El jueves 11 de agosto, hacia el mediodía, el arzobispo llegó hasta Oakland, para iniciar la segunda visita pastoral a la nueva comunidad que se ubica en ese lugar.

Se comenzó con un tiempo de formación. El arzobispo especialmente subrayó la importancia de la asiduidad en la comunión, como medio para permitir el crecimiento de la vida en el Espíritu Santo.

Después de la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear algunas cuestiones.

La primera se relacionó con la historia de la Iglesia y la fundación de la Sede de Antioquía, como sede de Pedro. La segunda sobre el sentido de los sacramentos. Y la tercera, sobre el rol de la Virgen María en la vida de la Iglesia.

Seguidamente, se dio inicio a las celebraciones litúrgicas, con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los que estuvieron con deseo de recibirlo.

El arzobispo explicó que la forma en la que administramos el sacramento corresponde con el testimonio que da la Carta de Santiago acerca de la forma de administración en la Iglesia Apostólica.

Con la ayuda del diácono Alonso, se preparó a dos hermanos para que recibieran los tres sacramentos de la iniciación cristiana.

Se trató de los hermanos Rosa y Nelson, ambos ya jóvenes y, por lo mismo su preparación involucró una catequesis más dirigida a los mismos destinatario de los sacramentos de la iniciación, que a padres y padrinos.

Una de las cuestiones que aún causan una serie de reparos es la administración del confirmación y el envío misionero, como forma de responder de manera personal, a los compromisos asumidos en la iniciación cristiana.

Fueron preparados los hermanos René, Margarita y Elder, los cuales expresaron su disponibilidad a comprometerse en la acción misionera de la iglesia.

El hermano Romeo, es uno de los que inició la comunidad de Oakland, antes de que estuvieran en relación con nuestra iglesia y de que hicieran alianza. También hacía parte del equipo coordinador.

Algunos problemas personales le llevaron a auto-marginarse. Sin embargo, después de la visita del arzobispo culminó un tiempo de penitencia y se celebró la reconciliación con la comunidad y su reincorporación al compromiso comunitario.

De acuerdo a lo que los hermanos expresaron, en la comunidad existe la costumbre de que, al inicio del año escolar, los niños sean presentados para ser bendecidos.

Por esta razón, ante la inminencia del comnienzo del año escolar en California, los niños de la comunidad que estaban participando, fueron presentados, para ser bendecidos por el arzobispo.

También, a la luz de la invitación que se hizo a los hermanos a la conversión y a tratar de asumir un compromiso misionero más serio, el arzobispo animó a los hermanos a ponerse en oración.

Los hermanos acogieron la invitación con devoción, entregándose en las manos del Señor, al reconocerse débiles y pecadores y expresando al Señor su prontitud a acoger y cumplir su voluntad.

La actividad pastoral del arzobispo en la comunidad de Oakland culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por él y con la devota participación de todo el pueblo.

El arzobispo encomendó a los hermanos la asiduidad en la comunión sacramental, para poder seguir creciendo en la fe y dar abundantes frutos de vida cristiana.

Al final de las actividades, los hermanos compartieron un tiempo de ágape fraterno, para dar gracias al Señor por la presencia del arzobispo en medio de ellos.

Además, quisieron, de esta forma, también celebrar a los hermanos que, de una u otra forma, estuvieron involucrados activamente en las diferente celebraciones.

El viernes 12 de agosto, por la noche, en la sede de la parroquia San Miguel Arcángel de East Rancho Domínguez, Los Ángeles, el arzobispo se reunió con catequistas de la parroquia, de diferentes comunidades.

El encuentro, como sucede habitualmente, comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación, después de haber hecho la confesión comunitaria de los pecados.

Durante la homilía, el arzobispo explicó a los hermanos que el Señor no está aguardando lo que nosotros como seres humanos le demos sino quiere que dejemos que se Él quien nos da todo.

Por lo mismo, animó a los hermanos para ponerse en oración profunda y suplicar del Señor la gracia de dejarse transformar por Él y acoger su presencia y su Reino.

Después de la oración de súplica, se hizo la recepción formal de la familia de los hermanos Eliseo y Juana y de sus hijos con sus familias, quienes después de largo discernimiento, optaron por incorporarse a la parroquia.

El arzobispo expresó su alegría, los bendijo y les animó a perseverar fielmente en la fe.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los catequistas y otros fieles que estaban participando en la celebración parroquial.

Los hermanos acudieron en número grande a recibir la comunión con el Cuerpo y Sangre del Señor, fuente de vida eterna y principio de transformación en Cristo.

Seguidamente, el arzobispo impartió la formación que tenía preparada a los hermanos, la cual versó sobre lo referente a los cristerios de interpretación de la Sagrada Escritura utilizados por los Apóstoles.

Se hizo énfasis en subrayar que se va del encuentro con el Señor que derrama su Espíritu a la lectura y comprensión de los textos y no viceversa, como se acostumbra en el occidente.

Dado el hecho de que la enseñanza explicada contrasta con la mentalidad general que se tiene, al final los hermanos tuvieron el tiempo necesario para hacer las preguntas que consideraron pertinentes.

Se dialogó acerca de diferentes cuestiones relacionadas con la comprensión de algunos textos bíblicos y con la forma de expansión misionera de la iglesia apostólica.

El sábado 13 de agosto, después del mediodía, el arzobispo participó en las actividades mensuales de la Escuela de Teología y Formación Ministerial Santiago Baradeo.

La actividad comenzó con la presentación que hicieron los alumnos acerca de la formación que se había impartido el mes anterior. Sobresalieron en su participación los hermanos Domingo y Manuel.

El arzobispo impartió la formación prevista dentro del programa de Cristología para los participantes en la Escuela de Teología y Formación Ministerial Santiago Baradeo.

Se abordó la cuestión del docetismo, los escritos joánicos y el desarrollo del gnosticismo, así como el comienzo de la teología de San Ireneo acerca de la Cristología.

Después de la formación, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear las diferentes dudas que tenían sobre aspectos abordados en la formación.

Se dialogóa sobre el sentido de textos bíblicos, sobre el sentido de la defensa de la ortodoxia en la antiguedad y sobre cuestiones de la cristología y sus implicaciones pastorales.

Después de la formación teológica, el arzobispo se reunión con ministros y líderes para impartir aspectos de formación litúrgica.

Se trató lo referente al rito solemne de la celebración de la Divina Liturgia y se organizó, en líneas generales la divina liturgia que se celebrará el 8 de octubre.

Seguidamente, dentro del marco de la celebración de la Asamblea del sábado de la parroquia San Miguel Arcángel, el arzobispo impartió un breve tiempo de formación.

Dado que había varios invitados, por la celebración de una boda, el arzobispo presentó el sentido de la pertenencia a la Iglesia una, santa, católica y apostólica.

El comienzo de las celebraciones litúrgicas se dio con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que participarían en la divina liturgia.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de la liturgia de la reconciliación e invitó a los hermanos a prepararse convenientemente para participar en el sacramento.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administró el sacramento del matrimonio a Juan y a Marylyn, quienes desde hacía largo tiempo habían venido preparándose.

El arzobispo hizo énfasis en que la eficacia del sacramento está ligada a la disponibilidad que se tenga a dejar que el Espíritu Santo pueda actuar y transformar la vida de cada creyente.

El sábado 13 por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia en la sede de la parroquia San Miguel Arcángel, East Rancho Domínguez, Los Ángeles, California.

Durante la homilía, el arzobispo explicó a los hermanos el sentido de lo que implica hacerse como niño, para ser capaces de recibir el Reino de Dios.

El mismo sábado 13, por la noche, el arzobispo llegó hasta el lugar en donde se reúne la comunidad de El Pescador, para realizar la visita mensual de la comunidad.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación. Después de invitar a los hermanos al arrepentimiento y a la confesión de los pecados, les administró la absolución.

Después de la homilía y a la luz de las lecturas bíblicas, en donde se explicaba cuál es la actitud que se necesita para poder recibir el don del Reino de Dios.

A la luz de esta enseñanza, el arzobispo invitó a los hermanos a ponerse en oración, para implorar del Señor la gracia de reconocerse pecadores y someterse con la actitud del niño al cumplimiento de su voluntad.

La visita a la comunidad de El Pescador concluyó con la celebración de la Divina Liturgia presidida por el arzobispo.

Los hermanos participaron con espíritu de oración y adoración y acudieron en buen número a recibir el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor.