El sábado 6 de agosto, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad central de Lancetillo, sede de la parroquia de Cristo Redentor, en la Zona Reyna de El Quiché.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que, habiéndose confesado pecadores, quisieron acercarse a recibirlo.

También, dentro del marco de la celebración litúrgica, se administró la confirmación y el envío misionero a 22 hermanos procedentes de diferentes comunidades de la Zona Reyna.

El arzobispo les recordó cuáles son sus compromisos y , luego procedió a ungirles y a confirmar el envío misionero.

El domingo 7 de agosot, en la sede parroquial de Lancetillo, el arzobispo administró el sacramento de la reconciliación a los fieles que se habían congregado.

Les exhortó al arrepentimiento y a una sincera conversión.

La razón central de la visita del arzobispo a la Zona Reyna, fue la ordenación presbiteral del diácono Víctor Rodríguez, quien desde hace casi año y medio ejerce su pastoral en esa zona.

Como preparación de la ordenación, el arzobispo administró la tonsura al diácono, explicando a los fieles cuál es el sentido de tal rito.

Dentro del marco de la ordenación presbiterial del diácono Víctor Rodríguez y, de acuerdo al ritual de nuestra Santa Iglesia, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia.

En la homilía hizo una breve explicación del sentido del ministerio ordenado dentro de la iglesia que el Señor fundó.

Inmediatamente antes de la doxología conclusiva de la Anáfora, se celebró, de acuerdo al ritual de la santa iglesia, la ordenación presbiteral del diácono Víctor Rodríguez.

Se vivieron momentos muy emotivos, especialmente debido a la riqueza simbólica del ritual de ordenación que utiliza nuestra santa iglesia.

Después de la ordenación presbiterial, la celebración litúrgica concluyó con la distribución de la comunión a los fieles que estaban preparados para recibirla.

El arzobispo, en diversos momentos, hizo énfasis en que la eucaristía, constituye el camino dejado por el Señor para continuar el misterio de la envarnación y dar la vida eterna.

Al final de la rituales litúrgicos, como estaba previsto, los miembros del Consejo Pastoral, presentaron al arzobispo la solicitud para la creación de la parroquia de la Zona Reyna.

El arzobispo accedió a la petición de los hermanos, habiendo subrayado acerca de los compromisos pastorales y misioneros que involucra el ser elevado a parroquia y aceptando que la misma sea llamada Cristo Redentor.

Finalmente, con saludos y en un ambiente de profunda alegría, concluyó la visita pastoral del arzobispo a la Zona Reyna, para retornar a la actividad pastoral en Chicamán y en Uspantán.

Se contó con la participación de todos los presbíteros del área de El Quiché.

El domingo 7, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Las Anonas, sede del Centro Pastoral de Chicamán, para hacer la visita pastoral.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que, con corazón humilde, se confesaron pecadores y quisieron asumir el compromiso de la conversión.

Después de la homilía, en la cual se hizo énfasis en la vigilancia que se debe mantener en la vida cristiana, el arzobispo invitó a los hermanos a la oración, para asumir con seriedad el llamado del Señor.

Los hermanos oraron intensamente durante un buen tiempo.

La visita del arzobispo al centro pastoral de Las Anonas, concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo.

Concelebró en la liturgia el padre Alexander Mendoza, quien estaba de visita, retornando de la ordenación presbiteral.

El arzobispo concluyó la visita pastoral al Centro Pastoral de Las Anonas, con una breve reunión con el consejo pastoral local.

Se habló de la urgencia de aumentar el compromiso misionero, para poder tener el crecimiento requerido.

El mismo domingo 7 de agosto, por la tarde, el arzobispo impartió formación para los fieles de la parroquia de la Santísima Trinidad, Uspantán, como sucede habitualmente.

El arzobispo invitó a los hermanos, especialmente a asumir una clara orientación misionera, para poder cumplir a cambalidad la misión que el Señor nos ha confiado.

Después de la formación, el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación a los fieles que estaban partiipando en la formación respectiva.

Mor Santiago Eduardo invitó a los hermanos a reconocerse pecadores y a confesar sus pecados, para poder recibir con provecho el sacramento que se estaba administrando.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia en la parroquia Santísima Trinidad de Uspantán.

Concelebraron los padres Óscar Guardado y Alexander Mendoza.

Después de la celebración litúrgica, el arzobispo se entretuvo, por cierto momento con los representantes de las diferentes comunidades que, en general, se encuentran atravesando por momentos de crecimiento, ante la incorporación de nuevos iembros.

El arzobispo les animó a seguir adelante, esforzándose especialmente por llevar el don del Espíritu Santo a todos y en todas partes.

El miércoles en la madrugada, el arzobispo llegó hasta Los Ángeles California, para iniciar la visita pastoral mensual a la parroquia San Miguel Arcángel.

Después de participar en algunas cuestiones de tipo burocrático, la visita pastoral comenzó en la comunidad Pacto Divino, con la administración del sacramento de la reconciliación.

A la luz de las lecturas bíblicas que se hicieron en la fiesta de San Lorenzo, diácono, el arzobispo invitó a los hermanos a la renovación de su compromiso de renuncia y entrega al Señor.

Por lo mismo, una vez que terminó la homilía invitó a que se entablara un tiempo de oración profunda personal, reconociendo la propia pequeñez y sometiéndose a la voluntad del Señor.

La visita a la comunidad Pacto Divino culminó con la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad que habían logrado participar.

Se les animó a participar en la comunión a todos los que estuvieran preparados, para abrirse a la recepción del don de la vida eterna que el Señor regala a quienes lo reciben.

El mismo miércoles 10, ya entrada la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad Poder del Espíritu Santo, también ubicada en el centro de Los Ángeles.

La visita comenzó con la invitación a la confesión de los propios pecados, para recibir la absolucion y, con ella, la efusión del Espíritu Santo.

Después de la homilía, basada en la llamada que el Señor hacía para ser generosos y para perder la vida, el arzobispo animó a los hermanos a comenzar un tiempo de oración profunda.

Los hermanos, en la oración, expresaron su disponibilidad a renunciar a sí mismos y a someterse a la voluntad divina, para poder dar frutos abundantes de vida eterna.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los miembros de la comunidad Poder del Espíritu Santo de Los Ángeles, California.

Los hermanos participaron con gran provecho y, una gran mayoría de ellos, estuvo preparada para recibir los divinos misterios y, con ello, el don de la vida eterna.