El martes por la noche, el arzobispo llegó hasta la ciudad de Los Ángeles, para comenzar la visita pastoral a la parroquia San Miguel Arcángel de California.

Después de haber pasado toda la jornada tratando de resolver desafíos relacionados con la remodelación del templo parroquial, por la noche, visitó la comunidad Pacto Divino, habiéndo iniciado con la administración del sacramento de la reconciliación.

Con ocasión de la fiesta de la dedicación del templo de Éfeso a la Madre de Dios, el arzobispo explicó cuál es el sentido de la verdadera relación del cristiano con la Virgen María.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a ponerse en oración, para implorar del Señor la gracia de responderle con la radical generosidad con la que Ella lo hizo.

La visita a la comunidad Pacto Divino concluyó con la celebración de la divina liturgia, en la cual los hermanos participaron con gran entrega y devoción.

El arzobispo animó a los hermanos a participar en la comunión sacramentla, siempre y cuando estuvieran debidamente preparados, para poder gozar de los frutos de la comunión con la Palabra de Dios hecha carne sacramentalmente.

El miércoles 15 de junio por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad Poder del Espíritu Santo, ubicada en el centro de Los Ángeles, California.

La visita comenzó con la invitación a los hermanos a la penitencia y al arrepentimiento, finalmente, con la administración del sacramento de la reconciliación.

Durante la homilía, el arzobispo explicó a los hermanos que el sentido de la devoción a la Bienaventurada Virgen María, dentro de la Iglesia Apostólica se centra en torno a la imitación de su actitud.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a ponerse en oración humilde y entregada, para suplicar del Señor que, reconociéndose pequeños y pecadores, se le pueda responder como lo hizo la Santisima Virgen.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los miembros de la comunidad Poder del Espíritu Santo que, en esta ocasión se encontraban presentes en número reducido, debido a quebrantos de salud de la hermana Pascuala.

Se ofreció la divina liturgia, se oró por los enfermos de la comunidad y se participó en la comunión sacramental, para participar del don de la Palabra de Dios hecha carme.

El jueves 16 de junio, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad Ministerio El Pescador, para hacer la visita pastoral de la comunidad y administrar los sacramentos.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes se acercaron.

Durante la homilía, el arzobispo señaló que el sentido de la oración cristiana encuentra su raíz en la experiencia de ser realmente hijos de Dios, nacidos por la acción del Espíritu Santo.

Dentro del marco de la visita a la comunidad de El Pescador, el arzobispo renovó el encargo como ministros de la comunión para la comunidad local a los hermanos Eulalia y Pedro.

Antes de hacer la renovación, el arzobispo recordó cuáles son las características que deben distinguir, tanto a nivel personal como en el estilo del ejercicio del ministerio confiado, a los que ejercen como ministros para la distribución de la comunión.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos que estaban participando en la comunidad de El Pescador de Los Ángeles.

El arzobispo animó a los hermanos a fortalecer el compromiso de dejarse transformar por la acción del Espíritu Santo y crecer en Él, a través de la sagrada comunión con los misterios divinos.

El viernes 17 de junio, al caer el día, el arzobispo administró el sacramento de la reconciliación a los catequistas de algunas de las comunidades de la parroquia San Miguel Arcángel, California.

Los hermanos reconocieron sus pecados y luego de orar y exhortarlos al arrepentimiento y a la entrega en las manos de Dios, se administró la absolución de los pecados, por la efusión del Espíritu Santo.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido cristiano de la riqueza en la perspectiva del Nuevo Testamento, haciendo ver que se trata de no apropiarse de nada sino de reconocerse administradores, de parte de Dios, de todo lo que se tiene.

Por lo mismo, animó a los hermanos a que, reconociendo todos los dones espirituales y materiales que se han recibido, que hicieran una oración de súplica y de sumisión a la voluntad del Señor.

La actividad litúrgica con los catequistas culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y, en la cual participaron devotamente los hermanos.

El arzobispo animó a que participaran en la comunión con el Cuerpo del Señor, Palabra de Dios hecha carne sacramentalmente y fuente de vida eterna, todos los que estuvieran preparados.

Seguidamente, se continuó con la formación, la cual está girando en torno al estudio de la espera mesiánica en el Antiguo Testamento y, específicamente en el tiempo de Jesús.

El arzobispo explicó cómo la visión que se ha transmitido en el occidente, refleja la expectativa compartida por la tribu de Judá y por el judaísmo de la época, pero no la que se tenía en el norte de Israel ni la que el Señor realizó.

Finalmente, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear una serie de preguntas sobre diferentes cuestiones relacionadas con la formación y con otros temas.

Específicamente se pidió aclaración sobre cómo se dio el proceso de incomprensión en el occidente cristiano, de la realidad que vivió el cristianismo apostólico, así como del sentido de la auténtica ortodoxia.

El sábado 18 de junio, por la tarde, el arzobispo tuvo las actividades relacionadas con la Escuela de Teología y Formación Ministerial Santiago Baradeo, en la sede parroquial de San Miguel Arcángel.

Se dio inicio con la oración y luego con el informe presentado por los alumnos en relación con la formación precedente, así como con informaciones relacionadas con el objetivo formativo de la Escuela.

Seguidamente, el arzobispo hizo la presentación de la formación que se está impartiendo en la Escuela Santiago Baradeo.

En esta ocasión, el tema formativo se centró en torno a la cuestión del sentido de la salvación y de la acción del Espíritu Santo en la vida del creyente, desde la prespectiva de los escritos joánicos.

Terminada la formación, los alumnos presentaron una serie de cuestiones relacionadas con diversos temas abordados en la formación, así como otros tópicos relacionados con la fe.

Especialmente se hizo mención a la relación que se puede mantener con otros cristianos, así como a la identidad que se presenta en la Escritura como propia del cristianismo apostólico.

El sábado 18 de junio, por la noche, el arzobispo impartió formación a los fieles de la parroquia San Miguel Arcángel de Los Ángeles, que se encontraban presentes, al final de la Asamblea del sábado.

El arzobispo hizo un breve recorrido recordando los pasos que se siguieron para identificar la misión que el Señor nos ha confiado y a la que estamos tratando de responder.

Después de la formación, el arzobispo presidió la celebración del sacramento de la reconciliación, para los fieles de la parroquia San Miguel Arcángel.

Se trató de la primera actividad litúrgica celebrada en el templo de la parroquia de San Miguel Arcángel, pues el templo aún se encuentra en la fase final de remodelación.

A la luz de los escritos bíblicos leídos en la celebración, el arzobispo recordó a los hermanos cuál es la actitud con la que debe vivir quien realmente ha puesto su confianza en el Señor.

Por los mismo, invitó a los hermanos a que, reconociendo las propias limitaciones, cada uno se pusiera en las manos de Dios y le expresara su disponibilidad a confiar en Él incondicionalmente y a estar listos para cumplir su voluntad.

La actividad litúrgica del sábado 18 de junio concluyó con la celebración de la divina liturgia presidida por el arzobispo y la cual marcó el comienzo de celebraciones en el nuevo templo parroquial.

Aunque la inauguración y dedicación formal del templo se tiene prevista para un futuro medio, se ha determinado que el sábado 16 de julio se celebrará la liturgia de apertura oficial de las actividades de la parroquia.

El domingo 19 de junio, en la sede de la parroquia San Miguel Arcángel, el arzobispo dio inicio a la formación para quienes ejercen los diferentes ministerios litúrgicos en las comunidades.

El arzobispo partió de la explicación de la centralidad que tiene la vida litúrgica y sacramental, como único medio dentro de la Iglesia, para comunicar la vida divina y, por ende, la salvación.

Hacia el final de la mañana del domingo 19 de junio, el arzobispo presidión la celebración de la liturgia de la reconciliación con servidores y fieles de la parroquia San Miguel Arcángel.

Después de animar a los hermanos al arrepentimiento y a la confesión del reconocerse como pecador, se administró la absolución a todos los que se habían confesados.

Durante la homilía, con ocasión de la Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor, el arzobispo explicó el sentido del Misterio del Cuerpo y de la Sangre y el origen y dimensión de la fiesta que se celebraba.

Por lo mismo, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración de sumisión y súplica, para ser capaces de asumir y vivir el misterio que hace partícipes de la misma vida de Dios.

Seguidamente, el arzobispo presidión la celebración de la Anáfora o Divina Liturgia, en la que, como la fe testimonia, el misterio de la encarnación, pasión y muerte del Señor se actualizan y se nos dan en alimento de vida eterna.

Después, el arzobispo animó a los hermanos a participar en la comunión sacramental, para que se tenga la participación eficaz y actual en la vida del Señor resucitado.

Al final de las celebraciones litúrgicas, representantes de las comunidades y miembros del consejo pastoral, se dirigieron a los hermanos, rindiendo un breve informe.

Se explicó de los avances que se han tenido hasta el momento, así como de los desafíos y retos que se tienen, lo cual requiere de la participación activa de todos los miembros.

Finalmente, antes de despedirse, el arzobispo bendijo a cada uno de los participantes en la divina liturgia, como es lo habitual en la Iglesia Siro Ortodoxa.

Los hermanos se fueron acercando de buena gana a recibir la bendición y el arzobispo aprovechó la ocasión para saludarles y expresarles su cercanía.