El jueves 26 de mayo, por la mañana, el arzobispo viajó de Los Ángeles para San Francisco California, para encontrarse con líderes y servidores de la nueva comunidad que se ha formado en la ciudad de Oakland, California.

Los hermanos, en su gran mayoría, son originarios de San Juan Atitán, aunque hay algunos de Todos Santos Cuchumatanes y, algunos de otras comunidades. El arzobispo comenzó la visita con una breve catequesis sobre cuestiones relacionadas con la fe.

Después de la oración inicial, los saludos y la formación básica, los líderes de la comunidad hicieron la presentación de la comunidad y de aspectos relacionados con su historia.

En su gran mayoría, los hermanos provienen de la Iglesia Bizantina, aunque hay algunos de procedencia católica romana y unos pocos que en Guatemala eran miembros de nuestra Santa Iglesia y al llegar a Oakland, organizaron la comunidad.

Después de escuchar a los hermanos, el arzobispo dialogó con ellos acerca de las expectativas pastorales que tenían y el futuro que prevían para la comunidad.

Dado que, aunque está fuera actualmente del ministerio activo, el diácono Alonso trabaja en la proximidad de donde se ubica la comunidad y dada la urgente necesidad de formación y de orientación catequética que se tiene, el diácono aceptó participar en la comunidad y acompañarla en procesos de formación y organización pastoral.

Después de haber hecho la planificación y de haber determinado que el arzobispo les visitará cada tres meses, en ocasiones que correspondan con las visitas a la parroquia de San Miguel Arcángel de California, de la cual será parte también la nueva comunidad, se comenzó con la celebración litúrgica.

Para iniciar, se administró el sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaron.

Durante la homilía, el arzobispo explicó a los hermanos que es el don del Espíritu Santo, lo que capacita para poder tener la experiencia de la resurrección del Señor.

Por lo mismo, animó a la comunidad a emprender oraciones de entrega al Señor y también se tuvo un tiempo para hacer el intercambio del saludo de la paz.

El coordinador de la comunidad es el hermano Francisco, procedente de San Juan Atitán, Huehuetenango y, los hermanos, lo eligieron para ser instituido como ministro de la comunión.

Aunque se le instituyó, dado que no tiene aún la formación necesaria, el diácono Alonso asumió la responsabilidad de formarlo y capacitarlo antes de que ejerza el ministerio que le fue confiado.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad que estaban participando en la actividad que se celebraba.

El arzobispo les animó a profundizar en la fe, a participar asiduamente, a quienes le es posible, en la comunión sacramental y a tratar de dar testimonio ante todos y en todas partes.

Al final de las celebraciones, el arzobispo se encontró brevemente con algunas de las familias que estaban participando en el encuentro y las bendijo.

Los hermanos agradecieron la presencia del arzobispo y asumieron el compromiso de mantenerse fieles en la fe y tratando de formarse, organizarse y dar testimonio del Evangelio ante todas las personas.

El viernes 28 de mayo, por la noche, el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación a los catequistas de la parroquia de San Miguel Arcángel.

El arzobispo les exhortó al arrepentimiento y al reconocimiento del ser pecadores, para poder alcanzar del Señor el don del perdón, por la efusión del Espíritu Santo.

Después de la administración del sacramento de la reconciliación, el arzobispo recordó a los hermanos que la experiencia de la presencia del Señor resucitado, constituye la base de todo el cristianismo y que, para abrirse a ese don, es necesario entregarse totalmente en las manos del Señor.

Por eso, invitó a los hermanos a ponerse en oración y a clamar al Señor el don del Espíritu Santo, para renovarse interiormente y vivir participando de la resurrección.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, dedicada especialmente para dar gracias por todos los que han estado comprometidos en la obra de remodelación de la sede parroquial.

Además, el arzobispo animó a los hermanos a dejar que el Señor, en el contexto de la preparación a Pentecostés, les llene con su fuerza, para ser testigos del Evangelio.

Después de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo impartió formación a los catequistas de la parroquia que están siguiendo el curso sobre la espera mesiánica.

En concreto, el arzobispo presentó cuáles son las razones, basadas en la Escritura, por las que el judaísmo no puede reconocer al Señor como Mesías y, por eso, hizo énfasis en que, el camino para comprender el sentido profundo de las Escrituras es partir de la experiencia de la presencia del Señor resucitado en la vida.

Después de la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear una serie de preguntas, específicamente respecto a la formación que se había tenido.

Especialmente se preguntó acerca de cuál es el sentido que se le debe dar a los textos del Antiguo Testamento que, en el Nuevo Testamento reciben un nuevo sentido a partir de la experiencia de la presencia del Señor.

Terminada la parte de formación con toda la asamblea, se tuvo la oportunidad de responder a una petición del hermano Eliseo de encontrarse con el consejo pastoral de la parroquia.

Fundamentalmente se trató de explicar en qué consiste el hacer parte de nuestra parroquia y cuáles son las implicaciones prácticas y los compromisos concretos que eso conlleva.

Finalmente, se celebró la reunión del Consejo Pastoral de la parroquia. Los hermanos presentaron el informe económico y de actividades que se han realizado en el mes.

Se reconoció que, debido al proceso de remodelación del templo parroquial, hay algunos aspectos concretos de la vida de la parroquia a los que no se les está pudiendo dar la atención que merecen. Pero también se reconoció la gran cantidad de avances que se ha hecho en el proceso de remodelación del templo parroquial.

El sábado 28 de mayo, por la tarde, en la sede de la parroquia San Miguel Arcángel, el arzobispo impartió la formación a los alumnos de la Escuela de Formación Ministerial Santiago Baradeo.

Se explicó cuál es el sentido de la libertad cristiana y sus fundamentos, en los escritos del apóstol Pablo y cuál es el sentido del tener espíritu de pobres y de tener el Reino de los cielos, en la prespectiva del evangelio de Mateo.

Después de que se impartió la formación, el arzobispo motivo el desarrollo de un diálogo para profundizar en algunos aspectos relacionado con la organización de la Escuela.

Se enfatizó que la formación está orientada a capacitar para recibir las órdenes menores y que es esencial que la participación requiera también estandares de aprendizaje y de rendimiento.

El sábado 28, al caer el día, dentro del marco de la Asamblea de la comunidad parroquial de San Miguel, el arzobispo impartió una breve formación para los fieles.

Se explicó cuáles son las implicacions y los resultados que se esperan del Año de la Conversión y se instó a los hermanos a asumir las actitudes necesarias para que la actitud de conversión sea una realidad.

Después de la formación, el arzobispo presidió la celebración del sacramento de la reconciliación, que se administró a todos los que se sintieron necesitados de acudir a él.

El arzobispo, en el contexto de la pascua explicó que el perdón del pecado es resultado de la efusión del Espíritu Santo, que nos es dado por la resurrección del Señor.

Después de la homilía, el arzobispo animó a los hermanos aponerse en actitud de oración para clamar al Señor el perdón de los pecados y la efusión del Espíritu Santo.

Los hermanos entraron en un tiempo de oración profunda y de compromiso en la entrega al Señor, para dar testimonio del Evangelio a todos y en todas partes.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la diivna liturgia con miembros de laparroquia San Miguel Arcángel, invitando a los hermanos a profundizar en el sentido de la Eucaristía.

Los hermanos participaron con mucho provecho y renovaron su entrega al Señor y su disponibilidad a vivir de acuerdo a la voluntad del Señor, para ser testigos del Evangelio.

El sábado 28, ya bien entrada la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Pescador, en el sur-centro de Los Ángeles, para hacer la visita pastoral a la comunidad.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los que sintieron la necesidad y la llamada a participar en el mismo, con corazón humilde y arrepentido.

Después de la administración de la reconciliación, el arzobispo presidió la divina liturgia, para conmemorar el segundo aniversario de la muerte del hermano León Veslásquez.

El arzobispo recordó el compromiso del hermano en la vida de la Iglesia y su perseverancia en la misma y exhortó a los miembros de la comunidad a seguir las huellas del hermano León.

El domingo 29 de mayo, por la mañana, el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación a fieles de la parroquia San Miguel Arcángel de Los Ángeles.

El arzobispo exhortó a los hermanos al arrepentimiento y a asumir una actitud continua de conversión, para reconocer la presencia del Señor resucitado en la vida de cada creyente.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgica del domingo de la Ascención, 29 de mayo, en la parroquia de San Miguel Arcángel, el niño Cristian hizo la primera reconciliación y la comunión solemne.

Después de renovar los compromisos bautismales y la profesión de fe, el arzobispo explicó el sentido de la ceremonia y oró por él y por su familia, pidiendo al Señor la fidelidad y perseverancia.

También dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, el domingo 29 de mayo, el arzobispo invitó a los fieles a entrar en oración para pedir del Señor la gracia de reconocer su presencia resucitada.

El arzobispo explicó a los hermanos que, a través del don del Espíritu Santo, es como el Señor resucitado está constantemente llegando en la gloria a la vida de la Iglesia y de cada creyente.

Seguidamente, se celebró la divina liturgia presidida por el arzobispo y en la cual participaron fieles de la parroquia San Miguel Arcángel de California, Estados Unidos.

El arzobispo exhortó a los hermanos a participar en los sacramentos, especialmente la Eucaristía, para que el Señor resucitado que ascendió al cielo, esté viniendo constantemente a la vida de la Iglesia.

Terminadas las celebraciones litúrgicas, el arzobispo se encontró con los hermanos, para dos temas específicos: Se determinó que, cuando él se encuentre los días lunes en Los Angeles, presidirá la celebración de la divina liturgia para quienes puedan participar.

También se determinó que, a partir de la próxima visita, el arzobispo impartirá, los domingos desde las 9 de la mañana, formación para los acólitos o monaguillos de la parroqua.

Finalmente, algunos de los miembros del Consejo Pastoral, rindieron un breve informe de la marcha que se está teniendo dentro de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Participaron los hermanos Ronaldo, sobre las cuestiones pastorales; la hermana Eladia, especialmente sobre cuestiones de la economía y el Hermano Mateo Pérez, sobre la catequesis.

El domingo 29, por la tarde, en la comunidad Santa María de Guadalupe de Riverside, el arzobispo impartió formación a los hermanos, miembros de la comunidad.

El tema en torno al cual giró la formación, fue seguir adelante con lo que implica el vivir en actitud de conversión y, en el contexto de la formación, también hubo tiempo para un breve diálogo.

Después de la formación, en la comunidad Santa María de Guadalupe de Riverside, el arzobispo administró el sacramento de la reconciliación. Algunos hermanos que solicitaron recibirla individualmente, la recibieron de esa manera.

A los demás hermanos, se les exhortó a reconocerse pecadores y a esforzarse por responder al Señor con una actitud renovada y con radical compromiso.

Después de la liturgia de la reconciliación y de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a que, a partir del reconocimiento de su limitación, se pusieran en oración.

Dentro de la oración, se clamó al Señor que se tenga la capacidad de reconocer la propia pequeñez, y de someterse incondicionalmente a cumplir su voluntad.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con la comunidad Santa María de Guadalupe de la ciudad de Riverside de California.

Recordó a los hermanos que, a través de la divina liturgia es como el Señor cumple la promesa de venir en forma gloriosa en medio de su pueblo y de acompañarlo por medio de su Espíritu Resucitado.

El lunes 30 de mayo, por la noche, después de una jornada de trabajo en la remodelación del templo parroquial, el arzobispo presidió la liurgia de la palabra profética para los miembros del consejo pastoral.

En la homilía, exhortó a los hermanos, a la luz de las lecturas bíblicas, a tomar conciencia de que, de acuerdo al testimonio de Hechos de los Apóstoles, es solamente la imposición de manos lo que sirve de medio para que se haga el bautismo en el Espíritu Santo.

Después de la liturgia de la Palabra, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los miembros del Consejo Pastoral de la Parroquia de San Miguel Arcángel.

Después de la celebración litúrgica, se planteó la posibilidad de que, cuando el arzobispo regrese a Guatemala hasta el día martes, se tenga la reunión del Consejo los lunes por la noche. Además se invitó a los esposos Cristian y Susana a integrarse al Consejo Pastoral.