El jueves 1 de septiembre por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad Unción del Espíritu Santo de Santiago Atitlán, del departamento de Sololá.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación y con la animación a los hermanos a asumir una actitud de humildad, para recibir la sabiduría divina.

Dentro del marco de la visita pastoral, se administraron los tres sacramentos de la iniciación cristiana a los niños Jeremías y Abner Andrés, hijos de miembros de la comunidad.

El arzobispo animó a padres y padrinos a asumir un compromiso serio de vida, para ayudar al crecimiento en la fe de los niños que fueron iniciados en la vida cristiana.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, con la participación de los miembros presente de la comunidad Unción del Espíritu Santo.

El arzobispo animó a los fieles a acercarse con devoción a recibir la comunión. Fue muy significativa la forma en la que los dos niños iniciados en la fe, recibieron la comunión.

El jueves 1 de septiembre, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad Nuevo Pentecostés, del centro de Santiago Atitlán, Sololá.

La visita dio inicio con la administración del sacramento de la reconciliación y con la exhortación que hizo el arzobispo, a la luz de las lecturas bíblicas, a aceptar el escándalo de la cruz, para poder ser llenados con la sabiduría divina.

También en la comunidad Nuevo Pentecostés, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a Rosario Elizabeth, hija de miembros de la comunidad y nieta del coordinador de la misma.

El arzobispo animó a toda la comunidad a participar activamente en la celebración y a dejar que el Señor renueve en sus vidas continuamente, los dones inherentes al ser miembro del Cuerpo de Cristo.

La visita a Santiago Atitlán concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo, para los hermanos de la comunidad Nuevo Pentecostés.

El arzobispo recordó que, a través de los divinos misterios se actualiza el misterio de la encarnación, pasión muerte y resurrección del Señor, para constituirse en fuente de vida eterna para todos los fieles.

El viernes 2 de septiembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta el centro de eventos San Gabriel de la cabecera de partamental de Sololá, para presidir el decanato de Sololá y Totonicapán.

Participaron delegados de la parroquia San Miguel Arcángel de Tzanixnam y de las comunidades de la parroquia del Espíritu Santo de Sololá. así como el padre Jarlin Garrido.

Después de la formación impartida por el arzobispo, explicando en qué consiste la conversión y exhortando para que se asuma una actitud e continua conversión, se abrió el tiempo para las intervenciones.

Los hermanos explicaron cuáles son los aspectos más revelantes, a su modo de ver de la conversión y exhortaron a todos a asumir con seriedad los procesos de conversión.

Finalmente, los representantes de las comunidades de Sololá, aí como el presidente del consejo pastoral de Tzanixnam y el padre Jarlin Garrido, rindieron informe acerca de la situación pastoral.

Se hizo notar que, a pesar de las dificultades que se afrontan, se está experimentando un sostenido crecimiento y, sobre todo, la profundización en el sentido de pertenencia a la Iglesia.

El viernes 2 de septiembre, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Tzununá, a la orilla del lago de Atitlán, para visitar la comunidad local.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que, con humildad se confesaron pecadores y se presentron denlante del Señor

En el marco de la visita a Tzununá, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a Pablo, hijo primogénito de Antonio, uno de los líderes de la comunidad local.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de la administración de los sacramentos de la iniciación cristiana y cuáles son los compromisos que los padres y padrinos asumen en tal caso.

La visita a Tzununá culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y en la cual participó gran número de dels miembros de la comunidd local.

Como habitualmente, el arzobispo subrayó la importancia esencial de la participación en los divinos misterios, para alcanzar la vida eterna que el Señor regala.

A media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Pajomel, la cual se encuentra en la cima de la montaña, unos seis cientos metros más alta que el lago de Atitlán.

Apenas llegó, el arzobispo, los hermanos le consultaron una serie de cuestiones referentes a la organización y de la comunidad y a las construcciones que están realizando.

Después de administrar el sacramento de la reconciliación y de hacer las leturas bíblicas, el arzobispo invitó a los hermanos de la comunidad local, a supolicar del Señor el don de dejarse transformar por su gracia.

Los hermanos se pusieron en oración clamando al Señor la sabiduría para acoger con autenticidad el Evangelio y convertirse en testigos del mismo ante el mundo.

Al final de la visita pastoral a Pajomel, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los fieles, miembros de la comunidad local.

El arzobispo les animó a poarticipar en la comunión todos los que no tenían obstáculo para hacerlo, de manera que se tuviera la participación en la vida eterna, que el Señor ha ofrecido.

El mismo día 2 de septiembre, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Chuitzanchaj, ubicada a unos tres kilómetros de Pajomel, para hacer la visita pastoral.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los que, con corazón humilde, se confesaron pecadores y clamaron la misericordia del Señor.

En el contexto de las celebraciones litúrgica en la comunidad de Chuitzanchaj, el arzobispo administró los sacramentos de la iniciación cristiana a dos niños.

Se trata de Eliseo Andreyi y de Diego René, ambos hijos recién nacidos, de padres que han sido miembros activos de la iglesia desde hace varios años.

Después de la administración de los sacramentos de la iniciación cristiana, el hermano Lucas, presidente del consejo pastoral, pidió que se hiciera la bendición de los niños.

El arzobispo gustosamente aceptó la petición recibida y, después de orar por los niños, estos fueron rociados con el agua bendita, como signo de su entrega total al Señor.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los hermanos de la comunidad de Chuitzanchaj, Santa Cruz la Laguna, Sololá.

Con la celebración, en la cual comulgaron la mayoría de miembros de la comunidad local, el arzobispo concluyó la visita pastoral al área de Sololá, celebrada entre el primero y dos des septiembre.

El sábado 3 de septiembre, el arzobispo llegó hasta la sede de la catedral de San Juan Bautista en San Juan Comalapa, Chimaltenango, para presidir la celebración del decanato de Chimaltenango.

La reunión se celebró en la Basílica de San Juan Bautista, participaron los padres Rigoberto, Francisco y Maxi Eliseo de Comalapa y Byron de Patzún, así como numerosos hermanos delegados de los diferentes lugares y comunidades.

Después de la formación que se impartió acerca del tema de la conversión y la vida de fe, que los diferentes aspectos, los hermanos tuvieron la oportunidad de participar y plantear preguntas.

Se preguntó acerca de cuestiones relacionadas con los sacramentos, especialmente la Eucaristía, así como de otros temas pastorales y diferente índole.

Después del decanato, el arzobispo tuvo una breve reunión con la directiva del ministerio de lectores, el cual tiene una fuerte importancia y relevancia en la vida de la parroquia.

El tema en torno al cual giró el encuentro fue la realización del retiro anual. Se ha planificado que el retiro se celebre en el seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

Poco después del mediodía, el arzobispo se reunión con los miebros del consejo permantente de la parroquia de la catedral y con los presbíteros que ejercen su ministerio en Comalapa.

Se compartió la forma en la que, por la gracia de Dios, se han ido superando algunas diferencias que se tenían a nivel de relación interpersonal y se asumió el compromiso de continuar en la profundización del diálogo, como medio para superar los conflictos.

El sábado 3 de septiembre, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad de San José Poaquil, Chimaltenango, para visitar a los hermanos.

El arzobispo fue recibido con gran alegría por los hermanos y luego, les animó a que participaran en la administración del sacramento de la Reconciliación, para alcanzar el perdón de los pecados.

Después de la homilía, el arzobispo animo a los hermanos a ponerse en oración, para pedir del Señor la gracia de descubrir su voluntad concreta y de ponerse a disposición suya.

Los hermanos también oraron por sus intenciones personales y por las de la comunidad para que se asuman compromisos concretos para cumplir con la dimensión misionera de la parroquia.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de San José Poaquil.

Los hermanos participaron con profunda devoción tanto en el rito celebrativo como en los momentos de acercarse para recibir el cuerpo del Señor, alimento de vida que comunica la vida eterna.