El lunes 18, por la noche, antes de emprender el retorno hacia Guatemala, el arzobispo presidió la celebración de la reconciliación para los miembros del consejo pastoral de la parroquia San Miguel Arcángel, East Rancho Domínguez, Los Ángeles.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en que lo que el Señor quiere de cada quien y del ministerio que se realiza es tratar de volverse a El, para cumplir su voluntad.

El arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia el lunes 18 de julio, en la sede de la parroquia San Miguel Arcángel, para los miembros del Consejo Pastoral de la Parroquia.

El arzobispo animó a los hermanos a hacer de la comunión con el Cuerpo vivo del Señor, prolongación del misterio de la encarnación, el centro de toda la vida y actividades pastorales.

La visita pastoral del arzobispo a la parroquia San Miguel Arcángel concluyó con la reunión del consejo pastoral de la parroquia, en el salón de reuniones de la sede parroquial.

Se presentaron las diferentes perspectivas que se debe asumir y desarrollar progresivamente, tanto en el ambiente pastoral como litúrgico y organizativo-administrativo.

El jueves 21 de julio, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chuitanchaj de Santa Cruz la Laguna, Sololá, para visitar pastoralmente la comunidad.

Se inició con la administración del sacramento de la reconciliación y, durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en la importancia de entregarse a sí mismos para agradar al Señor.

Los hermanos presentaron al arzobispo a los niños Alexander, Marlon, Donis y Fabiana, para que se les administraran los sacramentos de la iniciación cristiana.

Después de recordar a padres, padrinos y a la comunidad sus compromisos, el arzobispo procedió a la administración de los sacramentos, la cual se llevó a cabo en un ambiente de profunda alegría y fe.

La visita a la comunidad de Chuitzanchaj, concluyó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo, animando a todos los hermanos a participar en la misma.

Los hermanos se acercaron en gran número a recibir la comunión, incluyendo gran cantidad de niños, traídos por sus padres, conscientes de que se trata del medio para se actualice la vida eterna.

El mismo jueves 21 de julio, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Pajomel, de Santa Cruz la Laguna, Sololá, habiendo iniciado su actividad con la administración de sacramentos de la reconciliación.

Animó a los hermanos al reconocimiento de sí mismos como pecadores y a la confesión humilde, para poder hacerse partícipes del don de la vida divina.

También en Pajomel, los hermanos prepararon la administración de los sacramentos de la iniciación cristiana a dos niños. Se trata de Ángel Isaías y de Francisco Antonio.

El arzobispo exhortó a padres y padrinos a renovar su compromiso de ser discípulos del Señor cada día, para poder cumplir bien los compromisos que se general con la administración de la iniciación cristiana a los niños.

Finalmente, Mor Santiago Eduardo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Pajomel. Como es habitual, los hermanos participaron con gran entrega y devoción.

El arzobispo les animó a que, todos los que estuvieran debidamente preparados, se acercara a recibir los divinos misterios, para recibir el don de la vida eterna.

El viernes 22 de julio, por la mañana, desde Huehuetenango, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Cristo Rey de Jacaltenango, para presidir la celebración del decanato del occidente de Huehuetenango.

Se contó con la participación de los presbíteros Santos y José Manuel y con representantes de las parroquias de Jacaltenango y de Petatán, Huehuetenango.

Después de que el arzobispo impartiera la formación, la cual versó sobre el tema de la conversión y la misión que se tiene como discípulos del Señor, los hermanos participaron en un amplio intercambio de ideas.

Se agradeció la oportunidad de profundizar en la fe y de cuestionar una serie de interpretaciones erróneas que, con frecuencia se tiende a impulsar.

Seguidamente, los presidentes de los dos consejos pastorales hicieron una presentación acerca de los logros que se han tenido y de los desafíos que se afrontan.

Los presbíteros responsables de las parroquias, también presentaron cuál es la situación de las parroquias, enfatizando en la apertura de los hermanos y los deseos de compromiso.

La parte litúrgica de la visita a Jacaltenango comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que se reconocieron pecadores e imploraron perdón.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que, para identificar el mensaje que Dios envía a cada quien, es indispensable mantenerse en constinua actitud de discípulos.

Los hermanos de la comunidad de San Andrés, Jacaltenango, habían preparado esmeradamente a cuatro hermanos para recibir la confirmación y el envío misionero.

Se trataba de los hermanos Antonio, Isidora, Jesús Candelaria y Catarina. El arzobispo recordó cuál es la gracia que se recibe y cuáles son los compromisos que se asumen y procedió a su administración.

También dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo instituyó como ministro para la distribución de la comunión, al hermano Francisco de la comunidad de Suján .

Los hermanos de la comunidad presentes manifestaron que habían hecho la elección del hermano y el expresó su disponibilidad a cumplir el ministerio con fidelidad.

La actividad litúrgica en Jacaltenango culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres Santos y José Manuel.

El arzobispo animó a los hermanos a hacer del misterio del Cuerpo y Sangre del Señor, el centro de la vida de fe, pues es por medio de ese misterio que se participa en recibir la Palabra de Dios hecha carne y la vida eterna.

Después del mediodía, el arzobispo sostuvo una reunión con los miembros del Consejo Pastoral de la Parroquia Cristo Rey de Jacaltenango, en la cual además participó el padre Santos.

El tema a tratar fue pedir directrices para afrontar los problemas que se tienen con una comunidad. El arzobispo les exhortó a seguir el camino de la oración y el discernimiento, para preparar los corazones de quienes se encuentran en problema.

El mismo viernes 22 de julio, por la tarde, el arzobispo, acompañado por el Padre Santos, llegó hasta la comunidad de Lupinah, para encontrarse con los hermanos y animarlos en la fe.

Se inició con la confesión de los pecados de forma comunitaria, a lo cual siguió la expresión del arrepentimiento de cada creyente y la absolución, por la efusión del Espiritu Santo.

Después de la homilía, en la cual el arzobispo exhortó a los hermanos a aceptar ser auténticos discípulos del Señor, entregándose incondicionalmente en las manos del Señor, los hermanos fueron invitados a entrar en un tiempo de sùplica y de oración.

Se clamó al Señor, pidiendo el ser auténticos discípulos y dar testimonio genuino del Evangelio.

La actitvidad en la parroquia Cristo Rey de Jacaltenango concluyó con la celebración de la divina liturgia en la comunidad de Lupinah, de Jacaltenango.

Concelebró el padre Santos Acosta. El arzobispo exhortó a los hermanos a tomar continua conciencia de los misterio sque se asumen y se celebran, para que den los frutos para los que el Señor instituyó.

El sábado 23 de julio, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Jesús El Buen Pastor de El Amparo Agua Tinta, Margaritas, Chiapas, México, para presidir la celebración de decanato.

Participaron los padres José Alfrego y Francisco Diego, así como delegados de la parroquia local y de los centros pastorales de Comitán de Domínguez y de Amatenango de la Frontera.

Después de la formación impartida por el arzobispo, que versó sobre el sentido de la conversión como base de la vivencia de la auténtica renovación en el Espíritu Santo, se abrió un tiempo de diálogo.

Los hermanos expresaron su opinión acerca de los compromisos que es indispensable asumir en todas las comunidades y en forma continuada, para poder vivir la vocación a la que estamos llamados.

Seguidamente, los presbíteros y los coordinadores de los consejos pastorales hicieron la presentación del informe de la marcha pastoral de las diferentes áreas.

En general, se coincidió en que se está dando un sostenido crecimiento, tanto en el número de fieles, como de identificación de los mismos con la iglesia. Sin embargo, también se mencionaron diferentes desafíos que deben ser afrontados.

Hacia el final de la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de la reconciliación, con los hermanos que estaban participando en el decanato.

Después de exhortar al arrepentimiento y a la confesión del ser pecador, se hicieron las oraciones e invocaciones establecidas y se impartió la absolución a los hermanos.

También, dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administró la confirmación y el envío misionero a doce hermanos, en su mayoría procedentes de la comunidad de Egipto.

El arzobispo exhortó a los confirmados a cumplir con fidelidad el encargo de llevar el Evangelio y de hacer de todos discípulos del Señor. Los confirmados aceptaron con seriedad su compromiso.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los participantes en el decanato. Concelebraron con el arzobispo los padres José Alfredo y Francisco.

El arzobispo exhortó a los presente a involucrarse en la celebración, especialmente, participando en la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor, con tal que estuvieran con la debida disposición.

Después del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la reunión de los consejos pastorales de la Vicaría de Chiapas o del Sur Oriente de México.

Se contó con la participación de los dos presbíteros, así como de representantes de la parroquia y de los dos centros pastorales involucrados. Se estableción la sectorialización de las áreas pastorales, con vistas a la formación permanente.

El sábado 23, por la tarde, el arzobispo, acompañado del padre Francisco y del diácono Lorenzo, llegó hasta la comunidad de El Refugio, en el área de Cinco Lagos, Chiapas.

El arzobispo inició la visita, invitando a los participantes a reconocerse pecadores y a confesar sus pecados, para poder administrarles la absolución de sus pecados con la efusión del Espíritu Santo.

Una de las características de la comunidad de El Refugio es la cantidad de niños recién nacidos que se tiene localmente. Por lo mismo, los hermanos pidieron al arzobispo que bendijera a los niños e hiciera una presentación de ellos ante el Señor.

El arzobispo oró por cada uno de los niños presentados y los bendijo, al igual que a sus madres. Los niños eran Alexander, Eulalia, Abraham, Dylan, Lidia y María Isabel.

También el arzobispo invitó a los niños a acercarse para orar ante el Señor, entregarse a Él y ser bendecidos por el arzobispo, pidiendo al Señor que les libre de todo peligro.

La ocasión dio la oportunidad también de orar y de bendecir al hermano Rubén, presidente del consejo pastoral de la parroquia Jesús El Buen Pastor.

La visita del arzobispo concluyó con la celebración de la divina liturgia en la comunidad de El Refugio, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Francisco.

En la celebración participaron también hermanos de la comunidad El Refugio que habían sido invitados por los hermanos a participar en la misa y en la sucesiva vigilia.