El domingo 1 de mayor, por la mañana, en la capilla del Santísimo Sacramento, de la Parroquia San Miguel Arcángel de Los Ángeles, California, el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaron.

Después de invitar al arrepentimiento, los hermanos hicieron la humilde confesión de sus pecados y, luego, se invocó la efusión del Espíritu Santo, para el perdón de los pecados.

Dentro del marco de la celebración litúrgica dominical, se invitó a los hermanos que forman el equipo de cocina de la sede parroquial a recibir la bendición.

Dado que se tiene la deuda del templo y los recursos son escasos, los ingresos que se tiene por concepto de la comida que se vende entre quienes participan en las celebraciones, llega a ser una tercera parte de los ingresos totales.

El sábado 30 de abril se hizo la bendición de quienes integran los diferentes ministerios de música de la sede parroquial de San Miguel Arcángel en California.

Sin embargo el ministerio de Redimidos del Señor, formados por hermanos que proceden de Planitos, Santa Eulalia y de Chiantla, no pudieron participar, por lo que la bendición se hizo en el marco de la liturgia dominical.

Entre las iniciativas que revisten urgencia, está la de organizar un buen grupo de monaguillos o acólitos y diáconos, para servir en la celebración litúrgica.

Por lo mismo, el arzobispo invitó a un grupo de jóvenes y niños a participar y se hizo una bendición especial, como inicio del proceso de formación que, en los meses venideros tendrá inicio.

El arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con fieles de la parroquia de San Migue Arcángel, correspondiente al tercer domingo del tiempo de Pascua.

En la homilía, a la luz de las lecturas, el arzobispo hizo énfasis en que lo que transforma la vida de los apóstoles es el encuentro con el Señor resucitado y que, el mismo, continúa, a través de la Eucaristía, como invitación y posibilidad, para todos los creyentes.

Después de las celebraciones litúrgica, se tuvo un breve tiempo de encuentro en el que los representantes de las diferentes comunidades de la parroquia rindieron un informe de la marcha de sus comunidades.

En general, especialmente en la sede parroquial, Santa María de Guadalupe de Riverside y Poder del Espíritu Santo, se nota un sostenido crecimiento. Las otras dos comunidades se mantienen.

Después de los informes, el arzobispo presentó durante breve tiempo, el proyecto que se tiene como parte del Año de la Conversión y del Fortalecimiento de la Vida en el Espíritu Santo.

Queda pendiente, ahora, que, a nivel de comunidades se asuman los compromisos pertienentes para que el proyecto se concretice a nivel local.

El domingo 1 de mayo, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Riverside, California, en donde, su visita comenzó con un tiempo de formación.

También en la comunidad de Santa María de Guadalupe, el arzobispo subrayó que la actitud de conversión es una constante en la vida del cristiano, para poder mantenerse como discípulo y como miembro activo de la iglesia.

Como parte de la visita a la comunidad Santa María de Guadalupe, el arzobispo invitó a los hermanos al arrepentimiento, al reconocerse pecadores y a confesar esta situación.

Como conclusión del proceso de cofesión, personal y comunitario, se administró el sacramento de la reconciliación, invocando la efusión del Espíritu Santo, para el perdón de los pecados.

La actividad pastoral en la comunidad de Riverside concluyó con la celebración de la divina liturgia presidida por el arzobispo y con la participación de los fieles.

El arzobispo recordó que, a través de los divinos misterios es como la resurrección del Señor se mantiene activa y transforma y anima la vida de la Iglesia y del creyente.

El miércoles 11, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, en el municipio de Santa Cruz la Laguna, del departamento de Sololá.

La visita comenzó con la bendición de la casa de uno de los hermanos, que está en proceso de terminación de la misma y, seguidamente, se administró el sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaron.

Dentro del marco de la visita, fue presentado el niño Bryan Santiago, cuyo padre, aún siendo miembro de la comunidad, actualmente se encuentra trabajando en los Estados Unidos, para que se le administraran los sacramentos de la iniciación cristiana.

El arzobispo explicó tanto a la madre como a los padrinos los compromisos que se asumían al administrar los sacramentos de la iniciación cristiana, para que el don de Dios, pueda producir abundantes frutos.

La visita a la comunidad de Chuitzanchaj fue concluida con la celebración de la divina liturgia para los miembros de la comunidad.

El arzobispo explicó que a través del sacramento, el misterio de la resurrección del Señor se mantiene activo y presente en la comunidad, dando vida eterna.

El mismo once de mayo, por la tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Pajomel, del municipio de Santa Cruz la Laguna, del departamento de Sololá.

El arzobispo comenzó la visita invitando a los hermanos al arrepentimiento y, luego, a acercarse para confesar los pecados y recibir el sacramento de la reconciliación.

Después de las lecturas bíblicas en las que se presentaba la situación de la comunidad apostólica, el arzobispo invitó a los hermanos a la oración, para vivir una experiencia similar a la que caracterizó a la primera comunidad.

Los hermanos oraron con devoción, implorando al Señor el don de la fe y del compromiso, para abrirse a la experiencia de la presencia del Señor resucitado en medio de ellos.

Finalmente, el arzobispo presidió la cebración de la divina liturgia, en la cual participaron todos los hermanos presentes con una actitud de sincera devoción.

El arzobispo animó a los hermanos a abrirse al reconocimiento del Señor resuctiado, especialmente a través del sacramento del cuerpo y de la sangre del Señor.

El jueves 12 de mayor, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede del Centro Pastoral de La Libertad, Huehuetenango, ubicado en Santo Domingo Las Flores, para presidir la celebración del decanato del sur-occidente de Huehuetenango.

Se contó con la participación de hermanos de las diferentes comunidades, así como de los padres Francisco Pastrana, encargado pastoral local y José Manuel y Antonio Castro, de la Democracia.

Después de la formación impartida por el arzobispo, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear una serie de cuestiones sobre diferentes temas.

Especialmente se habló sobre la cuestión de la conversión, el sentido del bautismo cristiano y la resurrección del último día que se concede, a través de la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor.

Los presidentes de los consejos pastorales de los dos centros pastorales, así como los presbíteros participantes, rindieron un breve informe acerca de la marcha pastoral de los centros.

Se habló del compromiso que se tiene en profundizar en el sentido de la sacramentalidad, en el crecimiento que se experimenta en diferentes comunidades, así como de algunos proyectos de construcción.

Despues del decanato y los diálogos siguientes, el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación a quienes se confesaron pecadores.

El arzobispo animó a los hermanos a reconocerse pecadores, para poder participar de la vida nueva que el Señor da a quienes confían en Él y están dispuestos a cumplir su voluntad.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los participantes a poners en oración de abandono en las manos del Señor, para dejar que Él actué en la vida de cada fiel.

Los hermanos también oraron por la sanación de algunos hermanos que estaban enfermos y por el crecimiento en la fe y en el número de fieles de los centros pastorales.

Dentro de la visita del arzobispo a Santo Domingo las Flores, se hizo la renovación del encargo a los ministros para la distribución de la comunión de las comunidades de los centros pastorales.

El arzobispo recordó a los hermanos cuáles son los compromisos inherentes al encargo que se renovaba y ellos expresaron su total disponibilidad a cumplirlos fielemente.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos que estaban participando en las celebraciones de Santo Domingo las Flores.

Concelebraron los padres Francisco, José Manuel y Antonio y participaron con gran provecho todos los hermanos, la mayoría de quienes se acercaron a participar en la comunión.

El jueves 12 de mayo, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de el Cecilar, ubicada en las altas montañas del municiipio de La Libertad, Huehuetenango.

El arzobispo comenzó la visita con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes se acercaron a confesar sus pecados y pidieron que se les administrarón.a la absolución.

Dentro del marco de la visita del arzobispo a la comunidad de el Cecilar, se administraron los sacramentos de la iniciación a seis hermanos de la comunidad. Cuatro niños, una señorita y una madre, que se bautizó junto a dos de sus hijos.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de la administración de los sacramentos y exhortó a padres y padrinos a asumir diligentemente los compromisos que asumían.

La visita pastoral a la zona del sur-occidente de Huehuetenango, terminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Francisco.

El arzobispo exhortó a los hermanos a reconocer en la celebración la llegada del Señor resucitado en medio de la comunidad, para comunicar su vida a todos los creyentes.