El viernes 13 de mayor, por la mañana, el arzobispo presidió el decanato del sur de Huehuetenango, en la sede de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo de Cuilco, Huehuetenango.

Le acompañó el padre José Raúl López, encargado pastoral de Cuilco, así como representantes de la casi totalidad de comunidades involucradas pastoralmente en este decanato.

Después de la formación impartida por el arzobispo, en la cual se hizo una presentación del Año de la Conversión y sus implicaciones, los hermanos plantearon algunas preguntas.

Especialmente se dialogó acerca de la administración del sacramento del bautismo, unido a los otros sacramentos de la iniciación cristiana y de la necesidad de que los mismos sean administrados por quienes mantinen la continuidad y la comunión apostólicas.

Los delegados de los seis sectores involucrados en el decanato del sur de Huehuetenango, así como el presbítero involucrados, rindieron un breve informe de la marcha de los sectores y de la parroquia.

Se coincidió en subrayar el crecimiento que se está teniendo. Por ejemplo, en un sector, el número de fieles se ha incrementado en el 33 % en el último año y, aunque sea en menor escala, en general, en todas partes se nota un cierto crecimiento.

Una vez concluido el decanato y la formación prevista, el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación a quienes se acercaron con corazón humilde.

El arzobispo recordó a los hermanos que es indispensable reconocer al Señor como el camino de la vida, imitándole en la forma de vida y se apertura a Dios, para poder participar de su vida gloriosa.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, se hizo la renovación del encargo institucional a los ministros extraordinarion para distribución de la comunión.

Fueron unos 30 hermanos quienes renovaron su compromiso, reafirmando su disponibilidad a hacer vida lo que la fe, acerca del misterio del cuerpo y la sangre del Señor nos enseña.

Taomumbién en el contexto de la celebración litúrgica, se hizo la renovación de la bendición a algunos lectores de varias comunidades de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo.

El arzobispo explicó a los hermanos el sentido del ministerio que se les confía y la forma en la que se deben comprometer a asumirlo y a vivirlo.

La visita pastoral a la Parroquia Inspiración del Espíritu Santo de Cuilco, concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el Padre José Raúl.

El arzobispo enfatizó en la homilía que, para abrirse al cumplimiento de todas las promesas que el Señor ha hecho, es indispensable que se esté dispuestos a asumir una actitud de humilde reconocimiento del ser pecador y abrirse a cumplir la voluntad del Señor.

El sábado 14 de mayo, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la asamblea-decanato del sur-oriente de Huehuetenango en el Centro de Formación de Jumaj, Huehuetenango.

Se contó con la presencia de los padres Pedro, Martínez, Yaider Jiménez, José Raúl López y Roberto Carlos Munguia, ademá de la de delegados de la mayor parte de comunidades, centros pastorales y parroquias involucrados en este decanato.

El arzobispo impartió formación acerca del sentido del año de la conversión y del fortalecimiento de la vida en el Espíritu Santo, así como de otros temas relacionados con la vida sacramental.

Al final, los hermanos tuvieron la oportunidad de dialogar, presentando cuestiones, dudas y haciendo comentarios, así como exhortaciones a los demás hermanos.

También los líderes de las parroquias, centros pastorales, capellanía y comunidades, así como los presbíteros que los desearan, fueron invitados a presentar un breve informe pastoral.

En general, de los informes se pudo tener la idea de que se está marchando, sin embargo, hace falta asumir una actitud más profunda de conversión, para responder íntegramente a la llamada del Señor y a la misión que se ha recibido.

El sábado 14, al caer del día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Rodeo del municipio de Malacatancito, del departamento de Huehuetenango.

Los hermanos, después de un tiempo de dificultades y desafíos, han comenzado a experimentar crecimiento. La visita del arzobispo comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación.

Después de la homilía, en la que el arzobispo señaló cuáles son las características de la fe apostólica, a la luz de la fiesta de San Matías apóstol, invitó a los hermanos a la súplica.

Los hermanos imploraron del Señor la gracia de asumir plenamente las actitudes de los apóstoles, para poder manter vivas la tradición y la vida de la iglesia apostólica.

La visita a la comunidad de El Rodeo, concluyó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y en la que los hermanos participaron con provecho y devoción.

El arzobispo animó a los hermanos que estaban preparados, a tratar de participar activamente en la comunión sacramental, para recibir los dones inherentes al alimentarse con la Palabra de Dios hecha carne sacramentalmente.

El domingo 15 de mayo, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Todos Santos Cuchumatanes, del departamento de Huehuetenango, para hacer una visita pastoral.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes, después de la debida preparación, confesaron sus pecados y recibieron la absolución.

Dentro del marco de la visita pastoral, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a las niñas Gaby Rosemery y Karina Aramea, hijas de miembros de la comunidd.

El arzobispo explicó los compromisos a padres y padrinos y recibió de ellos, el compromisos de asumirlos con toda la seriedad, para apoyar el crecimiento en la fe.

También dentro del marco de la visita pastoral a Todos Santos, el joven Jesús, fue preparado para hacer la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo explicó el sentido de este rito y exhortó a Jesús a tratar de fortalecer su compromiso dentro de la comunidad, especialmente a través de su participación en el ministerio de música.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Todos Santos Cuchumatanes.

Durante la homilía, recordó el origen histórico de la Santa Iglesia de Antioquía y los compromisos que eso conlleva en quienes pertenecemos a esa Iglesia.

El domingo 15 de mayo, por la tarde, acompañado del Padre José Raúl López, párroco local, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Granadillo, de la parroquia San Ignacio de Antioquía de Colotenango.

La visita a la comunidad comenzó con un tiempo de formación, especialmente centrándose en torno a la urgencia de emprender seriamente el camino de la conversión.

Después de la formación varios hermanos tuvieron la oportunidad de presentar algunas preguntas y de hacer comentarios acerca de las cuestiones que se abordaron.

Especialmente se urgió a todos a tratar de asumir con seriedad la identidad de la Iglesia en todas sus dimensiones y en ponerla en práctica.

Los representantes de las diferentes comunidades, así como el Padre José Raúl, presentaron un breve informe de la marcha pastoral de las comunidades y de la parroquia.

En general se subrayó el trabajo que se está haciendo para profundizar en la identidad de las comunidades y en la concientización acerca de la importancia de la vida sacramental.

A media tarde, el arzobispo presidió la celebración de administración del sacramento de la reconciliación a líderes y servidores de las comunidades de la parroquia de San Ignacio de Antioquía.

Después de exhortar al arrepentimiento y a reconocerse humildemente pecadores, el arzobispo administró el sacramento e impartió la absolución a quienes estaban preparados.

También dentro del marco de la visita pastoral a la parroquia de San Ignacio de Antioquía, en el Granadillo, se administrarons los sacramentos de la iniciación cristiana a seis hermanos.

Todos eran o adultos o jóvenes y habían sido esmeradamente preparados por los catequistas, para poder recibir los sacramentos con el debido provecho.

También, dentro del marco de la visita pastoral a la parroquia San Ignacio de Antioquía, los dirigentes de las diferentes comunidades que aún no habían sido confirmados, recibieron la confirmación y el envío misionero.

El arzobispo les exhortó a reforzar, especialmente, su compromiso misionero.

Un hermano de la comunidad de El Arenal, llegó hasta el Granadillo, acompañado de su abuela, para hacer la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo oró por él y le exhortó a profundizar en su compromiso de fe, con la ayuda de sus familiares y padrinos.

También dentro del marco de la visita pastoral a la parroquia San Ignacio de Antioquía, se hizo la renovación del encargo a los ministros para la distribución de la comunión.

El arzobispo explicó nuevamente cuáles son los compromisos que se tienen, tanto en cuanto al estilo de vida como a la actividad pastoral que se espera que realicen.

La visita a la parroquia de San Ignacio de Antioquía, concluyó con la celebración de la Divina Liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre José Raúl.

Durante la homilía, el arzobispo recordó el sentido que tiene la iglesia de Antioquía dentro de la historia del cristianismo y los compromisos que se tienen, como parte de esa santa iglesia.

El domingo quince de mayo, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad central de El Arenal, de San Gaspar Ixchil, que eclesiásticamente hace parte de la Parroquia Inspiración del Espíritu Santo de Cuilco.

El arzobispo comenzó, después de saludar a los hermanos, con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes, humildemente, se confesaron pecadores.

Después de la homilía, el arzobispo exhortó a los hermanos de la comunidad central de El Arenal, a ponerse en oración, para pedir del Señor la gracia de la continua conversión.

Al final de la oración, los hermanos intercambiaron el saludo de la paz con el arzobispo y entre sí.

Al final de la visita a la comunidad central de El Arenal, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos que estaban presentes.

Animó a los hermanos a participar con devoción y, a todos quienes estaban bien dispuestos, a acercare a participar en la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor.