El miércoles primero de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Sujal, en el municipio de San Sebastián Huehuetenango, para impartir la formación a los servidores de las comunidades.

Esta comunidad está ubicada en un lugar central de San Sebastián y, por eso, los hermanos, de común acuerdo con el prebítero encargado pastoral, padre Roberto Carlos Mungía, decidieron qus fuera en este lugar el encuentro con los lídres.

Después de la formación que impartió el arzobispo, se tuvo tiempo para que, tanto los servidores como el presbítero, expresaran sus cuestiones y comentarios.

En general, el arzobispo hizo énfasis en que es urgente que, siendo capaces de sacudirse de muchos prejuicios y perspectivas ajenas a la fe y a la iglesia apostólica, traten de identificarse con la genuina fe apostólica y de asumir también los símbolos externos a través de los cuales se expresa esta fe.

Hacia el final de la mañana, el arzobispo acompañado de los padres Roberto Carlos y José Luís, llegó hasta la comunidad de Tujtzalom, ubicada en una de las cimas de los Cuchumatanes.

Allí, se habían reunido los hermanos para dar gracias al Señor y el arzobispo presidió, con ellos la celebración de la divina liturgia, recordándoles cuál debe ser la actitud que se debe asumir para reconocer la continua venida del Señor en medio de la iglesia.

En medio de la celebración de la iturgia, el padre Roberto Carlos previó que se administraran los sacramentos de la iniciación cristiana al niño Omar, hijo de miembros de la comunidd.

El arzobispo exhortó a los hermanos a vivir con integridad la fe apostólica, bajo la efusión del Espíritu Santo, para poder ser instrumentos dóciles del Señor.

Dentro del marco de la celebración de la divina iturgia, se celebró el matrimonio de dos parejas que, desde hace tiempo hacían parte de la comunidad y que tienen ya hijos.

El arzobispo explicó a los hermanos que lo que hace el sacramento del matrimonio es la efusión del Espíritu Santo, para que los espesos ya no sean dos sino, en la medida en la que el Espíritu Santo habite en ellos, sean una sola realidad.

Después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Txejoj, ubicada en el municipio de San Sebastián Huehuetenango y no muy distante de la de Tujtzalom.

Durante la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a que, dejando de lado las divisiones, traten de comprometerse en que, llenos del Espíritu Santo, puedan vivir activamente la fe y ser genuinamente renovados en el espíritu.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión a un niño, hijo de miembros de la comunidad.

El arzobispo explicó por qué es indispensable, de acuerdo a la fe apostólica, la administración unitaria y simultanea de los tres sacramentos, pues su separación hace que también se pierda su eficacia y significatividad.

Hacia media tarde, del miércoles 1 de diciembre, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Quiajolá, del municipio de San Sebastián Huehuetenango, para celebrar la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo explicó en qué consiste el sentido de la conversión, para poder dejar que sea el Espíritu del Señor resucitado el que va dirigiendo la vida de cada creyente.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a cuatro niños de la comunidad local.

El arzobispo, ante ciertos condicionamientos ajenos a la fe apostólica que tienen algunos de los dirigentes de la comunidad, aprovechó a insistir en la urgencia de que, como parte del misterio de la Palabra hecha Carne, que se actualiza cuando se hace la celebración sacramental, se esté abiertos al usos de los símbolos que hace parte de lo que la Iglesia ha utilizado desde los primeros tiempos.

También, dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró el sacramento del matrimonio a una pareja de la comunidad que ya ha estado conviviendo desde hace largo tiempo.

El arzobispo animó a los hermanos a dejarse transformar por la fuerza de Espíritu Santo, estando dispuestos a negrse así mismos y a hacer la voluntad de Dios, para permitir que se manifieste la eficacia del sacramento.

El miércoles primero de diciembre, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Mapá, del municipio de San Sebastián Huehuetenango, en donde celebró la divina liturgia.

Se trató de la primera vez en la que el arzobispo tuvo la oportunidad de celebrar la liturgia en el nuevo templo que, después de largos años, han logrado construir los hermanos. Les felicitó y les animó a ser siempre fieles a la fe y a la iglesia.

Dentro del marco de la celebración de la divina iturgia, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a dos niñas, cuyos padres son miembros activos de la comunidad.

El arzobispo animó a todos los hermanos a reavivir constantemente, la presencia de la gracia recibida al ser iniciados en la fe, especialmente a través de la participación continuada y eficaz en la eucaristía.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a cuatro miembros de la comunidad.

Se trata de jóvenes, tres de los cuales, junto a sus padres, han retornado recientemente de los Estados Unidos, en donde también participaban dentro de la iglesia y que ahora, de esa forma, se están inforporando plenamente dentro de la vida eclesial.

Unos de los momentos sobresalientes de la visita del arzobispo a la comunidad de Mapá, lo constituyó la presentación de los niños que, en esa ocasión hicieron la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo se dirigió directamente a los niños en diferentes ocasiones, para animarles a perseverar activamente en la fe y a mostrar su compromiso, especialmente en el estilo de vida que conduzcan.

El jueves 2 de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de Santa María de Guadalupe de Soloma, en donde fue recibido por el párroco, padre Juan Arcadio y por el presidente del consejo pastoral, hermano Mateo.

La ocasión de la visita del arzobispo fue impartir una breve formación sobre el origen y el desarrollo de la iglesia apostólica, que pone en evidencia que la iglesia siro ortodoxa de Antioquía, debe ser reconocida como padre de todas las iglesias.

Después de la formación, el párroco y el presidente del consejo tomaron la palabra para agradecer el arzobispo la visita y señalar la importancia de la formación.

El arzobispo, por su parte, agradeció la oportunidad que se le bridaba de dar testimonio de lo que es la iglesia apostólica y animó a los hermanos, especialmente a través de su forma de vida, a ser auténticos misioneros del Evangelio.

El jueves 2 de diciembre, hacia el final de la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de Santa Eulalia, en donde presidió la celebración de la divina liturgia.

En la homilía, el arzobispo exhortó a los hermanos a captar el sentido de los que implica volvere a Dios, para poder ser capaces de reconocer la acción salvadora que, continuamente va realizando el Señor en la vida de la iglesia y de cada fiel.

En el marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a más de setenta hermanos de la comunidad. La mayor parte eran jóvenes, pero también había numerosos adultos.

El arzobispo explicó cómo la confirmación de la crismación implica el que cada uno de los confirmandos asuma consciente y libremente, todos los compromisos inherentes a la vida cristiana que, en el bautismo fueron asumidos, normalmente por los padres.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se celebró la institución de cuatro ministros para la distribución de la comunión en diferentes comunidades de la parroquia de Santa Eulialia.

El arzobispo recordó a los hermanos que, como ministros de distribución del sacramento de la Palabra hecha carne, es responsabilidad de ellos, el esforzarse por ser los primeros destinatarios en donde se manifiestan los frutos y la eficacia del misterio que se celera y se distribuye.

El jueves 2 de diciembre, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la sede central de la parroquia de los Santos Arcángeles, ubicada en la cabeceera municipal de San Rafael La Independencia.

Con ocasión de la visita, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, en la cual concelebró el párroco local, padre Julio Tomás. Se cntó con numerosa participación de fieles.

También, dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a 24 hermanos de diferentes comunidades de la parroquia.

El arzobispo recordó a los hermanos la urgencia de asumir con seriedad y empeño los compromisos inherentes al ser confirmado, de manera que conduzcan una vida de testimonio y de trabajo activo en la acción misionera de la iglesia.

El viernes 3 de enero, el arzobispo llegó hasta la sede central de la parroquia de San José Quixabaj, que abarca las comunidades de la parte oriental del municipio de Santa Eulalia.

Le recibió el padre Bernabé Mateo, párroco local y los miembros del consejo pastoral, así como numerosos hermanos que estaban participando en la celebración.

Después de haber impartido un tiempo de formación y de haber dialogado con los hermanos, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo recordó, a la luz de las lecturas bíblicas, la urgencia de prepararse con la oración y la actitud de conversión, a la celebración de la Navidad, que ya está próxima.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a casi setenta hermanos, procedentes de varias comunidades de la parroquia y de diversas edades.

El arzobispo agradeció a los hermanos su disponibilidad por profundizar en la fe y por expresar públicamente el compromiso de trabajar como misioneros y testigos del Evangelio.

También dentro del contexto de la celebración de la divina liturgia, se instituyó como ministro de la comunión, para servicio de la comunidad de Pananchilac, al hermano Juan Gregorio.

El hermano Juan Gregorio se ha caracterizado por su participación activa en la vida de la parroquia. Durante varios años ha sido presidente del consejo pastoral y, actualmente funge como vice-presidente.

Después de la celebración litúrgica, los miembros del consejo pastoral y el párroco, pidieron tener un tiempo para celebrar una reunión con el arzobispo.

Durante la reunión, fueron planteadas diferentes cuestiones de tipo organizativo al arzobispo y él les fue respondiendo con detenimiento a cada una de las cuestiones planteadas.

La visita a la parroquia de San José Quixabaj, concluyó con un tiempo para tener un ágape fraterno con todos los hermanos de la parroquia, que participan.

Es ya tradición que, con ocasión de la visita del arzobispo, los hermanos adquieran diversos pasteles y que pidan al arzobispo que los distribuya, de manera que alcance para todos los que aún están presentes en el área. En esta ocasión, se tuvieron que cortar más de dos cientas porciones, para los hermanos.