El sábado 11 de septiembre, por la mañana, la actividad del arzobispo y de los presbíteros comenzó con el rezo del Oficio Divino, en la sede de la fundación que dirige el Padre Michael Cuesta.

Dentro del marco de la celebración del oficio, el arzobispo compartió con los padres una breve meditación acerca de la urgencia de vivir en actitud de continua conversión.

El sábado 11, por la mañana, el arzobispo junto a los presbíteros de la vicaría de Colombia, llegaron al ingreso de la comunidad Bosques de Calderón, en donde se llevaría a cabo una visita pastoral.

Desde el ingreso de la comunidad, numerosos hermanos, procedentes de Bosques de Calderón, así como de otros sectores de Bogotá, se dieron cita para saludar al arzobispo y a los presbíteros.

El padre Michael Cuestas es el capellan del cuerpo de bomberos del área que cubre la comunidad de Bosques de Calderón, en el norte de Bogotá, Colombia.

Este hecho hizo que bomberos, con parte de su equipo, acompañaran el ingreso del arzobispo y su comitiva en la comunidad.

Antes de iniciar el ingreso, pidieron que el arzobispo impartiera la bendición sobre el equipo que sería utilizado para acompañar la caravana de ingreso a la comunidad.

En la caravana que acompañaría el ingreso del arzobispo y los presbíteros a la comunidad Bosques Calderón, también participó la banda de guerra y el grupo de danza de un colegio ubicado en el sur de Bogotá que también es atendido espiritualmente por los padres de la vicaría que ejercen su ministerio en esa zona.

La participación de este grupo dio especial realce al ingreso que se hizo, hasta llegar a la cancha deportiva de la comunidad, en donde se celebraría la divina liturgia.

Apenas llegados a la cancha deportiva de la comunidad Bosques de Calderón, inició la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y en la que concelebraron los presbíteros de la vicaría de Colombia.

Durante la homilía, el arzobispo recordó aspectos relacionados con la identidad de nuestra santa iglesia y cómo los mismos tienen que servir de modelo para el compromiso misionero que se realice.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, fue ordenado como diácono completo el subdiácono Andrés Felipe Herrera Pupiales, quien ha pertenecido a la santa iglesia desde el inicio de nuestra presencia en el centro de Colombia y quien, a lo largo de los años ha ido recibiendo las diferentes órdenes menores.

Acompañaron al diálgo su esposa y sus hijos. El diácono es profesor en la universidad y su esposa docente en un instituto.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia en la cancha de Bosques de Calderón, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a unos 20 jóvenes, procedentes de la comunidad local, así como de algunas comunidades del sur de Bogotá, que hacen parte de la iglesia.

El arzobispo recordó a los confirmandos el compromiso específico que asumían al ser confirmados y recibió de ellos la promesa de tratar de trabajar y de dar testimonio del evangelio como lo hicieron los apóstoles.

También dentro del marco d celebración de la divina liturgia, tres niños hicieron la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo explicó a los tres hermanos el sentido de la ceremonia que se estaba celebrando y oró por ellos, para que sean fieles en su vida como cristianos.

Al final de la celebración, buena parte de los hermanos que habían participado en la celebración litúrgica, se acercaron para ser bendecidos por el arzobispo.

Esta praxis hace parte de la tradición que ha conservado la Iglesia Siro Ortodoxa de Antioquía y hace énfasis en que la participación en la misa es como una preparación y capacitación para ser enviados a anunciar el Evaangelio vivo a los hermanos todos y en todas partes.

El sábdo 11, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad del sur de Bogotá, conocida como La Fiscala, para encontrarse con los servidores de la comunidad local.

Se inició invocando la presencia del Espíritu Santo y la oración fue dirigida por uno de los niños miembros de la comunidad.

Seguidamente, los presbíteros que acompañaban al arzobispo le dieron la bienvenida al arzobispo de parte de la comunidad local.

Seguidamente el arzobispo habló brevemente sobre aspectos referentes a la identidad de la iglesia y cómo ésta tiene la continuidad ininterrupida de la Tradición Apostólica desde el Apóstol San Pedro.

Animó a los hermanos a que, especialmente a través de la oración y de la perseverancia en la fe dejen que el Señor les manifieste en sus vidas las maravillas de su amor y fidelidad.

Entre los jóvenes que tenían que confirmarse y recibir el envío misionero por la mañana, en Bosques de Calderón, estaba Nelson. Éste, sin embargo debido a una percance que tuvo lugar en su casa, no pudo asistir a la ceremonia.

Por lo mismo, el Padre Michael pidió al arzobispo que hiciera la confirmación durante la visita a la comunidad de La Fiscala. El arzobispo aceptó gustosamente hacer la ceremonia, la cual transcurrió en un ambiente de sencillez y de profunda fe.

El domingo 12 de septiembre, en la madrugada, el arzobispo, acompañado por los padres Mario y Martín, volaron hasta Cúcuta para realizar algunas actividdes pastorales.

El padre Ricardo les esperaba en el aeropuerto y les condujo hacia el área que él atiende en una localidad cercana al aeropuerto de Cúcuta, denominada Progreso.

Allí otros hermanos dieron la bienvenida al arzobispo con su comitiva.

Después de la llegada, el arzobispo tuvo como primera actividad la revisión de los planos que el arquitecto que está ayudando al Padre Ricardo había preprado.

Se intercambio ideas y el arzobispo enfatizó en ciertos aspectos prácticos, como la ubicación del mismo terreno.

Después de haber llegado a Progreso, el arzobispo junto a los concelebrantes y al pueblo de Dios, presidió la celebración de la Divina Liturgia en un hermoso mirador que existe en donde se ubica el terreno que será donado para la construcción de un templo de la comunidad San Pedro.

Durante la homilía, el arzobispo felicitó al Padre Ricardo y al pueblo de Dios por los logros que han tenido, en medio de tantos desafíos y les animó a seguir adelante.

Después de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo dedicó un tiempo para impartir formación a los hermanos que estaban participando en la celebración.

Una de las cuestiones que se plantearon es la referente a la comunión de los niños pequeños.

El arzobispo explicó con detalles de tipo histórico cómo fue el proceso que se fue llevando en la iglesia del occidente, hasta que se marcó la ruptura con aspectos de la Tradición Apostólica, como el administrar la comunión a los niños, junto a los demás sacramentos de la iniciación cristiana.

Después de la celebración litúrgica y la formación, un equipo de la comunidad San Pedro, entregó un reconocimiento al arzobispo y explicó cuál ha sido el camino que se ha seguido para llegar hasta el punto en el que se encuentra la comunidad.

El arzobispo agradeció a los hermanos lo que le presentaron y les animó a seguir dedicándose con generosidad a asumir y vivir los aspectos que constituyen la base de la identidad de nuestra iglesia.

Terminadas las actividades que se habían programado, los hermanos se acercaron al arzobispo con objetos religiosos y le pidieron que bendijera tanto los objetos, como la vida y la familia de cada uno de ellos.

El arzobispo oró por ellos y los bendijo.

Finalmente, el arzobispo recorrió el área de la propiedad en la que será donada una fracción de tierra para la construcción del templo de la parroquia que se creará en la zona.

Después de ver las diversas posibilidades y contando con la generosidad del propietario del terreno, se determinó que el área a utilizarse se ubicará precisamente en donde se hizo la celebración de la divina liturgia y se hizo la bendición del lugar.

La actividad pastoral del arzobispo en el área de Cúcuta concluyó con una presentación teatral hecha por algunos hermanos que escriben poesía y hacen presentaciones, para llevar la cultura a áreas marginales.

El arzobispo agradeció la presentación y se encontró con algunos de los grupos que habían participado en las celebraciones que se habían realizado.

El martes 14 de septiembre, en un centro de eventos ubicado en Santo Domingo Xenacoj, Sacatepéquez, el arzobispo participó en parte de la reunión del presbiterio de la vicaría del Centro de Guatemala.

Su participación, en la primera parte, giró en torno a formación pastoral sobre el sentido del Reino de Dios y lo que ésto implica si se le toma como el centro y meta de toda la pastoral.

Después de la presentación del arzobispo, los padres tuvieron la oportunidad de plantear al arzobispo algunas preguntas, las cuales fueron respondidas por éste.

Se trató, especialmente, de cuestiones relacionadas por el compromiso pastoral que trata de centrarse en torno a la preparación para la manifestación del Reino de Dios.

En la segunda parte del encuentro del arzobispo con el presbiterio de la vicaría del centro de Guatemala, se giró en torno al proceso que se ha seguido en los diálogos con el Patriarca con vistas a la elección de los obispos auxiliares.

El arzobispo presentó la comunicación epistolar que se ha tenido y cuáles son los pasos que se tiene en perspectiva seguir.

El viernes 17 de septiembre, hacia el medio día, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad ubicada en la ciudad de Champaign-Urbana, del estado de Illinois.

Los hermanos de esta comunidad provienen de las aldeas de Santa Eulalia de Huehuetenango y en esta ocasión, con la visita del arzobispo, estaban iniciando la celebración de su décimo segundo aniversario.

Dentro del marco de la visita del arzobispo a la comunidad de Champaign-Urbana, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a seis niños.

Cuatro de ellos son hijos de la misma familia que, aunque desde hace buen tiempo participa en la comunidad, hasta ahora tuvo la oportunidad de bautizar a su niños. Las otras dos niñas, son hijas de otras familias que participan activamente en la comunidad.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, también se administró la confirmación y el envío misionero a tres hermanos, miembros de la comunidad.

El arzobispo explicó cuál es el significado de la ceremonia que se estaba celebrando y animó a los hermanos a comprometerse activamente en la acción misionera de la iglesia.

También dentro del marco de la visita del arzobispo a la comunidad de Champaig-Urbana, se celebró con alegría y solemnidad, el matrimonio entre los hermanos Bartolo e Irma.

El arzobispo recordó a los nuevos esposos la urgencia de centrar toda su vida y sus expectativas en el Señor, para poder vivir el misterio de la unidad matrimonial.