El jueves 2 de septiembre, el arzobispo llegó a la comunidad Unción del Espíritu Santo, ubicada en Santiago Atitlán, del departamento de Sololá, para celebrar la divina liturgia. Los hermanos participaron en gran número.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que el éxito en la vida del ser humano, encuentra su fundamento en dejar que el Señor se suba a la barca de la propia vida, para cumplir su voluntad y superar todos los desafíos y dificultades.

Dentro del marco de la visita a la comunidad Unción del Espíritu Santo, se celebraron dos matrimonios: Salvador contrajo matrimonio con Luisa Elizabeth y Diego con Dolores. En el caso de Diego y Dolores, ellos se incorporaron a la iglesia hace algunos meses. En primer lugar presentaron a sus hijos para que recibieran los sacramentos de la iniciación cristiana y, en esta ocasión, decidieron contraer matrimonio.

El arzobispo animó a los contrayentes a dejar que Cristo sea quien guía el camino de sus vidas y les anima a conseguir todo lo que buscan como ideales en su nueva vida.

El mismo día 2, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad Nuevo Pentecostés, ubicada en Santiago Atitlán, del departamento de Sololá, para dialogar con los hermanos y celebrar la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo explicó a la luz del Evangelio, cuál es el camino que lleva a la realización de los ideales cristianos y lo que permite alcanzar la realización en la vida. El arzobispo hizo énfasis en dejar que sea la presencia de Cristo y su voluntad, la que guíe toda la vida personal, familiar y de la comunidad.

Como parte de la visita a la comunidad Nuevo Pentecostés, el arzobispo invitó a los hermanos a recogerse en oración y a implorar del Señor el don de reconocer su presencia en la vida de cada quien y de dejarse guiar por su voluntad.

Después de orar, el arzobispo bendijo alos hermanos y les animó a comprometerse activamente en la acción misionero, para crecimiento de la comunidad.

El viernes 3 de agosto, el decanato de Sololá y Totonicapán, no pudo realizarse en el centro de Sololá, debido a las restricciones impuestas por la pandemia en esa ciudad. Eso hizo que, al último momento, el mismo tuviera que ser celebrado de la comunidad de Chuitzanchaj.

Se contó con una muy numerosa participación de hermanos procedentes de todas las comunidades que hacen parte del decanato, así como del Padre Jarlin, párroco de Tzanixnam.

El arzobispo impartió la formación, animando a los hermanos a intensificar el compomiso en la conversión integral, en el testimonio personal y en la dimensión misionera.

Después de la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de expresarse, para poder entablar un diálogo sobre reflexiones y preguntas que se tenían.

Aparte de las preguntas que fueron respondidas, los hermanos agradecieron la formación que se les imparte, pues les ayuda a profundizar en el sentido de la identidad y de la misión que se tienen.

Para finalizar la reunión, se contó con la intervención de representantes de las parroquias y comunidades, para rendir informe acerca de la marcha pastoral de las comunidades.

En general, a pesar del desafío que implica la situación de pandemia en que se vive, los hermanos expresaron que experimentan crecimiento tanto en el número de fieles como en el compromiso de los mismos.

Después del mediodía, en Chuitzanchaj, el arzobispo tuvo una breve reunión con hermanos de los consejos pastorales de las comunidades de Chuicacá y Xecajá, de Santa María Chiquimula.

Los hermanos plantearon al arzobispo diferentes problemas de organización pastoral que enfrentan, a los cual el arzobispo se comprometió a buscarles una solución.

El viernes 3, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Tzununá, del municipio de Santa Cruz la Laguna del departamento de Sololá.

Para sorpresa suya, el arzobispo se encontró con que hay un buen número de hermanos que se han convertido e integrado a la iglesia.

El arzobispo animó a los hermanos a seguir profundizando en la fe y dando testimonio del evangelio y celebró con ellos la divina liturgia.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, se oró, se recibió la profesión de fe y se dio la bienvenida a un buen grupo de hermanos que se ha incorporado a la iglesia.

Una nota de tener en cuenta es que, el hecho de que los niños y los jóvenes de la comunidad estén organizados, ha hecho que, las nuevas familias que se han incorporado, lo hayan hecho a través de los niños y jóvenes y no de sus padres, aunque también estos están dispuestos a incorporarse.

El viernes 3, a media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Pajomel, también del municipio de Santa Cruz la Laguna del departamento de Sololá.

Los hermanos le recibieron con alegría y el arzobispo celebró con ellos la divina liturgia, animándoles y exhortándoles a tener una actitud de conversión para poder experimentar el ser parte del cuerpo glorioso de Jesucristo.

Hacia el final de la tarde y, bajo un tremendo aguacero, Mor Santiago Eduardo visitó la comunidad de Chuitzanchaj, para celebrar con ellos la divina liturgia.

A pesar de la inclemencia del tiempo, se contó con la participación de numerosos hermanos, y el arzobispo, además de felicitarles por su ánimo y coraje, les exhortó a seguir creciendo en la fe y en el testimonio misionero.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, dada la numerosa presencia de jóvenes y de niños en la celebración, el arzobispo les invitó a renovar su compromiso de ser discípulos del Señor.

Para eso, se hizo oración sobre ellos y se les bendijo.

El sábado 4 de agosto, el arzobispo visitó la sede de la Catedral de San Juan Bautista, Comalapa, para presidir el decanato de Chimaltenango.

Se contó con representantes de las diferentes comunidades del departamento de Chimaltenango, así como de los presbíteros que ejercen el ministerio en el departamento.

El arzobispo animó a los hermanos a promover un camino de continuada conversión, para poder vivir la fe como lo hicieron los apóstoles y los primeros cristianos.

Después de la celebración del decanato y de la formación, se entabló un diálogo con los presbíteros y los hermanos que estaban presentes en el decanato.

Se plantearon cuestiones referentes a los cambios que se han hecho para adecuar nuestra forma de expresión con la propia de la iglesia apostólica

El sábado 4, por la tarde, el arzobispo tuvo un encuentro con los 150 jóvenes y señoritas que se preparan para recibir la confirmación y el envío misionero. La reunión se llevó a cabo en la sede de la Catedral de San Juan.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de la confirmación y el envío misionero y cuáles son las gracias y los compromisos con los que se cuenta.

Después de la formación un numeroso grupo de la confirmando plantearon más de quince preguntas al arzobispo sobre diferentes temas relacionados con la fe.

El arzobispo les fue respondiendo con precisión a las cuestiones y, debido a compromisos posteriores de arzobispo, no se pudo seguir con el diálogo que se había entablado.

El sábado por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de San José Poaquil del departamento de Chimaltenango, para celebrar la divina liturgia.

Se contó con una numerosa participación de fieles en la celebración.

Durante la homilía, el arzobispo explicó, a la luz de la carta a los Colosenses, cuál es el plan de salvación del Señor y cómo se puede participaar activamente en éste.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a la hermana Melissa, hija del músico de la comunidad.

El arzobispo explicó el sentido de los sacramentos que se administraban y ella asintió a asumir con seriedad los compromisos inherentes al ser parte viva del Cuerpo de Cristo.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a un grupo de once jóvenes y señoritas.

El arzobispo les animó a ser dóciles a la acción del Espíritu Santo en ellos y a esforzarse por dar testimonio del Evangelio a todos y en todas partes.

También, como parte de la visita del arzobispo a la comunidad de Poaquil, se administró la primera reconciliación y la comunión solemne a tres niños.

El arzobispo explicó cuál es el sentido y los compromisos relacionados con la participación en el sacramento del cuerpo y de la sangre del Señor.

El domingo cinco de agosto, el arzobispo presidió la celebración del decanato de Sacatepéquez y Guatemala, en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez. Se contó con una numerosa presencia de hermanos, procedentes de todas las comunidades.

El arzobispo invitó a la reflexión a los hermanos, para tratar de vivir la fe y la conversión a todos los niveles y, de esa manera, cumplir la misión que el Señor nos ha confiado, de llevar la Buena Noticia a todas las personas.

Después de la formación, se entabló un interesante diálogo con los hermanos que habían participado en el decanato y en la formación.

Se habló acerca de la forma de cómo hacer accesible y profundo en la vida cristiana, la dimensión de la fe y del seguimiento del Señor.

Los hermanos también reiteraron su compromiso de trabajar continuamente para que se pueda vivir como lo hicieron los apóstoles y se dé testimonio del Evangelio con la misma eficacia con la que ellos lo hicieron.

Seguidamente, los coordinadores de la diferentes comunidades que participan en el decanato, rindieron informe de la marca pastoras que estas tienen e, igualmente, lo hizo el padre Orlando.

En general se nota entusiasmo y crecimiento, sin embargo, también se subrayó que hace falta el hacer más profunda y real la fe que se vive, para no quedarse con meras tradiciones y creencias.

Al final de la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia en la capilla del seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

Durante la homilía el arzobispo recordó que el Señor nos ofrece a todos el don de la salvación, sin embargo, para recibirla, se necesita tener una profunda disponibilidad a la renuncia a sí mismo y a cargar conla cruz.

El lunes 6 de septiembre, por la mañana, el arzobispo recibió en audiencia en el centro de formación de Jumaj, en Huehuetenango, a los representantes de las comunidades de San Juan Atitán, Huehuetenango.

Durante el encuentro se trataron diferentes temas pastorales, así com la organización y las perspectivas de desarrollo futuro que tiene el Centro Pastoral, con vistas a que el mismo pueda ser, eventualmente, constituido en parroquia.

Después de escuchar las diferentes inquietudes los los hermanos dirigentes de las comunidades de San Juan Atitán, el arzobispo procedió a impartires una breve formación sobre temas litúrgicos.

La formación se centró en torno al lugar exclusivo y central que tiene el altar en el templo cristiano, como trono de Dios y cuál es el respeto que se le debe al mismo, así como otros temas relacionados con la liturgia.

El lunes 6 de septiembre, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta el bufete del licenciado Víctor Hugo Hernández, para aceptar el traspao de la propiedad en donde se encuentra el templo de la parroquia de Santa Eulalia.

También estuvieron presentes el Padre Fredi Mux, párroco local, el hermano Cristóbal de Cristóbal y el hermano presidente del consejo pastoral parroquial.

Como el arzobispo ha insistido, este tipo de acciones tiene como perspectiva el garantizar a las comunidades locales acerca de la seguridad jurídica que tienen los templos en donde ellos se reúnen.