El jueves 25 de noviembre, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad Unción del Espíritu Santo, de Santiago Atitlán, Sololá, para celebrar la divina liturgia y compartir con los hermanos.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos, a la luz de las lecturas bíblicas, que la venida gloriosa del Señor se realiza cada vez que se celebran los sacramentos y, especialmente la divina liturgia y que, al recibir la comunión, se recibe la fuerza del mism Dios, para ser capaces de afrontar todos los problemas que puedan suscitarse.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión a Dolores Verónica, Nicolle Noemí y Diego Israel.

El arzobispo recordó a los padres y a los padrinos cuáles son los dones que recibe el niño y cuáles los compromisos de vida que asumen, tanto los padres como los padrinos.

El jueves 25 de noviembre, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidd Nuevo Pentecostés de Santiago Atitlán, para compartir con los hermanos y celebrar la divina liturgia.

El arzobispo recordó con énfasis el carácter de cumplimiento de las promesas escatológicas que tiene la celebración de los sacramentos y, especialmente de la eucaristía. Pero hizo énfasis en que la fe tiene que mover a dar testimonio acivo del Evangelio y de que esto, implica un crecimiento interior en cada creyente, pero también el crecimiento en número de fieles en la comunidd.

Dadas las dificultades y problemas que afranta la comunidad Nuevo Pentecostés, al final de la liturgia, el arzobispo oró sobre los fieles presentes.

Se pidió al Señor que se sanen las heridas de relación que existen entre algunos miembros, que se fortalezca el sentido de la presencia del Espíritu Santo y que se intensifique el testimonio del evangelio a todos y en todas partes.

El viernes 26 de noviembre, el arzobispo presidió la celebración del decanato de Sololá y Totonicapán en el Centro de Eventos San Gabriel, de la cabecera departamental de Sololá.

Se contó con la participación de numerosos hermanos, procedentes de las diferentes comunidades y parroquias y el arzobispo, además de explicar el proceso que se está siguiendo para la organización de la arquqidiócesis, impartió formación sobre cuestiones relacionadas con la fe y la identidad apostólicas.

Después de la formación, se dio la oportunidad para que se pudieran plantear preguntas y dudas.

Entre las que fueron planteadas están: el sentido de la salvación, como una realidad integral que abarta toda la vida del creyente, ya tesde este mundo. También se preguntó sobre el sentido y la validez de los sacamentos y cuáles son los criterios a seguir para su administración eficaz.

Antes de terminar el decanato, los representantes de las diferentes comunidades y parroquias, presentaron un informe de la forma en que se está viviendo la vida pastoral.

En general, el balance fue positivo, aunque se reconoció que hay largo camino por andar, para lograr llegar a establecer y testimoniar la experiencia de vida y de Iglesia, como manifestación y continuidad de la fe y del estilo de iglesia propia del tiempo de los apóstoles.

El viernes 26, por la tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Tzununá, del municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

Con ocasión de la visita, el arzobispo celebró la divina liturgia para los hermanos presentes; los cuales, para bendición, eran más numerosos que lo habitual.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a seis niños, miembros de una familia que se ha incoporado recientemente a la Iglesia.

Los niños expresaron su disponibilidad a recibir los sacramentos de la iniciación y sus padres y padrinos asumieron el compromiso de apoyarlos para que puedan crecer en la fe.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación a siete jóvenes, de la comunidad local, a los que el arzobispo exhortó a asumir compromisos específicos en la comunidad.

Igualmente, les animó a tratar de organizar la presencia de la iglesia entre quienes aún no han renovado su vida, por la efusión del Espíritu Santo.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, en la comunidad de Tzununá, contrajeron el sacramento del matrimonio los hermanos Juan e Isabel.

Estos hermanos, junto a los seis niños que fueron iniciados en la vida cristiana, se han incorporado reciente a la santa iglesia y han manifestado su compromiso de perseverar en la fe y en el testimonio cristiano.

El viernes 26, a media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Pajomel, en donde, numerosos hermanos se habían congregado para la celebración de la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que, para quienes hacemos parte de la iglesia, reconocemos que el Señor, a través de la vida sacramental, está cumpliendo su promesa de acompañar a la Iglesia y se está actualizando su llegada gloriosa en medio de la humanidad.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión a la niña Petrona Yolanda.

Sus padres, aunque hacían parte de la iglesia, se habían alejado y eso había provocado que no bautizaran Yolanda. Sin embargo, recientemente, se ha incorporado activamente y quieren vivir una vida de fe comprometida.

En la visita a la comunidad de Pajomel, el momento más significativo fue la celebración del matrimonio de cuatro parejas de hermanos, que, por la gracia de Dios, optaron por aceptar la invitación del Señor a que su unión fuera elevada a la dignidad de Sacramento, por la acción del Espíritu Santo.

El arzobispo felicitó a los hermanos por haber respondido a la llamada que, el mismo Señor les estaba haciendo, de dejar que su unión fuera convertida en signo del amor y de la presencia del Señor en su Iglesia.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, un grupo de niños que habían sido esmeradamente preparado por los catequistas de la comunidad, hizo su primera reconciliación y su comunión solemne.

El arzobispo recordó que, por el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor, es como se va actualizando la presencia del Señor, se mantiene ininterrumpido el don del Espíritu Santo y se crece en la configuración con el Señor resucitado.

El vernes 26, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunida de Chuitzanchaj, de Santa Cruz la Laguna, del departamento de Sololá, en donde, la primera actividad que realizó fue la bendición de la nueva oficina pastoral de la comunidad.

Con gran esfuerzo los hermanos construyeron esa oficina y se siente muy entusiasmados por organizarse y cumplir de la mejor manera las tareas que se vayan confiando a cada uno de los miembros.

El viernes 26, al caer el día, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, con los hermanos de la comunidad de Chuitzanchaj.

Para la ocasión, habían preparado diferentes adornos y símbolos externos, para expresar la cercanía y el compromiso que se tiene en la fe.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron el bautismo, la crismación y la comunión a dos niños, hijos dse miembros de la comunidad.

El arzobispo exhortó a los padres y padrinos a dejar que la fuerza del Espíritu Santo los transforme, para poder ser testimonio y apoyo para el crecimiento en la fe de sus hijos.

Catorce jóvenes, miembros de la comunidad de Chuitzanchaj, habían sido preparados adecuadamente para ser confirmados en la crismación y recibir el envío misionero.

El arzobispo explicó a los confirmandos que lo que se estaba celebrando, los unía estrechamente con el Señor y con la misión que había sido confiada a los apóstoles.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se dio gracias y se bendijo a los hermanos que en los últimos dos años han coordinado la comunidad de Chuitzanchaj.

Inmediatamente después, se hizo también la bendición y se imploró por la perseverancia en la fe del nuevo equipo coordinador de la comunidad, tanto del de varones como del de mujeres.

También, al final de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo invitó a todos los niños a pasar, para ser bendecidos y para orar por ellos.

Se pidió al Señor que librara de todo mal a los niños y que estos pudieran convertirse en auténticos testigos y apóstoles del Evangelio, por los dones que el Espíritu Santo.

El sábado 27 de noviembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la Catedral de San Juan Bautista, del municipio de San Juan Comalapa, del departamento de Chimaltenango.

Se contó con una participación muy numerosa de fieles y el templo estaba decorado de una forma muy elegando.

Durante la homilía, el arzobispo recordó que, a través de los sacramentos es como el misterio de la encarnación del hijo de Dios se prolonga y nos hace partícipes de su misma vida.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se confirmó y se dio el envío misionero, para ser testigos del Evangelio a 169 jóvenes y señoritas.

El arzobispo hizo énfasis en que la fe no está constituida meramente de cuestiones doctrinales sino por la iluminación del Espíritu Santo, que sopla donde quiere.

Animó a los jóvenes a trabajar con mayor ahínco, así comolo hicieron los apóstoles.

Finalmente, el arzobispo concluyó su visita pastoral a la catedral de San Juan Bautista, teniendo encuentros pequeños con diversos grupos de los jóvenes.

Durante los encuentros, les animó a perseverar en la fe, a ser humildes y organizar, de forma sistemática, campañas de evangelización, para que los que áun están lejos, puedan incorporarse a la santa iglesia.