El martes 2 de febrero, Mor Santiago Eduardo, presidió, en el Seminario de Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez, la solemne liturgia en honor a la presentación del Señor en el Templo.

Dentro de la liturgia, de acuerdo a una tradición de la Iglesia Siro Ortodoxa, se realizó la quema de los Ramos que fueron utilizados el domingo de ramos del año pasado y de los cuales se extraerá la ceniza para marcar a los fieles el miércoles de ceniza.

Durante la homilía, el arzobispo explicó en qué sentido el Señor es luz del mundo y cómo la vocación del creyentes es que, unido e identificado totalmente con Cristo, sea también luz del mundo.

El jueves 4 de febrero, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la sede de la Parroquia de San Miguel Arcángel, Tzanixnam, Totonicapán, para celebrar la Divina Liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo explicó, a la luz de las lecturas bíblicas, cómo en el Antiguo Testamento, la cercanía de Dios era algo que causaba pánico y temor, por lo que se necesitaba de intermediarios como Moisés. En el Nuevo Testamento, en cambio, por el sacrificio de Cristo, se es capacitado para recibir la misma vida de Dios y ser constituido en presencia de la Jerusalén Celestial.

Además, indicó el arzobispo, la llamada a vivir esa dimensión de presencia del Reino de Dios, es la base de todo el cristianismo, sin embargo, en muchos casos, al no estar abiertos para recibir la llamada de Dios, no se permite que el Señor se acerque a la vida del creyente.

Dentro del marco de la celebración de la Divina Liturgia, después de la homilía, los hermanos hicieron la presentación de las primicias de las cosechas, especialmente de maíz, para apoyar al Seminario.

Después de la presentación de las primicias, el arzobispo hizo la bendición de las semillas que serán utilizadas en este año e imploró al Señor buen tiempo y buenas cosechas.

También dentro del marco de la celebración de la Liturgia, el arzobispo hizo la renovación de la institución de ministros para la distribución de la comunión.

Los ministros de la parroquia son ocho. Los mismos fueron exhortados a trabajar con diligencia en el cmplimiento del encargo que se les da, con la ayuda de Dios.

El arzobispo también recordó a los hermanos que el traje ordinario del ministro para la distribución de la comunión, debería el alba o una túnica blanca, pues la misma simboliza la túnica blanca recibida en el bautismo y, es en base al sacerdocio que se recibe en el bautismo, que se puede bendecir o instituir o renovar a los ministros para cumplir la misión que les ha sido confiada.

Finalmente, antes de impartir la bendición, se hizo el cambio de párroco de la parroquia de San Miguel Arcángel, del municipio y departamento de Totonicapán.

El arzobispo primero y, luego el consejo pastoral, agradecieron al padre Julio Tomás por los ocho años que servido a la parroquia de San Miguel Arcángel.

Al presentar al padre Jarlin Garrido como nuevo párroco local, el arzobispo mencionó algunos de los rasgos que deben animar al nuevo presbítero.

El viernes 5 de febrero, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo de Cuilco, Huehuetenango, para presidir el decanato del occidente de Huehuetenango.

Durante más de una hora, el arzobispo estuvo impartiendo formación a los hermanos sobre las implicaciones prácticas que tiene para la vida de la Iglesia el tratar de implementar plenamente la Apostolicidad de la Iglesia.

Los hermanos agradecieron la animación que les dio el arzobispo e hicieron diferentes preguntas para clarificar algunas dudas, así como para manifestar su compromiso.

Después de la formación y del diálogo dentro del proceso del decanato, los responsables de los diferentes sectores de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo, hicieron la presentación del informe.

En general, por lo que informaron los hermanosm los diferentes sectores han logrado retomar sus actividades pastorales de forma normal, después del alto que exigió la pandemia que se vivió.

El arzobispo animó a los hermanos a fortalecer su compromiso y a tratar de trabajar aún con más entusiasmo, para responder al encargo que el Señor nos ha confiado.

El viernes 5, poco antes del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con servidores y líderes de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo.

Durante la homilía, el arzobispo recordó cuáles son las características que deben distinguir a cada uno de los miembros de la iglesia para ser fieles al encargo que el Señor nos ha dado.

Los hermanos participaron con fuerte devoción y de diferentes maneras expresaron su disponibilidad a tratar de vivir la fe con el sentido que lo hicieron los apóstoles.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia en la sede parroquial de Cuilco, se administró la confirmación y el envío misionero a cinco jóvenes.

El arzobispo recordó a los hermanos que la confirmación implica asumir consciente y responsablemente los compromisos enherentes a la crismación que fue administrada cuando, aún niños, fueron bautizados.

Además, recordó a los hermanos el compromiso de lanzarse como misioneros a proclamar la buena nueva y tratar de que muchos sean constituidos en discípulos del Señor.

El viernes 6, después del mediodía, el arzobispo visitó la comunidad de Santo Domingo, ubicada en las montañas occidentales de Cuilco, Huehuetenango.

Los hermanos le recibieron con mucho entusiasmo y el arzobispo presidió la celebración de la santa misa, en conmemoración de la mártir Santa Águeda.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cómo la fuente de la sabiduría de quienes creemos en Jesucristo, es la unión con Él mismo, que se convierte en el criterio de conocimiento y discernimiento.

Dentro del marco de la celebración de la Divina liturgia en la comunidad de Santo Domingo de Cuilco, se administraron los tres sacramentos de la iniciación cristiana a Anderson Antonio.

El arzobispo animó a los padres del niño, quienes hace poco se incorporaron a la santa iglesia, a tratar de regularizar su situación matrimonial para poder participar plenamente de la gracia del Señor.

También recordó a los hermanos que es compromiso del cristiano mantenerse en constante apertura al Señor para que Él, especialmente a través de la Eucaristía renueve incesantemente la presencia de la vida divina en cada quien.

También en la comunidad de Santo Domingo de Cuilco, Huehuetenango, y dentro del marco de la celebración de la santa misa, se administró la primera reconciliación y la comunión solemne a las niñas Blandy y Jazmín.

El arzobispo explicó a las niñas el sentido del gran misterio que se estaba celebrando y cómo se está llamados a vivir en continua disponibilidad ante el Señor, para que el don que concede dé frutos abundantes.

También animó a padres y catequistas a que, especialmente con el ejemplo, animen a las niñas a vivir en profundidad el misterio del maravilloso don de Dios.

La jornada pastoral del arzobispo concluyó con la visita a la comunidad de Yulbá del municipio de Cuilco, del departamento de Huehuetenango.

Desde hace muchos años, se ha establecido la tradición de que el arzobispo visite, al inicio del año esta comunidad que fue la primera que se incorporó a la santa iglesia en la región.

Durante la homilía, el arzobispo felicitó a los hermanos por su perseverancia y por el crecimiento que han tenido, pero también les exhortó a tratar de mantenerse continuamente fieles al don del Señor, para cumplir todos los compromisos que el Señor nos ha confiado como Iglesia.

El sábado 6 de febrero, en el Centro de Formación de Jumaj, zona 6 de Huehuetenango, se celebró la Asamblea-Decanato del sur de Huehuetenango.

Se contó con una numerosa participación de hermanos, procedente de todas las parroquias, centros pastorales y capellanías de la región, así como de todos los presbíteros que atienden pastoralmente: estuvieron los padres Santos, Pedro, Yaider, José Raúl, Francisco, José Luis y Roberto Carlos.

El arzobispo explicó con detenimiento el sentido de lo que implica en la práctica el vivir la apostolicidad en las comunidades y parroquias y animó a los hermanos a impulsar y proceso de renovación en la fe y de compromiso misionero.

Después de la formación que impartió el arzobispo, los representantes de las diferentes parroquias, centros pastorales y capellanías hicieron la presentación de la situación que se está viviendo.

En general los hermanos explicaron que las dificultades que se afrontaron durante el tiempo de la pandemia se han ido superando con rapidez y que, prácticamente se ha vuelto a la vida normal.

Además, ellos agradecieron la animación que se les dio y asumieron el compromiso de poner en práctica en sus comunidades todas las perspectivas y directrices que se les dieron.

Después del mediodía, en el Centro de Formación de Jumaj, el arzobispo residió la celebración para los miembros de la comunidad Divina Misericordia de Huehuetenango.

Concelebraron los padres José Raul y Francisco.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cómo el alabar al Señor en el contexto bíblico implica más que palabras el dejarse transformar por la gracia de Dios, para que toda la vida se convierta en alabanza al Señor.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo administró la confirmación y el envío misionero a cuatro jóvenes miembros de la comunidad local. Se trata de Bryan, Diego, Maco y Eunice.

El arzobispo explicó a los candidatos cuáles son los compromisos que se asumen al recibir la confirmación y ser enviado como misionero, para dar testimonio del Señor.

Los jóvenes expresaron su total disponibilidad a asumir los compromisos pertinentes y el arzobispo administró la confirmación de la crismación e hizo el envío misionero.

El centro pastoral de La Libertad, Huehuetenango, se ha visto golpeado recientemente por diferentes causas. Entre estas, quizás la más difícil sea la muerte del líder del centro pastoral, hermano Juan Carrillo.

Por lo mismo, el padre Francisco Pastrana, encargado pastoral de ese centro, se ha preocupado por elegir y preparar a hermanos para ejercer el ministerio de ministros para la distribución de la comunión.

Para ser instituidos como ministros, feron elegidos los hermanos Francisco, para Huicá, Julia para Santo Domingo de la Libertad y Joel, para la comunidad de Sisilar.

Por la urgente necesidad que tienen los hermanos los tres ministros elegidos llegaron hasta el Centro de Formación de Huehuetenango, para ser instituidos dentro de una ceremonia de institución.

El sábado 6, al caer del día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Rodeo, del municipio de Malacatancito, Huehuetenango, para celebrar la divina liturgia.

Los hermanos progresivamente han logrado superar el vacío por la falta del hermano fundador de la comunidad, el hermano Juan Juventino Alvisurez.

En la celebración de la Divina liturgia, el arzobispo animó a los hermanos a dejar que el Espíritu Santo transforma sus vidas, para que todas ellas se conviertan en una incesante alabanza a Dios.

Dentro del marco de la visita a la comunidad de El Rodeo, Malacatancito, se administraron también los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión con el Cuerpo de Cristo.

El arzobispo recordó cuáles eran los privilegios que se recibían con los sacramentos de la iniciación cristiana. Sin embargo, también insistió a que los padres y los padrinos cumplan con fidelidad los compromisos que les correspondían al haber traído a sus hijos para incorporarlos dentro de la Iglesia, que el Cuerpo de Cristo.

Los hermanos se comprometieron, todos a renovar sus compromisos del bautismo, como actitud positiva, para que quienes han sido apenas bautizados, puedan alcanar el crecimiento espiritual.

El domingo 7, por la mañana, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de Todos Santos Cuchumatanes, del departamento de Huehuetenango.

El arzobispo celebró la divina liturgia y durante la homilía, recordó a los hermanos que la actitud con la que se debe vivir, como creyentes, es la de reconocer que todo lo que se es y se tiene es un don absoluto de Dios y que Él es el dueño de todo.

Además dialogó con los hermanos, oró y ungió a los enfermos y bendijo diferentes lugares en donde los hermanos tenían necesidad de que fuera hecho.

El domingo siete, después de mediodía, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de San Ignacio de Antioquía, ubicada en La Vega de Colotenango.

En el templo estaban servidores, líderes, así como algunos feligreses de la comunidad local. También participó el Padre José Raúl, párroco local.

El arzobispo hizo la presentación de las características que debe revestir el vivir el Año de la Apostolicidad e invitó a todos a involucrarse activamente en el mismo.

Después de la formación que el arzobispo impartió en la sede parroquial de San Ignacio de Antioquía, algunos de los hermanos, líderes de diferentes comunidades, rindieron informe de la marcha de las comunidades.

En general, por lo que se informó, se constató que después de la pandemia, se está logrando llegar a la normalidad en la vida de las comunidades. Esto también corroborado por el Padre José Raúl.

Finalmente, el arzobispo instó a todos a intensificar el compromiso que se asume, reconociendo que se está viviendo en un tiempo en el que el testimonio de la fe adquiere una importancia muy grande.

El domingo 7, a media tarde, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia para los hermanos que habían participado en la formación.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas que habían sido proclamadas, el arzobispo explicó cuál debe ser la actitud que se asuma ante la vida y ante los bienes materiales.

El arzobispo también animó a los hermanos a intensificar su compromiso de fe y a comprometerse activamente en el testimonio del Evangelio entre todos.

El miércoles 10, por la mañana, la junta directiva de la asociación San Juan Bautista de San Juan Comalapa, se presentó al arzobispo en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo.

Los hermanos tomaron posesión como junta directiva de la Asociación, apenas al comienzo del año y, en esta ocasión quisieron visitar al arzobispo, para compartir sus proyecto de trabajo.

El arzobispo les escuchó atentamente y luego les hizo algunas sugerencias acerca del enfoque con el que podrían afrontar diversos problemas que puedan irse presentanto.

El jueves 11 de febrero por la tarde, el arzobispo llegó hasta Santiago Atitlán, del Departamento de Sololá, para visitar la comunidad Unción del Espíritu Santo.

Después de dialogar con los hermanos acerca de la situación que vive la comunidad, presidió la celebración de la divina liturgia, con la participación de numerosos hermanos.

Durante la homilía, el arzobispo recordó cuál es la dignidad que el Señor ha dado al ser humano al crearlo y cómo, a través de la fe, es como se hace partícipes de todos los aspectos divinos que implica tal dignidad.

El jueves 11 de febrero, al caer el día, Mor Santiago Eduardo visitó la comunidad Nuevo Pentecostés, del municipio de Santiago Atitlán, del departamento de Sololá.

Los hermanos se reunieron con entusiasmo para recibir al arzobispo y participaron con gran devoción en la celebración de la Santa Misa, que él presidió.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a asumir una actitud de humildad y profunda confianza en el Señor, para participar de los dones divinos conquistados por Cristo, para todos los que creen en Él.