El primero de mayo, el arzobispo, llegó hasta la comunidad de Buena Vista, San Pedro Necta, Huehuetenango, en donde tiene su sede el Centro Pastoral de Santiago Chimaltenango, El Buen Pastor.

Le recibió el padre Pedro Martínez, encargado pastoral del centro, junto a los miembros del Consejo Pastoral y un buen número de hermanos.

La primera actividad que se realizó, dentro de la visita pastoral, fue la celebración de la Divina Liturgia. Durante la homilía, el arzobispo recordó que el sentido del Evangelio es la misma presencia de Cristo Resucitado, que se aparece en quien está dispuesto a aceptarle, para transformar su vida.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a cinco jóvenes, miembros de la comunidad.

Se trata de los hermanos: Daimer, Aymer, Lidia, Julio y Luis.

El arzobispo les recordó cuales son los compromisos que sea sumían, especialmente en cuanto al estilo de vida y al testimonio del Evangelio que están llamados a dar.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, cinco niñas, de la comunidad de Buena Vista, hicieron la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo les recordó que al comulgar se activa en su vida la presencia de la Palabra hecha carne y, por lo mismo, la vida eterna, que les une a Cristo resucitado.

Al final de la celebración de la divina liturgia, los hermanos hicieron la presentación de primicias de la comunidad.

El arzobispo bendijo los dones presentados y agradeció a los hermanos la invitación a participar en la celebración que se había realizado. Igualmente les animó a seguir viviendo acorde con el Evangelio.

Después de la celebración litúrgica, el arzobispo realizó la bendición de la casa pastoral, que, aunque no está totalmente terminada, sí se encuentra un un punto bastante avanzado.

El arzobispo agradeció a los hermanos su preocupación por la construcción de la casa y pidió al Señor que multiplique los dones y las bendiciones sobre todos los que colaboraron en su construcción.

La visita a Buena Vista, terminó con una breve reunión con el Consejo Pastoral del Centro Pastoral Buen Pastor, de Sntiago Chimaltenango de Huehuetenango.

Los representantes de las diferentes comunidades expusieron cómo va la marcha de las comunidades.

El arzobispo les exhortó a impulsar la organización y el crecimiento, para que pronto, el centro pastoral pueda ser elevado a Parroquia y, de esta mayora culmine su proceso organizativo.

El sábado 1 de mayo, por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad de la Pinada, de San Pedro Necta, la cual hace parte del Centro Pastoral Buen Pastor.

Después de saludar a los hermanos el arzobispo presidió la divina liturgia.

Durante la homilía, recordó a los hermanos cuál es el sentido genuino, dentro de la Tradición Apostólica del Evangelio y cómo tiene que llevar al encuentro vivo y transformador con el Señor resucitado.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia en la Pinada, se administró la confirmación y el envío misionero a la hermana Isabel.

La hermana Isabel es originaria de San Juan Cotzal y, por matrimonio con el hermano Leonel, se ha incorporado a la comunidad de la Pinada y, ahora se comprometerá más activamente en la vida de fe y de testimonio.

El arzobispo recordó a la hermana sus compromisos y la exhortó a cumplirlos con toda fidelidad.

Al final de las actividades pastorales en la Pinada de San Pedro Necta, los hermanos presentaron las primicias, para que fueran benecidas por el arzobispo.

El arzobispo aprovechó el momento para agradecer la invitación a visitarles y les animó a seguir, cada día con más fidelidad y entrega, trabajando en el camino de la vida de fe y del testimonio del Evangelio.

El domingo 2 de mayo, el arzobispo, acompañado por el padre José Luis, encargado de Santa Bárbara Huehuetenango, llegó hasta la comunidad de Tojchiquel, en donde se habían reunido líderes de las diferentes comunidades del Centro Pastoral.

El arzobispo impartió formación a los hermanos, especialmente centrada en torno al sentido del misterio de la Palabra de Dios hecha carne, que se comunica por medio de la vida sacramental.

Después de la formación, se entabló un diálogo con los servidores, teniendo la oportunidad de plantear diferentes cuestiones, especialmente en torno a la relación que existe entre la Sagrada Escritura y la Palabra de Dios.

Finalmente, los hermanos, al igual que el presbítero, presentaron un breve informe acerca de la marcha de las diferentes comunidades y del sostenido crecimiento que han tenido.

Poco antes del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para servidores de Santa Bárbara y miembros de la comunidad de Tojchiquel, en el templo de Tojchiquel, Santa Bárbara, Huehuetenango.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas bíblicas, el arzobispo hizo énfasis en que la fuente de vida y de fecundidad del cristiano la constituye la unión activa con el Señor Resucitado y señaló que ésta se mantiene activa, especialmente a través de la vida sacramental.

Dentro del marco de la celebración de la Divina Liturgia, se hizo la institución de dos ministros para distribución de la comunión, para servicio de la comunidad de Camjá, de Santa Bárbara.

La comunidad de Camjá acaba de derribar el templo que tenía, para iniciar la construcción de uno nuevo, de material más sólido y más grande, para responder a las necesidades que se tienen. Por eso, el arzobispo no pudo visitar la comunidad, sino los ministros llegaron hasta Tojchiquel.

Después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chicol, en donde, después de compartir con los hermanos, el arzobispo impartió un tiempo de formación.

La formación en esta comunidad, también giró en torno al sentido que tiene el misterio de la Palabra de Dios hecha carne, como fuente de vida y de salvación para la comunidad creyente.

Después de la formación, se entabló un tiempo de diálogo entre el arzobispo, el presbítero y los fieles de la comunidad de Chicol de Santa Bárbara.

Los hermanos agradecieron la visita del arzobispo y renovaron el compromiso de trabajar más arduamente en dar testimonio del Evangelio a todas las personas.

Después de la formación para miembros de la comunidad de Chicol, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia. El Padre José Luís, encargado pastoral del Centro Pastoral, concelebró.

Durante la homlía, el arzobispo recordó cómo es el estar unidos a Cristo, participando de su espíritu resucitado, lo que hace posible la vida cristiana, el testimonio y la experiencia de salvación.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se realizó la renovación de la institución, como ministro para distribución de la comunión de la comunidad de Chicol, del hermano Juan.

Los miembros de la comunidad expresaron su aprobación por la elección; el hermano Juan expresó su disposición de servir con generosidad en el cumplimiento del ministerio y el arzobispo, asistido por el Padre José Luís, oró al Señor, para que capacitara al hermano Juan para el ejercicio del ministerio confiado.

El lunes 3 de mayo, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Jutal en la Libertad, pero perteneciente al centro pastoral de la Democracia, para presidir el Decanato del Sur-Occidente de Huehuetenango.

Se contó con la participación de numerosos hermanos, provenientes de las diferentes comunidades, así como de los presbíteros encargados pastoralmente del área.

El arzobispo impartió la formación prevista sobre el sentido de la Palabra de Dios y luego, respondió a las preguntas que le fueron planteadas.

Después de la formación los presbíteros y los coordinadores de los centros pastorales de la Libertad y la Democracia presentaron un breve informe de la marcha pastoral de la zona.

En general se pudo percibir que hay crecimiento y entusiasmo, aunque aún falta una mayor profundización en la identidad propia de la santa iglesia.

La comunidad de el Jutal, ha hecho alianza y se ha incorporado a la santa iglesia recientemente, por lo que, para el arzobispo se trató de la primera visita a la comunidad.

El hermano Rocael, servidor de la comunidad dio la bienevenida al arzobispo y a los demás hermanos que también estaban visitando por primera vez la comunidad.

En la homilía, el arzobispo recordó cómo a través de la cruz del Señor es como se nos permite llegar a participar de la gloria de hijos de Dios.

Dentro del marco de la celebración, siete hermanas recibieron la Confirmación y el envío misionero.

El arzobispo explicó el sentido de la administración que se hacía y las hermanas expresaron el compromiso de ser fieles a la misión que el Señor les estaba confiando.

También dentro del marco de la celebración litúrgica un numeroso grupo de niños hizo la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo explicó a los niños cuál era el sentido de la ceremonia que se hacía y cuáles eran las gracias y los compromisos que asumían al recibir el sacramento.

El lunes 3, por la tarde, en el centro de formación de Jumaj, se celebró la reunión del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango.

Habiendo tomado conciencia de la importancia que tiene una formación integral, especialmente sobre cuestiones litúrgicas, se decidió que el arzobispo hará presentaciones y, seguidamente, los presbíteros, en grupos, dialogarían acerca de una serie de preguntas.

El primer tema que el arzobispo presentó fue el del carácter escatológico de la liturgia cristiana, lo cual constituye la base de la sacramentalidad.

El segundo taller de formación giró en torno al tema del Carácter Descendente de la Liturgia Cristiana.

El arzobispo explicó cómo, el sentido de la liturgia no es el de presentar dones, inquietudes o dificultades a Dios sino, por el contrario, despojados de todo eso, presentar al mismo Jesucristo resucitado, el cual, se convierte en la fuente para ala efusión del Espíritu Santo y la santificación de todo el pueblo de Dios.

Así, explicó es como se constituye y se mantiene la Iglesia como Cuerpo vivo del Señor.

Dentro del marco de la celebración de la liturgia, los secretarios de cada uno de los cuatro grupos de discusión que se formaron como parte de los talleres, presentó las conclusiones a las que se llegó en los diálogos.

La constante es que, por la tradición religiosa occidental y por la misma cultura que se tiene, que es diametralmente opuesta a la perspectiva sacramental genuinamente cristiana, se necesita hacer un trabajo de profundización y de concientización con todos los hermanos, comenzando por el mismo presbiterio.

La jornada del lunes 3, se cerró con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y tomaron parte activa los presbíteros miembros del Consejo Presbiterial.

En el marco de la celebración de la Liturgia del Descubrimiento de la Cruz, el arzobispo explicó cuál es el sentido, tanto de los relatos de Números, acerca de las serpientes del desiero, así como de la perícopa del Evangelio de Juan acerca de la elevación del Hijo de Dios en la cruz.

Después de haber terminado las actividades formativas y espirituales, se tuvo un breve tiempo para compartir un ágape fraterno.

Entre todos había un ambiente de fraternal comunicación y de comunión profunda.