El viernes 19 de agosto, por la mañana, el arzobispo llegó hasta el Centro Misionero de Veracruz, Ixcán, para presidir la celebración del decanato de las comunidades del Ixcán.

Estuvieron participando los padres Robinson y Jesús, quienes son encargados pastorales del área, así como numerosos hermanos delegados de las diferentes comunidades.

El arzobispo impartió la formación explicando el sentido que tiene la conversión como actitud fundamental de vida, y su relación con el ser renovados en el Espíritu Santo.

A la luz de la formación, los hermanos tuvieron diferentes intervenciones, agradeciendo la formación, sugiriendo actividades para que la misma sea extensiva a todos los fieles y manifestando su disponibilidad a comprometerse.

Seguidamente, los representantes del consejo pastoral y de los diferentes sectores pastorales hicieron la presentación de la forma en la que marcha la vida pastoral.

Entre las novedades se pudo notar el crecimiento que se está teniendo en varias comunidades, así como la expansión en el área de México, cercana a la frontera.

El viernes 19, después del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de la reconciliación a los hermanos de la comunidad de Santiago Ixcán.

El arzobispo recordó cuáles son las actitudes fundamentales que se deben asumir para poder recibir del Señor el perdón y el don del Espíritu Santo.

Debido a una serie de dificultades que se han afrontado en la comunidad, el arzobispo exhortó a los hermanos a asumir una actitud de sincera conversión.

Para ello, animó a los hermanos a ponerse en oración, confiándose plenamente en las manos del Señor y estando dispuestos a acoger con fidelidad su voluntad.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administro la confirmación y el envío misionero al hermano Nicolás, un adulto que se ha incorporado hace poco tiempo a la comunidad de Santiago Ixcán.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de la confirmación y el envío misionero y recibió del hermano el compromiso a tratar de ser testigo del Evangelio en su vida.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Santiago Ixcán, habiendo concelebrado los padres Robinson y Jesús.

El arzobispo recordó el sentido que tiene la celebración de los misterios, como tiempo en el que el cielo baja sobre la tierra y el Señor pone su trono entre los hombres, para comunicar la vida eterna.

Las actividades en la comunidad de Santiago Ixcán concluyeron con una peregrinación al monte de oración que los hermanos han adquirido y en el cual construyeron un pequeño oratorio.

El arzobispo llegó hasta el lugar, acompañado de algunos hermanos y el padre Jesús y luego, procedió a implorar del Señor la bendición sobre ese lugar.

El mismo viernes 19, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Kaibil Balam, para hacer una breve visita pastoral y animar a los hermanos.

Era desde hace unos 8 años que el arzobispo no llegaba a la comunidad y, como quiso subrayarlo, la finalidad de su visita era la animación del pueblo de Dios para comprometerse en la misión.

La comunidad de Kaibil Balam, desde hace varios años, ha experimentado una serie de dificultades y divisiones, debido, especialmente aproblemas entre las familias.

Por eso, después de hacer una exhortación a la conversión, al reconocerse pecador y a la aceptación de los demás, imvitó a los hermanos a ponerse en oración de súplica y sometimiento a la divina voluntad.

La visita pastoral terminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres Robinson Cumes y Jesús Silvestre.

El arzobispo animó a los hermanos a vivir la eucaristía con una actitud de humildad y de total sumisión a la voluntad del Señor, para verse beneficiados con el don de la vida eterna.

El sábado 20 de agosto, por la mañana, el arzobispo llegó hasta el Centro Misionero Nueva Libertad de Fray Bartolomé de las Casas, Alta Verapaz, para presidir la celebración del decanato del norte de Alta Verapaz y Petén.

Participaron los padres Marco Antonio, Juan Sebastián y Juan José Lucero, así como representantes de las diferentes parroquias del norte de Alta Verapz y Petén.

Durante la formación, el arzobispo exhortó a los hermanos a redescubrir los fundamentos de la renovación carismática, viviendo con una actitud de continua conversión.

Al final, los hermanos plantearon algunas preguntas e hicieron reflexiones acerca de la urgencia de poner en práctica las enseñanzas que se imparten, para asegurar la vitalidad de las comunidades.

Los coordinadores de los consejos pastorales de las diferentes parroquias, así como los presbíteros que trabajan en el área, rindieron un breve informe de la actividad pastoral.

Se expresó que en varias parroquias ha habido crecimiento, tanto en el número de fieles como de comunidades y, también que se está tratando de profundizar en la identidad de la iglesia.

El mismo sábado 20, después del mediodía, el arzobispo visitó la sede parroquial de la parroquia Exaltación del Señor, ubicada en Yalicoc, Raxruhá.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que estaban participando y que confesaron humildemente sus pecados.

Después de la homilía, en la que el arzobispo animó a los hermanos a responder con presteza al Señor, para gozar de sus bendiciones, les invitó a la oración.

Los hermanos participaron en un tiempo de intensa oración, en la que se reconoció la pequeñez personal y se expresó la decisión de someterse a la voluntad del Señor.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la sede parroquial de Yalicoc, Raxruhá. Concelebró el padre Juan Sebastián, párroco local.

Los hermanos estuvieron en oración, participaron con fidelidad y en el momento correspondiente, se acercaron a recibir también la sagrada comunión.

El sábado 20, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Sesuchaj, de la parroquia Cristo Rey de Chisec, acompañado del padre Juan José, encargado pastoral de la parroquia.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que, humildemente, hicieron la confesión de sus pecados.

Habían sido preparados 15 hermanos de la comunidad para que se les administrara la confirmación de la crismación y el envío misionero. El Padre Juan José había participado personalmente en su preparación.

Después de recordar cuáles son los compromisos que se asumen al recibir la confirmación y el envío misionero, el arzobispo procedió a administrarla.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Sesuchaj. El padre Juan José Lucero concelebró con el arzobispo.

Los hermanos participaron con devoción y el arzobispo recordó a los hermanos que la posibilidad de acercarse a la comunión sacramental es un elemento indispensable para que la gracia que se comunica, pueda crecer y dar frutos.

El domingo 21 de agosto al mediodía, en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas, el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación para hermanos de la comunidad de San Felipe, Antigua Guatemala.

En la liturgia participaron también el Padre Luis y algunos de los seminaristas, que estaban para entonces en el Seminario. Esta comunidad se atiende desde el seminario y, por ello fue que se hizo la celebración allí.

La ocasión especial de la visita de los hermanos de San Felipe fue la administración de la Confirmación y el Envío Misionero a dos hermanas, miembros de la comunidd.

El arzobispo explicó a Susely y a Damarys cuáles eran los compromisos que asumían al ser confirmadas y ellas expresaron su disponibilidad a asumirlos.

Inamediatamente después de la confirmación, las dos hermanas recibieron la bendición para poder ejercer el ministerio de lectoras en la comunidad de San Felipe, Antigua Guatemala.

Previo a la bendición, el arzobispo consultó con los miembros de la comunidad que estaban presentes acerca de la elección de las hermanas como lectoras. Los hermanos aprobaron unánimemente la elección y se procedió a la bendición.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Antigua y con los seminaristas presentes. Concelebró el Padre Luis.

El arzobispo recordó que, acercarse a la sagrada comunión en signo de que, personalmente, se opta por entrar por la puerta angosta, para dejar que el Señor se convierta en la fuente de vida absoluta.