El lunes 16 de mayo, en el Centro de Formación de Jumaj, zona 6 de Huehuetenango, se tuvo el encuentro del presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango.

Después de mediodía, se comenzó con las sesiones de formación. El primer tema abordado por el arzobispo, dentro del contexto del Año de la Conversión, fue el del sentido genuino de ser católico y cristiano.

Después de la formación, los presbíteros presentes se organizaron en tres equipos, en los cuales se dialogó sobre una serie de cuestiones que habían sido planteadas en la presentación de la temática.

Se dialogó, habiendo subrayado en los diálogos, la importancia de llevar a la práctica todas las enseñanzas que se están teniendo, para poder tener una auténtica conversión.

Al caer del día, el arzobispo impartió una segunda formación al presbiterio de la vicaría de Huehuetenango, reunido en el Centro de Formación de Jumaj.

El tema que se abordó fue la cuestión de lo que implica vivir la ortodoxia. Se comenzó una breve presentación histórica y luego se subrayó cuáles son las características de vida que se deben asumir.

El lunes 16, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la administración del sacramento de la reconciliación con los presbíteros de la vicaría de Huehuetenango.

Después de haber animado al reconocimiento de las propias faltas y al asumir una actitud de disponibilidad y de conversión ante el Señor, se administró la absolución, para el perdón de los pecados.

Finalmente, la primera jornada se concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo. Concelebraron todos los presbíteros presentes.

El arzobispo animó a los presbíteros a profundizar continuamente en el sentido de la celebración de la divina liturgia, como medio dejado por el Señor, para prolongar en el tiempo el misterio de la Encarnación.

El martes 17 de mayo, por la mañana, en el Centro de Formación de Jumaj, zona 6 de Huehuetenango, el arzobispo presidió la liturgia de canto del oficio divino con el presbiterio de la Vicaría de Huehuetenango.

Después del canto de los salmos y de la lectura del Evangelio del día, el arzobispo dio una meditación sobre temas referentes al evangelio de san Juan.

A lo largo de todo el encuentro, la relación entre el presbiterio mostró rasgos de fraternidad y de compartir las inquietudes y opciones fundamentales.

Aunque, con presencia no continua, por diferentes factores, se contó con la participación de todos los presbíteros de la vicaría, con excepción del padre Yaider, quien no pudo llegar por quebrantos de salud.

El encuentro con el presbiterio terminó con la reunión pastoral, en la que se abordaron diferentes cuestiones. El arzobispo informó acerca del proceso que se ha seguido para la elección de los obispos y cómo en la actualidad, todo está en manos de Su Santidad el Patriarca. También informó que el proceso de la elaboración de hostias y pan eucarístico con levadura, está en proceso, bajo la coordinación del Padre Maxi Eliseo de Comalapa.

Finalmente, se asumió el compromiso de tomar la Carta Pastoral sobre la conversión como instrumento de trabajo para impulsar la conversión y el fortalecimiento de la vida en el Espíritu Santo en todas las parroquias.

Durante el día miércoles 18 de mayo, el arzobispo viajó a la Ciudad de México, en donde pernoctó y, seguidamente, el jueves por la mañana, llegó hasta Oaxaca. Los padres de la vicaría del centro de México, les esperaban, para ir a la Sierra Sur de Oaxaca a unas dos horas del aeropuerto, en donde se esté teniendo el encuentro con el presbiterio.

La primera cuestión que se trató, después de hacer el programa, fue el afrontar problemas que afectan la Vicaría y tomar ciertas decisiones sobre cuestiones de personal, economía, administración y trabajo pastoral.

El jueves 19, por la tarde, el arzobispo impartió la primera formación al presbiterio, explicando cuál es el sentido del año de la conversión y cuáles son sus implicaciones.

Se dialogó sobre el sentido de la catolicidad y del término cristiano en la perspectiva bíblica y apostólica, señalando la gran distancia que existe con el sentido ordinario que se da a los términos.

Al final de la formación, el arzobispo presentó a los presbíteros alguos de los materiales que se han publicado recientemente, para fortalecer el crecimiento espiritual y la identidad, tanto del presbiterio como de los fieles.

Entre el material presentado estuvieron la Carta Pastoral publicada con ocasión del Año de la Conversión y del Fortalecimiento de la Vida en el Espíritu Santo y la edición de la Constitución de la Iglesia, el Estatuto de la Arquidiócesis y los Criterios Pastorales para la administración de los sacramentos.

Después de un intervalo, los cuatro presbíteros activos en la Vicaría del Centro de México, comenzaron un tiempo de reflexión, en forma de taller, acerca de la formación impartida.

Los padres presentes son: Padre Mario López, Vicario, Padre Dionisio Montiel, Padre José Juan Luna, Secretario y Padre Wilber, Tesorero.

El jueves 19 de mayo, por la noche, en la Cabaña de Capuálpam, Oaxaca, en donde se estaba realizando el encuentro con el presbirterio de la Vicaría del Centro de México, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de la reconciliación.

Participaron en la celebración, además de los cuatro presbíteros, cinco fieles de la comunidad del Centro Misionero de Oaxaca, que están ayudando con el servicio al encuentro.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, los cuatro presbíteros de la vicaría del centro de México, hicieron la renovación de los compromisos ministeriales.

Después de que el arzobispo recordó algunos aspectos fundamentales del ministerio, ellos renovaron sus compromisos y, luego, el arzobispo oró sobre ellos y los bendijo.

También, dentro del marco de la celebración liturgia, el arzobispo entregó a los presbíteros los óleos consagrados, que se utilizan para la administración sacramental.

Especialmente, al referirse al santo crisma o mirrón, recordó el arzobispo que el empleado por nuestra santa iglesia, mantiene continuidad incluso material con el primero que fue consagrado por los apóstoles, al no haberse terminado nunca.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia. Concelebraron los presbíteros de la Vicaría del Centro de México y participaron los fieles que estaban ayudando con diversos servicios.

El arzobispo recordó a los hermanos que, a través de los divinos misterios es como, sacramental, pero realmente, el Señor sigue presente y actuando en su Iglesia.

El viernes 20 de mayo, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia del oficio matutino, con los presbíteros de la Vicaría del Centro de México.

Dentro del marco de la celebración, el arzobispo también dirigió a los presbíteros una meditación acerca del sentido de la resurrección del Señor y de su directa conexión con la dimensión sacramental de la iglesia.

A media mañana, el arzobispo impartió la segunda formación al presbiterio de la vicaría del centro de México. La misma tuvo como eje una explicación acerca de la historia y de los alcances de la Ortodoxia.

El arzobispo hizo énfasis en señalar que la ortodoxia implica el vivir la identidad genuina y original, en este caso, del cristianismo apostólico. También explicó la gama de elementos que este estilo de vida implica.

Al final de la mañana, los presbíteros se reunieron durante largo tiempo para dialogar e intercambiar puntos de vista sobre el segundo tema de la formación.

La finalidad de esta actividad es que se asuman y se profundicen algunos de los elementos centrales de la formación y que se delineen pistas para vivir con intensidad el Año de la Conversión.

Al mediodía, se celebró una sesión plenaria con los presbíteros de la Vicaría del Centro de México y el arzobispo.

Se comenzó presentando las conclusiones de los dos talleres que se habían realizado.

Se concluyó fijando el compromiso de profundizar y buscar formas de aplicar el contenido de la Carta Pastoral del arzobispo, con ocasión del Año de la Conversión.

Cada primer y tercer marte de mes, se tendrá una reunión virtual del presbiterio, para profundizar e intercambiar los procesos que se siguen en la pastoral.

Se fijó que la próxima visita del arzobispo se celebrará entre el 17 y el 21 de noviembre del corriente año.

Después de la sesión plenaria, se procedió a la firma de documentos que serán presentados a la Secretaría de Gobernación de México, para actualizar una serie de datos e informaciones que se tienen respecto a la Asociación Religiosa de la Iglesia en México.

Se incorporará a los presbíteros como miembros de la Asociación Religiosa y se darán de baja algunas personas que habían recibido nombramientos de ministros de culto, mientras se consolidaba el equipo de presbíteros.

Al final de la sesión plenaria, se continuó con la liturgia del oficio divino.

Se oró la hora intermedia, cantando salmos y pidiendo por todas las necesidades de la Arquidiócesis, de la Iglesia y de todos los presbíteros, diáconos y fieles.

Al final de la actividad litúrgica, se tuvo el almuerzo en el que se compartió fraternalmente con el arzobispo.

El ambiente del encuentro, a pesar de los difíciles problemas que se afrontaron fue sereno y, al final, se respiró un ambiente de armonía y de comunión.

El viernes 20 de mayo, por la tarde, el arzobispo presidió la liturgia de la palabra profética, con la participación de los presbíteros de la Vicaría del Centro de México y de algunos fieles.

Durante la homilía, el arzobispo recordó que, así como el alma de la iglesia apostólica la constituyó la presencia del Espíritu Santo del Señor resucitado, así también, para cumplir la misión confiada y ser testigos eficaces del Evangelio, es indispensable dejarse llenar por la fuerza del Espíritu Santo.

La actividad del encuentro del presbiterio de la Vicaría del Centro de México concluyó con la celebración de la diivina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por los presbíteros presentes.

Como resultado de las reflexiones y formación se profundizó en el sentido que tiene la divina liturgia, como medio para que el misterio del Señor resucitado se haga presente y dirija a su Iglesia.

Antes de regresar de Capulálpam para Oaxaca, se tuvo un breve tiempo para agradecer a los cinco hermanos que fueron hasta el lugar del encuentro, para encargarse de la organización logística y de la alimentación de los presbíteros.

Los cinco son feligreses de la Parroquia Santa María de Guadalupe, pastoreada por el Padre José Juan. También se agradeció a los propietarios del lugar en donde se realizó el encuentro.