El lunes 6 de septiembre, al caer el día, comenzó la reunión del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, en el Centro de Formación de Jumaj.

Se contó con la participación de los 20 presbíteros que están trabajando activamente en la vicaría, habiendo faltado solamente uno que está en proceso de recuperación de la salud.

Despés de la oración, el arzobispo impartió la primera plática de formación, sobre el sentido del Reino de Dios y los equívocos que se han vivido en el occidente del mundo, debido a la influencia de la mentalidad greco-latina.

Después de la formación, se entabó un breve diálogo con los presbíteros, los cuales pusieron diversas cuestiones acerca del tema que se había abordado.

Se habló acerca de las diferente expresiones para indicar el Reino de Dios, del sentido de los dogmas en el contexto de la fe que profesamos y acerca de la relación entre exégesis, hermenéutica y perspectiva de la fe apostólica.

Después del encuentro general, se formaron varios grupos pequeños en el que los presbíteros tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre diferentes cuestiones relacionadas con el tema de formación.

Específicamente, el trabajo de los grupos se centró en torno al sentido del Reino de los cielos y de Dios que comunmente se tiene entre nuestros fieles y cómo el mismo no corresponde con el sentido que se le reconoce en la Tradición Apostólica.

La actividad del primer día de reunión del presbiterio concluyó con la administración del sacramento de la reconciliación y con la celebración de la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo subrayó cuáles son las características del ministerio ordenado, como continuación del ministerio confiado por el Padre a Jesucristo y por éste a los apóstoles.

El martes 7, por la mañana, como parte del encuentro del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia del oficio divino y compartió la meditación.

Durante la meditación presentó cómo el Señor dio gran importancia al hecho de elegir a los doce apóstoles porque serían los continuadores de la misión que el Padre le había confiado y, como consecuencia, también, en la actualidad el ministerio ordenado, como continuación del ministerio apostólico tiene una importancia fundamental en la continuidad de la Iglesia y en el cumplimiento de la misión que el Padre confió al Señor.

El martes 7, por la mañana, el arzobispo impartió. como parte de la formación permanente, una formación sobre las implicaciones en la pastoral del centrar la misión en el Reino de Dios.

Durante la presentación, enfatizó que, a través del ministerio sacramental en como se implanta la presencia del Reino y como el mismo va creciendo y transformado la vida del creyente y haciendo presente la nueva creación.

Después de la formación del arzobispo, los presbíteros tuvieron el tiempo necesario para hacer algunas preguntas e intercambiar diferentes perspectivas.

Entre las cuestiones abordadas estuvieron la referente a los signos concretos de la presencia del Reino en la vida del ministro ordenado y de la comunidad y sobre los criterios hermenéuticos que se deben utilizar para la comprensión, tanto de la Sagrada Escritura como de la misión de la Iglesia.

Después de un tiempo de receso, se celebró la reunión pastoral con todo el presbiterio de la vicaría de Huehuetenango, bajo la animación del arzobispo.

El arzobispo informó cuál es el proceso que se está siguiendo con vistas a la elección de los obispos auxiliares y cuál ha sido la comunicación con el Patriarcado. Seguidamente se dialogó sobre las perspectivas de desarrollo de la Arquidiócesis y su organización en obispados o diócesis.

Finalmente se dialogó sobre otros temas relacionados con la vida del presbiterio y se fijo como fecha de la próxima reunión del presbiterio el 29 y 30 de noviembre.

Cuando terminó la activida de formación y de diálogo se tomó la fotografía del presbiterio. Únicamente estuvo ausente el Padre Jarlin, que había tenido que ausentarse porue era el día en el que le tocaba recibir la segunda vacuna contra el Covid 19 y el Padre Ángel Antonio que está en recuperación de su salud.

Después de la fotografía, se teminó la reunión con el armuerzo y con un tiempo de compartir fraterno.

El martes 7, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Monrovia, ubicada en el municipio de San Juan Ostuncalco de Quetzaltenango.

Durante la homilía, el arzobispo recordó cómo el Señor organizó su iglesia, dejando como columnas a los apóstoles y cómo, a través del ministerio de éstos y de sus sucesores, es como se sigue participando de la vida en el Espíritu Santo y creciendo como hijos de Dios y herederos de su Reino.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a recogerse durante un tiempo de oración, para implorar la gracia del Señor, de vivir como autéticos discípulos.

El arzobispo oró sobre los hermanos y los bendijo.

El jueves 9 de septiembre, el arzobispo llegó hasta el aeropuerto de El Dorado, de Bogotá, Colombia, para iniciar la visita pastoral a la Vicaría de Colombia.

El Padre Mario Calderón y el Padre Michael le recibieron en el aeropuerto y, luego, se encontró con los demás presbíteros que están pudiendo participar en el encuentro, en la sede de la fundación en donde se tendrá la formación y los diálogos.

Apenas después de llegar, el arzobispo tuvo un primer encuentro con el presbiterio, en un ambiente de fraternidad.

Los padres plantearon algunas cuestiones sobre diversos asuntos pastorales.

El arzobispo dialogó con los prebíteros, haciendo énfasis en que es fundamental, llegar a tener lineamientos claros de la misión que se debe cumplir y la forma en la que debe hacerse.

Finalmente, después de la media noche, terminó el encuentro con un tiempo de oración comunitaria.

El arzobispo presidió el rezo del Oficio Divino de Vísperas y Completas y luego se dialogó acerca de asuntos prácticos para la realización de la visita pastoral.

El viernes por la mañana, después de la oración del oficio divino, se realizó la primera reunión del arzobispo con el presbiterio de la Vicaría de Colombia.

Se determinó que el intento fundamental del día sería elaborar el estatuto que regirá aspectos relacionados con el perfil de parroquia, el perfil del presbítero y la pastoral vocacional, así como el futuro desarrollo de la Vicaría.

En la primera reunión del presbiterio, se logró dialogar y aprobar los referente al perfil de parroquia, como expresión del modelo de iglesia que se está llamados a plasmar y el perfil del presbítero.

En la segunda reunión, se dialogó y se aprobó lo referente a los criterios que se seguirán para la pastoral vocacional y para la expansión misionera de la vicaría en Colombia. Finalmente, se aprobó el trabajo que se había hecho, quedando pendiente el tratar de hacer correcciones futuras en base a la praxis que que se tenga hasta la próxima visita del arzobispo.

Las reuniones del arzobispo con el presbiterio concluyeron con una sesión de formación en la cual se abordaron cuestiones referentes a la identidad de la iglesia.

Específicamente se habló del sentido de la Tradición Apostólica y de cómo en el occidente cristiano el mismo a quedado olvidado desde principios de la Edad Media, por lo que se tiene la misión de redescubrirlo y tratar de vivirlo e implementarlo.

Al final de la tarde, en un ambiente de oración, el arzobispo presidió la oración en la que hizo la mixtura del Santo Crisma que, proveniente del Patriarcado, tiene aún continuidad con el primer Santo Crisma que fue consagrado por los apóstoles.

La finalidad de esta ceremonia es dejar en la Vicaría de Colombia el Santo Crisma, para uso en las diferentes parroquias.

Al entrar de la noche, el arzobispo impartió, en forma dialogal, formación para representantes de los consejos pastorales del área de Bogotá, en la que participó también el presbirterio.

Específicamente, se dialogó sobre el sentido de la ortodoxia, de la catolicidad y del sentido de cristiano, y se respondió a diferentes preguntas que fueron planteadas por los participantes.

El viernes 10, por la noche, el arzobispo presidió la divina liturgia con el presbiterio de la Vicaría de Colombia y con los miembros de los Consejos Pastorales de Bogotá.

En la homilía, el arzobispo animó a los presbíteros y a los hermanos a asumir con integridad la Tradición Apostólica y a hacerla centro de toda la actividad pastoral que se realiza.

En el marco de la celebración de la divina liturgia, se hizo la bendición del óleo de los enfermos, para uso en la Vicaría de Colombia, pues actualmente se carecía del mismo.

El arzobispo junto al presbiterio oró e invocó la efusión del Espíritu Santo.

Al final de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo presidió la bendición del óleo de los catecúmenos, para uso en las parroquias de la Vicaría de Colombia.

El arzobispo explicó el sentido de la ceremonia y luego procedió, en un ambiente de oración, a invocar la efusión del Espíritu Santo sobre el aceite que era bendecido.

Finalmente, el arzobispo se encontró con los miembros de los consejos pastorales, oró por ellos y los bendijo.

Todo el encuentro se desarrolló en un ambiente de profunda espiritualidad y de sincera fraternidad.