El viernes 28 de mayo, Mor Santiago Eduardo llegó hasta el área de Fort Myers en el Estado de Florida, Estados Unidos, para realizar la visita pastoral.

Le recibió el Padre Carlos Henrriquez Reyes, encargado pastoral de las comunidades de la Florida.

El sábado 29, después del mediodía comenzaron las actividades pastorales públicas y se organizó la bienvenida calurosa al arzobispo.

La primera actividad que realizó el arzobispo fue el impartir un tiempo de formación acerca de la identidad e historia de la Iglesia Siro Ortodoxa de Antioquía.

El arzobispo también delineó cuáles son las características de la fe apostólica y cómo se está llamados a vivir esa misma fe en el contexto eclesial actual.

Después de la formación, el arzobispo sostuvo un tiempo de diálogo con los hermanos que se habían reunido para la actividad que se estaba realizando.

Se plantearon preguntas sobre la identidad de la iglesia, aunque tampoco faltaron otras cuestiones sobre asuntos estrictamente pastorales. Se entabló un diálogo iluminador y positivo.

Después del diálogo con los hermanos, el arzobispo presentó a los hermanos cuál es el model y el concepto de parroquia que tenemos en la Arquidiócesis de Centroamérica.

Entre las explicaciones hizo énfasis en que se trata de una Comunión de Comunidades y que cada comunidad está llamada a vivir con cierta autonomía y a ofrecer a los fieles todos los servicios propios de una parroquia.

El arzobispo también explicó cuál es el sentido que tiene el hablar de "sede parroquial", haciendo énfasis en que no se trata de centralizar sino únicamente de tener un lugar en el que se encuentran los archivos parroquiales.

Después de la formación, el diálogo y el tiempo de explicación sobre el sentido de la parroquia, los hermanos compartieron un tiempo en el que tuvieron un ágape.

Había hermanos procedentes de las seis comunidades que componen el Centro Pastoral y, entre ellos se tuvo la oportunida de dialogar y compartir inquietudes y proyectos.

Al caer de la noche, el arzobispo presidió la celebración de la Divina Liturgia con la participación de unos 350 hermanos, procedentes de las diferentes comunidades que forman el Centro Pastoral.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a abrirse a tener la experiencia de la presencia salvífica del Señor y a intensificar el seguimiento, así como el testimonio del Evangelio.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a diecisiete hermanos, procedentes de las diferentes comunidades del Centro Pastoral.

El arzobispo hizo énfasis en que el sentido de la confirmación es el reforzar el don del Espíritu Santo, con vistas a la misión, la cual debe ser asumida en forma seria, continuada, coordinada y eficaz.

También dentro del marco de la celebración de la Divina Liturgia, se hizo la renovación de los ministros para la distribución de la comunión de las diferentes comunidades del Centro Pastoral.

El arzobispo consultó con el pueblo de Dios, para obtener de éste la aprobación sobre los candidatos y, luego, de estoss obtuvo el compromiso a vivir con fiel radicalidad los compromisos propios del ministro.

Seguidamente se procedió a la renovación de la institución.

También, dentro del contexto de la celebración de la misa, se impartió la bendición sobre quienes ejercen el ministerio de lectores en las diferentes comunidades.

El arzobispo exhortó a los hermanos al compromiso de dejar que la Palabra de Dios hecha Carne, sea la fuente de iluminación y de vida a lo largo de su camino, para cumplir fielemente el ministerio que se les confiaba.

También dentro del marco de la celebración de la santa misa, se impartió la bendición a numerosos monaguillos de las diferentes comunidades.

La misión de éstos está relacionada directamente con el servicio del altar.

El arzobispo les recordó cuáles son las actitudes y los compromisos que se esperan de ellos, para que, a través de su servicio, ayuden a vivir con mayor intensidad los misterios de la salvación.

En las diferentes comunidades que forman el centro pastoral, hay diversos predicadores y catequistas que animan la celebración y preparan para la recepción de los diferentes sacramentos.

También a ellos, a petición de los mismos y del padre Carlos, el arzobispo les impartió la formación, para renovar por un año el encargo de tratabar pastoralmente en la predicación al Pueblo de Dios y en la catequesis de preparación para la recepción de los sacramentos.

La actividad del sábado 29 de mayo concluyó con una reunión con miembros del Consejo Pastoral en formación, del Centro Pastoral, el cual hizo la petición formal de ser constituido en Parroquia.

El arzobispo dialogó con los hermanos y les animó a seguir dando los pasos necesarios, para que un futuro próximo se logre hacer la contitución de la parroquia, la cual tendrá como nombre Sagrado Corazón de Jesús.

El domingo 30, la actividad pastoral del arzobispo comenzó temprano, para celebrar la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Lehigh, Florida.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido del Ministerio de la Santísima Trinidad y cómo se está llamados a profundizar en el mismo, para poder vivir de acuerdo con lo que el Evangelio pide.

Después de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo impartió la bendición sobre todos los hermanos que tuvieron deseo de acercarse para ser bendecidos.

Los hermanos expresaron su gratitud por la visita del arzobispo y se comprometieron a trabajar aún con mayor empeño en vivir la fe y testimoniarla a los demás.

Hacia media mañana, el arzobispo, junto al padre Carlos Henriquez Reyes, llegaron hasta la comunidad de Immokale, del Estado de Florida, Estados Unidos.

Los hermanos aguardaban la llegada del arzobispo, quien apenas llegó comenzó con la celebración de la Divina Liturgia, dentro de la capilla que ha constuido los hermanos.

Durante la homilía les animó a vivir en el amor, proveniente del don del Espíritu Santo, para reflejar el amor que hay en la Santísima Trinidad.

Después de la celebración de la liturgia, el arzobispo se detuvo durante algún tiempo para dialogar con los hermanos para impartirles la bendición.

Los hermanos se mostraron muy entusiastas y comprometidos en seguir consolidando la presencia de la Iglesia y esforzándose por dar testimonio del Evangelio.

El domingo 30, por la tarde, Mor Santiago Eduardo llegó hasta la comunidad central de Fort Myers, en donde celebró la Divina Liturgia de la Santísima Trinidad.

Los hermanos participaron en buen número y con gran devoción.

El arzobispo les recordó la importancia de tomar conciencia que se ha sido creados a imagen y semejanza de la Santísima Trinidad, lo cual exige el compromiso por vivir en el amor que viene de lo Alto, para ser uno como el Padre y el Hijo son Uno.

Después de la celebración litúrgica, los hermanos se acercaron para saludar al arzobispo, agradecerle su prsencia y pedirle que les diera la bendición.

Al final, el arzobispo se despidió de los hermanos y les exhortó a fortalecer su compromiso, para que la iglesia pueda contar con un lugar en el que se pueda tener la sede parroquial y la estabilidad necesaria para servir al pueblo de Dios.

Hace poco tiempo, ha ingresado una nueva comunidad, ubicada en la ciudad de Lakeland, del Estado de Florida.

Los organizadores de la comunidad han puesto a disposición un salón amplio, para que la comunidad local pueda tener su sede y cumplir con su misión.

Los hermanos prepararon una alegre bienvenida al arzobispo. El arzobispo les agradeció todas las muestras de amor y fidelidad a la Santa Iglesia.

Poco tiempo después de haber llegado, Mor Santiago Eduardo comenzó con la celebración de la Divina Liturgia, para los hermanos que estaban presentes.

Felicitó a los hermanos por todos los proyectos que han logrado plasmar en muy corto tiempo y les exhortó a seguir adelante, cada vez con la ahinco y entusiasmo.

Dentro del marco de la celebración de la misa en Lakeland, el arzobispo administró los tres sacramentos de la iniciación cristiana a cuatro niños.

Antes de administrarlos se dirigió a los padres y padrinos para asegurarse de que asumían los compromisos inherentes a los sacramentos de la iniciación cristiana con empeño y que trataría de cominicarlos de la misma forma a sus padres.