El domingo 1 de agosto, hacia el final de la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede del centro pastoral de Chicamán, El Quiché, en la comunidad de las Anonas.

Los hermanos le esperaban para la celebración de la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos cómo el Señor, a través de la eucaristía, nos da el pan que da vida eterna, porque se trata de su misma Palabra hecha carne.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión a ocho niños.

El arzobispo exhortó a los padres y padrinos a vivir con autenticidad su fe, para ayudar a que el don de Dios derramado en sus hijos, crezca y dé frutos abundantes.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a un grupo de jóvenes del centro pastoral.

El arzobispo recordó a los jóvenes cómo, a través del rito, el Señor fortalece en ellos el don del Espíritu Santo orientado a la misión y al testimonio activo del Evangelio.

También dentro de la celebración de la divina liturgia, se administró la primera reconciliación y la comunión a un grupo de niños que habían sido esmeradamente preparados por los catequistas responsables.

El arzobispo recordó a los niños el inestimable don de la misericordia de Dios y de la vida eterna que, en forma consciente recibirían y les animó a conformar su vida de acuerdo a este don.

También, dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se celebró el matrimonio de los hermanos Pablo y Petrona que ya, desde hace tiempo habían formado una familia.

El arzobispo animó a los hermanos a centrar toda su vida en torno al Señor, para que, por su presencia se hiciera realidad el misterio que se concede a través del sacramento del matirmonio.

Al final de las actividades sacramentales, el arzobispo tuvo una breve reunión con los miembros del Consejo Pastoral de la comunidad de las Anonas.

Fueron presentados los líderes de la comunidad de Pancús que hace parte del Centro Pastoral.

Además, el arzobispo les exhortó a que, a la mayor brevedad se organice formalmente el consejo pastoral del centro, con delegados de las diferentes comunidades que lo conforman.

El domingo primero, en la sede de la parroquia de la Santísima Trinidad de Uspantán, el arzobispo tuvo una reunión con los miembros del consejo pastoral de la Zona Reyna.

Entre otros, los hermanos presentaron formalmente la solicitud pidiendo la ordenación como sub-diácono del seminarista Víctor, quien hace el EPS en esa zona.

De determinó que la ordenación será hecha el jueves 11 de noviembre en el templo de las Anonas y también se fijó un cronograma tentativo de lo que serán las otras ordenaciones y la creación de la parroquia de la Zona Reyna.

El domingo primero, por la tarde, el arzobispo impartió formación para servidores y fieles de las comunidades que se reúnen en el decanato del oriente de El Quiché.

El arzobispo presentó algunos de los aspectos distintivos de la fe apostólica y animó a los hermanos a tratar de asumirlos en la propia vida y de compartirlos con los demás hermanos.

Al final de la formación, se entabló un breve diálogo en el que los participates tuvieron la oportunidad de plantear preguntas acerca del tema abordado.

Las cuestiones se centraron especialmente en torno a algunas interpretaciones erróneas que se hacen en congregaciones no católicas apostólicas sobre temas relacionados con los sacramentos.

A media tarde del domingo primero de agosto, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, en la cual concelebró el padre Óscar Guardado, párroco local.

Durante la homilía, el arzobispo recordó cómo a través del sacramento del cuerpo y de la sangre del Señor, es como la promesa de presencia del Señor se hace realidad y la vida eterna se comunica y se mantiene activa en la vida de los creyentes.

Al caer del día primero de agosto, el arzobispo se reunión con líderes y servidores de las comunidades que forman la Parroquia Santísima Trinidad de Uspantán.

Después de escuchar cómo se encuentran las diferentes comunidades, el arzobispo les animo a centrar su atención en el impulso de la acción pastoral con los niños y con los jóvenes, para tratar de asegurar el futuro de las comunidades.

El miércoles 4 de agosto, po la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad Pacto Divino de Los Angeles, California, para presidir la celebración de la divina liturgia.

Antes de la celebración litúrgica, el arzobispo impartió un breve tiempo de formación a los hermanos, para prepararse a ejercer los ministerios litúrgicos.

Durante la homilía, el arzobispo señaló cómo la fe, es lo que hace que se puedan afrontar los diferentes desafíos con serenidad y hacen que el ser humano viva en paz y armonía.

Dentro del marco de la celebración, se recibió dentro de la santa iglesia a los hermanos Santos y Héctor. Ambos provienen de la comunidad San Antonio Sija, de San Francisco el Alto, Totonicapán.

El arzobispo, después de dialogar brevemene con ellos, oró sobre ellos y les dio la bienvenida dentro de la vida de la iglesia, animándolos a perseverar con fidelidad.

También, después de la homilía, fueron presentados cuatro hermanos que iniciarán la formación para la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo oró sobre ellos y les animó a tomar en serio el proceso de formción, para que muy pronto puedan acceder a la comunión solemne y asuman las responsabilidades que les conpeten dentro de la vida de la Iglesia.

El jueves 5 de agosto, el arzobispo llegó hasta la comunidad del Ministerio El Pescador, para saludar a los hermanos y presidir la celebración de la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido que, en la liturgia de nuestra Iglesia se le da al relato de las rocas de Meribá y cómo la humildad, la confianza total en el Señor y la disponibilidad a dejar que se Él a cambiar la vida de cada creyente, lo que se convierte en el secreto para que de la aridez de la propia vida, broten manantiales de agua que salta hasta la vida eterna.

El arzobispo también pidió oraciones a los hermanos para que se pueda seguir en la búsqueda que lleve a encontrar el lugar en el que tendrá su sede la Parroquia de San Miguel Arcángel, en Los Ángeles.

El viernes por la noche, el arzobispo presidió la divina liturgia en conmemoración de la Transfiguración del Señor, para catequistas de la parroquia de San Miguel Arcángel, Los Ángeles.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido de la celebración de la Transfiguración y cómo el testimonio que dio Dios a los apóstoles acerca de Jesucristo, sigue siendo, en el presente, también la base que permite la comprensión de la Sagrada Escritura.

Después de la homilía y, como consecuencia de la homilía del arzobispo, acerca de la presencia del Espíritu Santo en la vida del cristiano, se hizo un tiempo de oración y bendición sobre los hermanos.

Se imploró al Señor que se sea capaz de acoger la Palabra viva de Dios, como fruto de la vida sacramental, para ser transformados en presencia viva de la misma Palabra.

Finalmente, se impartió formación a los hermanos acerca del sentido que tiene la Palabra de Dios hecha carne, en cuanto a la vida de cada uno de los creyentes.

El arzobispo hizo énfasis en que, por la unción del Espíritu Santo, cada creyente se convierte en manifestación de la misma Palabra de Dios hecha carne, es decir en Evangelio viviente para el mundo.

El sábado 7 de agosto, después del mediodía, se llevó a cabo la jornada de formación en la Escuela de formación ministerial Santiago Baradeo, de Los Ángeles.

La jornada comenzó con la presentación que hicieron varios de los alumnos acerca del significado de las narraciones de la Transfiguración del Señor, en lo que se refiere a la Cristología de cada uno de los evangelios.

Después de la presentación que hicieron los alumnos, el arzobispo impartió la formación correspondiente a la jornad que se estaba celebrando.

La formación abordó el tema del Reino de Dios, haciendo énfasis en cuál es la perpesctiva que ha llevado en el occidente, a interpretar este misterio en una forma diferente al sentido que se le dio en la iglesia apostólica.

El sábad 7, al caer el dia, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad de El Pescador, de Los Angeles, California.

Durante la homilía, el arzobispo recordó cómo la fe constituye la base para que los imposible se convierta en algo posible y es lo que permite vivir en la continua comunión con Dios.

Después de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo impartió formación para los hermanos de la comunidad ministerio El Pescador, sobre temas relacionados con la vida cristiana.

Específicamente, el arzobispo explicó cuál es el fundamento de la libertad que vive el cristiano, cómo el don del Espíritu Santo capacita para tener una experiencia de comunión e iluminación y cómo allí se genera la posibilidad de producir frutos abundantes, acorde con la voluntad del Señor

Al final de la actividad en el ministerio el Pescador, el arzobispo oró y bendijo a la familia de los hermanos Francisco y Rosalinda, que está compuesta por dos niños.

El arzobispo, además de orar por los cuatro miembros de la familia, les exhortó a tratar de superar los retrasos que les han impedido vivir en plenitud la vida sacramental en el seno de su hogar.

El sábado 7, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad Poder del Espíritu Santo, ubicada en el centro de la ciudad de Los Angeles, California, para celebrar la divina liturgia.

Los hermanos recibieron al arzobispo con gran alegría y, durante la homilía, el arzobispo les felicitó por los pasos que han dado en el proceso de oraganización de la comunidad, así como el compromiso y generosidad que muestran en todo lo que hacen.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, después de varios meses de preparación, se bendijo como lectores para servir a la comunidad a cuatro hermanos.

El arzobispo les recordó cómo la auténtica capacitación para el ejercicio de ese ministerio, proviene del compromiso que se tenga en dejar que la Palabra viva de Dios, hecha carne, habíte en cada uno de los servbidores.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se hizo la institución de cinco hermanos que ejercerán el ministerio de distribución de la comunión.

El arzobispo recordó a los hermanos cuál es la dignidad del ejercicio de este ministerio y cuál es el estilo de vida que debe caracterizar a quienes los ejercen.

Al final de la celebración litúrgica, el arzobispo oró y bendijo a todo el pueblo de Dios que estaba particvipando en la celebración.

También se hizo la bendición del nuevo sagrario en el que, a partir de ahora, reposará el Santísimo Sacramento.

El arzobispo instruyó a los hermanos acerca del cuidado que deben tener en lo que respecta a la presencia del divino sacramento dentro de la comunidad.