El domingo 28 de noviembre, por la mañana, el arzobispo recibió a los miembros del consejo pastoral de la comunidad de Los Guates, San Juan Sacatepéquez.

Los hermanos hicieron una relación de su labor al arzobispo. Le informaron que han comprado, en la parte posterior del templo parroquial un terreno de 625 metros cuadrados y se despidieron, pues en diciembre terminan el tiempo para el cual han sido elegidos.

El domingo 28 de noviembre, por la mañana, en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez, el arzobispo presidió la celebración del decanato del centro de Guatemala, que abarca los departamentos de Guatemala y Sacatepéquez.

El arzobispo impartió la formación prevista acerca de la misión de la Iglesia y los hermanos participaron en la misma con mucha atención, entusiasmo y deseo de comprometerse.

Después de la formación impartida por el arzobispo, los hermanos que quisieron, participaron en un diálogo, expresando sus puntos de vista y planteando sus dudas.

En general, a través de los diálogos, se está tratando de profundizar en el sentido de la identidad de la Iglesia y de cómo, no se trata simplemente de un cambio de nombre, sino del redescubrimiento de la fe apostólica y del estilo de vida de la iglesia de los primeros tiempos.

Los líderes de las diferentes comunidades, así como el Padre Orlando López, párroco local, rindieron informe de la marcha que se está teniendo, desde el punto de vista pastoral.

En general, la mayor parte de las comunidades está experimentando un sostenido crecimiento. Algunas comunidades, sin embargo, aunque no han tenido retrocesos, no están logrando impulsar un dinamismo de crecimiento en los lugares en donde están ubicadas.

Terminada la actividad del decato, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, en la capilla del Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, para todos los participantes.

Se ha convertido en una tradición de que, con ocasión del último decanato del año, se celebra la divina liturgia, para dar gracias al Señor por todos los beneficios recibidos y para implorar del Señor el perdón y la capacidad de crecer en la conversión y en el seguimiento de él.

Al igual que ha sucedido desde hace varios años, la actividad con los hermanos que participaron en el decanato del centro de Guatemala, concluyó con un tiempo de compartir fraterno.

El arzobispo agradeció a los hermanos la disponibilidad con la que se han entregado a servir al Señor dentro de la Iglesia y les animó a seguir adelante siempre con renovado entusiasmo.

El domingo 28, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Espíritu Santo de Los Guates, San Juan Sacatepéquez, para presidir la celebración de la divina liturgia. Le acompaño el Padre Orlando López, párroco local.

Durante la homilía, en el contexto del primer domingo de adviento, el arzobispo explicó cuál es el sentido de este tiempo, como preparación de purificación y reconocimiento de la propia realidad, para dejar el espacio a Dios en la vida de cada creyente.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión a dos niños: Luis Enrique y Xavi Damián.

El arzobispo exhortó a padres y padrinos a vivir acordes a la fe y al testimonio del Señor, para ayudar de forma eficaz, al crecimiento de los que fueron iniciados en la vida cristiana.

También, en el marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a doce jóvenes de la parroquia del Espíritu Santo, Los Guates.

El arzobispo, antes de administrar la confirmación, explicó detenidamente a los confirmandos los compromisos en el estilo de vida y de misión que adquirían y ellos se mostraron conscientes y dispuestos a asumir los comppromisos.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se oró por el consejo pastoral saliente de la comunidad, para dar gracias al Señor, por todo el trabajo que ha realizado.

También se oró por los miembros del nuevo consejo y fueron presentados al pueblo de Dios. Ellos expresaron su disponibilidad para cumplir con los compromisos inherentes a los cargos que asumían.

El lunes 29 de noviembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la cima de los Cuchumatanes en donde, en el patio de una escuela del Municipio de Santiago Chimaltenango, se habían congregado los miembros de la comunidad local, para tener la celebración de la divina liturgia con el arzobispo.

Durante la homilía, el arzobispo expresó su alegría por estar con ellos y les animó a seguir viviendo con radicalidad la fe y en dar testimonio del Evangelio a todos.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo, acompañado por el padre Pedro Martínez, encargado pastoral de ese centro pastoral, oraron por todos los fieles.

Se pidió al Señor que conceda la gracia de entregarse con fidelidad a ser discípulos del Señor y a tratar de dar testimonio del Evangelio a todas las personas.

El lunes 29 de noviembre, por la tarde, dio inicio el encuentro del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, en el centro de formación de Jumaj, zona 6 de Huehuetenango.

Después de la oración inicial, el arzobispo presentó la primera formación a los presbíteros, la cual abordó el tema de la Palabra de Dios como expresión y presencia del mismo Dios que actúa y salva.

Después de la formación que impartió el arzobispo y de un tiempo para que, quienes tenían preguntas las pudieran aclarar, se organizaron talleres de reflexión sobre la temática abordada.

Se organizaron cuatro talleres, con cinco miembros cada uno, para poder profundizar en los temas de la formación y para encontrar pespectivas de solución pastoral a los mismos.

El lunes 29 de noviembre, por la noche, se administró el sacramento de la Reconciliación a los presbíteros de la vicaría de Huehuetenango, en el centro de formación de Jumaj.

El arzobispo hizo una introducción explicando el sentido del pecado, luego se hizo la invocación del Espíritu Santo, para reconocerse con sinceridad pecadores y, finalmente, se administró el sacramento.

El lunes 29, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para el presbiterio de la vicaría de Huehuetenango, en el centro de formación de Jumaj.

Durante la homilía, el arzobispo puso en evidencia aspectos referentes al método exegético utilizado en la era apostólica de la Iglesia.

El martes 30 de noviembre, por la mañana, en la capilla del Centro de Formación de Jumaj, se celebró la oración del oficio divino, con la participación del arzobispo y del presbiterio de la vicaría de Huehuetenango.

El arzobispo hizo una meditación en torno al evangelio de Juan, respecto al llamamiento de Andrés y Juan, haciendo énfasis en que los fundamental que tiene que buscar es el encontrarse con el Señor, para poder percibir su identidad y participar de ella.

Hacia el comienzo de la mañana, se celebró la segunda sesión de formación para el presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango, y se abordó directamente la cuestión de la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura.

El arzobispo explicó por qué es aberrante identificar la Sagrada Escritura con la Palabra de Dios pues, ésta, se refiere a Dios mismo, mientras que la Escritura es solamente testimonio de lo que la Palabra ha realizado y quiere realizar con toda la humanidad.

Después de la formación, se realizó nuevamente un tiempo de talleres, en el que los presbíteros de la Vicaría de Huehuetenango profundizaron sobre la temática desarrollada por el arzobispo.

El énfasis que se hizo en los talleres es la búsqueda de formas para que el pueblo de Dios pueda abandonar los conceptos erróneos con los que se le ha formado y participe de la genuina perspectiva que se enseña en la Escritura.

Después de los talleres, se celebró la reunión pastoral en la que se intercambiaron una serie de reflexiones y perspectivas sobre asuntos pastorales de la arquidiócesis.

La parte más importante de la reunión la tomó el aclarar el proceso que se seguirá para la elección de los candidatos a obispo y la perspectiva qque se tiene para la creación de la diócesis del occidente de Guatemala, que abarcaría los departamentos de Huehuetenango y San Marcos.

Terminada la actividad formativa y de diálogo pastoral del presbiterio, se tuvo tiempo para compartir fraternalmente entre los presbíteros que estaban participando.

En general, la reunión se caracterizó por haberse desarrollado en un ambiente de sincera fraternidad, haciendo el esfuerzo por superar dificultades que se han experimentado en el pasado.

El marte 30 de noviembre, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de La Pinada del municipio de San Pedro Necta, en donde, bajo la presidencia del Padre Yaider Jiménez, se habían reunido delegaciones de las diferentes comunidades del centro pastoral.

El arzobispo impartió formación a los hermanos, explicándoles detenidamente cuál es la razón por la cual se ha cambiado la respuesta que se da en la celebración litúrgica, cuando se leen los textos de la Sagrada Escritura.

Después de la formación, se dejó tiempo para que los hermanos pudieran expresar sus puntos de vista y plantear cuestiones que tuvieran sobre la formación.

Sobresalió la intervención de dos hermanos: la primera respecto a la urgencia de tener regularmente procesos de formación para profundizar en la fe y la segunda el abordar la cuestión de que el centro pastoral sea elevado a Parroquia.

Terminados los diálogos, comenzó la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Yaider Jiménez.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido que el apóstol Pablo da a la afirmación de profesar la fe y cómo se tiene que esforzar por alcanzar una integración de todos los aspectos de la vida, como parte del proceso de conversión y de renovación

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a cinco hermanos de la comunidad: Shenny, Glendy, Eduardo Diego, Karen y Nallely.

El arzobispo explicó cuál es la misión que tienen dentro de la iglesia y cuáles las renuncias que tienen que estar dispuestos a hacer en la vida para poder ser discípulos del Señor y ellos expresaron su disponibilidad a asumir los compromisos correspondientes.

También dentro del marco de la celebración litúrgica, se llevó a cabo la institución como ministros extraordinarios de distribución de la comunión de dos hermanos: Rigoberto y Vicente, para servir a la comunidad de Siete Cerros.

El arzobispo les recordó cuáles serían sus compromisos concretos y cómo, al ejercicio del ministerio tenían que unir el testimonio de vida, para tener la eficacia deseada.

Finalmente, el arzobispo oró por los hermanos y los bendijo.

Se ungió a los enfermos y se oró por ellos.

Todos expresaron su gratitud por la visita y su deseo de que las visitas puedan realizarse cada seis meses, para asegurar el crecimiento en la fe de la comunidad.