El domingo 24 de abril, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad Cruz Grande del Centro Pastoral de Santa Bárbara, en donde se habían reunido los líderes del Centro Pastoral.

Se inició con una reunión, en la cual, en ambiente de diálogo y de consensos, se decidió que será enviado un epecista para el año entrante al Centro Pastoral y, mientras tanto, la atención sacramental del centro estará a cargo del Padre Roberto Carlos Mungía.

Después de la reunión, el arzobispo impartió formación a los hermanos, específicamente acerca de lo que implica el vivir el Año de la Conversión y del Fortalecimiento de la Comunión en el Espíritu Santo.

El arzobispo animó a los hermanos a promover procesos de conversión continuos a todos los niveles, para vivir de acuerdo a la identidad que profesamos tener.

Las celebraciones litúrgicas dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes humildemente se reconocieron pecadores.

El arzobispo recordó que el perdón del pecado se da por la comunicación del Espíritu Santo, que es una capacidad que el Señor confió a los once apóstoles y a sus sucesores.

Dentro del marco de la visita pastoral, fue presentada la niña Dannia, de la comunidad de Tojchiquel, para que se le administraran los sacramentos de la iniciación cristiana.

El arzobispo recordó a los familiares y padrinos cuáles son los compromisos que asumen y los animó a vivirlos con radicalidad.

La visita a la comunidad de Cruz Grande, concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo.

Durante la homilía, el arzobispo subrayó que es, a través de la eucaristía como el misterio de la resurrección del Señor se mantiene como una realidad activa en la vida de la Iglesia.

Hacia el mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de La Vega de Chicol de Santa Bárbara Huehuetenango, para hacer una visita pastoral.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaron.

Dentro del marco de la celebración, se tuvo un tiempo de oración de súplica, en el que los hermanos presentaron las diversas intenciones y necesidades que tenían.

El arzobispo oró junto a los hermanos y los bendijo.

Seguidamente, el arzobispo preidió la celebración de la divina liturgia con hermanos de la comunidad de La Vega de Chicol, del municipio de Santa Bárbara, Huehuetenango.

El arzobispo recordó el sentido profundo de la celebración de la divina liturgia, como el medio instituido por el Señor para hacer del misterio de la resurrección una constante presencia vivificadora en la vida de la Iglesia.

Al caer del día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Monrovia, en San Juan Ostuncalco, del departamento de Quetzaltenango.

En medio de un clima inclemente y muy lluvioso, se comenzó la celebración litúrgica con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que lo necesitaban.

Los hermanos de la comunidad presentaron al arzobispo diversas necesidades, inquietudes e intenciones, por lo que se dedicó un tiempo para que se pudiera orar por todas las preocupaciones que se tenían.

El arzobispo acompañó a los hermanos en la oración y los bendijo.

El viaje pastoral del arzobispo, que duró diecinueve días, haciendo iniciado el seis de abril, concluyó con la celebración de la divina liturgia en la comunidad de Monrovia.

De allí, el arzobispo, bajo condiciones climáticas muy difíciles, prosiguió hacia el Seminario de San Lucas Sacatepéquez, en donde el 25 de abril, comenzará el nuevo período formativo, después de la pastoral y las vacaciones de la semana de Pascua.

El miércoles 27 de abril, por la noche, el arzobispo visitó la comunidad Pacti Divino ubicada en el centro de Lós Ángeles, California, Estados Unidos.

La visita inició con la administración del sacramento de la reconciliación a los que, humildemente, se reconocieron pecadores y confesaron su pequeñez.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que, la resurrección del Señor, para el creyente, no es un hecho del pasado sino su sentido se encuentra en que se trata de una continua presencia del Señor en quienes creen.

Por los mismo, los hermanos fueron invitados a entrar en oración, tomando conciencia de esta realidad maravillosa y suplicando al Señor que, a través de la vida sacramental, se tenga la capacidad de abrirse a la experiencia de la presencia del Señor resucitado.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad Pacto Divino de Los Ángeles, California.

El arzobispo animó a los hermanos a celebrar los divinos misterios con la certeza absoluta de que, a través de ellos, es como el Señor resucitado se manifiesta y dirige a su Iglesia.

El mismo miércoles 27, ya bien entrada la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad Poder del Espíritu Santo, para realizar la visita pastoral mensual.

Se comenzó con un breve encuentro con los hermanos y con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los que acudieron a recibirlo.

Después de la homilía, los miembros de la comunidad Poder del Espíritu Santo, entraron en oración, conscientes de que el estar en continua actitud de conversión es la condición para abrirse a la experiencia de la presencia actual del Señor resucitado.

El arzobispo animó a los hermanos a entregarse confiados en las manos del Señor y a poner en Él todas sus inquietudes y necesidades, así como las de sus familiares.

La visita a la comunidad Poder del Espíritu Santo, concluyó con la celebración de la divina liturgia presidida por el arzobispo.

El arzobispo animó a los hermanos a asumir una actitud de fe, que les prepare a reconocer la presencia del Señor resucitado en los divinos misterios y a dejarse transformar por ella, particularmente a través de la comunión.

El jueves 28 de abril, por la noche, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad El Pescador, ubicada en el sur de Los Ángeles, para realizar la visita pastoral mensual.

Se inició con la administración del sacramento de la Reconciliación a los participantes, después de ser exhortados al arrepentimiento y hacer un llamado a la conversión.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que la fe en la Resurrección del Señor no es la aceptación de una serie de creencias sino la experiencia de que el mismo Señor resucitado, testimoniado en la Escritura, está vivo en el presente del creyente y de la Iglesia.

Por lo mismo, el arzobispo exhortó a los hermanos a ponerse en oración para que, entrando en profunda disponibilidad al Señor, se viva la experiencia de la resurrección, especialmente, a través de la participación sacramental.

Finalmente, se tuvo la celebración de la Divina Liturgia, presidida por el arzobispo. El arzobispo recordó que, en la celebración de la divina liturgia, el misterio de la resurrección del Señor se actualiza, bajando el cielo sobre la tierra.

Luego, exhortó a los hermanos que estaban preparados a acercarse a recibir la comunión, como medio dejado por el Señor, para actualizar la presencia del Señor resucitado en cada creyente.

El viernes 29 de abril, hacia el mediodía, el Señor Vivi, de la Parroquia de Santa María de Witthier, California, en nombre del Corepíscopo Sabu y de los fieles de la parroquia, llegó hasta la sede de la parroquia de San Miguel Arcángel en East Rancho Dominguez, Compton, California, para donar una serie de manteles y cortinas para uso en la Parroquia.

Dado que, por el momento, el templo está en proceso de remodelación, parte de la donación fue colocada temporalmente en el altar de la Capilla del Santísimo Sacramento, dando a la misma, un aspecto nuevo y correspondiente con la identidad de nuestra Iglesia.

El viernes 29, por la noche, el arzobispo administró el sacramento de la reconciliación a los catequistas y líderes que estaban participando en la celebración en la Capilla del Santísimo Sacramento.

El arzobispo exhortó a los hermanos al arrepentimiento y al asumir una actitud de despojo, para dejar que el Señor, derramara sobre ellos el Espíritu Santo de justificación.

El arzobispo también presidió, el viernes 29 de abril, por la noche, la celebración de la divina liturgia, con catequistas y líderes de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Se explicó que, a través de la celebración del divino misterio es como, el Señor resucitado se hace presente en su Iglesia, para dirigirla y transformar la vida de los fieles.

Después de la celebración de los divinos misterios, el arzobispo impartió formación a los hermanos, dando continuidad a la cuestión de la espera mesiánica en el pueblo de Israel, en el tiempo del nacimiento del Señor.

El arzobispo explicó tres razones por las cuales los judíos no pudieron reconocer en Jesús de Nazaret al Mesías prometido y esperado y cómo fue que los discípulos lograron distanciarse de la concepción común, para reconocer en el Señor resucitado al Mesías.

Finalmente, los hermanos plantearon una serie de cuestiones acerca de la espera mesiánica, acerca de la situación actual del judaísmo con respecto al Mesías y con respecto a la identidad de la Iglesia.

También se planteó la cuestión de la prosperidad económica y el arzobispo explicó cómo, el Evangelio tiene una perspectiva totalmente novedosa referente a la concepción que se tenía en el judaísmo.

El sábado 30 de abril, por la tarde, el arzobispo impartió en la sede de la parroquia San Miguel Arcángel, la formación para alumnos de la Escuela de Formación Ministerial San Miguel Arcángel.

El arzobispo explicó a los alumnos cuáles son los conceptos de fe que son comunes en las grandes ramas del cristianismo occidental y, sin embargo, son ajenas a la Tradición Apostólica.

Después de la formación, se tuvo el tiempo necesario para poder intercambiar puntos de vista sobre lo que se había estudiado y sobre otras cuestiones relacionadas con la fe.

El arzobispo, ante las diferentes cuestiones, explicó cuál es el sentido de la profecía y de las manifestaciones sobrenaturales que se dan en la vida del creyente y de la iglesia.

El sábado 30, al caer el día, se celebró, en la capilla del Santísimo Sacramento de la parroquia San Miguel Arcángel, la Asamblea Parroquial semanal.

Los hermanos oraron, cantaron y, finalmente, en un ambiente de oración, imploraron al Señor, la gracia de ser fieles en el seguimiento, para poder ser auténticos discípulos.

También, por la noche del treinta de abril, el arzobispo impartió un tiempo de formación para miembros de la parroquia San Miguel Arcángel de California.

Específicamente se habló del año de la conversión que se está impulsado. Igualmente se explicó cuál es la situación que vive la parroquia y se animó a involucrarse activamente en la vida parroquial.

Al final de la formación los hermanos intercambiaron diferentes puntos de vista y plantearon algunas preguntas acerca de la vida de la parroquia y de su organización.

Se dialogó acerca de la ayuda que se da para la sustentación de la parroquia, a lo cual el arzobispo señaló que lo fundamental es que se tenga el sentido de ofrendar como reconcomiento de los dones que Dios da a cada quien y de los cuales no se es más que administrador.

Al final de la Asamblea y de la formación el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación a quienes estaban participando en las celebraciones que se hacían.

Los hermanos fueron invitados a asumir una actitud de humildad, de reconocerse pecadores y de disponbilidad total, parar abrirse al don del Espíritu Santo.

Después de la homilía, se llevó a cabo el rito de renovación del encargo a los ministros para la distribución de la comunión de la parroquia de San Miguel Arcángel.

El arzobispo explicó cuál es el sentido del ministerio que se ejerce y cómo se requiere una actitud de constante conversión y de disponibilidad de servicio al pueblo de Dios.

También se invitó a los lectores a que hicieran la ceremonia de renovación de la bendición, para ejercer su ministerio con actitud de humildad y de conversión.

El arzobispo hizo énfasis en la importancia de que también los lectores utilicen la túnica como signo externo de su actitud de disponibilidad total al Señor.

Los integrantes de varios ministerios musicales que estaban presentes, también fueron invitados a recibir la bendición de parte del arzobispo, como signo de su compromiso con la iglesia y con la parroquia.

El arzobispo recordó que el ministerio de música en la iglesia no es una forma de hacer promoción de sí mismos sino es un compromiso de dar testimonio del Evangelio que se ha recibido y que se está viviendo.

El sábado 30, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con fieles de la parroquia de San Miguel Arcángel de Los Ángeles California.

En el contexto de la celebración, recordó a los hermanos cómo el sacramento de la eucaristía es el medio continuo y más claro de la forma en la que el Señor se mantiene presente y dirige su iglesia.

Al final de la celebración de la divina liturgia, los hermanos se acercaron a recibir la bendición con la cruz bendicional de parte del arzobispo.

Éste recordó que ese rito es la forma en la que, de ordinario, concluyen las celebraciones de la divina liturgia en nuestra iglesia y que son signo del envío que se recibe para dar testimonio del Evangelio.

El sábado 30 por la noche, el arzobispo presidió la reunión del Consejo Pastoral de la sede central de la Parroquia.

Se dialogó acerca de los diferentes retos que se presentan y de la forma en la que serán afrontados.

Se determinó que la próxima reunión del Consejo, en lugar de tener lugar el día sábado, se celebrará el día viernes, para evitar los desafíos de la reunión el día de la Asamblea.