iglesia y cómo, a través de este sacramento, el misterio de la Encarnación de la Palabra de Dios se prolonga sacramentalmente a través del tiempo y nos incorpora como parte del mismo cuerpo glorio y resucitado del Señor.

Dentro del marco de la Divina Liturgia de la Vigilia del Año Nuevo en la sede parroquial de Guaxacaná, se hizo la presentación del nuevo consejo pastoral de la comunidad local.

El arzobispo, oró por cada uno de los miembros del nuevo consejo, habiendo delegado al párroco local, Padre Francisco Pastrana, para que hiciera un momento de oración sobre los hermanos.

Seguidamente, los miembros del nuevo consejo fueron presentados a la comunidad, la cual expresó su aceptación y su compromiso de apoyar a los hermanos para que puedan cumplir la misión que han asumido.

El viernes primero de enero, hacia media mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Tzisbaj, Jacaltenango, Huehuetenango, en donde tiene su centro el Centro Pastoral Huista.

Recibió al arzobispo el encargado pastoral local, Padre Luís Carlos Linares, los consejos pastorales y locales y una multitud de fieles, que se había congregado.

El arzobispo impartió la formación referente al sentido que tiene la sacramentalidad de la iglesia, como medio para la continuación en el tiempo y en el espacio, del misterio de la Palabra hecha carne.

Después de que el arzobispo impartió la formación, varios hermanos y el presbítero, junto al arzobispo, emprendieron un diálogo, tanto para clarificar algunas ideas como para otras cuestiones.

Se dialogó acerca de la relación que existe entre la Sagrada Escritura y la Palabra de Dios y cuál es el papel que juega la Biblia dentro de la vida de las comunidades.

También se habló acerca del plan pastoral que se debe desarrollar y de cuáles deben ser las perspectivas con las cuales el mismo vaya delineándose.

Después de la formación y el diálogo, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia, en la cual participó una multitud de fieles y concelebraron los padres Luis Carlos y Francisco.

La mayoría de fieles eran de la comunidad local, sin embargo, también había pequeñas delegaciones de las demás comunidades que forman el centro pastoral, que estaba celebrando su segundo aniversario.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cómo a través del don del Espíritu Santo, se es circunsidado por Dios, para integrarse a su pueblo y convertirse en hijo suyo y heredero de su reino.

Dentro del amrco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a dos jóvenes, procedentes de la comunidad de Buxup.

El arzobispo explicó a los hermanos cuáles son los compromisos específicos que se asumen cuando se es confirmado en la crismación y se acepta el envío misionero.

Los jóvenes expresaron su disponibilidad a trabajar intensamente en el campo misionero y a tratar de que el Evangelio sea anunciado a todos los hermanos.

También dentro del marco de la celebración de la santa misa, se administró la primers reconciliación y la comunión solemne a un grupo de niños de la comunidad de Tzisbaj.

El arzobispo entabló un breve diálogo con los niños para que expresaran su conocimiento de lo que estaban realizando y los compromisos que sumían al hacerlo.

Luego se oró por los niños, pidiendo al Señor que la participación en su cuerpo y en su sangre, consolide la presencia de la vida eterna en ellos y les dé la capacidad de ser fieles al Evangelio.

Después de que se concluyó con las celebraciones litúrgicas, el arzobispo presidió una reunión de delegados de las diferentes comunidades que, de alguna manera, conforman el Consejo Pastoral.

El arzobispo explicó cuáles son las competencias del Consejo Pastoral, cómo es urgente que en cada comunidad haya un consejo local y cuál es la relación que se deben establecer entre los diferentes consejos.

También se habló de la urgencia de que, en todas las comunidades se consolide la organización, tanto a nivel de coordinación como de ministerio y de proyección pastoral, para cumplir la misión que se nos ha confiado.

El sábado 2 de enero, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración del decanato del nor-occidente de Huehuetenango, en la sede de la Parroquia Renovación Carismática de Antioquía, con sede en Guaxacaná, Nentón.

Participaron pocos delegados, debido a los compromisos comunitarios que se tienen con ocasión del inicio del año en las comunidades, sin embargo, hubo una buena representación.

El arzobispo impartió la formación correspondiente y animó a los hermanos a tratar de comprometerse activamente en el redescubrir la fe apostólica, asumirla y vivirla y tratar de trabajar misioneramente, como los hicieron los apóstoles.

Después de la formación, se entabló un tiempo de diálogo, en el que los hermanos presentarion cómo se está viviendo en las diferentes comunidades.

El padre Francisco Pastrana, igualmente, hizo un informe de la situación actual de la parroquia y de los proyectos que se tienen para el año que está comenzando.

El arzobispo respondió a cuestiones que fueron planteadas y animó a los hermanos a organizarse a nivel de cada comunidad, para responder a los desafíos que se tienen y a la misión que se ha recibido.

Después de la formación y el diálogo, se celebró la divina liturgia para los hermanos delegados de las diferentes comunidades y algunos representantes de la comunidad local.

Concelebraron, además del padre Francisco Pastrana, el padre Luis Carlos Linares, encargado pastoral del Centro Pastoral Huista, con sede en Tzisbaj, Jacaltenango.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas, el arzobispo explicó cómo, el reconocimiento del Señor como el Cristo implica el ser también ungidos por el Espíritu Santo y, en esto, subrayó está el fundamento de la auténtica fe.

Dentro del marco de la celebración de la liturgia, se hizo la bendición de los miembros del nuevo Consejo Pastoral, que durarán en su cargo durante dos años.

Además de la oración, el arzobispo exhortó a los hermanos a que se comprometan a asumir con responsabilidad la misión confiada, teniendo el cuidado de que los planes no respondan ni a intereses ni a criterios humanos sino a lo que es la voluntad de Dios.

Después de la oración y la bendición, el consejo fue presentado a quienes estaban participando en la celebración y se les exhortó a todos a apoyar acrivamente al consejo.

El sábado 2 de enero, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chaculá, de la parroquia Renovación Carismática de Antioquía de Nentón.

Con ocasión de la visita, el arzobispo presidió la celebración de la santa misa, la cual fue concelebrada por el párroco local, Padre Francisco Pastrana.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a tratar de descubrir que, el don del Espíritu Santo, recibido conscientemente, constituye el fundamento para tener una fe auténtica.

La comunidad de Chaculá, está atravesando un momento especial, debido a que el líder ha tenido que viajar fuera del país, por lo que, la responsabilidad de la comunidad ha quedado en manos de algunas hermanas.

Ante tal situación, el arzobispo animó a que, quienes se sintieran llamados, se presentaran para conformar un equipo misionero, encargado de animar la comunidad y de realizar una proyección misionera sistemática.

Un grupo de hermanas respondió a la invitación. Con ellas se formó el equipo misionero de la comunidad. Se oró por ellas y, seguidamente, fueron presentadas a los representates y ancianos de la comunidad.

El domingo 3, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la remota comunidad de Nueva Generación Maya, ubicada en el Ixcán de Santa Cruz Barillas, Huehuetenango.

Se trató de la décima segunda visita que el arzobispo hiciera a esa comunidad, a través de los años, desde que se le comenzó a servir a la comunidad.

Después del recibimiento, el arzobispo presidió la celebración de la misa de la Epifanía del Señor. Durante la homilía, el arzobispo enfatizó cuál es la diferencia entre la perspectiva del Antiguo Testamento y la del Nuevo Testamento.

Al final de la celebración de la divina liturgia, los hermanos pidieron al arzobispo que orara por ellos, para que fueran renovados en la actitud con la que ejercen los diferentes ministerios.

El arzobispo invitó a que, quienes ejercían diferentes ministerios dentro de la comunidad se acercaran, para poder implorar la bendición del Señor sobre ellos.

Se oró por los lectores, por los monaguillos, por los miembros del consejo pastoral local, por los miembros del ministerio y por los niños, además de por aquellas personas que lo pidieron.

Después del mediodía del domingo 3 de enero, el arzobispo llegó hasta la comunidad Cristo Libertador, ubicada en el área conocida como Chancolín, del municipio de Santa Cruz Barillas.

Lo primero que pidieron lo hermanos al arzobispo, fue la bendición sobre el altar y el ambón, que estarían siendo utilizados por primera vez, con la celebración de la liturgia.

El arzobispo oró primero sobre el atar y luego sobre el ambón, implorando del Señor que, el altar, convertido en trono de su gloria, sea fuente de encuentro con el Pueblo de Dios.

Después. de la bendición del altar y del ambón, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia en el nuevo templo que han construido los hermanos, en un área contigua a donde se encontraba el primer templo, que era muy pequeño.

El arzobispo felicitó a los hermanos por el crecimiento que han tenido, no solamente en el aspecto de la infraestructura de la comunidad, sino, sobre todo, en el número de miembros de la comunidad.

La liturgia se celebró con mucha devoción y los hermanos mostraron la sensibilidad que tienen por tratar de que las celebraciones reflejen la identidad de nuestra liturgia.

Después de la homilía, el arzobispo impartió la bendición a tres nuevas hermanitas que ejercerán el ministerio de monaguillos dentro de la comunidad.

Además se oró y se hizo la renovación de la bendición sobre ministros de la comunión, los demás monaguillos, lectores y miembros del ministerio de música.

El arzobispo exhortó a todos los hermanos a ejercer cada ministerio con cuidad, con fidelidad y siendo cosncientes del preciso e inmerecido privilegio que se tiene, al ejercer cualquier ministerio, especialmente en la celebración de la divina liturgia.

El domingo 3, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Las Victorias, ubicada también en los límites de Chancolín, de Santa Cruz Barillas.

Los hermanos habían preparado una bienvenida al arzobispo, a través de la construcción de un arco de ramas y de una cinta, así como de flores, que fueron echadas como alfombra.

El arzobispo tomó el tiempo para saludar personalmente alos hermanos y agradeció las muestras de alegría y fidelidad a la iglesia que daban, a través de tan calurosa bienvenida.

El domingo 3, por la tarde, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, con los hermanos de la comunidad de Las Victorias, Chancolín, Barillas.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos, en el marco de la celebración de la Epifanía del Señor, cuáles son las condiciones para que el Señor se revele a quienes están dispuestos a acogerle.

Animó a los hermanos a reconocer con humildad las propias limitaciones, para ser capaces de percibir la fueza del Evangelio, ser transformados por el Espíritu y dar testimonio de la presencia del Reino.

En la comunidad de Las Victorias, de Chancolín, Barillas, en el último tiempo se habían suscitado una serie de conflictos internos, que habían impedido el crecimiento armónico de la comunidad.

Recientemente, para responder a los desafíos que se afrontan, se decidió que se eligieran dos nuevos ministros para la distribución de la comunión.

El arzobispo exhortó a los nuevos ministros acerca de la fidelidd que deben mantener en el ejercicio del ministerio e, igualmente, incitó a todos los hermanos participantes, a orar por ellos y a apoyarles en lo que sea necesario, para el fiel cumplimiento del encargo que se les estaba confiando.