El viernes 10 de junio, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la cabecera departamental de Sololá, en donde, en el Centro de Eventos San Gabriel, presidió la celebración del Decanato de Sololá y Chimaltenango.

Se contó con la participación de numerosos hermanos, provenientes de las dos parroquias que están integradas en el decanato, así como del Padre Jarlin, párroco de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Después de que concluyó la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de expresar sus opiniones y de plantear diversas preguntas al arzobispo.

Se agradeció la manera en la que se afrontaron cuestiones relacionadas con la fe y la administración de los sacramentos, especialmente, ante una serie de comprensiones erróneas que con frecuencia están muy difundidas.

Los coordinadores de los consejos pastorales así como el padre Jarlin y dirigentes de las comunidades, rindieron un breve informe acerca de la marcha pastoral que se está siguiendo.

En general se pudo constatar el compromiso sostenido que se manifiesta, así como un cierto crecimiento y, sobre todo, la profundización en la identidad de la iglesia.

Después del mediodía el arzobispo llegó hasta la comunidad de Tzununá, ubicada en el municipio de Santa Cruz la Laguna, del departamento de Sololá.

Apenas llegó, se le pidió que administrara el sacramento de la reconciliación a los fieles, lo cual fue hecho con profundidad por los que sintieron la necesidad de acercarse a recibirlo.

Dentro del marco de la visita a la comunidad de Tzununá, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana al niño Mynor, nieto del líder de la counidad, hermano Miguel.

El arzobispo explicó a los padres y padrinos cuáles son los compromisos que asumían, para ayudar a que el don de Dios derramado en Mynor, pudieran dar los frutos esperados.

También dentro del marco de las celebraciones litúrgicas realizadas en Tzununá, fueron presentados doce niños para hacer la primera reconciliación y la comunión solemne.

El hermano Antonio Ignacio les había preparado esmeradamente para tal acontecimiento y el arzobispo recordó cuál es el sentido de la ceremonia que se celebraba y cuáles son los frutos que se esperan.

La visita a la comunidad de Tzununá, concluyó con la celebración de la divina liturgia presidida por el arzobispo.

Los hermanos participaron con gran devoción en la celebración de la divina liturgia y, gran mayoría de ellos, se acercó para participar en la comunión con el Cuerpo del Señor, Palabra viva de Dios hecha carne sacramentalmente, para dar la vida eterna.

A media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Pajomel, del municipio de Santa Cruz la Laguna, del departamento de Sololá, para realizar la visita pastoral.

Se inició con la administración del sacramento de la reconciliación, después de que los hermanos fueran animados a hacer una confesión humilde de reconocerse como pecadores.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que para ser capaces de reconocer la presencia de Dios que se manifiesta en todo momentos pero, sobre todo, en las celebraciones litúrgicas, es necesario estar interiormente preparados.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a ponerse en actitud de oración, reconociendo la propia pequeñez y avivando la actitud de acoger con disponibilidad total la voluntad de Dios.

Para concluir la visita a la comunidad de Pajomel, el arzobispo residió la celebración de la divina liturgia, ofrecida especialmente, para implorar el perdón de los pecados y la efusión del Espíritu Santo.

Los hermanos participaron con gran devoción y en una actitud continuada de oración. En el momento de la comunión, la mayoría se acercá a comulgar con el Cuerpo del Señor, conscientes de que es la manera dejada por el Señor para actualizar la presencia de la vida eterna.

El vierne 10 de junio, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, Santa Cruz la Laguna, para realizar la visita pastoral mensual.

La visita comenzó con la administración del sacramento dela reconciliación a todos los que, confesándose pecadores, quisieron beneficiarse del don inestimable del perdón del Señor y la efusión del Espíritu Santo.

Dentro del marco de la celebración de la liturgia en la comunidad de Chuitzanchaj, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a los niños Manuel y Danny.

El arzobispo explicó a los padres y padrinos la gracia que se concede a los bautizados, al igual que los copromisos que asumen padres y padrinos para apoyar el crecimiento del don de Dios en la vida de los que recibían los sacramentos de la iniciación cristiana.

También los hermanos, en el marco de la celebración litúrgica, presentaron a la hermana Nancy Paola, quien se ha integrado a la comunidad recientemente.

De acuerdo al discernimiento de los hermanos, ella ha sido bendecida con el don de interceder por los demás, por lo que pidieron al arzobispo que orara por ella y la bendijera para que realice con eficacia y humildad el ejercicio de los dones que el Señor le ha dado.

El hermano Lucas, coordinador de la comunidad de Chuitzanchaj y presidente del consejo pastoral de la parroquia de Sololá, pidió al arzobispo que los niños de la comunidad fueran bendecidos de forma ezplícita.

Por los mismo, antes de comenzar con el ofertorio de la divina liturgia, el arzobispo invitó a los niños a acercarse, oró por ellos y los bendijo y, luego estos le dieron el saludo de la paz.

Finalmente, la visita pastoral a la parroquia de Sololá concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo, en la comunidad de Chuitanchaj.

Se oró por los hermanos y se les invitó a acercarse a comulgar, para dejar que los dones específicos de la celebración de los divinos misterios, fueran comunicados a quienes, estaban participando en la celebración y no tenían impedimento para recibirlos.

El sábado 1 de junio, fiesta litúrgica de San Bernabé, el arzobispo llegó hasta San Juan Comalapa, Chimaltenango, para presidir la clebración del Decanato de Chimaltenango.

Participaron en el mismo, los tres padres que ejercen el ministerio en Comalapa, así como algunos hermanos de todas las comunidades que forman actuamente la parroquia.

Durante el decanato, el arzobispo compartió formación sobre el sentido específico e implicaciones del Año de la Conversión y del fortalecimiento de la vida en el Espíritu Santo.

Después de la formación, durante largo tiempo, se produjo un intercambio de puntos de vista y perspectivas, con quienes estaban participando en el decanato.

Terminadas las actividades propias del decanato, los miembros del consejo general de la catedral de San Juan Bautista, pidieron al arzobispo que hiciera la bendición del pozo artesanal, construido con la ayuda de los consejos de la catedral y el alcanlde municipal.

Durante la reflexión con ocasión de la bendició, el arzobispo subrayó que el manantial de agua encontrado, debe ser como un signo de lo que el Señor espera da cada uno de los fieles: que por la fe, se conviertan en manantial de agua viva que salta hasta la vida eterna.

La visita a la catedral de San Juan Comalapa concluyó con un ágape fraterno compartido con los miembros de los diferentes consejos de la parroquia y el delegado del alcalde municipal.

Durante ese tiempo, el arzobispo aprovechó para dialogar con el padre Maxi Eliseo, acerca del proceso de elaboración de hostias con levadura para el uso litúrgico en la Arquidiócesis.

El domingo 12 de junio, el arzobispo presidió la celebración del decanato del centro de Guatemala, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

Se contó con la participación de numerosos hermanos, representantes de las diferentes comunidades y parroquias, así como de los padres Orlando López, y los formadores del seminario, Luís y Henry.

Después de la formación impartida por el arzobispo, se abrió el tiempo para que los hermanos pudieran plantear diferentes cuestiones sobre temas de fe y pastorales.

Se contó con buena participación, habiéndose preguntado sobre cuestiones relacionadas con los sacramentos y con la historia de la iglesia apostólica.

Seguidamente, los representantes de las diferentes comunidades hicieron una breve presentación de la situación pastoral de las mismas. Se trató tanto de las guiadas por el Padre Orlando como las que guía el Padre Herberth Urrutia.

El arzobispo, en su comentario final, hizo énfasis en la urgencia de que las comunidades hagan el esfuerzo de contar con instalaciones estables que sirvan como templo, de manera, que se ofrezca la necesaria estabilidad a los fieles.

El domingo 12 de junio, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia del Espíritu Santo, de Los Guantes, San Juan Sacatepéquez, Guatemala.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos, que, reconociéndose pecadores, se abrieron a recibir la efusión del Espíritu Santo.

Durante la homilía, el arzobispo, con ocasión de la solemnidad de la Santísima Trinidad, recordó que, por la efusión del Espíritu Santo, es como somos introducidos dentro de la vida y el misterio del Dios Uno y Trino.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a ponerse en oración intensa, para clamar del Señor, el don del Espíritu y la capacidad de reconocerse como parte del Cuerpo vivo del Señor.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, un nutrido número de hermanos de la comunidad de los Guates fueron presentados para ser bendecidos como lectores.

El arzobispo explicó a los hermanos cuáles son las exigencias, desde el punto de vista personal, para poder ejercer el ministerio con eficacia y fecundidad. Seguidamente, les bendijo.

La visita a la comunidad de Los Guates concluyó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue concelebrada por el Padre Orlando López, párroco local.

El arzobispo invitó a los hermanos a participar con profunda devoción y a tratar de acercarse a la comunión, para activar el don del Espíritu y vivir en comunión con la Trinidad.

Finalmente, el párroco y el consejo pastoral, pidieron al arzobispo que hiciera la bendición de la recién organizada oficina parroquial, en el sótano de la iglesia.

El arzobispo oró sobre el lugar, el equipo que será utilizado y sobre los hermanos que, en ese lugar, se pondrán al servicio de la comunidad parroquial.

El domingo, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Los Pirires, que también hace parte de la parroquia Espíritu Santo de San Juan Sacatepéquez.

Después de saludar a los hermanos, administró el sacramento de la reconciliación a los hermanos que, reconociéndose pecadores, se abrieron a recibir el sacramento.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, fueron presentados al arzobispo los hermanos Juan y Paola, para que se les administrara la confirmación y recibieran el envío misionero.

Después de explicarles cuáles son las gracias y cuál el compromiso que se asume, el arzobispo oró por los hermanos y les ungió con el Santo Crisma.

La actividad pastoral en la parroquia del Espíritu Santo, concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Orlando.

El arzobispo animó a los hermanos a la oración y a ofrecerse como ofrendas vivas agradables al Señor, especialmente a través de la participación de la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor.