El domingo 15 de agosto, el arzobispo llegó hasta la nueva sede, en construcción de la comunidad de Sayajché, Petén, para presidir la reunión del decanato de El Petén.

Se contó con la participación de numerosos hermanos procedentes de diferentes comunidades y parroquias del departamento de El Petén.

El arzobispo animó a los hermanos a tomar conciencia de las características de la identidad de nuestra iglesia y les animó a comprometerse en la renovación de las comunidades y el testimonio misionero.

Después de la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear algunas preguntas y de expresar sus puntos de vista sobre diferentes temas.

En genera, se coincidió en la urgencia de emprender una auténtica renovación en el estilo de vida personal y comunitaria, para cumplir la misión que se nos ha confiado y dar testimonio convincente.

Los representantes de las parroquias y centros pastorales, así como el Padre Marco Antonio, responsable pastoral del área, hicieron una breve presentación de la marcha pastoral del Petén.

Se habló acerca de la organización que se establecerá a partir del nuevo año, con la ayuda de Dios, con la llegada del nuevo diácono, para integrarse a la labor pastoral.

Antes del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia en honor a la Asunción de la Virgen María, para los participantes en el decanato.

En la homilía, recordó a los hermanos que la misión que se nos confía es análoga a la que el Señor confió a la Virgen María, por lo que es urgente que, como ella, se esté dispuestos a ser humildes y cumplir con radicalidad la voluntad del Señor.

El domingo 15, por la tarde, el arzobispo, acompañado por el Padre Marco Antonio Xumux Cap, llegó hasta la sede de la parroquia de San Fernando, Sayajché.

Los hermanos habían estado celebrando una acción de gracias por la culminación de la construcción del templo parroquial, la cual concluyó con la celebración de la divina liturgia.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a algunos de los niños presentes a acercarse para darles una pequeña catequesis acerca de la forma de hacer la señal de la cruz y el sentido de la comunión, como algo conectado con la recepción del bautismo y la crismación.

Después de la catequesis, se oró por los niños, se les bendijo y, en su momento, se acercaron a recibir el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor.

El jueves 19 de agosto, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, en el Municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá, para celebrar la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a responder con generosa radicalidad a la llamada que hace el Señor a dejarse transformar por la acción del Espíritu Santo, para que el Reino de Dios se manifieste en sus vidas.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se celebró el bautismo, la crismación y la comunión de Edgar Oswaldo, el hijo de una familia que se ha incorporado recientemente a la iglesia.

El arzobispo animó a los padres a perseverar en la fe, para que puedan dar frutos abundantes de vida espiritual y ser testimonio para el hijo que estaba siendo iniciado en la vida cristiana.

El mismo día jueve 19, al caer el día, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Pajomel, del municipio de Santa Cruz la Laguna.

El arzobispo, después de administrar el sacramento de la reconciliación a quienes se sintieron llamados a participar, presidió la celebración de la divina liturgia y en la homilía les habló de la radicalidad que requiere el ser discípulos del Señor, para tener parte en su Reino.

El viernes 20 de agosto, por la mañana, el arzobispo acompañado por el padre José Raúl López, llegó hasta la sede de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo de Cuilco, para presidir la celebración del decanato del sur-occidente de Huehuetenango.

El arzobispo impartió la formación en torno a la misión que nos ha sido confiada y cuáles pueden ser los pasos para que, profundizando en el sentido de nuestra identidad, demos con más intensidad testimonio de la misión que nos toca realizar.

Después de la formación impartida por el arzobispo, se entabló un tiempo de diálogo en el que varios de los hermanos participantes expresaron sus opiniones y testimonios sobre los temas abordados.

Especialmente sobresalió la cuestión de la urgencia de fomentar el espíritu de auténtica conversión para vivir de forma adecuada el sentido genuino de la renovación en el Espíritu Santo.

Al final de la reunión del decanato, los coordinadores de los siete sectores de la Parroquia Inspiración del Espíritu Santo, hicieron la presentación de la situación que se vive en los sectores.

Se explicó cómo la secuela de la pandemia ha implicado el que no se normalicen aún todas las formas de comunión participativa y aún se está realizando una pastoral más aislada en las mismas comunidades.

El viernes 20 de agosto, hacia el mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para hermanos de diferentes comunidades de la parroquias.

En la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a tener una actitud de despojo, para poder recibir el don del amor de Dios y, de esta manera, cumplir con la fortaleza del Espíritu la voluntad del Señor.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a la hermanos Lucía, proveniente de la comunidad de El Papal.

El arzobispo recordó cuáles son las implicaciones y los compromisos que implica la confirmación y el envío misionero y administró la unción a la hermana que recibía la confirmación.

El viernes 20, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de San Pedro, ubicada en la parte alta del municipio de Cuilco, para visitar a los hermanos de la pequeña comunidad.

Con ocasión de la visita el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia y animó a los hermanos a comprometerse con más radicalidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios, especialmente en lo referente a la misión pastoral.

El viernes 20, hacia media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de La Cruz de Chapalapa, para visitar a los hermanos y para celebrar la divina liturgia.

El arzobispo animó a los hermanos, especialmente, a comprometerse en orar y trabajar par que todos los miembros de la comunidad pudan vivir la experiencia de renovación y dar testimonio a los demás.

El viernes 20, al caer el día, el arzobispo llegó hasta el nuevo templo que ha logrado construir la comunidad de Sosí, de la parroquia de Cuilco, Huehuetenango.

Se trató de la primera visita del arzobispo al nuevo templo.

El arzobispo les agradeció por el esfuerzo a construir el hermnoso templo y les animó a centrar toda su atención en el testimonio misionero, fruto de un auténtico cambio de vida.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia en la comunidad de Sosí, el arzobispo oró especialmente por los niños, jóvenes y le animó a ser generosos en el cumplimiento de la misión que han recibido.

Finalmente, los hermanos agradecieron al arzobispo por la visita que se estaba realizando.

El sábado 21 de agosto, con la participación de hermanos representantes de todas las parroquias y centros pastorales, así como de cinco de los presbíteros que atienden pastoralmente el área, se celebró el decanato del sur de Huehuetenango.

El arzobispo hizo una catequesis acerca del sentido de la señal de la cruz, pues algunos de los hermanos no logran comprender el sentido de la misma.

Seguidamente explicó cuáles son los pasos que se deben dar para redescubrir el sentido de la Iglesia Apostólica y cómo esto se fundamenta en una correcta comprensión de la Sagrada Escritura.

Después de la larga formación que dio el arzobispo, varios hermanos plantearon una serie de cuestiones a las diferentes reflexiones que había presentado el arzobispo.

Entre las cuestiones que requirieron una mayor explicación estuvo la referente al sentido del signo de la cruz y de la urgencia de que el mismo sea practicado en forma ordinaria dentro de la Iglesia.

Hacia el final de la mañana del 21 de agosto, los coordinadores de los consejos pastorales hicieron la presentación de la manera en que van marchando las parroquias y los centros pastorales.

En general se pudo escuchar que se está haciendo el esfuerzo por responder a la llamada del Señor con generosidad y de que, a pesar de las dificultades, se está teniendo un crecimiento moderado.

El sábado 21, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Rodeo en Malacatancito, en donde los hermanos les esperaban para la celebración de la divina liturgia.

El arzobispo planteó a los hermanos la urgencia de vivir con autenticdad la fe, lo cual requiere una actitud de profunda humildad y de disponibilidad de servicio a los hermanos.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia en El Rodeo, se administraron los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión a dos hermanos. Se trata de la hermana Élida y de su hijo Ever Josué.

El arzobispo entabló un diálogo con los que serían iniciados a la vida cristiana y estos expresaron el deseo de recibir la gracia del bautismo y de los demás sacramentos de la iniciación cristiana y de vivir como auténticos discípulos del Señor.

El domingo 22, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la población de Todos Santos Cuchumatanes, para encontrarse con los hermanos y celebrar la divina liturgia.

Después de visitar y bendecir la casa y a la familia del hermano Venancio, celebró la liturgia, invitando a los hermanos a vivir con el sentido de la Nueva Alianza, alimentados por la Palabra de Dios hecha carne continuamente, en el sacramento de la Eucaristía y a renovar, especialmente la vida familiar.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo oró por la comunidad, pidiendo al Señor que les conceda la gracia de abrirse a la acción renovadora del Espíritu Santo.

También fue presentado un niño y se oró por él y su familia, para que el Señor los guarde y les permita ser fieles en su amor y en su entrega mutua.

Después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de La Vega de Colotenango, sede de la parroquia San Ignacio de Antioquía.

Allí se reunió con el consejo pastoral local, se afrontaron problemas de una comunidad que tiene dificultades y, junto al Padre José Raúl, se decidió que, a partir de febrero del año entrante, se establecerá un día específico para comenzar a celebrar el decanato también en la parroquia.

Finalmente, el arzobispo llegó hasta la comunidad central de El Arenal, San Gaspar Ixchil, de Huehuetenango, para encontrarse con los hermanos y celebrar la divina liturgia.

Esta comunidad hace parte de la parroquia de Cuilco, sin embargo, tanto el Padre José Raúl como el Consejo Pastoral de Colotenango, considerar mejor pedir que sea el arzobispo quien les atienda directamente para las celebraciones litúrgicas, por lo que se les visitará cada tres meses.