El lunes 18, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia de clausura de las actividades académicas del Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, correspondientes al año 2021.

Durante la homilía, recordó cómo el evangelista San Lucas, al igual que nosotros, provenía de los pueblos no arameos y, sin embargo, fue elegido por el Señor para penetrar en lo más profundo del misterio de la salvación y ser constituido en el único ajeno al pueblo de Israel, que escribió libros de la Sagrada Escritura. Igualmente, señaló el arzobispo, ahora nos corresponde penetrar en el misterio, para dar testimonio de la iglesia apostólica en nuestro ambiente.

Después de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo presentó los resultados académicos logrados a lo largo de todo el año lectivo.

Se presentaron las notas de los seminaristas, habiendo, felizmente, aprobado todos, por lo que han sido promovidos para el año siguiente.

El curso 2021, terminó con un total de 25 seminaristas, de los cuales tres se encuentran realizando el Ejercicio Pastoral Supervisado en los lugares a los que han sido asignados.

El arzobispo animó a hacer un trabajo de pastoral vocacional, especialmente orientado a buscar nuevas vocaciones en nuestras parroquias.

Después de las actividades litúrgicas y académicas, se celebró un ágape fraterno de clausura de las actividades del Seminario Santa María del Nuevo Éxodo.

Con tal ocasión, también se celebró el cumpleaños de quienes celebran su natalicio en el segundo semestre del año.

El martes 19, por la mañana, inició el retiro de conclusión de año de los seminaristas del Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, en San Lucas Sacatepéquez.

El mismo fue dirigido por el arzobispo y, en la primera meditación, abordó el tema de la elección personal que hace el Señor de cada uno de los candidatos y lo que implica el haber tomado conciencia de esta elección en la vida práctica.

Hacia la mitad de la mañana, el arzobispo dirigió la segunda meditación del retiro de fin de año a los seminaristas y el tema central fue el "haberlo dejado todo".

Dentro de la meditación el arzobispo se refirió, a partir del evangelio de Mateo a los aspectos actuales de la salvación y a la misión confiada a los apóstoles y continuada hasta nosotros.

El retiro concluyó con la celebración de la divina liturgia, en la cual se oró, especialmente, por la evangelización y por las misiones que se realizarán durante el tiempo de pastoral y de vacaciones.

El arzobispo, a la luz de las lecturas, animó a los seminaristas a fomentar la actitud de vigilancia y disponibilidad totales, para ser obedientes a la voluntad de Dios y cumplir eficazmenta la misión confiada.

Al final de la celebración litúrgica, el arzobispo fue bendiciendo a cada uno de los equipos que harán misión durante el tiempo de pastoral.

Después de esto, salieron para los lugares de misión. La mayoría hacia Huehuetenango, aunque también algunos hacia el área de Alta Verapaz y Petén.

En la madrugada del día 21 de octubre, llegó el arzobispo hasta Los Angeles, California, para llevar a cabo la visita pastoral de la parroquia San Miguel Arcángel.

Después de tener la mañana ocupada en una serie de actividades tendientes a encontrar el lugar en el que la parroquia tendrá su sede, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia en la comunida Ministerio El Pescador.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a que las familias se acercaran para orar por ellas e implorar al Señor que, por su Espíritu Santo, habite en ellas, las renueve y las consagre en la unidad y el amor.

Varias de las familias que estaban participando se acercaron para implorar la bendición del Señor y, al final de la oración, se continuó con el saludo de la paz.

El viernees 22 de octubre, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para catequistas, en la residencia del hermano Ronaldo Diego.

Durante la homilía, el arzobispo, a la luz de las lecturas explicó cómo la Sagrada Escritura es capaz de enseñar lo que se debe hacer, pero no de dar fuerzas para cumplirlo, las cuales vienen solamente del encuentro vivo con el Señor resucitado.

Después de la liturgia divina, el arzobispo comenzó un nuevo curso para los catequistas, acerca de la expectativa mesiánica que se tenía en el Antiguo Testamento.

En la formación el arzobispo hizo énfasis en lo que enseña San Ignacio el Iluminador, acerca de que el sentido de la Escritura sólo lo podemos captar y comprender desde la experiencia de la presencia del Señor resucitado en la vida de cada uno de los creyentes y de la Iglesia.

Después de la formación, quedó el tiempo abierto para que, quienes tuvieran alguna cuestión, la pudieran expresar.

Varios hermanos plantearon preguntas acerca del tema abordado y de otros afines que, en nuestra Iglesia son comprendidos desde la perspectiva apostólica, la cual difiere de la comprensión, tanto del judaísmo, como de la mayor parte del cristianismo occidental.

El sábado 23, solemnidad de Santiago, primer obispo de Jerusalén, el arzobispo llegó hasta la Comunidad Santa María de Guadalupe de Riverside, para presidir la celebración de la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es la relación bíblica entre Santiago y el Señor y cuál es la importancia que tiene él, en el desarrollo de la liturgia siria y en el reconocimiento del cristianismo como una Iglesia propia.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a la niña Yolanda Isabel, cuyos padres son miembros de la comunidad.

El arzobispo explicó a padres y padrinos el sentido de la administración de los tres sacramentos de la iniciación cristiana y el compromiso que ellos asumen al traer a su hija a recibirlos.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a nueve hermanos, miembros de la comunidad, que habían sido esmeradamente preparados por los hermanos Rodas y Roberto.

El arzobispo explicó a los confirmandos el significado de la ceremonia, el compromiso que se asume y lo que se espera que ellos realicen en su vida, al ser enviados como testigos del Evangelio.

El sábado 23, por la tarde, en la sede de la comunidad de El Pescador, se realizó el encuentro mensual con los alumnos de la Escuela de Formación Ministerial Santiago Baradeo.

La reunión comenzó con la presentación que hicieron los alumnos acerca del contenido de la sesión anterior, referente a la cuestión de la Resurrección del Señor y su actualidad en la vida del creyente.

Después de la presentación realizada por los alumnos de la escuela, el arzobispo impartió la formación preparada para esa ocasión y, seguidamente respondió a dudas y cuestiones planteadas por los estudiantes.

El tema específico que fue desarrollado fue el de la Tradición Apostólica y cómo, eso implica el que se cimente la fe en la comunión con la misma experiencia que animó a los apóstoles.

El sábado 23, al caer el día, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad El Pescador, de Los Ángeles, California.

Durante la homilía, el arzobispo subrayó que el origen y fundamento de la identidad cristiana se encuentra en la efusión del Espíritu Santo, que hace que los creyentes sean engendrados como hijos de Dios, con la libertad que esto conlleva.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, los dirigentes del ministerio El Pescador, pidieron al arzobispo que dejara el tiempo necesario para animar a los niños.

El arzobispo compartió con ellos por unos momentos, oró y los bendijo y, con este gesto, se dio por iniciada la pastoral infantil específica de la comunidad.

Al final de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo impartió una breve formación para servidores y dirigentes de la comunidad el Pescador, de Los Angeles, California.

El tema que fue desarrollado por el arzobispo fue el referente al sentido que tiene, en los escritos de San Juan, el término "ultimo día", al igual que lo implica el hablar de resurrección y vida eterna.

El sábado 23, ya bien entrada la noche, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad Pacto Divino, de Los Ángeles, California.

En esa ocasión, los hermanos estaban celebrando el vigésimo tercer aniversario de haber comenzado. Durante el homilía el arzobispo hizo énfasis en la importancia que tiene el ser renovado en el Espíritu Santo y cuáles son sus consecuencias prácticas que esto conlleva en la vida de cada día.

Depués de la homilía, a pesar de la estrechez del espacio, el arzobispo oró y bendijo a los miembros de la comunidad Pacto Divino que estaban participando en la celebración.

Además, ante la incertidumbre que viven, por la inestabilidad del local en el que se reúne la comunidad, les animó a confiarse en el Señor y a seguir firmes en su trabajo misionero.

Ya poco antes de la media noche, el arzobispo llegó a la comunidad Poder del Espíritiu Santo, para presidir la celebración de la divina liturgia con sus miembros.

Durante la homilía animó a los hermanos a dejarse guiár por la gracia del Espíritu Santo, para relativizar todos los prejuicios y legalismos que se tienen, para vivir en la plena libertad de los hijos de Dios.

El domingo 24, por la mañana, el arzobispo presidió la divina liturgia para servidores de las comunidades de la parroquia de San Miguel Arcángel de California.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas señaló que, la verdadera súplica que el Señor espera de nosotros es tener la capacidad para ver, de acuerdo con su voluntad y, de esa manera, descubrir su amor y misericordia infinitos hacia nosotros.

Después de la celebración de la divina liturgia, se impartió formación para servidores y líderes de las comunidades de la parroquia San Miguel Arcángel de California.

A la luz de textos de los escritos de san Juan, se explicó, con figuras, cuál es el sentido de que la vida eterna ya está presente y cómo se vive ya en el último día de la resurrección final, aunque cada momento se va profundizando y desarrollando el sentido del mismo.

Después de la formación que impartió el arzobispo, los hermanos tuvieron la posibilidad de plantear diferentes preguntas sobre varios temas que les cuestionaban.

Entre lo que se planteó está el sentido sacramental que tiene la comunión con el cuerpo y la sangre del Señor y cómo se puede ir teniendo una experiencia creciente de la presencia de la resurrección y la vida eterna en la vida cotidiana del creyente.

El arzobispo fue respondiendo a las cuestiones con ejemplo prácticos, para facilitar su comprensión.

Finalmente, la actividad concluyó con la reunión del Consejo Pastoral de la parroquia de San Miguel Arcángel de California.

La comunidad poder del Espíritu Santo hizo énfasis en su crecimiento y en la recepción de diferentes sacramentos durante la próxima visita del arzobispo.

La comunidad El Pescador, manifestó que se están preparando grupos para comenzar la catequesis de diferentes sacramentos.

Finalmente, los hermanos del Ministerio Redimidos del Mesías expresaron también el crecimiento que están teniendo y la profunda identificación que están desarrollando con la iglesia.

El domingo 24, por la noche, el arzobispo llegó a la comunidad Santa María de Guadalupe de Riverside, California, para visitar a los hermanos.

La visita comenzó con un tiempo de formación, durante el cual, el arzobispo compartió cuestiones referentes al sentido que tiene el tema de La resurrección en el último día y la vida eterna, específicamente en los escritos de San Juan.

Después de la formación el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad Santa María de Guadalupe, de Riverside.

Durante la homilía, el arzobispo recordó que la alegría que viene del encuentro con el Señor y la capacidad para reconocer la presencia del Dios vivo que salva, en la vida cotidiana, depende de la capacidad que se tenga de ver o reconocer, en medio de los acontecimientos ordinarios, precisamente la acción de Dios.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a que, como el ciego Bartimeo, todos clamemos al Señor que noshaga capaces de reconocer su amorosa presencia en cada uno de los momentos de la vida.