El lunes 27 de diciembre, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Jesús Buen Pastor de Amparo Agua Tinta, Chiapas, para presidir la celebración del decanato de Chiapas.

Participaron los padres José Alfredo y Francisco Diego, quienes ejercen el ministio en Chiapas y el Padre Francisco Pastrana, quien acompañaba al arzobispo. Participaron hermanos representantes de la mayoría de comunidades y recibieron la formación que les impartió el arzobispo.

Al final de la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de hacer una serie de comentarios. Ante todo, agradecieron la formación pues, manifestaron, eso los capacita para realizar la misión que el Señor ha confiado.

También hicieron énfasis los hermanos en la urgencia de que la formación sea extendida a todos los miembros de las comunidades, para fomentar su proceso de conversión, de compromiso y de testimonio misionero.

Termina la parte de diálogo, los coordinadores de las diferentes comunidades presentes o sus representantes, así como los presbíteros, hicieron una presentación de la situación pastoral que se vive.

En general se subrayó que, a pesar de los desafíos, las comunidades están experimentando un sostenido crecimiento. Además, se señaló que se están incorporando nuevas comunidades en algunos lugares y, en otros, se están formando nuevas comunidades.

Al final de la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los participantes en las actividades que se realizaban. Concelebraron con el arzobispo los padres José Alfredo Hernández, Francisco Pastrana y Francisco Diego.

Durante la homilía, el arzobispo señaló la urgencia de abrirse a tener una experiencia de la presencia del Señor resucitado en la vida de cada creyente pues, es esto, lo que capacita para que la fe sea auténtica y que se pueda dar testimonio del Evangelio.

Dentro del marco de la celebración, se administró la confirmación y el envío misionero a ocho hermanas provenientes de la comunidad de Egipto, de la parroquia Jesús el Buen Pastor.

El arzobispo recordó a las hermanas cuáles son sus compromisos y las exhortó a cumplir con fidelidad, especialmente, lo referente a la autenticidad de vida y al testimonio del Evangelio.

También, dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se bendijo a los miembros de la nueva directiva del consejo pastoral de la parroquia Jesús, Buen Pastor.

La directiva está formada por los hermanos: Rubén, de Cinco Lagos, como Presidente, Tomás de El Pacayal como Secretario, Francisco de la Gloria como Tesorero y Pedro del Amparo Agua Tinta como Vocal.

También, dentro del marco de la celebración de la santa misa, se bendijo a los representantes de los Centros Pastorales de Comitán de Domínguez y Trinitaria y del de Amatenango y Comalapa.

Estaban presentes tres hermanos del centro pastoral de Comitán y uno del de Amatenango. En general, los hermanos de este centro, participan en el decanato del sur occidente de Huehuetenango, por razones de distancia.

Al final de las actividades litúrgicas, el arzobispo tuvo una reunión con el Consejo Pastoral de la parroquia y con los delegados de los otros centros pastorales.

El tema central que se abordó fue la cuestión de la urgencia de que haya ministros para la distribución de la comunión en cada una de las comunidades, así como la presencia del Santísimo Sacramento.

Los hermanos, junto a los presbíteros se comprometieron a tratar de que esa recomendación se haga realidad en todas partes.

El mismo lunes 27 de diciembre, a media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Pacayal, para compartir con los hermanos y celebrar la divina liturgia.

Durante la homilía, el arzobispo expresó su alegría por la visita y exhortó a los hermanos a emprender un camino de interiorización y conversión, para que la fe tenga autenticidad.

Después de la homilía, el arzobispo exhortó a los hermanos a reconocerse humildemente pecadores y a presentarse al Señor, consagrándose a Él, para estar capacitados a vivir la fe y dar testimonio del Evangelio.

Los hermanos acogieron gustosamente la invitación del arzobispo y se pusieron en oración, implorando del Señor la gracia de la misericordia y del don del Espíritu Santo

El martes 28 de diciembre, el arzobispo llegó hasta la sede del Centro Pastoral de Tzisbaj, para reunirse con el Consejo Pastoral del mismo Centro. Se contó con la presencia de representantes de todas las comunidade del Centro.

Se dialogó acerca de las dificultades pastorales que se pasan. El secretario leyó la solicitud que había sido presentada largo tiempo antes al arzobispo sobre la posibilidad que que el centro fuera elevado a parroquia.

El presidente del consejo también presentó a todos los delegados la cuestión referente a la presentación de la renuncia del Padre Luis Carlos Linares a seguir como encargado pastoral del Centro, la cual, presentada a los delegados fue aceptada.

Seguidamente, el arzobispo planteó a viva voz cuáles eran los compromisos que asumirían los delegados y las comunidades al ser elevados a parroquia. Todos expresaron su disponibilidad y empeño por asumirlos y cumplirlos.

Ante tal situación, se procedió a firmar los correspondientes decretos de creación de la parroquia de San Ignacio de Antioquía, como habían solicitado los hermanos, con las comunidades que ya conformanban el hasta entonces centro pastoral.

Además, dada la renuncia presentada por el padre Luis Carlos, el arzobispo procedió a designar, con carácter interino, como responsable pastoral de la nueva parroquia, al padre Francisco Pastrana, a quien le correspondía asumir tal encargo, por ser el otro presbítero que pertenecía al decanato del nor-occidente de Huehuetenango.

Hacia el final de la mañana, el arzobispo, antes de iniciar la divina liturgia, procedió a impartir un tiempo de formación a los hermanos que se habían reunido.

La formación giró específicamente en torno a lo que implica el ser constituido en parroquia y, el pleno de los hermanos presentes, votó en favor de asumir los compromisos inherentes al ser parroquia.

Finalmente, antes de iniciar la divina liturgia, el arzobispo dio lectura a la parte conducente del decreto de creación de la parroquia y entregó una copia del decreto al Administrador parroquial y otra al presidente del consejo pastoral.

Los hermanos, a su vez, expresaron su gratitud y alegría por la creación de la parroquia, así como su empeño por cumplir todos los compromisos que habían asumido.

Hacia el mediodía, dio inicio la celebración de la divina liturgia con la participación de numerosos hermanos, de la sede central de la parroquia y de algunos representantes de las demás comunidades que la formarán.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos lo que implica el vivir como luz en el mundo, disipando las tinieblas y cuáles son las actitudes que permiten mantenerse con la capacidad de cumplir la misión que el Señor confía a quienes creen en Él.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia 10 hermanos de la comunidad, todos jóvenes, recibieron la confirmación y el envío misionero.

Antes de administrar la confirmación, el arzobispo recibió, de cada uno de los candidatos, el compromiso de cumplir con fidelidad los compromisos inherentes al ser enviado como misionero, a dar testimonio del Evangelio.

También dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, fue instituido como ministro extraordinario para la distribución de la comunión, el hermano Baltazar.

El arzobispo animó, tanto al nuevo ministro como a los demás ya instituidos, a emprender el compromiso de llevar la comunión a todos los ancianos y enfermos de la comunidad, con regularidad y frecuencia.

El martes 28, a media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Lupinah de Jacaltenango, de la parroquia Cristo Rey, en donde le recibieron el Padre Santo, párroco local y los miembros de la comunidad.

Esta visita habría debido realizarse hace tres meses, pero, debido a la pandemia, la misma tuvo que ser pospuesta. Durante la homilía de la divina liturgia, el arzobispo animó a los hermanos a asumir la actitud humilde de reconocerse pecadores, para poder ser constituidos por el Espíritu Santo, en luz para alumbrar a todos.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a once hermanos, muchos de los cuales ya están activamente involucrados en los diferentes ministerios de la comunidad.

El arzobispo recordó a los hermanos cuáles son los compromisos que asuían al ser confirmados y, visto que entre los confirmados había quienes hacían parte de los ministerios de niños, de música y de limpieza, animó a estos a seguir y a los que aún no tenían un ministerio a asumirlo.

El martes 28, por la noche, en la sede de la parroquia de Cristo Rey en Jacaltenango, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, en la cual concelebró el padre Santo, párroco local.

Durante la homilía, el arzobispo recordó cómo cuando el creyente asume conciencia de ser pecador y se entrega radicalmente en las manos del Señor, es convertido en luz, que disipa las tinieblas del pecado y, por la acción del Espíritu Santo, le convierte en testigo del Evangleio.

Dentro del marco de la celebración de la liturgia, fue instituido como ministro extraordinario para la distribución de la comunión, el hermano Juan. Él es un miembro activo y comprometido de la parroquia.

El arzobispo recordó cómo un compromiso inherente del ministro, además del testimonio de vida, es organizar, de forma sistemática, la distribución de la comunión y la visita a todos los ancianos y enfermos de la parroquia, incluso a los que, sin ser parte de nuestra iglesia, tengan la fe y la necesidad de recibir el sacramento.

El miércoles 29 de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad central de Concepción Huista, Huehuetenango, en donde se celebró el decanato del occidente de Huehuetenango, con la participación de la parroquia Cristo Rey Jacaltenango y el Centro Pastoral Petatán.

Participaron los presbíteros Santos Acosta, José Manuel y Antonio Castro, así como representantes de la mayoría de comunidades de las parroquias.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de la libertad cristiana y de la presencia del Reino de Dios y animó a los hermanos a profundizar en esta realidad, para vivir realmente como parte activa de la Iglesia que el Señor fundó.

Después de la formación que impartió el arzobispo, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear diferentes preguntas sobre temas de interés para ellos.

La cuestión más reiterada fue la urgencia de tener una continua formación, para matenerse en sintonía con la revelación y con la identidad de la Iglesia. Sin embargo, también se dialogó sobre el sentido de la salvación y la presencia del Reino en los creyentes.

Después del diálogo, los representantes de las diferentes comunidades, así como los presbíteros que ejercen el ministerio en esta zona, rindieron un breve informe de la marcha que se está siguiendo en las comunidades.

En general, hay un espíritu de alegría, pues, en la casi totalidad de comunidades se ha notado un sostenido crecimiento, a través del retorno de algunos hermanos que se habían quedado caidos y del ingreso de nuevas familias.

Al final de la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, la cual fue concelebrada por el padre Santos Acosta, párroco de Jacaltenango.

Durante la homilía el arzobispo explicó el sentido del mandamiento nuevo del amor y de cómo se trata del don del Espíritu del Señor Resucitado, que viene a capacitar al creyente para cumplir la voluntad de Dios.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se instityó como ministro extraordinario para la distribución de la comunióna un hermano, para servicio de la comunidad de Yaltolop, de Concepción Huista.

El arzobispo recordó al nuevo ministro cuáles son sus compromisos y, especialmente la urgencia que existe de que dedique el tiempo necesario para su ministerio, que él mismo sea testimonio sincero y que planifique el llevar la comunión, en forma sistemática y frecuente, a todos los que lo necesiten.