El lunes primero de noviembre, día de Todos los Santos, el arzobispo, acompañado por el Padre Hugo Patzán, párroco local y por el diácono Lorenzo, presidió la celebración de la divina liturgia en la sede parroquial.

Durante la homilía, subrayó la importancia de comprender que por la unción del Espíritu Santo, todo el que cree participa de la santidad misma de Dios y, por lo mismo, en el Espíritu, se encuentra en comunión con todos los santos y, a través de la humildad, debe irradiar la presencia del Reino de Dios que vive dentro de él.

Después de la celebración de la divina liturgia, los hermanos se acercaron al arzobispo para pedir que les bendijera y que bendijera una serie de objetos religiosos y simbólicos que habían traído.

Seguidamente, el arzobispo tomó el tiempo necesario para saludar bendecir a los fiels que se fueron acercando a él y expresándole su gratitud por la visita.

El lunes primero de noviembre, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Ajanchiblac, de Santa Cruz Barillas, para compartir con los hermanos y celebrar la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que la vida a la santidad es la vocación común del cristiano, porque ser cristiano implica tener el Espíritu de Cristo resucitado y participar de su vida.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos arecibir una bendición especial, para implorar del Señor la capacidad de comprender y asumir lo que implica la santidd en la vida cristiana.

Los hermanos acudieron con gran confianza a que se orara por ellos y expresaron su resolución de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y de dar testimonio del Evangelio.

Después de la celebración litúrgica, los hermanos invitaron al arzobispo a visitar el nuevo templo que están cnstruyendo aledaño al antiguo y que están a punto casi de terminar.

El arzobispo felicitó a los servidores por los avances que se han tenido y animó a los hermanos a que, a la obra material, se esfuercen por trabajar en el crecimiento espiritual de los hermanos y en el testimonio misionero.

El lunes primero de noviembre, al caer el día, llegó hasta la comunidad de El Quetzal, ubicada en la parte alta del municipio de Santa Cruz Barillas, para visitar a los hermanos y celebrar con ellos la divina liturgia.

Durante la homilía el arzobispo explicó que el vivir la renovación en el Espíritu Santo implica el participar en la vida misma de Cristo resucitado y que conlleva frutos de vida eterna.

Igualmente recordó a los hermanos que el auténtico amor hacia los hermanos implica compartir con ellos la vida nueva en el Espíritu Santo, de la cual el Señor nos ha hecho participar.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, el arzobispo invitó a los hermanos a acercarse para expresar su compromiso de asumir con seriedad la vocación a la santidad que conlleva el creer en el Señor.

Después de que se acercaron, se oró por ellos, para que los buenos propósitos que tienen, con la ayuda del Señor puedan convertirse en una vida nueva y en un renovado compromiso misionero.

El martes 2 de noviembre, el arzobispo acompañado por el diácono Lorenzo y con la participación de los padres José Alfredo, José Manuel, Francisco, Antonio y del diácono Catalino, llegó hasta Santo Domingo Las Flores de la Libertad, Huehuetenango, para la celebración del decanato del sur occidente del departamento.

El arzobispo impartió la formación sobre el sentido de la misión de la Iglesia y del Evangelio y los hermanos participaron con gran interés en todo lo que se compartió.

Al final de la formción se entabló un tiempo de diálogo, en el que los hermanos pudieron hacer preguntas y comentarios acerca de los que se estaba abordando.

Entre las cuestiones que abordaron estuvo la de la urgencia de que efectivamente se viva un proceso de conversión y de cambio de vida y no solamente se trate de hacer cuestiones culturales.

También se insistió en la urgencia de una mayor proyección misionera.

Terminado el diálogo, los coordinadores de los centros pastorales de La Democracia, La Libertad y Amatenango de México, hicieron un breve reporte de la marcha de sus respectivos centros pastorales.

Igualmente los presbíteros compartieron algunas reflexiones e inquietudes que se tienen acerca del proceso pastoral que se está siguiendo en los centros pastorales.

Hacia el mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia en la cual concelebraron los cuatros presbíteros que estaban participando en la actividad.

Durante la homilía, el arzobispo explicó el sentido que tiene dentro de nuestra iglesia el recuerdo de los difuntos, como parte del Cuerpo Glorioso de Cristo y cómo también la festividad del día recuerda la urgencia de morir constantemente a sí mismo, para poder ser discípulos del Señor.

El martes 2, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de San José Ixcunén, de La Democracia, en donde presidió la celebración de la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a vivir la experiencia personal de estar crucificados y muertos con Cristo, para poder, igualmente, tener la experiencia de estar participando en su resurrección.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos del bautismo, la crismación y la primera comunión a cinco niños de la comunidad de San José Ixcunén.

El arzobispo recordó el sentido del misterio que se administra, assí como el compromiso que asumen padres y padrinos en lo que se refiere al testimonio y a la educación de los niños.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se realizó la primera reconciliación y la comunión solemne de cuatro miembros de la comunidad.

El arzobispo recordó a quienes hacían la comunión el sentido trascendente del don precioso que estaban recibiendo y el compromiso que se debía asumir en el estilo de vida.

El miércoles 3 de noviembre, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Ilom en el norte de Chajul, El Quiché, acompañado del diácono Lorenzo y de los padres Norvin y José Bailiner.

La razón de la visita del arzobispo fue la celebración de decanato del norte del área ixil. Participaron numerosos hermanos, provenientes de las diferentes comunidades que forman la parroquia de La Fe de los Mártires de Chajul.

Después de la formación impartida en el decanato, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear diferentes cuestiones y hacer comentarios acerca de la formación del arzobispo y de otros temas afines.

El arzobispo respondió a las cuestiones que se plantearon y los hermanos mostraron su interés y gratitud por la formación que se les había impartido.

Seguidamente, algunos de los coordinadores de las diferentes comunidades, así como el Padre José Bailiner, presentaron un breve informe acerca de la forma en que se está trabajando pastoralmente en la parroquia.

En general el balance fue bastante positivo, debido a que, a pesar de que no se está dando un crecimiento acelerado en el número de fieles, sí se están creciendo progresivamente y profundizando en la identidad de la iglesia.

Hacia el mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, en la cual concelebraron los padres Norvin y José Bailiner y participaron los hermanos que habían asistido al decanato de la zona.

Durante la homilía, el arzobispo subrayó que para poder vivir la renovación en el Espíritu Santo, es necesario renunciar a todos los limitantes humanos, para abrirse incondicionalmente a la acción de Dios en la vida de los creyentes.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia en la comunidad de Ilom, Chajul, El Quiché, se instituyó a dos hermanas de la comunidad de La Estrella Polar, para ejercer el ministerio de distribución de la comunión.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de los ministros de distribución de la comunión y animó a las hermanas que estaban siendo instituidas.

El miércoles 3, hacia media tarde, el arzobispo llegó hasta la remota comunidad de Las Pilas, la cual, aunque civilmente pertenece al municipio de Nebaj, eclesiásticamente hace parte de la parroquia de Chajul.

Los hermanos esperaban al arzobispo con gran alegría y el arzobispo dedicó el tiempo necesario para saludar a cada una de las personas que se le acercaron.

Después de la homilía y, a la luz de las exigencias de testimonio misionero que se habían abordado, el arzobispo invitó a los hermanos que estuvieran dispuestos a asumir su compromiso misionero, a que se acercaran para orar y pedir la gracia de la perseverancia.

El arzobispo, al orar, enfatizo acerca de la urgencia de emprender una actividad misionera de forma sistemática como testimonio válido de la vida nueva que se ha recibido.

Finalmente, dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se instituyó como ministro para la comunión de la comunidad Las Pilas, al hermano Marcelino.

El obispo urgió acerca del carácter testimonial que debe tener la vida del ministro de distribución de la comunión.

El jueves 4 de noviembre, el arzobispo, acompañado por el diácono Lorenzo y por los Padres Norvin, encargado pastoral local y José Bailiner, llegó hasta la comunidad de Salquilito, Nebaj, para presidir el decanato del sur del área Ixil.

Se contó con la participación de la mayoría de representantes de las diferentes comunidades y el arzobispo impartió información sobre la organización futura de la arquidiócesis y formación sobre cuestiones relacionadas con la misión de la iglesia.

Después de la formación, se dejó espacio para que los hermanos pudieran plantear preguntas o comentarios acerca de la formación y de otros temas de interés.

Entre las cuestiones que fueron planteadas estuvo el por qué, la comunión se recibe solamente con el cuerpo del Señor rociado con su sangre y no se utilizan las dos especies separadas. También se comentó acerca de la urgencia de implementar todos los aspectos relacionados con la liturgia y ostros aspectos de la espiritualidad de la iglesia.

Al final del decanato, los representantes de las diferentes comunidades, así como el Padre Norvin, rindieron unforme de la marcha pastoral que se está teniendo.

En general, se habló de una consolidación. Sin embargo, también se mencionó que algunas comunidades están pasando por momentos de crisis y que se necesita asumir un compromiso, especialmente de parte del Consejo Pastoral que será creado, para afrontar estas dificultades.

Hacia el final de la mñana, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para hermanos de la comunidad de Salquilito, del municipio de Nebaj, El Quiché.

Durante la homilía, el arzobispo subrayó cuáles deben ser las características de quien se ha encontrado con el Señor, en lo que se refiere a la forma de dar testimonio del Evangelio, así como a las actitudes fundamentales que se deben vivir en la vida cotidiana.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a los hermanos Engracia, Miguel, Catarina, Andrés, Baltazar y Cristóbal.

El arzobispo animó a los hermanos a asumir con seriedad lo que implica ser enviado como misionero, especialmente en lo que se refiere al testimonio del Evangelio y de la renovación a quienes aún no han entrado en esta dimensión de la fe.