El viernes 5 de noviembre, el arzobispo llegó hasta el aeropuerto de Atlanta,Georgia, Estados Unidos, en donde le esperaban el hermano Reynaldo, Víctor y la familia del hermano Pedro, para llevrle hasta Auburn, en donde realizaría la visita pastoral el fin de semana.

Después de haber llegdo a Auburn, Alabama, por la noche, se tuvo la primera reunión con los miembros del Consejo Pastoral, para darle la bienvenida y planificar los aspectos del horario referente a la visita.

Durante el tiempo de la reunión que se tuvo con el Consejo Pastoral, cada uno de los miembros tuvo la oportunidad de expresar cuál es el sentir que se tiene acerca de la marcha de la comunidad.

En general, se tiene la impresión de estar experimentando un crecimiento, tanto en el número de miembros, como en la experiencia de la comunión con el Señor, como en la identificación con la Iglesia.

Además, se tienen proyectos para tratar de que la iglesia se consolide, encontrando instalaciones adecudas en las que pueda reunirse y orar la comunidad.

Al final de la reunión, el tuvo tiempo para que el arzobispo se encontrara con la familia de los diferentes miembros del Consejo Pastoral de la comunidad.

En general, todos se encuentran muy contentos y agradecidos con el Señor por la posibilidad de tener una atención pastoral continuada, la presencia de la vida sacramental, del arzobispo y, también el apoyo del hermano Pedro.

El sábado 6 de noviembre, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta el lugar en el que los hermanos de Auburn, Alabama, habían preparado para tener el encuentro con el arzobispo y otras celebraciones.

Los hermanos presentaron al arzobispo una bienvenida, luego se hizo la oración introductoria y se dejó el tiempo al arzobispo para que explicara a la comunidad una serie de dudas que se han planteado, sobre la indentidd de la iglesia y su práxis sacramental.

Después de la breve presentación del arzobispo, los hermanos ruvieron el tiempo necesario para plantear diferentes dudas que tenían sobre temas de fe y de práxis eclesial.

Se preguntó por qué se administrabn juntos los tres sacramentos de la inicición cristiana. También sobre el número de libros que componen la Biblia cristiana y sobre el origen, nombre e identidd de la Iglesia.

A media tarde, dio inicio la celebración de la divina liturgia, para los miembros de la comunidad de la Iglesia que pudieron participar en la ceremonia que se celebraba.

Durante la homilía, a la luz de la lecturas bíblicas, el arzobispo explicó que el misterio del orden sagrado es lo que permite mantener la continuidad apostólica, de manera que nuestra fe viva, coincida con la que tuvieron los apóstoles.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, hicieron la primera reconciliación y la comunión solemne los hermanos Rodilson e Iris, miembros activos de la comunidd.

El arzobispo explicó el sentido de la ceremonia que se realizaría, así como sus consecuencia para todo lo que se refiere a la vida de fe, del creyente.

También dentro del marco de la celebración del divina liturgia, después de la homilía y antes de la profesión de fe, se bendijo como lectores a cuatro hermanos que ejercen ya tal misión dentro de la comunión.

El arzobispo explicó lo que implica recibir el ministorio de lector de la Sagrada Escritura y cuáles son las actitudes que deben caracterizar a quienes hayan recibido ese encargo.

También dentro de la celebración de la divina liturgia, se instituyó como ministros para la distribución de la comunión en ausencia del obispo o el presbítero a los hermanos Reynaldo y Anastacio.

El arzobispo explicó cuál es el sentido e implicaciones en la vida personal del aceptar la institución de ser ministro de distribución de la comunión y qué es lo que espera la comunidad de quienes ejercen este ministerio.

Finalmente, el joven Jeysson Reynaldo, hijo del hermano Reynaldo y quien llegó a Alabama hace pocas semanas, recibió la bendición y la aceptación de parte de la Iglesia, para poder incorporarse y ejercen los ministerios que, de acuerdo a sus carismas, le sean asignados.

El arzobispo hizo énfasis que lo que capacita a ejercer el ministerio, es el reconocimiento del don del Espíritu Santo y la capacidad de ejercitarse con humildad profunda y apego absoluto a la voluntad del Señor.

Al final de las ceremonias que se habían celebrado, los hermanos organizaron una refacción, para que sirviera de descanso y de sustentación para las actividades que seguirían.

De hecho, los hermanos han planificado la celebración de una vigilia, que se prolongará hasta la media noche.

El domingo 7 de noviembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede en la que se reune temporalmente la comunidad de Auburn, Alabama, para encontrarse con los servidores y líderes de la comunidad.

El encuentro comenzó con la formación litúrgica que el arzobispo impartió a los servidore, habiendo, específicamente, revisado la participación de cantores, diáconos y fieles, dentro de la celebración de la divina liturgia.

Después de la formación, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los servidores y líderes que se habían reunido para tener el encuentro con el arzobispo.

Durante la homilía, a la luz de la lecturas, el arzobispo hizo énfasis a los hermanos en que, lo fundamental para tener éxito cuando se trabaja en Dios y para Dios, es la disponibilidad a entregarlo todo sin restricciones ni condicionamientos.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, el arzobispo invitó a todos los servidores y líderes presentes a participar en la oración de bendición y de envío misionero, para que el Señor les fortalezca en el cumplimiento de la misión que el Señor nos ha confiado.

El arzobispo, además de orar, animó a los hermanos a reforzar su entrega al Señor y a tratar de comprometerse activamente en el testimonio misionero, para dar los frutos que el Señor espera de nosotros.

Terminada la celebración litúrgica, se celebró una reunión de evaluación y de planificación con los servidores que estaban participando en la formación y en las celebraciones.

Se determinó que se organizará un grupo de catequesis para prepararse a la recepciónd e la confirmación y el envío misionero, durante la próxima visita del arzobispo, que debería tener lugar el 25 de marzo del 2022.

Además, se dialogó acerca de las posibilidades de encontrar un nuevo local para que la comunidad se reuna, ante el hecho de que el actual local será demolido proximamente. Se mencionó la existencia de alternativas muy positivas, para grantizar la continuidad de la comunidad.

Al final de todas las actividades que se realizaron, el arzobispo dedicó un tiempo para saludar y dialogar con algunas de las familias de quienes ejercen ministerios de servidores.

Se trata de familias procedentes de varios departamentos y municipios: Colotenango, San Gaspar Ixchil e San Ildefonso Ixtahuacán de Huehuetenango; Sa Miguel Ixtahuacán y Malacatán de San Marcos y Cunén del El Quiché.

El martes 9 de noviembre, el arzobispo llegó hasta el centro misionero de Veracruz, Ixcán, El Quiché, en donde muchos hermanos y varios presbíteros le esperaban, para presidir la celebrción del decanato del norte de El Quiché.

El arzobispo informó a los hermanos acerca de los pasos que se están siguiendo en el proceso de elección de obispos para las diócesis que serán creadas en la arquidiócesis de Centroamérica e impartió la formación que estaba prevista.

Después de la formación impartida por el arzobispo, varios hermanos tomaron la palabra para expresar sus reflexiones acerca de lo que se había eneñado.

En general, los hermanos afirman que las formaciones les animan a comprometerse más activamente en la misión de la iglesia y les capacitan o trabajar con mayor eficacia.

Los presbíteros y los líderes de los consejos pastorales rindieron también informe de las parroquias y las zonas pastorales en las que están ejerciendo su misión.

En general, se nota mucho entusiasmo y el deseo de renovar el compromiso por dinamizar a las comunidades y ayudarles a vivir la fe como lo hizo la iglesia apostólica.

Hacia el mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos que estaban participando en la asamblea que se estaba desarrollando.

Concelebraron los padres Robinson, Jesús y Óscar Carranza y participó un buen número de seminaristas que también estaban colaborando en la liturgia.

El arzobispo animó a los hermanos a mantener inquebrantable la fidelidad al Señor, reconociendo la propia pequeñez y dejando que el Señor actúe a través de la vida de cada quien.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se hizo la presentación de los subdiáconos Juan José Lucero y Juan Sebastián como candidatos a la recepción del diaconado completo.

Como parte de la introducción para recibir la ordenación, se celebró también el rito de tonsura, como signo externo de la muerte al mundo y de la consagración total al Señor.

La ordenación como diáconos completos de los subdiáconos Juan José Lucero y Juan Sebastián, se llevó a cabo en el marco de la celebración de la divina liturgia.

El arzobispo explicó a los ordenandos el sentido del ministerio, les interrogó acerca de sus intenciones y del compromiso que estaban dispuestos a asumir y, seguidamente, se procedió a invocar la efusión del Espíritu Santo, para que los candidatos fueran ordenados diáconos.

A través de los órdenes del subdiaconado y del diaconado, quienes ejercen el ministerio en Guatemala, también se incorporan a la Comunión Santa María del Nuevo Éxodo.

Esto hace que cada paso en el camino de la consagración al Señor sea un motivo de celebración para toda la Comunión. En esta ocasión se contó con la presencia de los padres Robinson, Jesús y Óscar, así como del diácono Lorenzo y de los seminaristas David, isaías y Daniel.

El martes 9, por la tarde, el arzobispo, acompañado del padre Jesús, visitó la comunidad de San Pedro los Amates de la parroquia del Espíritu Santo de Ixcán.

Los hermanos recibieron al arzobispo con gran alegría y, durante la homilía, el arzobispo les animó a renovar constantemente su compromiso en el seguimiento del Señor.

En el marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a seis hermanos, miembros de la comunidad de San Pedro.

Antes de la administración de la confirmación, el arzobispo les explicó a los candidatos cuáles eran sus compromisos y los dones con los que el Señor los bendecía y, luego, procedió a invocar el Espíritu Santo, para administrar la confirmación y el envío misionero