El viernes 21, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la residencia del hermano Baltazar Sebastián, para hacer la bendición de dos marimbas que han llegado recientemente de Guatemala.

El hermano Baltazar que, mientras estaba en Nucá, hacía parte del ministerio Trascendencia, se ha sentido llamado a organizar un ministerio en Los Angeles y, para hacerlo ha traído esas marimbas.

El viernes 21, por la noche, en la parte posterior de la residencia del hermano Ronaldo Diego, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de la reconciliación y de la palabra profética, para catequistas de la parroquia San Miguel Arcángel, de Los Ángeles, California.

El arzobispo, durante la homilía, en la conmemoración de Santa Inés, subrayó la importancia de prepararse para dar testimonio del Evangelio, especialmente a través de una vida de profunda conversión.

Después de la primera parte de la celebración de la liturgia, el arzobispo presidió la celebración de la anáfora de la divina liturgia, con los hermanos que ejercen el ministerio de catequista en las diferentes comunidades de la parroquia San Miguel Arcángel.

El arzobispo recordó a los hermanos el sentido de la sacramentalidad que hace que se actualice todo el misterio de la Palabra hecha carne, para darnos la vida eterna.

También en el contexto de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo invitó a los hermanos a ponerse en oración delante del Señor, para reconocerse como pecadores y pedir de Él la gracia de ser constituidos en testigos del Evangelio.

Los hermanos participaron con mucha devoción en esta oración, conscientes de que lo que da capacidad para ejercer el ministerio de catequista, es precisamente, el ser testigos de lo que se está compartiendo.

Finalmente, el arzobispo impartió un tiempo de formación para los catequistas sobre la temática que se está desarrollando actualmente y que gira en torno a la espera mesiánica y a los grupos sociales que existían en el tiempo de Jesús.

En esta ocasión, aparte de explicar el sentido que tiene la palabra Mesías, el arzobispo hizo una presentación de la historia y la importancia del grupo denominado "Saduceos".

Después de la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear una serie de preguntas, sobre temas relacionado con cuanto se ha estudiado.

Entre las cuestiones planteadas estuvo la de cómo se dio la separación de las iglesias de occidente, con respecto al cristianismo apostólico primitivo y ortodoxo.

El sábado 22 de noviembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la se de la comunidad Santa María de Guadalupe, de Riverside, California, en donde presidió la celebración de la Liturgia de la Reconciliación y de la Palabra Profética.

Después de animar a los hermanos al arrepentimiento, administró el Sacramento de la Reconciliación y, después de las Lecturas de la Sagrada Escritura, les animó a confiar profundamente en el Señor, para participar de la misma vida del Señor.

Después de la celebración de la liturgia de la reconciliación y de la palabra profética, el arzobispo presidió la celebración de la Anáfora de la Divina Liturgia.

Los hermanos en actitud profunda de oración, pidieron al Señor que, por la acción del Espíritu Santo, los divinos misterios, transformados en el Cuerpo y la Sangre del Señor, les comunicaran la vida eterna.

Dentro del marco de la visita del arzobispo a la comunidad Santa María de Guadalupe, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a la niña Giselle Francisco.

El arzobispo explicó a padres y padrinos el don inefable que recibiría Giselle y recibió de ellos el compromiso de vivir de acuerdo a la fe, para ayudar a que, a través de su testimonio la niña fuera tierra fecunda en la que los sacramentos recibidos fueran transformando su vida.

El sábado 22 de enero, por la tarde, en la sede de la comunidad El Pescador, Los Ángeles, el arzobispo presidió la reunión con los alumnos de la Escuela de formación ministerial Santiago Baradeo.

Se comenzó con la oración y luego los alumnos hicieron una presentación en base a la enseñanza recibida en la sesión anterior.

Finalmente el arzobispo hizo una síntesis, enfatizando los aspectoss fundamentales de la enseñanza.

Después de que los alumnos terminaron la presentación el arzobispo impartió la formación que estaba preparada para la sesión del 22 de enero, referente a lo implicado en la Confesión de Fe de Mateo 16,16-18.

El arzobispo hizo énfasis en que el texto debe ser interpretado, fundamentalmente, en torno a lo que implica la fe que Simón confesó, pues solamente eso permite reconocer cuál es el contexto en el que el Señor le confía una misión específica a Pedro y cuáles son las implicaciones concretas de la misa.

El sábado 22 de enero, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad El Pescador, en donde administró el sacramento de la reconciliación a los hermanos que lo necesitaron.

Además, en el contexto de las lecturas bíblicas, animó a los hermanos a reconocer el carácter desafiante de la fe y a poner su confianza en el Señor, para recibir el don del ESpíritu Santo, que les transforme.

Después de la liturgia de la reconciliación y de las lecturas bíblicas, se oró la anáfora de la divina liturgia, implorando del Señor su presencia, para transformar los dones presentados.

Los hermanos participaron con profunda devoción y clamando al Señor el ser constituidos en templos vivos del Espíritu Santo.

Al final de la celebración de la primera parte de la liturgia, el hermano Ramón, coordinador de la comunidad El Pescador, pidió al arzobispo que orara y presentara al nuevo ministerio musical de la comunidad.

Se trata del Ministerio Trascendencia, cuyos instrumentos habían sido bendecidos por el arzobispo la noche anterior.

También, como está previsto, al final de la visita a la comunidad el Pescador, el arzobispo dirigió, durante largo tiempo la oración del pueblo de Dios, pidiéndole la sanación interios y entregándose en las manos de Dios.

Se trató, particularmente, de hacer un acto de reconocerse pecadores y de pedir al Señor, el don del Espíritu Santo, para aceptar con entrega total el desafío de la fe, con todo lo que ésta implica.

Ya bien entrada la noche del sábado 22 de enero, el arzobispo visitó la comunidad Poder del Espíritu Santo, ubicada en el centro de Los Ángeles, California.

Después de llegar y ser saludado por los hermanos, administró el sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaban y animó a la comunidad a asumir, cada día, una actitud de fe más profunda y generosa.

Después de la liturgia de la reconciliación, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, en la que los hermanos participaron con gran devoción.

Conscientes de que la Anáfora permite que el Señor, desde el cielo envíe su Espíritu Santo y haga que sobre el altar se haga presenta la Palabra viva de Dios, hecha carne sacramentalmente y que da la vida eterna, los hermanos participaron con gozo y devoción.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en actitud especial de oración para reconocer la propia pequeñez y pedir del Señor el don del Espíritu Santo.

Los hermanos oraron con intensidad y expresaron su disponibilidad a ser transformados por la gracia y el poder del Espíritu Santo.

El domingo 23 de enero, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la residencia del hermano Ronaldo Diego, en cuyo patio, se tuvieron las actividades para servidores de las comunidades de la parroquia San Miguel Arcángel, de California.

La primera actividad que se tuvo fue la administración del sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitario, seguida de las lecturas bíblicas, habiendo el arzobispo hecho énfasis en el carácter transformador y vivo que tiene la enseñanza del Señor, por tratarse, no de doctrina sino de la efusión de su mismo Espíritu y Vida.

Después de la homilía, dio inicio la celebración de la anáfora de la divina liturgia, la cual transcurrió en un ambiente profundo de oración y de súplica al Señor.

Especialmente se hizo énfasis en que, a través de la celebración, la Palabra viva de Dios se hace carne sacramentalmente, para dar la vida eterna a quienes la reciben.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, el arzobispo invitó a todos los servidores de la comunidad a ponerse en oración, para pedir al Señor la capacidad de reconocer su presencia y la disponibilidad de dejarse transformar por Él.

Al final de la oración, como signo del compromiso de dejarse guiar por el Espíritu del Señor, que es amor, se hizo el intercambio del saludo de la paz.

El día de hoy, el hermano Ronaldo Diego está cumpliendo cincuenta y tres años, por lo mismo, fue recordado como una intención especial de acción de gracias dentro de la divina liturgia.

En ese conterxto, se invitó a su familia a acercarse y se oró por todos, pidiendo al Señor que les dé la unidad, la reconciliación y la perseverancia fuel en la fe.

Terminadas las celebraciones litúrgicas, el arzobispo impartió la formación para servidores, en torno al tema de la antropología cristiana, de acuerdo al testimonio de la Sagrada Escritura.

Especialmente, el arzobispo hizo énfasis en el carácter unitario en la comprensión del ser humano que surge de la Biblia, a diferencia de los que sucede en el pensamiento griego, lo cual queda elevado y fortalecido con el misterio de la encarnación eficaz de la Palabra de Dios.

Terminada la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear una serie de cuestiones sobre diferentes temas relacionados con la salvación y la vida eterna.

El arzobispo respondió cuestiones planteadas, en base al testimonio de la Sagrada Escritura.

Al final del encuentro, se celebró la reunión mensual del Consejo Pastoral de la Parroquia San Miguel Arcángel.

Finalmente, la familia del hermano Ronaldo, quiso compartir con los servidores de la parroquia un ágape fraterno, especialmente para celebrar el cumpleaños del hermano.

Se cantó, se compartió el almuerzo y también el sentido de comunión fraterna.

El domingo 23 de enero, por la noche, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad de Santa María de Guadalupe, ubicada en Riverside, California.

Después de su llegada, el arzobispo impartió formación a los hermanos que estaban presentes. Aunque la formación específica giraba en torno a la cuestión del carácter integral de la salvación, el tema se centró en torno a la cuestión de la administración del sacramento de la reconciliación.

Después de terminar la explicación del tema en forma breve, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear algunas preguntas, sobre temas relacionados con la fe y con la administración de los sacramentos.

Especialmente, respondiendo a cuestiones planteadas, el arzobispo hizo énfasis en que la administración de los sacramentos es algo reservado, en la Iglesia Apostólica a los apóstoles y, luego, a quienes, por la imposición de manos de ellos, se constituyeron en sus sucesores. También hizo énfasis en que el mantener la comunión apostólica es un elemento indispensable para la administración sacramental.

El domingo 23 de enero, por la noche, después de terminar la formación, el arzobispo administró el sacramento de la reconciliación a los hermanos que lo necesitarion.

En esta ocasión, después de la formación específica que había hecho el arzobispo, subrayando cómo consta en la Escritura que se hacía la administración del sacramento en la iglesia apostólica, el rito tuvo especial significado.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la anáfora de la divina liturgia, lo cual, también en el contexto de la formación hecha y de la reflexión a los textos bíblicos, tuvo especial relevancia.

Durante la homilía, el arzobispo enfatizó que, a través de los sacramentos y, especialmente la Eucaristía, es como el Señor sigue perpetuando en el tiempo, la explicación que dio en la sinagoga de Nazaret: "hoy se cumple esta Escritura".